Exodo  16 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 36 versitos |
1 Partieron de Elim, y toda la comunidad de los hijos de Israel llegó al desierto de Sin, que está entre Elim y el Sinaí, el día quince del segundo mes después de su salida de Egipto.
2 Toda la comunidad de los hijos de Israel se puso a murmurar en el desierto contra Moisés y Aarón.
3 Los hijos de Israel les decían: ¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahvéh en tierra de Egipto, cuando nos sentábamos en torno a las ollas de carne y comíamos pan en abundancia! ¡Nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta muchedumbre!
4 Yahvéh dijo a Moisés: Voy a haceros llover pan del cielo; y saldrá el pueblo a recoger cada día la porción necesaria para la jornada, a fin de que yo lo ponga a prueba y vea si anda o no en mi ley.
5 Pero el día sexto prepararán lo que hayan traído, que será el doble de lo que suelen recoger cada día.
6 Moisés y Aarón dijeron a todos los hijos de Israel: Esta tarde conoceréis que fue Yahvéh quien os sacó del país de Egipto,
7 y por la mañana veréis la gloria de Yahvéh ; pues ha oído vuestras murmuraciones contra Yahvéh. Porque nosotros, ¿qué somos, para que murmuréis contra nosotros?
8 Y añadió Moisés: Cuando esta tarde os dé Yahvéh carne para comer, y por la mañana pan hasta la saciedad, será porque Yahvéh ha oído las murmuraciones que habéis formulado contra él. Porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no van contra nosotros, sino contra Yahvéh.
9 Moisés dijo a Aarón: Di a toda la comunidad de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Yahvéh, pues ha oído él vuestras murmuraciones.
10 Y sucedió que, cuando Aarón hablaba a toda la comunidad de los hijos de Israel, volviéronse éstos de cara al desierto, y apareció la gloria de Yahvéh en forma de nube.
11 Entonces Yahvéh habló a Moisés, diciéndole:
12 He escuchado las murmuraciones de los hijos de Israel. Háblales y diles: Al atardecer comeréis carne,, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Yahvéh, vuestro Dios.
13 Al atardecer subieron codornices y cubrieron el campamento; y por la mañana había una capa de rocío alrededor del mismo.
14 Al evaporarse el rocío, apareció sobre la superficie del desierto una costra fina, escamosa, y tenue como la escarcha sobre la tierra.
15 Cuando los hijos de Israel lo vieron, decíanse unos a otros: ¿Qué es esto? Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: Es el pan que os ha dado Yahvéh para comer.
16 Esto es lo que ha ordenado Yahvéh: Recoged de él lo que cada uno necesite para su sustento, un ómer por cabeza, conforme al número de vuestras personas; cada uno recogerá para cuantos tenga en su tienda.
17 Hiriéronlo así los hijos de Israel, y unos recogieron mucho y otros poco.
18 Cuando lo midieron con el ómer, el que había recogido mucho no tuvo de más, y el que había recogido poco no tuvo de menos, sino que cada uno tenía lo que necesitaba para su sustento.
19 Moisés les dijo: Que nadie reserve nada para mañana.
20 Sin embargo, no escucharon a Moisés y algunos dejaron algo para la mañana siguiente; pero se llenó de gusanos y se pudrió. E irritóse contra ellos Moisés.
21 Recogíanlo cada mañana, cada uno según sus necesidades, y el que quedaba se derretía cuando calentaba el sol.
22 El día sexto recogieron el doble de pan, dos ómer para cada uno. Todos los jefes de la asamblea vinieron a anunciárselo a Moisés,
23 quien les dijo: Esto es lo que ha ordenado Yahvéh: Mañana es día de descanso total, sábado consagrado a Yahvéh. Lo que habéis de cocer, cocedlo, y lo que habéis de hervir, hervidlo; todo lo que sobre, guardadlo en reserva para mañana.
24 Y ellos lo conservaron hasta la mañana siguiente, como lo había mandado Moisés, y no se pudrió ni se agusanó.
25 Dijo Moisés: Comeos eso hoy, porque hoy es sábado en honor de Yahvéh ; hoy no lo hallaréis en el campo.
26 Lo recogeréis seis días; pero el día séptimo, el sábado, no lo habrá.
27 Efectivamente, algunos del pueblo salieron el día séptimo a recogerlo, pero no lo hallaron.
28 Dijo entonces Jahvéh a Moisés: ¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis preceptos y mis leyes?
29 Mirad, Yahvéh os ha dado el sábado; por eso el día sexto os da pan para dos días. Quédese, pues, cada uno en su casa, y que nadie salga de su lugar el día séptimo.
30 Y descansó el pueblo el día séptimo.
31 La casa de Israel le dio el nombre de maná. Era como semilla de cilandro, blanco, y su sabor como el de una torta hecha con miel.
32 Dijo Moisés: Esto es lo que ha ordenado Yahvéh: Llenad un ómer y conservadlo para vuestros descendientes, a fin de que vean el pan con que yo os alimenté en el desierto, cuando os saqué del país de Egipto.
33 Dijo después Moisés a Aarón: Toma una vasija, mete en ella un ómer lleno de maná y ponía delante de Yahvéh, a fin de conservarlo para vuestros descendientes.
34 Conforme se lo había ordenado Yahvéh a Moisés, Aarón lo depositó delante del testimonio, para que se conservase.
35 Los hijos de Israel comieron el maná por espacio de cuarenta años, hasta su llegada a país habitado; comieron el maná hasta su llegada a los confines del país de Canaán.
36 Un ómer es la décima parte de un efá.

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Introducción a Exodo 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas