Numeros  18 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 32 versitos |
1 Dijo Yahvéh a Aarón: Tú y tus hijos, y contigo la casa de tu padre, cargaréis con el peso de la faltas contra el santuario; tú y tus hijos cargaréis con el peso de las faltas de vuestro sacerdocio.
2 Trae también a tus hermanos, los de la rama de Leví, de la tribu de tu padre, para que se unan a ti y te asistan, cuando tú y tus hijos estéis delante de la tienda del testimonio.
3 Ellos asegurarán tu servicio y el de toda la tienda; pero no han de acercarse a los objetos sagrados ni al altar, para que ni ellos mueran ni vosotros.
4 Los tendrás como adjuntos, y ellos tendrán a su cargo la tienda de la reunión y todo el servicio de la tienda; y ningún profano se acercará a vosotros.
5 Vosotros cuidaréis del santuario y del altar, para que no se desate ya más la ira contra los hijos de Israel.
6 Soy yo quien ha sacado a vuestros hermanos, los levitas, de en medio de los hijos de Israel; son para vosotros una dádiva; han sido donados a Yahvéh para prestar servicio en la tienda de la reunión.
7 Tú y tus hijos contigo asumiréis las funciones sacerdotales y las ejerceréis en todo lo referente al altar y a lo del interior del velo. Yo os concedo vuestro sacerdocio como una dádiva; pero el extraño que se acerque, morirá.
8 Dijo Yahvéh a Aarón: Yo te encomiendo la guarda de lo que debe reservarse para mí de todas las ofrendas sagradas de los hijos de Israel; y te las entrego a ti, por razón de la unción, y también a tus hijos, por ley perpetua.
9 He aquí lo que te corresponderá de las cosas más sagradas, fuera de lo que es quemado al fuego: todas las ofrendas que a título de oblación me restituyen los hijos de Israel, todos sus sacrificios expiatorios y todos sus sacrificios de reparación; todo eso es cosa muy sagrada, y será para ti y para tus hijos.
10 Lo comerás en lugar santísimo; todo varón podrá comerlo, y será cosa santa para vosotros.
11 También será tuyo lo que se reserva de sus ofrendas, de todas las cosas ofrecidas por los hijos de Israel con rito de balanceo; te lo entrego a ti, y contigo a tus hijos e hijas, por ley perpetua. Todo el que de tu casa esté puro, podrá comerlo.
12 Todo lo mejor del aceite, lo mejor del vino y del trigo, las primicias que ellos entregan a Yahvéh, te las doy a ti.
13 Los primeros productos de cuanto hay en sus campos que ellos traen a Yahvéh serán para ti; todo el que de tu casa esté puro, podrá comerlo.
14 Todo lo consagrado por anatema a Yahvéh, será tuyo.
15 Todo ser viviente que abre el seno materno, hombre o animal, que presenten a Yahvéh, será tuyo; pero harás rescatar a los primogénitos de los hombres, como también a los primogénitos de los animales impuros.
16 Los harás rescatar desde la edad de un mes, tasándolos en cinco siclos de plata, según el peso del siclo del santuario, que es de veinte gerá.
17 No aceptarás rescate por el primogénito de una vaca, de una oveja o de una cabra; son cosa santa. Derramarás su sangre sobre el altar y harás quemar su grasa en sacrificio por el fuego de olor suave a Yahvéh.
18 Su carne te pertenecerá, así como el pecho que se mece con rito de balanceo y la pierna derecha.
19 Todo lo que de las cosas santas se pone aparte, y que los hijos de Israel reservan para Yahvéh, te lo entrego a ti, a tus hijos y a tus hijas por ley perpetua. Éste es un pacto perpetuo de sal ante Yahvéh, para ti y tu descendencia.
20 Dijo Yahvéh a Aarón: No tendrás heredad en su tierra, ni habrá parte para ti en medio de ellos; soy yo tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.
21 A los hijos de Leví les doy por heredad todo diezmo en Israel, a cambio del servicio que prestan en la tienda de la reunión.
22 Por tanto, los hijos de Israel no se acercarán en adelante a la tienda de la reunión para que no incurran en pecado y mueran.
23 Serán los levitas quienes prestarán servicio en la tienda de la reunión y los que cargarán con el peso de las faltas cometidas en ella. Es ley perpetua para todas vuestras generaciones: no tendrán heredad en medio de los hijos de Israel,
24 pues yo les doy a los levitas por heredad los diezmos que los hijos de Israel reservan para Yahvéh. Por eso yo les he dicho que no tendrán heredad en medio de los hijos de Israel.
25 Habló Yahvéh a Moisés, diciéndole:
26 Hablarás a los levitas y les dirás: Cuando recibáis de los hijos de Israel el diezmo que yo os he señalado en heredad, retiraréis de ello la ofrenda reservada a Yahvéh, el diezmo del diezmo.
27 Vuestra ofrenda os será computada al igual que si fuera trigo sacado de la era o mosto del lagar.
28 Así ofreceréis también vosotros la ofrenda reservada a Yahvéh de todos los diezmos que recibáis de los hijos de Israel, y de ellos daréis al sacerdote Aarón la ofrenda reservada a Yahvéh.
29 De todas las donaciones que recibáis, retiraréis la ofrenda reservada a Yahvéh, que será lo mejor de todo lo que se consagre.
30 Luego les dirás: Una vez reservado lo mejor, lo restante será computado a los levitas como producto de la era y como fruto del lagar.
31 Lo podréis comer en cualquier lugar, vosotros y vuestra familia, porque es vuestro salario por el servicio que prestáis en la tienda de la reunión.
32 Una vez que hayáis puesto aparte lo mejor, no incurriréis ya en pecado. No profanaréis las cosas consagradas de los hijos de Israel, para que no muráis.

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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