Deuteronomio  13 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 18 versitos |
1 Si se alzare en medio de ti un profeta o un visionario en sueños y te da una señal o un prodigio,
2 diciéndote: Vayamos tras otros dioses que tú no has conocido y sirvámosles, aunque la señal o el prodigio anunciado se verifique,
3 no escucharás las palabras de ese profeta o de ese visionario en sueños, pues Yahvéh, vuestro Dios, os querrá probar para saber si amáis a Yahvéh, vuestro Dios, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
4 Caminaréis en pos de Yahvéh, vuestro Dios, y a él temeréis; guardaréis sus mandamientos y escucharéis su voz; le serviréis y os adheriréis a él.
5 Y ese profeta o ese visionario en sueños será muerto, por haber predicado la rebelión contra Yahvéh, vuestro Dios, que os sacó de Egipto y os libertó de la casa de los esclavos, para desviarte del camino que Yahvéh, tu Dios, te ha mandado seguir. De esta manera extirparás el mal de en medio de ti.
6 Si tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo o tu hija, o la esposa que descansa en tu regazo, o tu amigo que es como tu alma, viene a seducirte en secreto y te dice: Vayamos y sirvamos a otros dioses, dioses que no conociste tú ni tus padres,
7 de esos dioses de los pueblos que os rodean, cercanos o lejanos, de un cabo a otro de la tierra,
8 no consentirás en ello ni lo escucharás; tu ojo no se apiadará de él, no le perdonarás ni le encubrirás,
9 sino que lo matarás sin remisión; tu mano será la primera que se alce contra él para hacerle morir, y, después, la mano de todo el pueblo.
10 Lo lapidarás hasta que muera, por haber intentado apartarte de Yahvéh, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la casa de los esclavos.
11 Así, todos los israelitas se enterarán y temerán, y no volverán más a cometer maldad como ésta en medio de ti.
12 Si oyes decir que de una de tus ciudades que Yahvéh, tu Dios, te da para que habites en ella,
13 han salido hombres, hijos de Belial, de tu misma raza, y han extraviado a sus conciudadanos, diciéndoles: Vayamos y sirvamos a otros dioses, dioses que no habéis conocido,
14 averiguarás, indagarás y te informarás cuidadosamente. Si se comprueba que tal abominación se ha cometido en medio de ti,
15 pasarás a filo de espada a los habitantes de esa ciudad, y la entregarás al anatema, a ella y a todo lo que hay en ella, y a su ganado lo pasarás al filo de espada.
16 Juntarás todo su botín en medio de su plaza y prenderás fuego a la ciudad con todos sus despojos, ofreciéndolo todo a Yahvéh, tu Dios. Sea para siempre un montón de ruinas y no vuelva a reedificarse.
17 No se te pegará a la mano nada de cuanto fue dado al anatema, para que desista Yahvéh del furor de su ira, te conceda su gracia, tenga misericordia de ti, y te multiplique, como se lo juró a tus padres,
18 a condición de que escuches la voz de Yahvéh, tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy y haciendo lo que es recto a los ojos de Yahvéh, tu Dios.

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Introducción a Deuteronomio 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas