Esdras  7 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 28 versitos |
1 Después de esto, en el reinado de Artajerjes, rey de Persia, vino Esdras, hijo de Serayas, hijo de Azarías, hijo de Helcías,
2 hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ajitub,
3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Merayot,
4 hijo de Zarajías, hijo de Uzi, hijo de Buqui,
5 hijo de Abisúa, hijo de Fines, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, sumo sacerdote.
6 Venía de Babilonia, y era un escriba muy versado en la ley de Moisés, dada por Yahvé, Dios de Israel; y corno estaba sobre él la mano de Yahvé, su Dios, el rey le otorgó todo cuanto le pidió,"
7 Muchos de los hijos de Israel, de los sacerdotes y levitas, de los cantores, de los porteros y de los netineos, vinieron también a Jerusalén el año séptimo del rey Artajerjes.
8 Llegó Esdras a Jerusalén el mes quinto del año séptimo del rey,
9 habiendo salido de Babilonia el día primero del primer mes, y llegó a Jerusalén el día primero del quinto mes, estando sobre él la mano de su Dios,
10 porque Esdras había dispuesto su corazón para poner por obra la Ley de Yahvé y enseñar en medio de Israel sus mandamientos y preceptos.
11 He aquí la copia de la carta entregada por el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote y escriba, versado en los mandamientos y las leyes de Yahvé a Israel: “Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba, versado en la ley del Dios de los cielos, etc.,”
12 (TEXTO OMITIDO)
13 “He dado la orden de dejar partir a todos los del pueblo de Israel, de sus sacerdotes y sus levitas, que hay en mi reino que estén dispuestos a ir contigo a Jerusalén.
14 Tú eres enviado del rey y de sus siete consejeros para inspeccionar a Judá y a Jerusalén respecto de la Ley de tu Dios, que está entre tus manos,
15 y para llevar allá el oro y la plata que el rey y sus consejeros han ofrecido generosamente al Dios de los cielos, cuya casa está en Jerusalén;"
16 toda la plata y el oro que puedas reunir en Babilonia, con las ofrendas voluntarias hechas por el pueblo y los sacerdotes a la casa de Dios en Jerusalén.”
17 “Cuidarás de adquirir con ese dinero novillos, carneros, corderos y cuanto es necesario para las ofrendas y las libaciones, que ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios e Jerusalén,
18 y con el resto de la plata y del oro harás lo que mejor te parezca a ti y a tus hermanos, conforme a la voluntad de vuestro Dios.
19 Deposita ante Dios en Jerusalén los utensilios que se te entregan para el servicio de la casa de tu Dios
20 y saca de los tesoros del rey lo que sea necesario para las otras expensas que has de hacer para la casa de tu Dios.”
21 “Yo, el rey Artajerjes, doy orden a todos los tesoreros de la parte de allá del río de entregar íntegramente a Esdras, sacerdote y escriba, versado en la ley del Dios de los cielos, todo lo que él os pidiere,
22 hasta cien talentos de plata, cien coros de trigo, cien “batos” de vino, cien “batos” de aceite y sal a discreción.
23 Que todo cuanto está mandado por el Dios de los cielos se haga puntualmente para la casa del Dios de los cielos, para que no venga su cólera sobre nuestro reino, sobre el rey y sobre sus hijos.
24 Os hacemos saber que no podrá ser impuesto tributo, ni gabela, ni derecho de peaje a ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y netineos ni a ningún servidor de esa casa de Dios.”
25 “Y tú, Esdras, según la sabiduría que de Dios, que está en tu mano, tienes, establece jueces y magistrados que administren justicia a todo el pueblo del otro lado del río, a todos los que conocen la Ley de tu Dios, y enséñasela a los que no la conocen.
26 Cualquiera que no guarde puntualmente la ley de tu Dios y la ley del rey, será condenado a muerte, a destierro, a multa o a prisión.”
27 Bendito Yahvé, Dios de nuestros padres, que ha dispuest el corazón del rey a glorificar así la casa de Yahvé en Jerusalén
28 y que me hizo objeto de la benevolencia del rey, de sus consejeros y de todos sus poderosos jefes. Fortalecido por la mano de mi Dios, que estaba sobre mí, reuní a los jefes de Israel para que partieran conmigo.

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Introducción a Esdras 

Times New Roman ;;; Riched20 5.40.11.2210;
Esdras-Nehemias.

Introducción.

Título.
Llámanse así por razón de que los protagonistas de los mencionados libros son Esdras y Nehemías. En el antiguo canon judío formaban un solo libro, que llevaba el título de Esdras; la misma unidad existía en los antiguos códices griegos (BSA) de los LXX, en los que ocupa el primer puesto el libro de Esdras A, que corresponde al III de Esdras, apócrifo, seguido de Esdras Â, ï sea de los libros canónicos de Esdras-Nehemías. Los Santos Padres dividieron el libro en dos, atendiendo a su argumento. Al primero llamaron Esdras, y Nehemías al segundo, por razón de las palabras de Neh 1:1. Esta división entró en el texto hebraico a partir de la edición de D. Bomberg (Venecia 1917). En la Vulgata se les llama 1 y 2 de Esdras.

Texto.
El libro fue escrito originariamente en hebreo en su mayor parte bien conservado en general, pero deficiente en cuanto a la transcripción de los nombres propios y números. En general, la lengua hebraica es decadente en cuanto a la gramática y sintaxis, principalmente en las partes que son propias del autor; menudean los aramaísmos. Dos pasajes están escritos en lengua aramaica, Esd 4:8-6:18; 7:12-26, sobre cuya índole disputan los autores. La versión griega se ha conservado en los códices BSA; fue hecha directamente del hebreo; de gran utilidad para la crítica textual es la revisión de Luciano. En general, el texto griego es inferior al hebreo (Kxos-Termann).

Argumento y división.
Tres son los temas principales que se desarrollan en el libro: i) Reconstrucción del templo (Esd c.1-6, menos 4:6-23). 2) Reparación de los muros de Jerusalén y repoblación de la misma (Esd 4:6-23; Neh c.1-13). 3) Bases jurídicas del judaismo (Esd c.7-19). A la restauración material, moral y religiosa de la comunidad hebraica se dedicaron los sionistas a partir del decreto de Ciro (538 a.C.)· Podríamos dividir el libro de Esdras en dos partes: i) Vuelta de los primeros cautivos bajo el caudillaje de Zorobabel (c.1-6), y 2) Caravana de repatriados conducidos por Esdras y reforma de costumbres (c.7-10). También el libro de Nehemías presenta una dob división: i) Nehemías llega a Jerusalén (c.1-7). 2) Reforma llevada a cabo por Esdras.

Autor.
Cada día toma más auge la sentencia de los que defienden que al principio los libros de Esdras y Nehemías formaban parte integrante de las Crónicas, siendo uno mismo el autor de unos y otros. Los que admiten esta unidad de autor insisten en las analogías; pero, si bien es verdad que entre estos libros es idéntico el espíritu de redacción, existen diferencia en cuanto al método empleado. La época de la redacción final es la de Alejandro Magno.

Documentos.
En la primera parte del libro de Esdras (1:1-6:22) hallamos una sección en hebreo y otra en aramaico (4:6-6:18). En la hebraica cabe distinguir dos documentos: i) edicto de Ciro (1:1-4), Que se reproduce en 6:3-5, y 2) elenco de repatriados (2:1-70), que, con ligeras variantes, se halla en la segunda (4:6-6:22), donde se incluyen los siguientes documentos: a) carta de los samaritanos a Artajerjes (4:7-16); b) respuesta del rey (4:17-22); c) carta de Tatnaí y Setar-Boznaí a Darío I (5:6-17), y a) contestación del monarca (6:3-12). El autor sagrado ha añadido a las mencionadas fuentes algunas indicaciones (4:7), las ha encuadrado en su contexto histórico (4:24-5:5), ha puesto una conclusión de índole histórica (6:13-18), terminando con una noticia sobre la celebración de la pascua (6:19-22). A las fuentes mencionadas cabe añadir, según algunos autores, otra, de origen hebraico en los dos primeros capítulos, visible, según dicen, en Esd 1:2-4; 8-11.
En la última parte del libro (c.7-10) aparecen las Memorias de Esdras. Según Lusseau, este documento representa la relación global de su memorial destinado a las autoridades persas (7:1-10:44). Es importante este documento por los datos cronológicos que encierra. En estas memorias se incluye una carta, en arameo, del rey Artajerjes a Esdras, sacerdote y escriba (7:11; 26).
Las Memorias de Nehemías abarcan desde Neh 1:1 hasta 12, 27-13-3; con la inserción de otros documentos contemporáneos (Neh 3:1-32; 11:4-19) y otro de origen más antiguo (7:6-72). El autor no siempre reproduce íntegramente las fuentes de que se sirve; algunas veces ha suprimido aquello que no interesaba y ha añadido algo que conducía a su fin (Neh 11:25-12:26; Neh 8:7-9; 9:4-5; 12:33-36); otras las ha resumido (Esd 4:6-7; 7:1-11) o retocado ligeramente o las ha desplazado de su contexto (Esd 4:6-6:18). Los capítulos Neh 8-10 interrumpen el discurso directo, desplazan la reforma material al terreno religioso y moral, reapareciendo la figura de Esdras. Su colocación plantea un problema no resuelto todavía.

¿Esdras-Nehemías, o a la inversa?
La lectura del libro supone que los acontecimientos se sucedie-°n según el orden cronológico actual de Esdras-Nehemías.
Este orden tradicional es puesto en tela de juicio por muchos autores recientes, católicos e independientes, siguiendo a Van Hoonacker, quienes proponen el siguiente curso de los acontecimientos·1) reconstrucción del templo por los repatriados con ocasión del edicto de Ciro (año 538; Esd 1:1-6:22); 2) en el año veinte de Artajerjes I Longimano (445-44) se dirige Nehemías a Jerusalén, emprendiendo el trabajo de reconstrucción de las murallas (comienzo de las 70 semanas del profeta Daniel, Dan 9:24-27); 3) al año séptimo del reinado de Artajerjes II Mnemone (404-358), es decir, el 398, llegó Esdras a Jerusalén para acometer la reforma religiosa (Esd 7:1-10:44). Sus argumentos tienen importancia, lo que explica el gran favor que ha encontrado esta inversión entre los autores católicos (Touzard, Renie, Ricciotti, Vandervost, Pelaia, Le-Maire-Baldi, etc.) e independientes. Pero no son decisivos. Es difícil, escribe Dhorme, pronunciarse sobre esta cuestión, que obligaría a reconsiderar toda la historia de la restauración hecha por Esdras y Nehemías. Según el espíritu del autor sagrado, el templo es antes que la ciudad, el sacerdote antes que el gobernador.
Podríamos amontonar razones en pro y en contra de esta debatida cuestión; nuestra posición coincide con la de Schneider al decir que se inclina más por la prioridad de Nehemías; pero, haciendo suyas unas palabras del P. De Vaux 1, añade: Sin embargo, no estoy todavía convencido de ello. Lemaire-Baldi y Pelaia confiesan que las razones aportadas para la prioridad de Nehemías no son apodícticas; tomadas aisladamente, pueden impugnarse; consideradas en su conjunto, tienen gran valor.

Historia profana del período Esdras-Nehemías.
Las noticias sobre la repatriación y reorganización de la comunidad judaica en Jerusalén por obra de Esdras y Nehemías corresponden a un marco histórico que tiene como término a quo el año 538 y como fin el reinado de Artajerjes II (404-358). El año 539, Ciro entró triunfante en Babilonia. Murió en 530, sucediéndole su hijo Cambises (530-522), que sometió a Egipto, achacándole Heródoto haberse dejado dominar allí por su locura sacrilega, noticia que confirma un texto de Elefantina en que se dice que destruyó todos los templos egipcios, excepto el de Yaho (Yahvé; Pritchard, 492).
A Cambises siguió Darío I (521-486), que unificó el imperio, construyó una red de caminos por todo el país, dividió el imperio en veinte satrapías, ensanchando sus límites. La quinta satrapía, llamada Abarnahara, comprendía Palestina, Fenicia, Chipre y Siria. Sucedióle Jerjes (485-464). Fue un rey muelle, afeminado, despótico y cruel. En el libro de Ester se da de él un retrato muy parecido a este que hemos mencionado de Heródoto. Fue asesinado en una revuelta de palacio, junto con su hijo Darío. Subió al trono Artajerjes I (464-424), con el sobrenombre de Longimano. A su muerte reinó su hijo Jerjes II, sólo por cuarenta y cinco días. Darío II (424-405), hijo de Artajerjes, siguió las inspiraciones de s mujer Parisatis. Del séptimo año de Darío (417) se conserva un texto del sátrapa de Egipto, Arsames, que señala a los judíos de la colonia de Asuán la manera de celebrar la pascua.
A él siguió Artajerjes II (404-358), llamado Mnemone. Tuvo que sofocar la revuelta de su hermano Ciro el Joven, a quien venció en la batalla de Kunaxa (401 a.C.). El año 404, Egipto consiguió la independencia, dando inicio la 28 dinastía. Los partidarios del orden Ne-hemías-Esdras colocan la misión de este último el año 398 a.C., en tiempos en que a la dinastía 28, de Amisteo, sucedió la 29, de Neferites I (398-392), contra la que combatía encarnizadamente Artajerjes. ¿Era buena esta fecha para autorizar la repatriación de numerosos judíos capitaneados por Esdras?
Esta rápida ojeada histórica confirma que la historia bíblica y profana corren paralelas, sin desacuerdos ni antinomias.

Los judíos en el imperio persa.
Los judíos marcharon al destierro por última vez el año 587 por orden de Nabucodonosor. En un principio fueron recluidos en campos de concentración, de donde fueron sacados para dedicarse a trabajos de construcción, de canalización y riegos agrícolas. Estableciéronse en lugares cercanos a Babilonia, junto al río Kebar, en Tell Abib (Ez 3:15) y otros lugares de la región de Nippur. Acudían a Babilonia en busca de trabajo o se afincaban en el campo dedicados a la explotación agrícola (Ez 3:15-23). Pronto gozaron de relativa libertad de movimientos, autorizándoseles enviar cartas a Palestina (Jer c.29; 51:59; Neh 1:1ss), agruparse y gobernarse por sus ancianos (Jer 29:1; Ez 8:1; 14:1). Con el tiempo, la fortuna sonrió a no pocos, que atesoraron grandes riquezas, ocuparon elevados cargos, mientras otros vivían en la indigencia. Se han conservado los archivos de la familia Murashu, que en tiempos de Artajerjes I y Darío II dedicábase a operaciones bancarias, al comercio, administración de bienes, etc.2. Con abundantes medios de vida en Babilonia, se comprende que muchos se negaron a repatriarse llegado el momento de la libertad en tiempos de los persas.
La administración persa mostróse liberal con los pueblos subyugados por Babilonia, a los que se autorizaba gobernarse según sus propias leyes. Los primeros gobernadores de los repatriados pertenecían a la dinastía davídica.

Renovación religiosa.
Fue el exilio una dura prueba para Israel (Jer 31:15). Corría peligro de que al contacto con los pueblos paganos perdiera su peculiaridad religiosa, su sentimiento de pertenencia a Yahvé y de que Denegara de un Dios que, en concepto de algunos, no fue capaz de liberarlo de manos de Nabucodonosor. Pero la actividad de los profetas, sobre todo Jeremías y Ezequiel, salvó al pueblo en esta Coyuntura trágica. Israel supo reaccionar favorablemente. Ezequiel fue el promotor de las grandes corrientes religiosas existentes despues del exilio: separación total del mundo pagano, estudio de 1 Ley. Las almas encontraban asimismo una literatura tonificante en el oráculo de Is c.40-55, que, a causa de sus predicciones mesiánicas, excitaban también el patriotismo. Con el exilio nace el judaísmo y se constituye el Estado-Iglesia 3.
Los repatriados iniciaron su vida según las Escrituras, que, por obra de Esdras, se comienzan a codificar, formando el canon de las Escrituras sagradas. En toda la literatura sagrada, mosaica y profética, coleccionada en esta época se encontraba la respuesta de Israel a la revelación divina. Restauróse el altar de los sacrificios, el templo y la ciudad santa; Israel surgía con espíritu y corazón nuevos (Ez 6:9; 11:19) Y reanudaba su alianza con Dios (Ez 11:20; 14:11).

Doctrina religiosa.
Los judíos que habitaban en Babilonia no se desentendieron de sus hermanos que en Judea ponían las bases del nuevo Estado de Israel. Zorobabel, Esdras y Nehemías fueron hombres providenciales, instrumentos de que se sirvió Dios para despertar la conciencia de su pueblo escogido. Sometido Israel al dominio persa, no trató de sacudir su yugo, proclamar su independencia nacional, sino que centró todas sus actividades en torno al templo y a la sombra de los muros de la ciudad santa. La Ley será su norma de fe y costumbres; de su meditación y estudio surgirán diversas leyes encaminadas a separar, segregar al pueblo escogido de las gentes del país y obligarle a un comportamiento escrupuloso de las leyes de la teocracia. Quienes se negaban a acatarlas eran separados de la comunidad. Israel se agrupa en torno a un solo Dios, a un único templo servido por sacerdotes y levitas. En las sinagogas empezó a leerse la Ley y los Profetas, con lo que se recuerda constantemente al pueblo sus deberes religiosos. Un cuerpo de escribas se entrega al estudio de la Escritura. Es una época de renovación espiritual silenciosa, pero eficaz.

1 RB 63 (1956) 423-427.
2 G. Cardascia, Les Archives de Murashu (París 1951).


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Esdras  7,1-28

2. Reformas de Esdras (c.7-10).
E n esta segunda parte del libro ocupa Esdras el puesto central. Señala el texto su ascendencia sacerdotal, su viaje a Jerusalén, llevando una carta de recomendación; algunos detalles sobre los acompañantes y nuevos repatriados. Los dos últimos capítulos del libro tratan de los matrimonios mixtos.

Genealogía de Esdras (7:1-5).
1 Después de esto, en el reinado de Artajerjes, rey de Persia, vino Esdras, hijo de Serayas, hijo de Azarías, hijo de Helcías, 2 hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ajitub, 3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Merayot, 4 hijo de Zarajías, hijo de Uzi, hijo de Buqui, 5 hijo de Abisúa, hijo de Fines, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, sumo sacerdote.

Con datos concretos se prueba la ascendencia sacerdotal de Esdras = Ezrayah, nombre que significa al que Yahvé ayuda. Otros personajes llevaron este nombre (Neh_12:1; Neh_12:13; Neh_12:33). únicamente con este requisito podía ejercer Esdras las funciones sacerdotales en el templo (Neh_2:62). Serayas es el último sumo pontífice del reino de Judá, muerto por Nabucodonosor en Ribla (2Re_25:18-21). Su pontificado fue retransmitido a Esdras a través de su hijo primogénito Josadac, padre de Josué (2Re_5:2). Entre Serayas y Esdras hanse omitido algunos nombres. Serayas, escribe Fernández, fue padre de Josadac, que fue llevado al destierro (1Cr_6:10); y sus hijos, que le sucedieron en el sumo pontificado, se hallan citados en Neh_12:10-11, de donde cabe concluir que Esdras descendía de Serayas por uno de sus hijos menores. Queriendo el autor sagrado demostrar que Esdras procedía de la línea de sumos sacerdotes, y entre sus progenitores el primer sumo sacerdote era Serayas, nombró a éste, saltando a los demás intermedios, que no le interesaban. Este método de omitir algunos nombres en las listas genealógicas es muy común en la Biblia. El género literario genealógico expresa más bien un sistema teológico-jurídico que una encuesta biológica. Parece que las genealogías sacerdotales se hicieron remontar hasta Aarón entre la época de Esdras y de las Crónicas (Gelin). Entre Serayas y Esdras median unos ciento treinta y ocho años, siendo evidente que la palabra hijo tiene aquí un sentido muy amplio· De Azarías apenas se sabe nada. Releías era sumo sacerdote durante el reinado de Josías; en su tiempo fue encontrado el libro de la Ley (2Re_22:4; 2Cr_34:9). Entre Sadoc y Ajitub ha omitido el autor el nombre de Merajot (1Cr_9:11). Fue Amarías sumo sacerdote en tiempos de Josafat, rey de Judá. Abisúa fue hijo de Finés (1Cr_5:30-31), y éste de Eleazar (Exo_6:25). A la muerte de los hijos de Aarón (Nadab y Abiú), Eleazar sobrevivió, sucediendo a padre en el sacerdocio (Num_20:26-28). Fue Aarón hermano de Moisés; recibió para él y para su descendencia la dignidad del sumo sacerdocio (Ex c.28-29), de manera que el primogénito fuera sumo sacerdote, y los otros, simples sacerdotes (Num_3:10). Tal dignidad se retransmitió a través de sus dos hijos Eleazar e Itamar, más del primero que del segundo (1Cr_24:3-6). Es de notar que el texto original no contiene ningún verbo hasta el v.6; tanta es la atención y admiración del autor por su personaje, que incluso olvida las reglas de la gramática, llevado por el afán de poner de relieve la ascendencia sacerdotal de Esdras. En el v.1 se habla de que la llegada de Esdras fue reinando Artajerjes. Ahora bien, como diremos más tarde, tres son los monarcas persas con este nombre: Artajerjes I Longímano (464-424), Artajerjes II Mnemone (405-358), Artajerjes III Oco (358-337). Desde el año 515 (1Cr_6:19) hasta el séptimo de Artajerjes (458) existe un espacio de cincuenta y ocho años.

En ruta hacia Jerusalén (1Cr_7:6-10).
6 Venía de Babilonia, y era un escriba muy versado en la ley de Moisés, dada por Yahvé, Dios de Israel; y corno estaba sobre él la mano de Yahvé, su Dios, el rey le otorgó todo cuanto le pidió, 7 Muchos de los hijos de Israel, de los sacerdotes y levitas, de los cantores, de los porteros y de los netineos, vinieron también a Jerusalén el año séptimo del rey Artajerjes. 8Llegó Esdras a Jerusalén el mes quinto del año séptimo del rey, 9habiendo salido de Babilonia el día primero del primer mes, y llegó a Jerusalén el día primero del quinto mes, estando sobre él la mano de su Dios, 10 porque Esdras había dispuesto su corazón para poner por obra la Ley de Yahvé y enseñar en medio de Israel sus mandamientos y preceptos.

El autor sagrado ha utilizado tres fuentes de información en estos capítulos: el archivo donde se guardaba la genealogía sacerdotal de Esdras (1Cr_6:29-40), un memorial de Esdras y la carta de Artajerjes. Además de sacerdote, era Esdras un escriba versado en la Ley de Moisés. Por el nombre de escriba (sofer) pueden entenderse aquellos funcionarios que conocían el arte de escribir (Sal_45:2) y que prestaban sus servicios preferentemente en la corte real (2Sa_8:17; 2Re_12:11). Del tiempo de la cautividad llámase sofer al hombre dedicado al estudio e interpretación de la Ley (Ecl c.38-39). Parece que Esdras, a ejemplo de los colegios sacerdotales babilónicos, formó junto al templo un colegio de soferim cuya misión era reunir las tradiciones escritas y orales, ordenarlas y codificarlas con vistas a una futura reforma1.
Su contacto permanente con la legislación mosaica hizo de él un escriba especializado o, como dice el texto, versadísimo en la Ley de Moisés. El término hebraico mahir significa pronto, rápido, ágil> tanto para escribir la Ley como para interpretarla. Hasta su tiempo no existía una codificación o colección escrita de toda la legislación mosaica, que se conocía a través de la tradición oral o por algunas colecciones escritas incompletas. Sus muchos años de permanencia en el palacio y su trabajo en el departamento de negocios hebraicos le familiarizaron con la Ley de Moisés, ahondando en su espíritu y desentrañando su verdadero sentido. De ahí que puede llamarse escriba muy versado y ágil en la interpretación de una ley que tantas veces había transcrito y meditado profundamente. El v.10 dice que estaba Esdras dedicado a escudriñar (darash) la Ley de Moisés con el fin de conocerla perfectamente. En los v.14 y 25 se puntualiza que esta Ley está entre sus manos (v.14), que la conoce al dedillo; según la sabiduría de tu Dios, que está en tu mano (v.25). Esta ciencia y sabiduría de la Ley la había asimilado él, llevándola totalmente a la práctica. A toda ella faltaba un complemento, a saber, comunicar a otros esta ciencia y moverlos a practicarla mediante su ejemplo.
Debía ser Esdras un hombre íntegro, fiel y hábil para granjearse la estima de sus superiores y subditos. La afección que el rey sentía por él le impelía a concederle todo cuanto pedía. Dios había recompensado la conducta intachable de su siervo haciendo que encontrara gracia a los ojos del rey; de donde se decía que la mano de Dios estaba sobre él (2Re_7:10-28; 2Re_8:18; Neh 2-8). Aprovechó Esdras aquella coyuntura favorable para obtener una autorización para regresar a Jerusalén él y otros que quisieron acompañarle. De seguro habría oído él que la vida de los repatriados en Palestina no correspondía al ideal señalado por la Ley de Moisés.


¿Cuándo Partió Esdras Para Jerusalén?
Dice el texto (v.7) que fue el año séptimo de Artajerjes. Tres son los monarcas persas con este nombre: Artajerjes I Longímano (464-424), Artajerjes II Mnemone (405-358) y Artajerjes III Oco (358-337). Se excluye que Esdras regresara en tiempos de este último; quedan en litigio los dos primeros. Según datos del texto, la misión de Esdras tuvo lugar el año 458, coincidiendo con el año séptimo de Artajerjes Longímano; Nehemías llegó el año 20 del mismo monarca, es decir, el año 445. La sentencia de Van Hoonacker, que defendieron después otros autores, hace coincidir la fecha de la misión de Esdras con el año 398, séptimo del reinado de Artajerjes II Mnemone. Las razones que se aducen en su apoyo kan sido indicadas en la introducción; en caso de aceptarse, el orden de los capítulos sería el siguiente: Esd c.1-6; Neh 1-7 y 10-13; Esd 7-10 y Neh 8-9. En el supuesto de que la misión de Esdras precedió a la de Nehemías, ¿cómo se explica que este último silencie completamente la obra del sacerdote escriba? Además, al llegar Esdras a Jerusalén, halló que la ciudad había sido reconstruida, lo que supone la acción anterior de Nehemías. Por estas y otras razones considera Van Hoonacker que la llegada de Esdras es posterior a la de Nehemías.
El autor del libro, dicen, ha sacrificado el orden cronológico de los hechos al respeto que sentía por Esdras sacerdote, que ostentaba una dignidad superior a la del laico Nehemías. Una y otra hipótesis presentan soluciones aceptables y dificultades.
Con Esdras llegaron sacerdotes, levitas, cantores, porteros y netineos (2Re_2:36-63). Esta noticia está relacionada con lo dicho en el capítulo anterior acerca de la dedicación del templo. La caravana partió de Babilonia el día primero del mes de Nisán (marzo-abril) y, tras un viaje de ciento ocho días, llegó a Jerusalén el primero del mes de Ab (julio-agosto). El día primero del primer mes los expedicionarios concentráronse en las orillas del río Ahavá (2Re_8:15; 2Re_8:21; 2Re_8:31). Allí esperó Esdras la concentración de nuevos levitas (2Re_8:15-20). Túvose un día de oración y ayuno (2Re_8:21-23), partiendo definitivamente hacia el día 12 del primer mes (2Re_8:31). Dios protegió a la caravana de enemigos y bandoleros, llegando felizmente a su destino (2Re_8:31).

l E. Dhorme: RHPHR 35 (1955) 129-143.


Carta de Artajerjes.

Encabezamiento (2Re_7:11-12).

11 He aquí la copia de la carta entregada por el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote y escriba, versado en los mandamientos y las leyes de Yahvé a Israel: Artajerjes, rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba, versado en la ley del Dios de los cielos, etc.,

El autor antepone a la carta real una corta introducción. A Esse le llama sacerdote y escriba (Neh_8:9; Neh_12:26), aunque en el contexto se insista más en esto último. De nuevo se le califica de muy versado en los mandamientos y leyes de Yahvé. El verso, en e1 texto original, va en hebreo, a pesar de que la carta del rey (v. 12-26) é escrita en arameo. Es digno de notarse la repetición de la Palabra escriba en el v.11. Artajerjes se llama rey de reyes, como hacían también los soberanos asirios y neo-babilónicos (Eze_26:7; Dan_2:37), por su dominio sobre un vastísimo imperio. Los persa daban a su dios Ahura Mazda el título de dios del cielo.

Misión de Esdras (Dan_7:13-16).
13 He dado la orden de dejar partir a todos los del pueblo de Israel, de sus sacerdotes y sus levitas, que hay en mi reino que estén dispuestos a ir contigo a Jerusalén.14 Tú eres enviado del rey y de sus siete consejeros para inspeccionar a Judá y a Jerusalén respecto de la Ley de tu Dios, que está entre tus manos, 15 y para llevar allá el oro y la plata que el rey y sus consejeros han ofrecido generosamente al Dios de los cielos, cuya casa está en Jerusalén; 16 toda la plata y el oro que puedas reunir en Babilonia, con las ofrendas voluntarias hechas por el pueblo y los sacerdotes a la casa de Dios en Jerusalén.

El rey no fuerza a nadie; deja a todos en libertad de quedarse o de partir para Jerusalén. Se menciona a los laicos, sacerdotes y levitas. Disponía el monarca de un consejo de siete consejeros (Est_1:14; Tob_12:15; Dan_4:14), llamados los ojos y los oídos del rey, que gozaban de su máxima confianza y a los que se sometía el estudio de los negocios importantes. Componíase en un principio de aristócratas persas (Heródoto, 3:71; 76:83-84), al que entraron más tarde nobles medos (Est_1:14). Refiere el mismo Heródoto (Est_3:70) y Ctesias (Pers. 14ss) que siete príncipes entre los persas se conjuraron contra el falso Smerdis, siendo Darío uno de ellos.
Habían llegado a palacio noticias alarmantes sobre abusos en la vida religiosa de los repatriados, contaminados tal vez al contacto de los pueblos de la tierra. La expresión que está en tus manos, refiriéndose a la Ley, puede significar que Esdras debe examinar la situación religiosa existente de acuerdo con lo preceptuado en la Ley de Moisés, que él conocía a fondo. No parece que aquí se aluda a un ejemplar escrito que Esdras llevara consigo.
Con ocasión de la primera repatriación mandó Ciro que se entregaran a Sesbasar los objetos de oro y plata que había sustraído Nabucodonosor del templo de Jerusalén (Est_1:7). Artajerjes contribuye generosamente al esplendor de la casa del Dios de los cielos, que tiene su morada en aquella ciudad. Da, además, facultad para que se hagan colectas en Babilonia y se acepten las ofrendas voluntarias. No cabe en el texto la distinción entre las ofrendas de los paganos y las que hicieron los judíos; fueron estos últimos los que más contribuyeron con sus donativos al esplendor del templo.

Destino de las limosnas (Est_7:17-20).
17 Cuidarás de adquirir con ese dinero novillos, carneros, corderos y cuanto es necesario para las ofrendas y las libaciones, que ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios e Jerusalén, 18 y con el resto de la plata y del oro harás lo que mejor te parezca a ti y a tus hermanos, conforme a la voluntad de vuestro Dios. 19 Deposita ante Dios en Jerusalén los utensilios que se te entregan para el servicio de la casa de tu Dios 20 y saca de los tesoros del rey lo que sea necesario para las otras expensas que has de hacer para la casa de tu Dios.

Tenían fe los monarcas persas en la eficacia de los sacrificios cruentos, incruentos y libaciones. De ahí que se indique a Esdras la obligación de destinar el dinero a la compra de lo necesario para asegurarlos. Es posible que entre los abusos existía el de limitar el número de sacrificios e incluso descuidarlos, alegando la carencia de dinero para la adquisición de víctimas. Si algo resta, puede Esdras, con el consejo de sus colegas, disponer libremente de ello. Los utensilios que se destinan para la casa de Yahvé no pueden utilizarse en usos profanos; necesariamente deberán colocarse delante del Dios de Jerusalén, o sea, del Dios de Israel, que ha escogido Jerusalén por morada. Lo que haga falta, añade el dadivoso rey, lo proporcionará el tesoro real (Est_6:8).

Ordenes
? los tesoreros reales (Est_7:21-24).
21 Yo, el rey Artajerjes, doy orden a todos los tesoreros de la parte de allá del río de entregar íntegramente a Esdras, sacerdote y escriba, versado en la ley del Dios de los cielos, todo lo que él os pidiere, 22 hasta cien talentos de plata, cien coros de trigo, cien batos de vino, cien batos de aceite y sal a discreción. 23 Que todo cuanto está mandado por el Dios de los cielos se haga puntualmente para la casa del Dios de los cielos, para que no venga su cólera sobre nuestro reino, sobre el rey y sobre sus hijos. 24 Os hacemos saber que no podrá ser impuesto tributo, ni gabela, ni derecho de peaje a ninguno de los sacerdotes, levitas, cantores, porteros y netineos ni a ningún servidor de esa casa de Dios.

La provincia de Abarnahara tenía rentas propias y era independiente de la administración central (Est_4:10; Est_3:2). Las gentes pagaban impuestos y tributos al gobernador, quien retransmitía lo recaudado al poder central. En adelante, parte de las cantidades recaudadas serán entregadas a Esdras. En concreto, Esdras recibirá hasta cien talentos de plata (cerca de un millón de pesetas), cien coros de trigo (unos treinta y seis mil litros), cien batos (unos cuatro mil litros) de vino, otros tantos de aceite y sal a discreción.
A estos donativos se añadía la exención de tributos, gabelas, Derechos de peaje a todos los funcionarios del templo. En la inscripción de Gadata y otras aparece la costumbre de eximir a los sacerdotes de los impuestos. Darío, en la mencionada inscripción, reprende a su sátrapa Gadata por haber exigido impuestos a los Jardineros del bosque sagrado de un templo de Apolo. Antíoco III eximió perpetuamente de impuestos a los sacerdotes, levitas y cantores del templo2. El descuido tocante al culto podía desencadenar la ira de los dioses sobre el imperio, el monarca y sus hijos.3

Ultimas disposiciones (Est_7:25-26).
25 Y tú, Esdras, según la sabiduría que de Dios, que está en tu mano, tienes, establece jueces y magistrados que administren justicia a todo el pueblo del otro lado del río, a todos los que conocen la Ley de tu Dios, y enséñasela a los que no la conocen. 26 Cualquiera que no guarde puntualmente la ley de tu Dios y la ley del rey, será condenado a muerte, a destierro, a multa o a prisión.

Los poderes otorgados a Esdras son extraordinarios, pero se limitan a los judíos que viven en Judá y Jerusalén (v.14). Debía establecer jueces (sofetim) y magistrados (dayyanim) que le ayudaran en su misión. La Ley de Moisés debía ser la norma de todos los judíos. Los que se negaran someterse a ella, o serán condenados a muerte o expulsados de la comunidad judaica, a multa o prisión. Existiendo entre Dios y su pueblo el pacto de la alianza, era lógico que no podía Yahvé quedar satisfecho mientras su pueblo no ajustara su conducta a las prescripciones de la alianza. Todos los judíos, que conozcan o no la Ley, por el hecho de serlo, deben vivir conforme a ella. Para que no tengan excusa, Esdras y sus ayudantes les instruirán en la misma. Los que se negaran a practicarla serán castigados, o con la muerte, o con la expulsión de la comunidad judaica, siendo considerado el delincuente como excomulgado, con multa o prisión. Con pena de muerte se castigaba la idolatría (Exo_22:19; Lev_20:2; Deu_13:6-10), el adulterio (Lev_20:10; Deu_22:22-24). La expulsión de la comunidad judaica practicóse en tiempos de Nehemías (Neh_13:3-28). La figura de Esdras no está aislada en la historia. En muchos rasgos se parece a la del sacerdote egipcio Udja-Horesnet, que vivió en un tiempo en Elam y que fue enviado por Darío I en misión oficial a Egipto para que, según reza una inscripción en su estatua, reorganizara los muros de la casa de vida. En ésta fueron escritos y conservados los libros de contenido religioso. En tiempos posteriores conserváronse en los templos4. Semejante instalación pudo haber creado Esdras en Jerusalén (Schneider).

Acción de gracias (Neh_7:27-28).
27 Bendito Yahvé, Dios de nuestros padres, que ha dispuest el corazón del rey a glorificar así la casa de Yahvé en Jerusalén 28 y que me hizo objeto de la benevolencia del rey, de sus consejeros y de todos sus poderosos jefes. Fortalecido por la mano de mi Dios, que estaba sobre mí, reuní a los jefes de Israel para que partieran conmigo.

Con el v.27 empieza de nuevo el texto hebraico. Esdras habla en primera persona del plural y llama a Yahvé el Dios de nuestros padres. Le alaba no tanto por haber recibido donativos cuantiosos cuanto por haber dispuesto el corazón del rey en favor del pueblo judío. Al conceder el monarca autorización para que Israel viviera según sus propias leyes, ponía los fundamentos del nuevo pueblo judío. El decreto real era la carta de fundación del judaismo. Más tarde, Antíoco el Grande concedió a todo el pueblo poder vivir según sus leyes antiguas5. Esto mismo concedieron los romanos, con la limitación de que los jueces judíos no podían condenar a pena de muerte (Jua_18:31).

l E. Dhorme: RHPHR 35 (iQSS) 129-143.
2 Flavio Josefo, Ant. lud. 12:3:3
3 D. Delorme, La religión des Achéménides: RB 22 (1913) 15-35; G. Lambert, l restauration juive sous les rois Achéménides: Cahiers Sioniens, i (1947) 314-337·
4 E, ? tt? , Kleines Wórterbuch der Egypyologie (1957) s.v. Lebenshaus.
5 Flavio Josefo, Ant. Lud2Cr_12:3.3.


¿Es Auténtico el Decreto de Artajerjes?
Existen autores (Batten, Kuenen, Torrey, Holscher, etc.) que lo niegan. No es posible, dicen, que proceda de Artajerjes un decreto que chorrea judaísmo por sus cuatro costados. Efectivamente, quien redactó el decreto conocía bien la terminología hebraica y la Ley de Moisés; estaba enterado de las diversas clases de sacrificios y se expresa como podía hacerlo un legislador judío cualquiera. Además, parece improbable que el rey de Persia se mostrase tan generoso para con Esdras y le otorgara una autoridad comparable a la de un gobernador. Sin embargo, las razones no son de peso decisivo para dudar de la autenticidad sustancial del decreto. Es muy probable que éste fuese redactado por un escriba judío, y aun cabe aventurar la hipótesis de que fuera Esdras el que lo dictó. Artajerjes se muestra generoso; pero hemos visto que sus dádivas tendían exclusivamente al esplendor del templo, para tener a Dios propicio, A Esdras le da un poder casi absoluto sobre sus súbditos judíos; los gentiles, las gentes de la tierra, dependían directamente y en todo de las autoridades civiles persas. Con su decreto conseguía Artajerjes tener sometido a un pueblo que reclamaba vivir conforme a sus propias leyes, dentro, naturalmente, del inmenso imperio persa (Neh_8:9). Con estas concesiones tenía el rey la seguridad de que tanto Israel como su Dios no constituirían en adelante impedimento alguno para la pacífica dominación persa en Judea y Jerusalén. No vemos, pues, mayor dificultad en que el decreto, al menos en su esencia, sea auténtico.