Deuteronomio  33 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 29 versitos |
1 Ésta es la bendición con que Moisés, hombre de Dios, bendijo antes de su muerte a los hijos de Israel.
2 Dijo así: Yahvéh partió del Sinaí, desde Seír amaneció para ellos; resplandeció desde el monte Paran, llegó a MeribáQadéS con rayos de luz fulgurante en su diestra.
3 Sí; él es el amigo de los pueblos; pero todos sus santos están en tu mano. Ellos están postrados a tus pies y se conducen según tus palabras.
4 Una ley nos prescribió Moisés, herencia de la asamblea de Jacob.
5 Hubo un rey en YeSurún, cuando se reunieron los jefes del pueblo, cuando se juntaron las tribus de Israel.
6 Viva Rubén, y no tenga que morir, y sean numerosos sus varones.
7 Y esto le dijo a Judá: Escucha, Yahvéh, la voz de Judá y hazle venir hacia su pueblo. Que sus manos combatan por él, y tú serás su ayuda contra sus enemigos.
8 Y a Leví le dijo: Tus tummim y tus urim, para el hombre de tu agrado, a quien pusiste a prueba en Massá, con quien te querellaste en las aguas de Meribá,
9 el que dijo de su padre y de su madre: No les he visto, el que no reconoce a sus hermanos, y a sus hijos ignora; pues ellos guardaron tu palabra y conservarán tu alianza.
10 Ellos enseñan tus normas a Jacob y tu ley a Israel; ofrecen el incienso en tu presencia y el sacrificio perfecto en tu altar.
11 Bendice, Yahvéh, su valentía y acepta la obra de sus manos; hiere las espaldas de sus adversarios y de los que le odian. ¡Que no vuelvan jamás a levantarse!
12 A Benjamín le dijo: Amado de Yahvéh, reposa seguro junto a él, junto a aquel que siempre lo protege y entre sus colinas ha puesto su morada.
13 Y a José le dijo: Bendita de Yahvéh es su tierra con lo mejor del cielo, con el rocío, y con el abismo que reposa abajo;
14 con lo mejor de los frutos del sol, y con lo mejor de cuanto germina en las lunaciones;
15 con las primicias de los montes antiguos y con lo mejor de los collados eternos,
16 y con lo mejor de la tierra y de su abundancia. ¡Que el favor del que moró en la zarza descienda sobre la cabeza de José, sobre la coronilla del escogido entre sus hermanos!
17 Su toro primogénito es su gloria, sus cuernos son cuernos de búfalo; con ellos cornea a los pueblos hasta todos los confines de la tierra. ¡Tales son las miríadas de Efraím, y tales los millares de Manases!
18 Y a Zabulón le dijo: Alégrate, Zabulón, en tus expediciones; y tú, Isacar, en tus tiendas.
19 Convocarán a los pueblos en el monte, allí ofrecerán sacrificios de justicia, porque gustarán la abundancia de los mares y los tesoros escondidos en la arena.
20 Y a Gad le dijo: ¡Bendito el que ha ensanchado a Gad! Está echado como una leona que desgarró un brazo y hasta una cabeza.
21 Escogió para sí las primicias, pues allí le fue asignada la parte de jefe, y se presentó a la cabeza del pueblo: cumplió la justicia de Yahvéh y sus decisiones para con Israel.
22 Y a Dan le dijo: Dan es un cachorro de león, que salta de Basan.
23 Y a Neftalí le dijo: Neftalí, colmado de favores, lleno de bendiciones de Yahvéh ; son su posesión el mar y el mediodía.
24 Y a Aser le dijo: ¡Bendito sea Aser entre los hijos! Sea el favorito entre sus hermanos y bañe su pie en el aceite;
25 sean de hierro y de bronce tus cerrojos, y dure tu vigor cuanto duren tus días.
26 No hay nadie como el Dios de YeSurún: que sobre los cielos cabalga para ir en tu ayuda, y sobre las nubes, en su majestad.
27 El Dios de antaño es lugar de refugio, y un soporte, sus brazos eternos; él arrojó de delante de ti al enemigo, y dijo: ¡Extermina!
28 Israel habita en seguro, la fuente de Jacob mora aparte en un país de trigo y de vino, donde incluso los cielos destilan rocío.
29 ¡Dichoso tú, Israel! ¿Quién como tú, pueblo salvado por Yahvéh, tu escudo protector, y cuya espada es tu exaltación? Tus enemigos simularán someterse ante ti, pero tú hollarás sus espaldas.

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Introducción a Deuteronomio 

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Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

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Notas