Zacarías 2 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 13 versitos |
1 (5) Alcé de nuevo los ojos, miré, y vi a un varón que tenía en la mano un cordel de medir,
2 (6) y le pregunté: ¿Adonde vas? El me respondió: A medir a Jerusalén para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud.
3 (7) Apareció el ángel que hablaba conmigo, y vi que venía a su encuentro otro ángel,
4 (8) que le dijo: ¡Corre! Di a ese joven: Sin murallas será habitada Jerusalén; tal será en ella la muchedumbre de hombres y ."
5 (9) Y yo seré para ella, dice Yahvé, muro de fuego en derredor, y seré su gloria en medio de ella.
6 (10) ¡Hala, hala! Huid de la tierra del aquilón, oráculo de Yahvé, pues a los cuatro vientos del cielo os aventaré, oráculo de Yahvé.
7 (11) ¡Hala, Sión! ¡Ponte a salvo, tú que habitas en Babel!
8 (12) Porque así dice Yahvé de los ejércitos: Después de la aflicción me ha enviado a las gentes que os despojaron, porque el que os toca a vosotros toca a la niña de mis ojos2.
9 (13) Porque he aquí que yo agito mi mano contra ellos, y serán presa de quienes fueron sus esclavos, y sabréis que Yahvé de los ejércitos me ha enviado.
10 (14) Jubila y regocíjate, hija de Sión, porque llegaré y habitaré en medio de ti, oráculo de Yahvé.
11 (15) Aquel día se unirán a Yahvé muchas gentes, que serán mi pueblo, y yo habitaré en medio de ti, y sabrás que Yahvé de los ejércitos me ha enviado a ti.
12 (16) Yahvé poseerá a Judá, su heredad, en la tierra santa, y será Jerusalén su elegida.
13 (17) Calle toda carne ante Yahvé, que se ha despertado de su santa morada.

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Introducción a Zacarías

Times New Roman ;;;;;
Zacarías.
Introducción.

Personalidad del profeta y ambiente histórico de su ministerio.
Zacarías (en hebreo Zekariyah: Yahvé se acuerda o Se acuerda de Yahvé) es contemporáneo de Ageo, y predicó su mensaje en las mismas circunstancias históricas1. En Zac 1:1 es llamado hijo de Baraquías, hijo de Addo, mientras que en Esd 5:1 se omite el nombre de su padre y se le llama hijo de Addo 2. Algunos autores creen que el hijo de Baraquías es adición del glosista, basándose en Is 8:2 3.
En la lista sacerdotal de Neh 12:16 no aparece el nombre de Zacarías, a pesar de que los vaticinios del libro de Zacarías tienen un marcado sello levítico. Podemos considerar, pues, al profeta como perteneciente al grupo de los laicos que fomentaban la vida religiosa, y que tenían por ello relaciones estrechas con los de la clase sacerdotal.
Zacarías es contemporáneo de Ageo, y su predicación se desenvuelve en el mismo ambiente de dificultades que la de aquél. Su preocupación principal es también la de la terminación de las obras del templo, como preámbulo de la restauración mesiánica. Según las indicaciones cronológicas de sus vaticinios, Zacarías profetizó entre el 520 y el 518 a.C., cuando reinaba en Persia Darío I Histaspes (522-586), sucesor de Cambises 3. A pesar de que Zacarías tiene también la obsesión de la reedificación del templo destruido, como en Ageo, se preocupa más que éste de los valores morales, y en esto empalma con la tradición profética preexílica.

Contenido y estructura del libro.
El actual libro canónico, atribuido a Zacarías, se divide claramente en dos partes: una de tipo apocalíptico (c.1-8), visionaria, y otra narrativa, parenético-mesiánica (c.9-14). He aquí el esquema detallado, que nos da una idea clara de su contenido:

Introducción:
Exhortación a la conversión: 1:1-6. A) Restauración y salvación:
1. Ocho visiones nocturnas: 1:7-8:23.
Los caballos en el valle: 1:7-17. (Jerusalén reedificada.)
Los cuatro cuernos y los cuatro artesanos: 1:18-21(2:1-4).
(Los opresores serán destruidos.)
El ángel con la cuerda de medir: 2:1-13(2:5-7).
(Los desterrados volverán a Jerusalén y las naciones.)
El sumo sacerdote Josué: 3:1-10.
(Josué invitado a su nueva labor en el templo.)
El candelabro de oro entre los dos olivos: 4:1-14.
(El templo reedificado por Zorobabel y Josué.)
El rollo volando: 5:1-4.
(La tierra será limpiada de la injusticia.)
La mujer y el efd: 5:5-11
(La iniquidad será alejada de Palestina.)
Los cuatro carros: 6:1-8.
(Los opresores serán castigados.) Coronación del sumo sacerdote: 6:9-15. Disposición recta para la salvación: 7:1-8:23.
Juicios divinos y promesa de salvación: 9:1-14:21.
1. Juicio entre los gentiles y salvación de Israel: 9:1-11:17.
Juicio contra los gentiles vecinos: 9:1-7.
El reino mesiánico: 9,8-11:3.
Los pastores, bueno y malo: 11:4-17.
2. Salvación y glorificación de Israel: 12:1-14:21.
Liberación de Jerusalén: El Salvador, traspasado:
12:1-14.
Fuente de salvación: la purificación del pueblo: 13:1-9.
Ultima tribulación de Jerusalén y salvación mesiánica:
14:1-21.

Autenticidad.
Los críticos modernos urgen las diferencias conceptuales y literarias de la primera y segunda parte. Y, sobre todo, las alusiones de tipo histórico de ambas partes parecen reflejar distintas épocas de composición. Así, distinguen por lo menos dos autores en la actual compilación de vaticinios del libro de Zacarías; y, como en el caso del libro de Isaías, hablan del Proto-Zacarías, Deutero-Zacarías y aun Trito-Zacarías. En efecto, en la segunda parte del libro de Zacarías (c.9-14) hay ausencia total de indicaciones cronológicas, que abundan en la primera parte.
Además, tampoco aparece el nombre del profeta, sino que parece obra de un autor anónimo que cultiva el género antológico, es decir, que para expresar sus ideas se inspira en autores profetices anteriores al destierro babilónico. Se mencionan naciones y pueblos que en la época de Zacarías no tenían relieve histórico, como Asiría4, los jebuseos5, los filisteos6. Asimismo, las expresiones Efraím, la casa de Jacob1, parecen referirse al desaparecido reino del norte en 721 a.C. Se alude al terremoto de los tiempos de Ozías, rey de Judá 8, que tuvo lugar hacia el 750 a.C. Por otra parte, estos autores pretenden ver alusiones a hechos de los siglos VI-IV, como la fecha del comienzo del exilio (586), el retorno bajo Zorobabel (537), la terminación del templo (515), el retorno bajo Esdras (458), la terminación de los muros de Jerusalén (444), la victoria de Alejandro Magno sobre los persas en I so (333), la dominación seléucida sobre Palestina (197-142) y la insurrección de los Macabeos (175-161).
Además, mientras en la primera parte del libro de Zacarías la obsesión del profeta es la reconstrucción del templo jerosolimitano, en la segunda no se alude a esta cuestión, ni tampoco a los pilares del judaísmo en la época de la reconstrucción del templo, como son Zorobabel y Josué, personajes en torno a los cuales giran las enseñanzas de las cisiones de la primera parte. A esta diferencia de enfoque hay que añadir el hecho de que los vaticinios de la primera parte son datados y expresamente atribuidos a Zacarías, mientras que los de la segunda parte aparecen anónimos y sin indicaciones cronológicas.
La perspectiva es diferente, y el género literario de expresión también, pues en la primera parte los vaticinios están en forma de fisiones de tipo apocalíptico - probablemente ficciones literarias y no cisiones reales - , mientras que en la segunda parte desaparece el carácter misionario oracular, que es sustituido por una exposición difuminada, con menos originalidad personal, en la que prevalece el estilo antológico o imitativo de frases y concepciones proféticas anteriores al exilio babilónico. Por todas estas razones, la mayoría de los críticos modernos distinguen diversos autores al estudiar el origen de los vaticinios del actual libro de Zacarías 9.
Frente a esta posición, muchos autores más conservadores pretenden explicar estas anomalías que acabamos de apuntar, en el supuesto de que el profeta Zacarías es el autor de las dos partes del libro de Zacarías 10. Así, creen que la diversidad de enfoque general en ambas partes se debe a la diversa época de la vida de Zacarías en que habrían sido compuestas cada una de las partes. La primera sería del profeta cuando era joven, y el problema acuciante lo constituía la reconstrucción del templo. Más tarde, cuando el templo había sido ya inaugurado y habían muerto los dos corifeos del judaismo del retorno, Zorobabel y Josué, el profeta no tiene por qué aludir a esta situación y a estos personajes.
Así, suponen que la primera parte habría sido escrita hacia el 520 a.C., mientras que la segunda sería del mismo autor, pero escrita ya cuando se cuarteaba el imperio persa - época de las derrotas de ¿alamina (480), de Platea (479) - por efecto de la sublevación de muchas satrapías, como la de Egipto. Las diferencias de estilo habría que atribuirlas, en este supuesto, a la diferencia de edad del mismo autor u. Y las menciones de Asiría, Filisteo, losjebuseos, han de explicarse como arcaísmos artificialmente buscados para empalmar con la gran literatura profética de la época preexílica. Esta explicación sería válida también para las menciones de Efraím y José como sinónimos de Israel.

Mensaje doctrinal.
Las dos ideas teológicas fundamentales del libro de Zacarías son la Providencia divina, que tiene un cuidado especial de su pueblo 12, y sobre todo de Jerusalén, capital de la nueva teocracia 13, en la reconstrucción del templo 14, y sobre las naciones 15. Como los profetas preexílieos, Zacarías urge ante todo una religión espiritualista, no meramente manifestada con ritos externos cultuales. Ante todo, la verdad, la misericordia, el juicio justo, de modo que nadie maquine el mal en su corazón 16. Con esta doctrina ético-espiritualista, Zacarías se acerca mucho ya al ideal del sermón de la Montaña.
Otra idea fundamental en el libro de Zacarías es la de la expectación mesiánica. En la primera parte del libro - centrada en torno a la persona de Zorobabel como símbolo de la reconstrucción nacional - aparece éste como tipo del Mesías, futuro redentor. En la segunda parte desaparece la figura de Zorobabel, y la mente del profeta se proyecta directamente sobre la persona del Libertador que ha de venir y sobre el triunfo de la nueva Jerusalén. El Mesías es anunciado como Rey 17, justo y victorioso, cuyo reino abarca de un mar al otro; pero al mismo tiempo pobre, cabalgando sobre un asno 18, inaugurando un reino mesiánico universal 19 en el día de Yahvé, que será de triunfo y de luz 20. Las ideas escatológicas se mezclan en la última parte del libro, y la perspectiva se alarga y difumina sin contornos.

Estilo literario.
San Jerónimo define así el estilo del libro: Obscurissimus líber Zachariae prophetae et ínter duodecim longissimus 21. El estilo es apocalíptico y visionario en gran parte del libro. Las visiones parecen un artificio literario empleado por el autor para expresar simbólicamente ideas principalmente mesiánicas. El profeta presenta a menudo con él a un ángel intérprete, según es estilo en la literatura apocalíptica22. La forma literaria de los c.9-14 es más semejante a la de los profetas anteriores al exilio. Es el estilo antológico o imitativo de los vaticinios de diversos profetas anteriores, tomando incluso locuciones concretas de éstos para reforzar su punto de vista ante el auditorio, pero sin citar expresamente la fuente de inspiración.

Texto.
Ya hemos indicado que hay diferencias de estilo y de vocabulario entre las dos partes del libro. No obstante, los hebraístas sostienen que el lenguaje de Zacarías es, en general, de calidad, comparable al de los escritos buenos pre-exílieos 23. El TM a veces es oscuro y poco seguro, de forma que no pocas veces resulta más inteligible el texto de los LXX, que frecuentemente refleja un original diferente, que no ha sido comprendido bien por el traductor griego. Como en otros escritos proféticos, algunas veces los versículos están fuera de lugar, y es necesario acudir al contexto general y al paralelismo para reconstruir la posible lección original.

Canonicidad.
El libro de Zacarías figura sin dificultad, desde los primeros tiempos, tanto en el canon judaico como en el cristiano. En el Í.Ô., este libro es citado varias veces por Cristo y los apóstoles 24.

1 El nombre de Zacarías es muy común en el A.T. La grafía de la Vulgata está calcada sobre la de los LXX, pues en hebreo es Zekaryah. - 2 En Is 8:1 se habla de Zacarías, hijo de Yerebequías, del que puede ser una variante Ba-raquías. - 3 Cf. Zac 1:1.7; 7:1. - 4 Zac 10:10. - 5 Zac_9:7. - 6 Zac 9:6. - 7 Zac 9:10.13; Zac_10:7. - 8 Zac 14:5. - 9 Hiteig y Ewald opinan que los c.g-14 son anteriores al exilio (sus alusiones a Asiría, los filisteos, los jebuseos, Efraím) y fueron incorporados al libro de Zacarías en el siglo v. Driver y Stade, Nowack, suponen más bien que estos capítulos son de la época de Alejandro Magno (s.iv); de ahí la mención de Grecia (Zac 9:13). En cambio, Kennet, Peake, Wellhau-sen y Martí sostienen que son obra de un autor del siglo u, de la época de los Macabeos. - 10 Es la opinión tradicional sostenida por Kaulen-Hoberg, Knabenbauer, Goetsberger, Cornely-Merck, Junker, Wright. Cf. van hoonacker, Les douze Petits Prophétes p.579-81. 650-62; S. bullough, Verbum Del II p.?8o; hopfl-miller-metzinger, o.c., 531. - 1l Los que sostienen la unidad de autor urgen el hecho de que frases como el ojo de Dios están en ambas partes del libro (cf. 1:6.12; 2:11; 9:15; 10:3; 12:5). - 12 Zac_8:7-8. - 13 Zac 1:14; 8:2. - 14 Zac 4:10 - 15 Zac9:5s; 12:2-6; 14:12-15. - 16 Zac 1:4; 5:3-4; 7:5-10; 8:16-19. - 17 Zac 9 9 - 18 ibid. - 19 Zac É4:3·4·9. - 20 Zac 14:1.4.6.7.13.20. - 21 San Jerónimo, Comm. in Zach., pról.: PL 25:1417 (1486). - 22 Cf. Dan7:16; 8:16; 9:21; Ap 17:15; 21:9. - 23 Cf. Van Hoonacker, o.c., p.657-6o. - 24 Mt 21:45 y Jn 12:15 citan a Zac 9:9 al hacer la entrada solemne de Jesús en el templo el domingo de Ramos; Mt 26:31 cita a Zac 13:7: percutiam pastorem et dispergentur oves gregis; Jua_19:37 cita a Zac 12:10: videbunt in quem transfuxerunt.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Zacarías 2,1-13

2. La Restauración de Jerusalén.

Visión del varón con la cuerda de medir (1-9).
1 (5) Alcé de nuevo los ojos, miré, y vi a un varón que tenía en la mano un cordel de medir, 2 (6) y le pregunté: ¿Adonde vas? El me respondió: A medir a Jerusalén para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud. 3 (7) Apareció el ángel que hablaba conmigo, y vi que venía a su encuentro otro ángel, 4 (8) que le dijo: ¡Corre! Di a ese joven: Sin murallas será habitada Jerusalén; tal será en ella la muchedumbre de hombres y animales. 5 (9) Y yo seré para ella, dice Yahvé, muro de fuego en derredor, y seré su gloria en medio de ella.

Después de anunciar el castigo sobre las naciones paganas opresoras de Judá, el profeta nos presenta otra visión en la que se simboliza plásticamente la futura grandeza de Jerusalén. El profeta contempla en visión a un joven con un cordel de medir, pues quiere saber cuánta es la anchura y la longitud de Jerusalén (v.2/6). El profeta aquí le pregunta, sin intermediario, al joven qué es lo que pretende hacer. Después de oír su respuesta, entra en escena el ángel intérprete, dispuesto a citar explicaciones más amplias al profeta, aunque un nuevo ángel explica al intérprete el verdadero sentido simbólico de la acción del joven: Jerusalén será tan grande en el futuro, que no tendrá murallas, y, por tanto, es inútil querer medir su perímetro. Jerusalén será una inmensa ciudad abierta guardada por el mismo Yahvé, que formará en torno a ella como un muro de fuego infranqueable a los posibles invasores (v.5/8).
Zacarías no podía presentar a sus compatriotas, que se ocupaban penosamente en reconstruir su ciudad, un horizonte más optimista. Jerusalén superará el esplendor antiguo y estará bajo la especialísima y personal protección de su Dios. Como siempre, los profetas proyectan su mirada hacia los tiempos mesiánicos, conforme a las promesas recibidas. Su misión era sostener y fomentar el fuego de la esperanza en sus compatriotas para que no se dejaran llevar del desánimo y de la desesperación ante tantas pruebas y contrariedades. Los profetas anteriores al exilio anunciaban la era venturosa mesiánica después del cautiverio babilónico, pero la realidad en los tiempos de Zacarías era muy otra, y la perspectiva de una inmediata inauguración de los tiempos mesiánicos se alejaba indefinidamente a menos que hubiera una intervención súbita de Dios.

Llamamiento a los exilados (6-17).
6 (10) ¡Hala, hala! Huid de la tierra del aquilón, oráculo de Yahvé, pues a los cuatro vientos del cielo os aventaré, oráculo de Yahvé. 7 (11) ¡Hala, Sión! ¡Ponte a salvo, tú que habitas en Babel! 8 (12) Porque así dice Yahvé de los ejércitos: Después de la aflicción me ha enviado a las gentes que os despojaron, porque el que os toca a vosotros toca a la niña de mis ojos2. 9 (13) Porque he aquí que yo agito mi mano contra ellos, y serán presa de quienes fueron sus esclavos, y sabréis que Yahvé de los ejércitos me ha enviado. 10 (14) Jubila y regocíjate, hija de Sión, porque llegaré y habitaré en medio de ti, oráculo de Yahvé. 11 (15) Aquel día se unirán a Yahvé muchas gentes, que serán mi pueblo, y yo habitaré en medio de ti, y sabrás que Yahvé de los ejércitos me ha enviado a ti. 12 (16) Yahvé poseerá a Judá, su heredad, en la tierra santa, y será Jerusalén su elegida. 13 (17) Calle toda carne ante Yahvé, que se ha despertado de su santa morada.

La exhortación a salir de Babilonia, la tierra del aquilón, tiene mucho de semejante con Isa_48:205 : Salid de Babilonia, huid de los caldeos con cantos de alegría.. Es frecuente la dependencia ^ de Zacarías de oráculos proféticos anteriores. El profeta, por ficción literaria, se traslada a los tiempos de la cautividad, y anuncia la liberación gloriosa de sus compatriotas. En la visión anterior se hablaba del castigo que iban a infligir los cuatro artesanos (instrumentos -de la justicia divina) a los cuatro cuernos, o conjunto de potencias enemigas del pueblo israelita. Ahora en los v. 10-13 se concreta más el castigo sobre la gran potencia opresora, Babilonia.
Ha llegado la hora de la justicia divina para el opresor y de la liberación para los exilados, que van a abandonar en masa a la gran metrópoli: a los cuatro vientos os aventaré (v.6/10). Dios va a castigar a las gentes que despojaron a Israel, su pueblo predilecto, al que no se puede tocar impunemente: el que os toca a vosotros toca a la niña de mis ojos (v.8/i2b). Es la hora de la revancha para los exilados, condenados hasta ahora a la esclavitud: serán presa de quienes fueron sus esclavos (v.9/13). Se abre la nueva era gloriosa para Judá, en laqueYahvé volverá a habitar en Sión (v. 10/14), y se formará la nueva teocracia de los tiempos mesiánicos, de la que participarán también los gentiles: aquel día se unirán a Yahvé muchas gentes, que serán mi pueblo (v. 11/15). Es el anuncio del universalismo mesiánico, característico de los grandes vaticinios mesiánicos 3.
Sin embargo, Judá conservará su rango de nación predilecta, pues en ella morará Yahvé como en su heredad en la tierra santa, la primogénita y predilecta de las naciones: será Jerusalén su elegida (v.12/i6). Ante el gran acontecimiento que se avecina, el juicio sobre las naciones, el profeta invita a un silencio respetuoso: calle toda carne ante Yahvé, que se ha despertado de su santa morada (v.13/17). Yahvé estaba aparentemente dormido, y había permitido a las naciones opresoras que descargaran su rabia sobre Judá; pero de repente ha despertado de su santa morada, la ciudad de Jerusalén o los cielos superiores donde especialmente reside, desde donde dirige el curso de la historia humana.

1 Aflicción, traducción de Hoonacker cíe la palabra Kabod, que suele significar gloria. 2 El TM dice de sus ojos. Pero el cambio de persona parece exigido por el contexto. 3 Cf. Miq_4:1s; Zac 8:2os.