Ezequiel  4 La Biblia (Serafín de Ausejo, 1975) | 17 versitos |
1 Y tú, hijo de hombre, toma un ladrillo, ponlo delante de ti y graba en él una ciudad: Jerusalén.
2 Ponle sitio, construye un baluarte junto a ella, levanta junto a ella un terraplén, pon junto a ella campamentos y coloca junto a ella arietes todo alrededor.
3 Toma luego una sartén de hierro y ponía como muro de hierro entre ti y la ciudad; tendrás constantemente fija tu mirada en ella, de modo que esté en estado de asedio, y la asediarás. Esto es una señal para la casa de Israel.
4 Acuéstate luego del lado izquierdo, y yo echaré sobre ti la iniquidad de la casa de Israel. Cargarás con su iniquidad durante los días que estés acostado así.
5 Yo te cuento los años de su iniquidad por igual número de días; así que durante trescientos noventa días cargarás con la iniquidad de la casa de Israel.
6 Cuando los hayas terminado, te acostarás luego del lado derecho y cargarás con la iniquidad de la casa de Judá durante cuarenta días: te cuento un día por cada año.
7 Luego tendrás constantemente fija tu mirada en el asedio de Jerusalén, extendiendo el brazo desnudo, y profetizarás contra ella.
8 Mira que te voy a atar con cuerdas, de modo que no podrás volverte de un lado al otro hasta que hayas cumplido los días de tu encierro.
9 Toma también trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y espelta: ponlos en una vasija y hazte con ellos pan. Lo comerás durante el número de días que tienes que permanecer acostado de lado, es decir, trescientos noventa días.
10 La comida que has de tomar, cuidadosamente pesada, será de veinte siclos al día; la tomarás a hora fija.
11 El agua que has de beber, cuidadosamente medida, será la sexta parte del hin; la beberás a hora fija también.
12 Una torta de cebada es lo que has de comer, y la cocerás delante de ellos con excrementos humanos.
13 Y Yahvéh me dijo: Así comerán los hijos de Israel su pan impuro en las naciones adonde los voy a dispersar.
14 Yo entonces exclamé: ¡Ay, Señor Yahvéh! Mira que yo nunca me he contaminado; y desde mi infancia hasta ahora no he comido animal muerto o despedazado, ni ha entrado en mi boca carne inmunda.
15 El me respondió: Mira: te concedo boñigas de vaca en vez de excrementos humanos para que cuezas tu pan con ellas.
16 Después me dijo: Hijo de hombre, mira: yo voy a romper el bastón del pan en Jerusalén, de modo que tendrán que comer el pan a peso y con inquietud, y beber el agua a medida y con ansiedad,
17 para que, careciendo de pan y de agua, languidezcan los unos y los otros y perezcan por su iniquidad.

Patrocinio

 
 

Introducción a Ezequiel 

No hay comentario

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento (Serafín de Ausejo, 1975)

Patrocinio

Notas