Isaías 29 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 24 versitos |
1 ¡Ay, Ariel, Ariel, ciudad donde David acampó! Añadid un año a otro año, sigan su curso las fiestas.
2 Yo estrecharé a Ariel; habrá llanto y lamento, y será para mí como Ariel.
3 Acamparé contra ti como en cerco, concentraré contra ti centinelas, levantaré contra ti torreones.
4 Humillada hablarás desde el suelo, se ahogará tu palabra desde el polvo; será como espectro tu voz desde el suelo, desde el polvo susurrará tu palabra.
5 °Sucederá de improviso, en un instante:
6 por Yahvéh Sebaot serás visitada con trueno y terremoto, con enorme estruendo, con tormenta, tempestad y llama de fuego devorador.
7 Será como polvo menudo la horda de tus orgullosos, como tamo que pasa la horda de los poderosos. Será como un sueño, visión de la noche, la horda de todas las naciones que pelean contra Ariel, todos sus centinelas y sus torreones y los que la asedian.
8 Será como cuando sueña el hambriento y cree que come, pero se despierta con el estómago vacío; o como cuando sueña el sediento y cree que bebe, pero se despierta cansado, con la garganta desfallecida. Así será la horda de todas las naciones que pelean contra el monte Sión.
9 Deteneos, asombraos, ofuscaos, deslumbraos, embriagaos y no de vino, tambaleaos y no de licor;
10 porque Yahvéh volcó sobre vosotros un soplo de letargo, que encoló vuestros ojos, profetas, y cubrió vuestras cabezas, videntes.
11 Toda visión os resultó como palabras de un libro sellado, que lo entregan a quien sabe de letras, diciéndole: Lee esto, por favor, y responde: No puedo, porque está sellado.
12 Entonces se entrega el libro a quien no sabe de letras, diciéndole: Lee esto, por favor, y responde: No entiendo de letras.
13 Y dijo el Señor: Por cuanto este pueblo se me acerca con su boca y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí y el temor que me tiene es precepto humano rutinario,
14 por eso, aquí estoy, seguiré haciendo maravillas y portentosos prodigios con el pueblo éste: perecerá la sabiduría de sus sabios y se eclipsará el saber de sus sagaces.
15 ¡Ay de quienes esconden muy hondo, lejos de Yahvéh, sus proyectos, y en las tinieblas realizan sus obras, diciendo: ¿Quién nos ve o quién nos conoce?
16 ¡Perversidad la vuestra! Como si el barro se creyera alfarero, o dijera la obra a su hacedor: No me ha hecho; o la escultura dijera a su escultor: No entiende.
17 Dentro de un poco, un poquito, ¿no se volverá el Líbano un vergel y el vergel se creerá un bosque?
18 Oirán aquel día las palabras del libro los sordos, y sin tiniebla ni oscuridad los ojos de los ciegos verán.
19 Continuarán los humildes teniendo alegría en Yahvéh, y los hombres más pobres en el Santo de Israel gozarán, -
20 porque terminó el violento, se acabó el fanfarrón, perecieron todos los vigías de maldad,
21 los que condenan al hombre en la causa, insidian al jurado en la puerta y doblegan al justo por nada.
22 Por eso, así dice Yahvéh, Dios de la casa de Jacob, que rescató a Abraham: No se avergonzará más Jacob ni palidecerá más su rostro,
23 porque, cuando vean sus hijos, la obra de mis manos en medio de él, santificarán mi nombre. Santificarán al Santo de Jacob y ante el Dios de Israel temblarán.
24 Conocerán los errados de espíritu la cordura, y los murmuradores aprenderán la sensatez.

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Introducción a Isaías

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas