Ezequiel  25 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 17 versitos |
1 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo:
2 Hijo de hombre, tiende tu vista hacia Amón y profetiza contra él.
3 Di a los hijos de Amón: Oíd la palabra del Señor, Yahvé. Así habla el Señor, Yahvé: Pues que tú dijiste “Bien” cuando era profanado mi santuario y la tierra de Israel era asolada y llevada la casa de Judá al cautiverio,
4 por eso yo te entregaré en poder de los hijos del Oriente, que pondrán en ti su campamento y alzarán en ti sus tiendas, y comerán tus cosechas y beberán tu leche.
5 Y haré de Rabbá pastizal de camellos, y de las ciudades de Amón, rediles de ovejas. Y sabréis que yo soy Yahvé.
6 Porque así habla el Señor, Yahvé: Pues que batiste palmas y pateaste con los pies, y te regocijaste en el alma con desprecio para la tierra de Israel,
7 por eso heme aquí, tenderé mi mano contra ti, y te daré en presa a las gentes, y te extirparé de entre los pueblos de la tierra, y te haré desaparecer del número de ellos. Te exterminaré y sabrás que yo soy Yahvé.
8 Así dice Yahvé: Puesto que Moab ha dicho: He aquí que la casa de Judá es entre los pueblos uno de tantos,
9 por eso yo abriré el flanco de Moab desde las ciudades fronterizas, gloria de la región, Bet-Yesimot, Maal-Meón y Quiryatayim.
10 Doy su tierra a los hijos del oriente para que no sean contados más entre los pueblos. También haré justicia en Moab.
11 (TEXTO OMITIDO)
12 Así dice el Señor, Yahvé: Por el comportamiento de Edom, que tomó venganza de la casa de Judá y se manchó sobremanera vengándose de ellos,
13 por eso, así dice el Señor, Yahvé: También yo tenderé mi mano sobre Edom, y exterminaré hombres y bestias, y lo reduciré a ruinas; desde Teman hasta Dedán caerán a la espada."
14 Y pondré la venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, que tratará a Edom conforme al furor de mi ira, y sabrán que yo soy Yahvé y que es mía la venganza. Así dice el Señor, Yahvé.
15 Así habla el Señor, Yahvé: Por haber obrado vengativamente los filisteos y haberse vengado con odio en el alma, exterminando con odio secular,
16 por eso dice el Señor, Yahvé: Yo tenderé mi mano contra los filisteos y exterminaré a los cereteos. Haré perecer hasta los restos de los habitantes de la orilla del mar.
17 Haré con ellos grandes venganzas, con furor los castigaré, y sabrán que yo soy Yahvé cuando haga en ellos mi venganza.

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Introducción a Ezequiel 

Times New Roman ;;;;

Ezequiel.
Introducción.

Vida del profeta.
Ezequiel (en hebreo Yejezque'el: Dios conforta) era de la clase sacerdotal , y fue llevado a Babilonia como cautivo en 598 a.C., juntamente con el rey Jeconías y parte de la aristocracia judaica. Según el mismo nos dice, moraba en una localidad llamada Tell-Abib, junto al río Kebar (o Naru Kabaru, de las inscripciones cuneiformes), al sur de Babilonia. Allí vivía con su esposa, participando de las penas de los exilados. En el año quinto de su cautividad (593), mientras se hallaba a orillas de dicho río, fue llamado misteriosamente al ministerio profético 2, que ejerció durante veintidós años. Su último escrito datado es del 572 a.C. (año 27 de su traslado a Babilonia). No sabemos cómo ni cuándo murió. Según una tradición antigua judaica, fue muerto por un juez1 del pueblo que había sido reprendido por el profeta 3.

Misión del profeta.
Como Jeremías tenía por misión predicar a los judíos de Palestina los caminos del Señor, anunciándoles los castigos y recriminándoles su pésima conducta de abandono de las vías del Señor, Ezequiel fue el hombre providencial que se ocupó de mantener viva la fe yahvista en el destierro de Babilonia. La situación era sumamente delicada, ya que los exilados, lejos de comprender el sentido de su destino en los planes de Dios - como castigo de sus pecados - , continuaban con su propensión a la idolatría. Acusaban a Yahvé de ser injusto con ellos al hacerles cargar con culpas de sus antepasados 4. Por otra parte, estaban seguros de que su exilio duraría muy poco tiempo, y, sobre todo, que Dios no permitiría la destrucción de Jerusalén y de su templo por los caldeos5. Ezequiel debía hacer frente a estas falsas concepciones, fustigar sus vicios, como la propensión a la idolatría, a los adulterios, perjurios y pecados contra la justicia social.
Sobre todo, como Jeremías en Jerusalén, predicaba contra la falsa confianza fetichista en el templo de Jerusalén como garantía de permanencia de la nación judaica. En la misión de Ezequiel tenemos que distinguir dos momentos o etapas: la anterior a la destrucción de la Ciudad Santa por los babilonios (587 a.C.), durante la cual tuvo que hacer frente a las falsas esperanzas de repatriación de los exilados, anunciándoles reiteradamente el colapso de la Ciudad Santa, y la etapa que siguió a la toma de Jerusalén por los caldeos. Se han cumplido sus profecías exterminadoras, y, ante la depresión colectiva nacional, empezó a predicar la resurrección de la nación, en una nueva teocracia ideal, en la que se cumplirían las íntimas aspiraciones individuales y colectivas de los descendientes de Abraham 6.
Basándose en numerosas alteraciones textuales, algunos autores han propuesto la tesis de que la predicación de Ezequiel, anterior a la destrucción de Jerusalén, tuvo por escenario Palestina, de forma que el profeta se dirigía, como Jeremías, a sus compatriotas que no habían sido llevados en la primera cautividad 7. Esta hipótesis, al principio deslumbradora e insinuante como solución a complejos problemas textuales del libro de Ezequiel, no parece en realidad que tenga muchos visos de objetividad histórica, ya que crea mayores problemas en relación a la vida y actividad literario-profética de Ezequiel, como veremos al tratar de la composición y datación de sus oráculos.

Ambiente histórico.
La situación política internacional de la época de Ezequiel es similar a la que hemos descrito en la introducción al libro de Jeremías. Después del colapso del imperio asirio en 612, en que tiene lugar la conquista de Nínive por Nabopolasar (625-605), caudillo babilonio, auxiliado por los medos, Egipto quiere conquistar la zona de influencia en las antiguas provincias conquistadas por Asiría; por ello, Necao II, en 609, sube, a través de Palestina y Siria, al encuentro de los ejércitos medo-babilónicos. Al pasar por Megiddo, junto al Carmelo, le sale al paso el rey Josías de Judá, que muere en el combate (609 a.C.); le sucedió su hijo Joacaz, pero éste fue depuesto por Necao II, que había establecido su cuartel general en Ribla, sobre el Orontes (Alta Siria). En su lugar colocó en el trono de Jerusalén al hijo de Josías, Eliaquim, al que cambió el nombre en Joaquim (609-598). Poco después el faraón fue vencido en Carquemis (606 a.C.) por las tropas acaudilladas por Nabucodonosor, hijo de Nabopolasar.
En 605 muere Nabopolasar, y su hijo le sucede en la dirección del nuevo imperio. Después de derrotar a los egipcios, Nabucodonosor hizo una incursión por Palestina (606-5). En el 603, el rey de Judá, Joaquim, confiado en Egipto, se insurreccionó contra el monarca caldeo, y éste se limitó de momento a enviar partidas de soldados que devastasen Judá. En 598 puso sitio formal a Jerusalén, durante cuyo asedio murió el rey Joaquim, y le sucedió su hijo Joaquín o Jeconías, el cual se rindió a los tres meses de reinado, siendo deportado con la aristocracia del país a Babilonia, y entre los cautivos estaba el propio Ezequiel. Las tropas caldeas saquearon el templo, llevándose los vasos sagrados.
El vencedor puso de rey en Jerusalén a Matanías, hijo de Josías, cambiándole el nombre en Sedecías (598-586). Al principio éste se mantuvo sumiso a Babilonia, pero por instigación del faraón Hofra se unió a una liga anticaldea organizada por Amón y Tiro. Las tropas de Nabucodonosor volvieron al asedio y tomaron la ciudad en julio-agosto de 586. La ciudad fue totalmente arrasada con su templo, y las fuerzas vivas de la población fueron deportadas, quedando sólo en el país los labriegos y peonaje. Sedecías, capturado por los babilonios, fue llevado a Ribla, donde delante de Nabucodonosor le sacaron los ojos después de asistir al asesinato de sus hijos. Después fue deportado. Con ello la catástrofe nacional del pueblo judío llegó a su colmo, y la crisis de la conciencia nacional fue el problema con que tuvieron que enfrentarse los profetas Jeremías en Palestina y Ezequiel en el exilio.

Contenido y estructura del libro.
Podemos dividirlo en tres partes bien netas. Después de una introducción en la que se relatan las circunstancias de la vocación profética del profeta (1:1-3:21), encontramos: a) una serie de oráculos contra Jerusalén y Judá (3:22-24:27); b) oráculos contra las naciones paganas (c.25-32), y c) promesas de restauración (c.33-48). Esta sistematización clara, lógica y aun cronológica de los escritos de Ezequiel ha llamado siempre la atención de los comentaristas, aunque recientemente los críticos han negado esta armoniosa estructura, ya que sorprenden muchas intercalaciones y desplazamientos que interrumpen el contexto 8. Con todo, la estructura lógica general y aun cronológica se mantiene, como se ve en el esquema siguiente:

Difisión del libro:
I. Oráculos anteriores a la destrucción de Jerusalén (58-6).
A) Introducción: Vocación del profeta (1:1-3:21).
B) Conminaciones contra Juda (3:22-24:27).
1.Anuncio del castigo sobre la Ciudad Santa (acciones simbólicas y oráculos: 3:22-7:27).
2.Visión de la idolatría en el templo. La gloria de Yahvé abandona la ciudad (8:1-11:25).
3.Vaticinios sobre la cautividad del rey y el pueblo. Juicio contra los falsos profetas, cortesanos y pecadores en general (12:1-23:40).
4.Epílogo: principio del cerco de Jerusalén.
C) Conminaciones contra las naciones paganas (25:1-32:32): Contra Amón, Moab, Edom, Filistea, Tiro, Sidón y Egipto.

II. Oráculos después de la destrucción de Jerusalén (586).
A) Preparación para la restauración (33:1-33). Invitación a la penitencia. La ruina, castigo por los pecados.
B) Vaticinios de restauración teocrática (34:1-39:29). Reunión de los dispersos israelitas. Devastación de Edom, renovación de la tierra de Israel. Repatriación del pueblo exilado. Desaparición de los enemigos de Israel.
C) Descripción del nuevo reino de Israel (40,1-48:35). El nuevo templo y su consagración. El nuevo culto, la nueva tierra de Canaán, su fertilidad y división 9.

Composición del libro y autenticidad.
El contenido literario de Ezequiel difiere bien de los libros de Amos, Oseas, Miqueas, Isaías y Jeremías. En éstos, lo esencial es el oráculo, o manifestación oral del profeta, puesta por escrito con todo su vigor e independencia. En el libro de Ezequiel, en cambio, parece que nos encontramos con un escritor que con estilo difuso y diluido va llenando páginas a base de descripciones de visiones y acciones simbólicas. Se le ha llamado profeta de gabinete, porque en sus escritos no está el oráculo conciso y nervioso de los antiguos profetas10, predominando la prosa deslavazada. Pero Ezequiel, más que escritor, es ante todo un predicador que dialoga con su auditorio y que realiza acciones simbólicas ante ellos 11. Bajo esta forma, es el más vivo, el más concreto de todos los profetas12. Pero debemos descubrir también al escritor que redacta sus oráculos para sus contemporáneos. Habla siempre en primera persona, y de hecho hay unidad sustancial de estilo en todos los escritos que se le atribuyen.
La tradición judaico-cristiana ha sostenido siempre la autenticidad de sus escritos, como obra del profeta del exilio, que trabajó en la formación del alma judía después de la catástrofe napional. Sin embargo, esto no quiere decir que el libro suyo, tal como hoy ha llegado a nosotros, sea obra redaccional definitiva del profeta. A pesar de un orden lógico general, hay, como hemos indicado, trastrueques y desajustes en el texto, y estas anomalías han dado lugar a teorías excéntricas respecto del origen del libro de Ezequiel. Así, hay quien adjudica al profeta del exilio sólo las partes poéticas, mientras que la masa prosaica sería obra de un redactor del siglo í 13. Incluso se ha supuesto que la redacción final del libro es del siglo ni a.C., obra de un anónimo que habría presentado los hechos como ocurridos en el siglo VII a.C. 14
Autores más moderados, como Herntrich y Bertholet, suponen que el libro de Ezequiel es de la época inmediata anterior o posterior a la caída de Jerusalén (597-6). El primero distingue dos autores, uno de los 39 primeros capítulos, que sería un profeta que vivió en Jerusalén en los años críticos que precedieron a la destrucción de la ciudad. Los c.40-48 serían, pues, obra de un redactor posterior a la época del exilio 15. El segundo cree que es Ezequiel el autor de todo el libro, pero que lo concerniente a la predicación anterior a la caída de Jerusalén fue escrito por él cuando habitaba en Palestina, mientras que los oráculos y escritos de restauración que siguieron a la destrucción de la Ciudad Santa fueron escritos por él mismo en Babilonia 16. Supone que Ezequiel es el autor sustancial, en cuanto que dejó resúmenes esquemáticos de sus profecías que fueron amplificados y publicados con su nombre por redactores posteriores que pertenecían a su escuela profética. Esta opinión ha sido aceptada por muchos autores aun católicos 17; pero, pasada la primera impresión de novedad, las cosas van volviendo a la tesis tradicional, ya que, si la nueva teoría parece dar razón del sentido de algunos textos, que parecen intercalaciones redaccionales posteriores, por otra parte, aplicada como tesis general al libro, crea mayores problemas de composición. Por ello creemos que es preferible mantener la posición tradicional, que considera a Ezequiel como autor de todo el libro (con ligeras excepciones) que lleva su nombre, y también es mejor suponer que el profeta desarrolló su ministerio desde el principio entre los exilados de Babilonia, como se desprende de sus oráculos y escritos.

Texto y versiones.
El texto hebreo masorético es muy deficiente y en muchos casos inservible. La versión griega de los LXX es, en general, literalista y parece estar basada en un texto hebreo anterior al TM. Por ello resulta muy útil para la reconstrucción de ciertas lecturas. En general, parece superior el texto de los LXX; sin embargo, también en la versión de los LXX hay omisiones y traducciones ininteligibles. Los papiros Chester Beatty (Ez 11-17) Y Scheide (Ez 19-39) han contribuido al estudio de la versión griega, pues datan del siglo II, y son, por tanto, anteriores a la Hexaplar de Orígenes. Sobre todo los papiros Scheide han servido para reivindicar muchas lecciones del TM. La versión de la Vg sigue en general al TM, mientras que la siro-hexaplar acepta muchas variantes de los LXX.

Índole literaria del libro de Ezequiel.
Característica del libro de Ezequiel es la abundancia de visiones: la cuadriga celeste de los querubes 18, los huesos secos 19, el nuevo templo 20, la fuente de aguas 21. Esto hace que su libro sea extremadamente misterioso y difícil de interpretar. Los autores no están concordes al calificar la objetividad de dichas visiones, pues mientras para unos esas fisiones son meras ficciones literarias en función de enseñanzas religiosas, para otros son fisiones reales representadas a su imaginación o a sus sentidos externos.
Otra característica del ministerio profético de Ezequiel es la de acciones simbólicas para representar plásticamente sus enseñanzas teológicas y sus oráculos conminatorios o de restauración. Así, por orden de Dios se encierra en su casa para significar el asedio de Jerusalén22, delinea el plano de la Ciudad Santa, acercando contra él planchas de hierro para simbolizar el próximo cerco por los babilonios 23; se corta los cabellos y los aventa para significar el destino de los exilados 24. También son frecuentes en los escritos de Ezequiel las parábolas o alegorías, como la de las dos hermanas meretrices25, la de la vid arrancada por el águila26, los dos cachorros 27, Oola y Ooliba 2S.
El estilo literario, en general, es prosaico e inferior al de Isaías y Jeremías. San Jerónimo lo define así: Sermo eius nec satis di-sertus nec admodum rusticus, sed ex utroque medie tempera-tus 29. Su propensión a lo visionario y alegórico hace que sea particularmente difícil su interpretación. Respecto de los c.40-49, en los que se habla de la estructura de la nueva teocracia, dice el mismo San Jerónimo: Scripturarum oceanum et mysteriorum Dei laby-rinthum 30. Llevado de la imaginación, el profeta traza idealmente los límites y organización del nuevo reino bajo la protección especial de Dios. Nos hallamos ya en el campo de la apocalíptica, donde lo nebuloso imaginario priva sobre lo racional concreto.
Esta propensión a lo visionario, simbólico y apocalíptico ha servido para que no pocos autores le hayan tachado de anormal y excéntrico, de forma que sus éxtasis y acciones extrañas provendrían de una naturaleza mórbida. Así, se le ha acusado de histérico, epiléptico, cataléptico y neurótico. En realidad, sus acciones simbólicas no son más extrañas que otras de los profetas anteriores, como Oseas, Jeremías y aun de Isaías 31. No debemos perder de vista que nos hallamos entre orientales, donde lo escénico tiene una importancia especial como medio de convencer. En concreto, Ezequiel nos dice de sí mismo que es un signo para la casa de Israel; de ahí que sus acciones simbólicas sean tan frecuentes, y desde luego tiene una mentalidad netamente simbolista. Por ello, a sus problemas familiares personales les da un sentido simbólico con proyección a la comunidad de exilados. Así, su mutismo32, la muerte de su esposa 33 y sus mismas enfermedades 34 tienen un mensaje para Israel. En este sentido podría comparársele a Oseas, cuya vida es una parábola en acción para sus compatriotas 35.

Doctrina teológica.
a) Atributos divinos. - La teología de Ezequiel sigue las líneas generales de sus predecesores, los profetas escritores, Amos, Isaías y Miqueas, pues destaca la universalidad, omnipotencia y justicia de Yahvé sobre todo. Su radio de acción no se limita a la tierra santa, sino que sigue a los deportados de Babilonia 36. Es el Señor único que está sobre todo poder. Los vivientes simbólicos que aparecen llevando el trono de su gloria son el símbolo del poder en los distintos reinos de la naturaleza: el león, el toro, el águila, en el reino animal, son los animales superiores, que en la mitología religiosa mesopotámica simbolizaban a determinadas divinidades. Ezequiel los pone a todos como escabel del Yahvé de los israelitas, que sigue amorosamente la suerte de sus exilados.
Es misericordioso y justo. Israel es su hijo predilecto 37, pero esta elección es totalmente gratuita, sin méritos por parte de aquél 38. Esto impone particulares deberes de gratitud y obediencia. Israel ha sido encontrada por Yahvé en el desierto como una expósita y ha sido elevada a la categoría de reina, esposa de Yahvé. En consecuencia, debía haber reconocido a su único Dios, pero ha pecado, separándose de Yahvé y yéndose tras los ídolos 39. Por eso, Yahvé, por su propia dignidad y santidad, debe castigarle, y el exilio es la pena merecida por las generaciones rebeldes que se han sucedido en Israel desde los tiempos de su instalación en Canaán 40.
b) Responsabilidad individual. - Una de las ideas nuevas en la teología de Ezequiel es la de la valoración del individuo como tal en sus relaciones para con Dios. Hasta entonces en la teología profética prevalecía la idea de la solidaridad, de forma que los componentes del pueblo israelita eran considerados más como ciudadanos de una colectividad que como individuos con derechos y deberes propios. Ante todo, los profetas consideran el destino de la nación como tal, porque la alianza del Sinaí ha sido hecha entre Dios y la nación41. En ese supuesto, las generaciones son solidarias en sus pecados y en sus méritos. Ciertamente que en el Deuteronomio se condena el castigo de los hijos por los pecados de sus padres, y viceversa42, y Jeremías se hizo eco de esta doctrina43, pero es Ezequiel el campeón y teorizante del individualismo44 en la tradición israelita. La catástrofe del 587 había tenido por efecto la pérdida de las ilusiones nacionales, y entonces la conciencia israelita se orientó más a los destinos e intereses del individuo como tal. Ezequiel se hace eco de este estado psicológico y formula el principio de la retribución individual estricta; los exilados se quejaban de que ellos estaban pagando por los pecados de sus antepasados. Esto parecía injusto, y es el profeta el que anuncia un nuevo estado de cosas: ¿Qué andáis repitiendo este proverbio. y decís: Los padres comieron las agraces y los hijos sufren la dentera? Por mi vida, dice Yahvé, que nunca más diréis este refrán. El alma que pecare, ésta morirá, y el hijo no llevará sobre sí la iniquidad del padre, ni el padre la del hijo; la justicia del justo será sobre él, y sobre él será la iniquidad del malvado45. Es sustancialmente la doctrina de Jeremías: En esos días ya no se dirá más: Nuestros padres comieron agraces, y los hijos sufrimos la dentera. Sino que cada uno morirá por su propia iniquidad: quien coma el agraz, ése sufrirá la dentera46.
Ezequiel insiste después en la justificación del pecador que se arrepiente de sus pecados y cambia de conducta: Todos los pecados que cometió no le serán recordados, y en la justicia que obró vivirá. ¿Quiero yo acaso la muerte del impío, dice Yahvé, y no más bien que se convierta de su mal camino y viva?47 Esta doctrina está muy por encima de la antigua, basada en la solidaridad. En el nuevo orden de cosas habrá ante todo justicia retributiva para cada individuo. Esta perspectiva, formulada así con toda valentía por Ezequiel, hará que se planteen en crudo la validez de las tesis tradicionales sobre la ecuación entre la virtud y el premio en esta vida.
Este examen del problema en la literatura sapiencial, sobre todo en Job, dará como fruto la formulación clara del principio de la retribución en ultratumba en el libro de la Sabiduría. Ezequiel no ha llegado a estas claridades, pero ha puesto las bases de la retribución individual en las relaciones de Dios con el hombre.
c) El mesianismo. - Sus ideas mesianicas adolecen de nacionalistas, ya que prevé la gloria de la nueva teocracia, vinculada a la restauración de Israel como nación. En sus idealizaciones sistemáticas y artificiales de la nueva era, piensa en Palestina como centro de la teocracia. Y en su falta de perspectiva histórica junta la próxima restauración después del destierro y la mesiánica definitiva. Al lado de estos anuncios mesiánicos colectivos, Ezequiel presenta vislumbres de un Mesías personal. En 17:22-24 habla de un retoño de un cedro (dinastía davídica) plantado en Sión, que se convertirá en un gran árbol bajo cuyas ramas se cobijarán los israelitas. En 34:23-31 se habla de un nuevo pastor, al que se identifica con David, el cual apacentará a su grey, que ha sido reunida por el propio Yahvé. Ese nuevo Pastor - como el rey David - será el lugarteniente de Yahvé: Yo seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellas (las ovejas). El profeta, pues, en estos vaticinios se sitúa en la línea de las profecías isaianas sobre el Emmanuel, en las que se anuncia un príncipe que inaugurará un reinado de paz y tranquilidad para los descendientes de Jacob. No hay alusiones universalistas, pero tampoco se refleja la idea de un rey despótico intransigente.
d) Ezequiel y el judaismo. - Se ha acusado a Ezequiel de haber sido el creador del alma judaica en sentido peyorativo, como expresión del hermetismo y exclusivismo que encontramos en la secta de los fariseos. En realidad, el profeta no ha hecho sino resaltar la conciencia de elección entre los exilados, para animarlos al cumplimiento de la Ley, cuya transgresión había traído la catástrofe nacional. Sin duda que, para hacer frente a las influencias religiosas babilónicas, Ezequiel - mentalidad esencialmente sacerdotal - urgió el cumplimiento de ciertas leyes rituales que fueran como un vallado defensivo. Los críticos independientes han querido deducir de esta preocupación levítica de Ezequiel que es el verdadero autor de toda la complicada legislación del Levítico. Pero un examen serio del problema hace ver que el profeta no sólo no es el autor de la legislación levítica, sino que muchas veces, al proclamar los principios que han de regir la nueva teocracia, contradice a determinadas leyes levíticas 48.

Ganonicidad del libro.
Según testimonio de San Jerónimo, los judíos no permitían la lectura del libro de Ezequiel antes de haber cumplido los treinta años49. Precisamente por cierta oposición entre la legislación de Ezequiel y la del Levítico, algunos rabinos se permitieron dudar de la canonicidad del libro de Ezequiel50. Pero de hecho fue recibido en el canon judaico sin dificultad. En el Eclo 49:8 se alaba a Ezequiel después de citar a Jeremías, y antes de los doce profetas menores. En el Í. Ô., el libro de Ezequiel no es citado expresamente, pero parece que hay alusiones51. En la Iglesia cristiana primitiva no ha habido dificultades especiales en la admisión de Ezequiel en el canon.

1 Ez 1:3. - 2 Ez 1:1-3:21. - 3 Así lo afirman el Pseudo-Epifanio, De vitis prophetarum g: PG 43:401, y San Isidoro De Sevilla, De ortu et obitu Patrum 39: PL 83:143; San Atanasio, Ór. de incarnatione Verbi 37: PG 25:160. - 4 Ez 18:2. 5 ez 24:21. - 6 Cf. Ez 37:1-28; 0.40-48. - 7 Esta tesis, propuesta primeramente por Herntrich y Bertholet, ha sido recientemente resucitada por P. Auvray, Le probléme historique du livre d'Ezechiel: RB 55 (1948) 503-19· - 8 He aquí algunos ejemplos de desplazamiento del texto: 3.16b-21 parece intercalado en el relato de la visión inaugural. Los versos del c.4 no siguen el orden debido. En los c.5.7 y 26 hay repeticiones y ampliaciones al texto original. Los v.8-17 del c.io son casi una repetición de 1:15-21, etc. Véase L. Dennefeld, o.c., p.462. - 9 Véase H. Hopfl-Miller-Meztinger, Introd. spec. in V. T. (Roma IQ4&) P·463 -465· - 10 P. Auvray, Ezechiel: La Sainte Bible de Jérusalem (París 1949) Ñ·9· - 11 Cf. Ez 12:9; 24:19; 33:10.17-20. - 12 id., ibid. - 13 Así G. Holscher, Der Dichter und das Buch: Bzatw 39 (1924)· - 14 C. Torrey, Pseudo-Ezekiel and the original prophecy (New Haven 1930). - 15 V. Herntrich, Ezekielprobleme: Bzatw 61 (1033). - 16 A. Bertholet, Hesekielprobleme: Mélanges F. Gumont (Bruselas 1936) p.517-523. - 17 Entre ellos el P. Dumeste: RB 46 (193?) 299, Y P. Auvray, Le probléme historique du livre d'Ezechiel: RB 55 (1948) 503-19. - 18 Ez 1:4-28; 10:1-22. - 19 Ez 37:1-28. - 20 Eze_40:1-43 :27. - 21 Ez 47:1-12. - 22 Ez 3:24-27. - 23 Ez4,is. - 24 Ez 5:4. - 25 Ez 16:1-63. - 26 Ez 17:1-24. - 27 Ez 19:1-9. - 28 Ez 23:1-49- - 29 San Jerónimo, Praef. in Ez.: PL 28:938 (995). - 30 id., Comm. in Ez., Prol. in librum 14: PL 25:448 (468). - 31 Cf. 1 Re 11:29-33; Is 20; Jer 13; 18; Os 0.1-3. - 32 Ez 3:26; 24:27; 33:22. - 33 Ez 24:15-24- - 34 Ez 4:4-17. - 35 Cf. Ose.i-3. - 36 Ez c.1-3. - 37 Ex 19:5; Ez 16:1-14. - 38 Ez 20,ss; Jer 2; 11:1-8. - 39 Ez 5:5-17; 16:15-34; 20. - 40 Ez 14:12-21; 17:1-21; cf. Jer 8:4-12; 16:10-17. - 41 Cf. Éxo_20:2. - 42 Cf. Dt 24:16; 2 Re 14:6. - 43 Jer 12:1; 31:29-30. - 44 P. Auvray, o.c., p.16. - 45 EZ 18:28. - 46 Jer 31:29-30. - 47 Ez 18:22-23.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Ezequiel  25,1-17

25. Oráculos contra las naciones vecinas de Judá.
Con este capítulo se abre la segunda parte del libro de Ezequiel, dedicada a las naciones paganas (c.25-32). La primera parte ha estado dedicada a anunciar la triste suerte del pueblo escogido. Pero Dios no permite que las otras naciones queden impunes en sus pecados, y por eso también para ellas llega la hora de la justicia divina. Todas las naciones que han instigado a Judá para rebelarse contra Babilonia recibirán su merecido: Amón, Moab, Edom, Filistea, Tiro, Sidón y Egipto. Todas han contribuido a la ruina del pueblo israelita, y como transgresoras serán tratadas por la omnipotencia divina, que se extiende a todos los pueblos. La diferencia del contenido de los oráculos contra Judá y de los proferidos contra las naciones paganas estuvo en que para aquélla había siempre una esperanza y promesa de rehabilitación, mientras que a éstas les alcanza la ruina definitiva.

Oráculo contra Amón (1-7).
1 Fueme dirigida la palabra de Yahvé, diciendo: 2 Hijo de hombre, tiende tu vista hacia Amón y profetiza contra él. 3 Di a los hijos de Amón: Oíd la palabra del Señor, Yahvé. Así habla el Señor, Yahvé: Pues que tú dijiste Bien cuando era profanado mi santuario y la tierra de Israel era asolada y llevada la casa de Judá al cautiverio, 4 por eso yo te entregaré en poder de los hijos del Oriente, que pondrán en ti su campamento y alzarán en ti sus tiendas, y comerán tus cosechas y beberán tu leche. 5 Y haré de Rabbá pastizal de camellos, y de las ciudades de Amón, rediles de ovejas. Y sabréis que yo soy Yahvé. 6 Porque así habla el Señor, Yahvé: Pues que batiste palmas y pateaste con los pies, y te regocijaste en el alma con desprecio para la tierra de Israel, 7 por eso heme aquí, tenderé mi mano contra ti, y te daré en presa a las gentes, y te extirparé de entre los pueblos de la tierra, y te haré desaparecer del número de ellos. Te exterminaré y sabrás que yo soy Yahvé.

La fecha de composición es ciertamente posterior a la catástrofe del 586, ya que se habla de la actitud hostil de los habitantes de Amón frente a la desgracia de su vecino y aliado Judá (v.3). Existía una tradicional enemistad de vecinos entre ambos reinos l. Se les llama los hijos de Amón según la denominación común en la Biblia 2. El reino de Amón estaba enclavado en la actual Transjordania, entre el Arnón, al sur, y el Yabbok, al norte, y su capital era Rabba-Amón, la actual Ammán. Durante los siglos ix y VIII estuvo bajo el dominio asirio 3. En el 6oi se unió con Edom y Moab contra el rey Joaquim de Jerusalén, que se había rebelado contra Babilonia. Más tarde, en el 594, los amonitas, unidos a Edom, Moab, Tiro y Sidón, trataron de convencer al rey Sedecías para que se rebelase contra Nabucodonosor 4, lo que consiguieron en el 5885. A pesar de ser aliados, después de la destrucción de Jerusalén sienten los amonitas un malévolo gozo de satisfacción (v.3). Un enviado del rey de Amón mató a Golodías en Mispa, gobernador impuesto por los babilonios, sin duda para evitar la reconstrucción de Judá 6.
Por esta actitud hostil hacia Judá, Dios enviará un terrible castigo sobre Amón: de un lado, los beduinos, las gentes del desierto, invadirán el país, lo arrasarán todo, comiendo sus cosechas y su leche (v.4). La misma capital del reino, Rabba, se convertirá en pastizal de camellos (y.6). Los beduinos, con su mentalidad primaria, no saben apreciar los refinamientos de la vida sedentaria, y todo lo arrasan en sus incursiones. Cuando los amonitas vean su país devastado, sabrán por experiencia quién es Yahvé, Dios de los judíos, que castiga a su pueblo, pero que a la vez mantiene las exigencias de su justicia entre los pueblos paganos. Además, esta incursión de los beduinos sobre el país no es sino el preludio de otra invasión más cruel, que los hará desaparecer como pueblo (v.7). Aunque el profeta no menciona al invasor, parece deducirse que son los caldeos, como lo anuncia en el capítulo 21. Amón no volvió a reconstruirse como nación después de la invasión caldea: te haré desaparecer del número de los pueblos de la tierra (v.7).

Oráculo contra Moab (8-11).
8 Así dice Yahvé: Puesto que Moab 7 ha dicho: He aquí que la casa de Judá es entre los pueblos uno de tantos, 9 por eso yo abriré el flanco de Moab desde las ciudades fronterizas, gloria de la región, Bet-Yesimot, Maal-Meón y Quiryatayim. 10 Doy su tierra a los hijos del oriente para que no sean contados más entre los pueblos. También haré justicia en Moab.

También los moabitas se han alegrado de la ruina de Judá 8. Al ver su destrucción, han comprendido que Judá, lejos de ser un pueblo aparte de todos, como sus habitantes decían, por ser parte de Yahvé, ha tenido que sufrir la suerte común de los vencidos: He aquí que la casa de Judá es entre los pueblos uno de tantos (v.8). Esto no lo puede consentir Yahvé, que vela por el honor de su nombre, y por eso va a castigar severísimamente a los moabitas, y para ello va a abrir brecha en la zona que se creía inexpugnable, las fortalezas del^anco de Moab (v.9), es decir, la región accidentada y montañosa del oeste, protección natural del país. El enemigo, por permisión e incitación divina, echará por tierra las fortalezas de sus principales ciudades amuralladas: Yasimot, etc. 9 Los invasores serán también los hijos de oriente, o beduinos del desierto, como en el caso de Amón, país fronterizo de Moab.

Oráculo contra Edom (12-14).
12 Así dice el Señor, Yahvé: Por el comportamiento de Edom, que tomó venganza de la casa de Judá y se manchó sobremanera vengándose de ellos, 13 por eso, así dice el Señor, Yahvé: También yo tenderé mi mano sobre Edom, y exterminaré hombres y bestias, y lo reduciré a ruinas; desde Teman hasta Dedán caerán a la espada. 14 Y pondré la venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, que tratará a Edom conforme al furor de mi ira, y sabrán que yo soy Yahvé y que es mía la venganza. Así dice el Señor, Yahvé.

Los edomitas eran, según la tradición bíblica, parientes próximos de los israelitas, ya que aquéllos provenían de Esaú, hermano de Jacob 10. Por tanto, tenían obligación especial de mostrar su compasión para con sus consanguíneos. Estaban establecidos al sudeste del mar Muerto11. Cuando los israelitas pidieron paso hacia Canaán, se lo negaron 12. Más tarde hubo empeñada lucha entre edomitas e israelitas 13. Después de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor, los edomitas se vengaron en los vencidos israelitas ^. Por eso Yahvé tenderá su mano sobre Edom (v.13), es decir, le enviará un duro castigo 15: el exterminio total desde el norte (Teman) hasta el sur (Dedán) 16. El mismo pueblo israelita tomará venganza directa de Edom (v.14). Esto se cumplió materialmente en tiempo de Juan Hircano (126 a.C.), que conquistó Idumea y obligó a sus habitantes a circuncidarse y sumarse al pueblo judío 17.

Oráculo contra Filistea (15-17).
15 Así habla el Señor, Yahvé: Por haber obrado vengativamente los filisteos y haberse vengado con odio en el alma, exterminando con odio secular, 16 por eso dice el Señor, Yahvé: Yo tenderé mi mano contra los filisteos y exterminaré a los cereteos. Haré perecer hasta los restos de los habitantes de la orilla del mar. 17 Haré con ellos grandes venganzas, con furor los castigaré, y sabrán que yo soy Yahvé cuando haga en ellos mi venganza.

Los filisteos, establecidos en la costa entre Egipto y Fenicia, provenían de Creta o del Asia Menor 18. Empujados por otras invasiones, intentaron establecerse en el delta del Nilo, pero fueron derrotados por Ramsés III (1190 a.C.), y entonces se fueron a la costa occidental de Canaán, donde adquirieron carta de naturaleza y terminaron por dar nombre en la literatura helenística a toda la región entre Fenicia y el Sinaí (Palestina), Fueron enemigos tradicionales de los hebreos. Eran los extranjeros por excelencia, sobre todo porque eran incircuncisos. Durante toda la historia hubo una pugna de los filisteos por entrar en la zona israelita de Palestina, y de los hebreos por llegar hasta la costa 19. Varias son las profecías que en la Biblia encontramos contra los filisteos20.
Ezequiel en este oráculo les echa en cara su espíritu de venganza y su odio secular contra el pueblo elegido (v.15). Por eso, Yahvé los exterminará juntamente con los cereteos, habitantes ambos de la orilla del mar. Suelen nombrarse en la Biblia juntamente los filisteos y cereteos 21. Ambos provenían de las islas del mar, es decir, del Mediterráneo. Originariamente pudieron ser dos pueblos emparentados etnográficamente, provenientes de Creta (kereteo), o de Caftor (Creta? Asia Menor?). Aparecen en la guardia personal privada de David juntamente con los feleteos (filisteos ?) 22. Ciertamente no eran semitas, y en esto convenían con los filisteos.

1 Cf. Jue_3:13; Jue_10:16-17; 1 Sam ii,i-n. Ocuparon Galaad después de la deportación del reino de Samaría: 2 Re 15-29; Jer 39,is; Amo_1:13-15, alude a actos de hostilidad contra Israel de parte de los amonitas. 2 Sólo dos veces se llama Amón: Sal_83:8; 1 Sam éé,éé. La expresión hijos de Amón es paralela a la asiría de los textos cuneiformes: Bit-Ammana. 3 Los reyes de Amón aparecen como tributarios de Teglatfalasar III (728), de Senaque-rib (701) y de Asaradón (673). Cf. H. Gressmann, Alt. Texte (Berlín-Leipzig 1928) 116. 120.123. Véase también Dhorme, Les pays bibliques et l'Assyrie: RB (1910) 199.508; (1911) 21i. 4 Cf. Jer_27:1-1. 5 Cf. Eze_21:28-32. 6 Cf. Jer_40:14. 7 El TM añade Seir, que falta en los LXX.8 Cf. Is 15-16; Jer 48,i-47- 9 Bet-Yesimot: la actual Kh. Sueime, a 18 kms. al sudeste de Jericó. Baal-Meón: la actual Main. Quíriaía/yim: actual Kh. el-Qureyat. 10 Gen_25:29. 11 Deu_2:12-22. 12 Num_20:14-21; Jue_11:17. 13 2Sa_8:135; 1Re_11:143. Fue muy sonada la victoria del rey Amasias (798-780) contra los'edomitas; 2Re_14:7. Edom es mencionada en los documentos cuneiformes; cf. H. Gressmann, Alt. Texte 120.123. 14 Cf. 2Re_24:2; Jer_27:1-11. Oráculos contra Edom aparecen en Isa_34:5-17; Jer_49:7-22; Lam_4:21s; Sal_137:7; Ez 0.35; Mal_1:1-4. 15 Para la frase extender la mano en sentido amenazador, cf. Eze_4:7; Eze_13:9. 16 Teman, la actual Shaubak (cf. Jer_49:7), al norte de Edom, famosa por su sabiduría: Jer_49:7; Bar_3:22. Dedán, al sur, la actual él-Ela: Jer_25:23; Isa_21:13; cf. Abel., Géog. I 285; II 4793. 17 Cf. 1Ma_5:65; 2Ma_10:16. 18 Fih'steo, en egipcio Purasati, asirio Palastu. Según la Biblia, provenían de Caftor, que hasta hace poco se identificaba con Creta. Hoy día más bien se identifica con Asia Menor (según Eusebio, Capadocia). Sería el egipcio Keftiu, que designa Panfilia, Cilicia y la costa occidental de Asia Menor. Cf. Abel, Géog. I 261-270; L. Speelers, Egypte: DB, Suppl. II (1932) 756-919. Véase Spadafora, Ezechiele p.2O2. 19 Cf. 1 Sam 18-19; 2Sa_5:175; 2Sa_21:15-22; 2Sa_23:9-17; 1Re_15:27; 1Re_16:155; Jue_14:3; Jue_15:18. 20 Amó_1:6ss; Isa_14:29-32; Isa_11:14; Jer 47; Sof_2:4-7; Zac_9:53. 21 Cf. Sof_2:5. Los LXX los llaman ?????? . La Vulgata, CerethaeL 22 Cf. 2Sa_20:23.