Oseas  3 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 5 versitos |
1 Díjome Yahvé: Ve otra vez y ama a una mujer amante de otro y adúltera; ámala como ama Yahvé a los hijos de Israel, a pesar de que se van tras otros dioses y se deleitan con las tortas de pasas."
2 La compré por quince siclos de plata, un “jómer” de cebada y un “letej” de vino.
3 Díjele: Has de estarte reservada para mí mucho tiempo, no te prostituyas, no te entregues a hombre alguno; también yo me reservaré para ti,"
4 porque mucho tiempo han de estar los hijos de Israel sin rey, sin jefe, sin sacrificio y sin cipos, y sin “efod” y sin “terafim.”
5 Luego volverán los hijos de Israel y buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey, y se apresurarán a venir temerosos a Yahvé y a su bondad al fin de los días.

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Introducción a Oseas 

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Oseas.
Introducción.

Nombre y Vida del Profeta.
La Biblia no da ninguna indicación sobre el lugar de nacimiento de Oseas (en hebreo Hosea: Yahvé salva). Únicamente conocemos el nombre de su padre, Beeri! El nombre coincide con el del último rey de Israel 2, y no debía de ser raro en la época. Como la predicación de Oseas se desarrolla en el reino del norte, se supone que es oriundo de esta zona septentrional israelita; pues, por otra parte, en el libro se refleja la situación política del reino de Samaría. No sabemos a qué clase social pertenecía, probablemente a la de agricultor, a juzgar por las numerosas alusiones a la vida agrícola 3. No obstante, algunos autores creen que era de la clase sacerdotal o que formaba parte de las asociaciones proféticas profesionales. Pero nada de esto se insinúa en el libro.
En sus oráculos, el profeta nos habla de su vida familiar. Por orden de Dios contrajo matrimonio con una mujer de mala vida, o con una mujer que le fue infiel en el matrimonio, de la que tuvo tres hijos, con nombres simbólicos relacionados con la conducta pecadora de Israel como pueblo. Los autores disputan sobre el sentido de estas narraciones, y así, mientras unos entienden estos relatos en sentido historicista, es decir, como reflejo de la vida familiar real del profeta, otros más bien creen que estas narraciones son en el fondo parábolas en acción. Desde luego, el carácter esquemático y apresurado de la narración - siempre en función de simbolizar las relaciones de Yahvé con Israel - parece favorecer la tesis parabolista. Es decir, que nos hallaríamos ante un caso similar a. las parábolas expuestas como una realización real por Natán a David y por un profeta anónimo a Acab 4.

Ambiente histórico.
La época en que se desarrolló la vida del profeta fue tumultuosa en extremo. Después de un reinado de esplendor, encarnado en Jeroboam II (783-743), el cual, después de haber vencido a los sirios, logró una era de prosperidad comercial para su país, éste entró en un período completo de descomposición política como consecuencia de la invasión de Teglatfalasar III (745-727). Después de la -muerte de Jeroboam II se sucedieron vertiginosamente los reyes. Su hijo Zacarías apenas reinó un año (743), pues fue asesinado por Sellum (743), el cual a su vez lo fue por Menajem (743-738). El hijo de éste, Pecaya, fue asesinado por Pecaj (737-732) 5. Este se alió con Rasín de Damasco contra Asiría 6, pero Teglatfalasar les venció, ocupando Damasco (732) y parte del reino israelita del norte, que fue anexionado como provincia tributaria a Asiría, deportando a sus habitantes7. El reino del norte quedó reducido al territorio de Efraím, y oficialmente en estado de vasallo.
En la capital, Samaría, había una fuerte facción egiptófila, y parece que Pecaj la favorecía. Por ello fue asesinado por el asirófilo Oseas (732-724), que fue el último rey de Samaría, ocupada por los asirios en 722-21 a.C. Al principio Oseas entregaba sumisamente el tributo al rey de Asiría, Teglatfalasar; pero, al morir éste, con su sucesor, Salmanasar V (727-722), las relaciones se endurecieron; a causa de la afición del rey Oseas hacia Egipto, rehusó pagar el tributo acostumbrado. Oseas fue depuesto (725-24), y después de tres años de asedio, Samaría, capital del reino, cayó en manos de los asirios (722-21). En este ambiente de zozobra y de conspiraciones en la corte se desarrolló la vida profética de Oseas.
Con el bienestar conseguido en tiempo de Jeroboam II, las costumbres se relajaron y el culto cismático de Yahvé sufrió profundas infiltraciones idolátricas, con lo que surgió una religión sincretista, contra la que luchó denodadamente el profeta. El culto oficial del Estado se centraba en la adoración del becerro de oro, representación sensible de Yahvé 8; lo que era un primer paso para la idolatría, a la que era tan propenso el pueblo hebreo. Desde los tiempos de Acab (s.IX), los cultos fenicios habían penetrado hondamente en la vida religiosa del reino septentrional 9. El profeta Oseas luchó contra estas infiltraciones paganas, pues prácticamente Yahvé había sido reducido a la categoría de un Dios principal en un panteón. Por otra parte, las manifestaciones culturales externas, como ofrendas de sacrificios, observancia del sábado y de las fiestas anuales 10, no tenían el contenido religioso interno de entrega a Dios y a sus preceptos. De ahí la religión hipócrita y formularia, que era en realidad una caricatura de la tradición religiosa de Israel.

Contenido y estructura del libro..
La predicación de Oseas es esencialmente afectiva, y por eso no es fácil hacer un esquema ideológico de sus oráculos. La idea central de su mensaje es la contraposición del amor de Yahvé y la ingratitud de Israel, que no ha sabido corresponder a su calidad de pueblo elegido. En realidad, Yahvé se ha unido con su pueblo en una alianza matrimonial, pero Israel la ha quebrantado. Por eso Yahvé le castigará, pero amorosamente, para atraerle a buen camino, a la reconciliación. Conforme al orden actual del libro que se atribuye a Oseas, podemos hacer el siguiente esquema de sus oráculos:

A) Relaciones amorosas de Yahvé e Israel (1:1-3:5):
El matrimonio con una mujer de mala vida simboliza la infidelidad de Israel a Yahvé.
Reconciliación con la mujer infiel.
Los nombres de los hijos de Oseas, símbolo de las relaciones entre Yahvé e Israel.
B) Oráculos conminatorios (4:1 -14:10):
Se declara la culpabilidad y el castigo de Israel. Impenitencia de Israel y Judá. Anuncio de la cautividad.
Invitación al arrepentimiento.

La primera parte está en prosa, mientras la segunda en poesía. Pero la identidad ideológica es total, y la ilación lógica es muy normal, en tal forma que la segunda parte parece un desarrollo de la del esquema teológico de la primera. Ambas partes terminan con el anuncio trágico de la destrucción del reino del norte. Los nombres de sus hijos Jezrael, Lo-Rujamá (sin compasión) y Loami (no mi pueblo) son un símbolo del castigo material de Israel y del abandono por parte de Dios hasta que entre por las vías del arrepentimiento. El recuerdo de la llanura de Jezrael, donde en otro tiempo Jehú extirpó la dinastía de Acab, será el símbolo de la nueva carnicería que se cierne sobre la casa real de Samaría. Pero, una vez que se cumpla la justicia de Yahvé e Israel vuelva a su Esposo, ese nombre, de recuerdo siniestro, se convertirá en símbolo de bendición, manifestada en la feracidad edénica de la tierra (Jezrael: Yahvé siembra), y, por otra parte, Israel volverá a ser el pueblo elegido de su Dios, de forma que Yahvé podrá llamarle Pueblo mío y Misericordia, porque sobre él se derramará su piedad salvadora.

Autenticidad y transmisión textual.
En general no hay razones serias que objetar a la unidad de autor del libro de Oseas. No obstante, en sus oráculos hay intercalaciones de un compilador posterior, que en Judá dio la última redacción a los escritos atribuidos a Oseas 11.
En cambio, el problema textual es atormentador, ya que el estado actual del TM es sumamente deficiente. Hay pasajes ininteligibles y es preciso recurrir a las versiones para reconstruir una posible lectura original satisfactoria 12. La versión de los LXX está hecha sobre un texto muy corrompido, y por eso es preciso acudir a las exigencias del contexto y de la métrica para rastrear el posible sentido original. En la segunda parte, poética, muchas veces los incisos y esticos están desplazados. Es célebre la frase de San Jerónimo: Oseas commaticus est, et quasi per sententias lo-quens 13. Este estilo entrecortado y sentencioso hay que atribuirlo a su temperamento afectivo y emocional. A través de sus frases misteriosas y entrecortadas se percibe la hondura de su alma, enamorada de su pueblo. De ahí que a veces falta el encadenamiento lógico, porque las explosiones afectivas dominan la frase. No obstante, tiene una gran riqueza de imaginación, con propensión a tomar los símiles de la naturaleza; conoce bien las leyes del paralelismo y los recursos de la paranomasia; alude frecuentemente a las tradiciones antiguas de Israel; sobre todo siente nostalgia de la vida del desierto, cuando las relaciones entre Yahvé e Israel eran más sinceras; conoce muchos incidentes y hechos de la historia sagrada, del Pentateuco y del libro de los Jueces 14.

Mensaje doctrinal.
a) Oseas centra su predicación en torno a las relaciones de Yahvé con Israel como pueblo elegido: por eso no hay en sus oráculos anuncios relativos a las naciones paganas ni a Judá, a pesar de que debía de conocer los oráculos de Amos. Abiertamente declara el monoteísmo estricto. Yahvé es el Dios exclusivo de Israel15, pero es también el único Dios, ya que los baales cananeos no son nada, sino obra del hombre 16. El gran pecado de Israel es la idolatría, que en el fondo procede de la ignorancia 17. Pero, ante todo, Yahvé es el Dios de Israel, porque le ha elegido entre todos los pueblos.
Sus relaciones son tan amorosas, que son comparables al amor íntimo de dos esposos. Este símil del matrimonio para expresar las relaciones entre Yahvé e Israel es expresado por primera vez por Oseas, pero queda después acuñado para reaparecer en los oráculos de Isaías 18, Jeremías 19, Ezequiel 20 y en la literatura sapiencial, sobre todo en el Cantar de los Cantares. Y aún el símil penetra en los escritos del Í. Ô. 21 Oseas describe dramáticamente las tentativas amorosas de Yahvé por atraerse a su pueblo, al que ama, pero que le es infiel. A pesar de sus infidelidades, le busca una y otra vez hasta hacerle comprender - por las privaciones y castigos - que su bien está sólo en acercarse a su Esposo, el de su juventud.
Desde el punto de vista del culto religioso, el profeta rechaza todas las manifestaciones culturales, que están inficionadas de cultos idolátricos extraños 22. En general, ante todo urge el cumplimiento de los valores morales. El culto externo sólo es aceptable por Yahvé en la medida en que va acompañado del reconocimiento íntimo de sus derechos y de la entrega del corazón a sus preceptos. El profeta urge sistemáticamente el cumplimiento de los preceptos del decálogo al acusar a sus contemporáneos: perjuran, mienten, matan, roban, adulteran, oprimen, y las sangres se suceden a las sangres23. Se opone a todo culto a las imágenes24 y supone la existencia del descanso sabático 25.
b) La idea mesiánica queda perfectamente expresada al anunciar una nueva alianza matrimonial indefectible: Seré tu esposo para siempre, te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en misericordias y en piedades, y yo seré tu esposo en fidelidad, y tú reconocerás a Yahvé.26 El profeta anuncia aquí una nueva era en la que desaparecerá el pecado y las relaciones de Israel con Dios se basarán en la justicia, el juicio y la misericordia, de forma que podrá ser Yahvé de nuevo y definitivamente el Esposo en fidelidad, basándose las nuevas relaciones en el reconocimiento de los derechos divinos 27.
Como consecuencia, Dios bendecirá a su pueblo, que será como las arenas del mar, que son sin medida y sin número, y en el lugar-mismo en que se les dijo: Vosotros no sois mi pueblo, se dirá de ellos: Los hijos del Dios vivo. Los hijos de Judá y los hijos de Israel se juntarán en uno y se darán un jefe único y se desbordarán de la tierra, pues será grande el día de Jezrael.28 El profeta piensa en los tiempos en que, pasada la hora de prueba, el castigo de la cautividad, volverán Judá e Israel a constituir un solo pueblo con un solo jefe: Volverán los hijos de Israel y buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey, y se apresurarán a venir temerosos a Yahvé. 29 Es el anuncio de la nueva teocracia, que será como una superación de los tiempos gloriosos de David.
Y el profeta, ante esta perspectiva, suelta su imaginación, presentándonos un cuadro idílico en el que aparecen las fieras amansadas y los campos dotados de feracidad edénica: En aquel día haré en favor de ellos concierto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra, y quebraré en la tierra arco, espada y guerra, y haré que reposen seguros. En aquel día yo seré propicio - dice Yahvé - a los cielos, y los cielos serán propicios a la tierra; la tierra, propicia al trigo, al mosto y al aceite, y éstos, propicios a Jezrael. 30 Esta perspectiva de paz total y de feracidad edénica se convertirá en tópico en la literatura profética posterior 31. Es el ansia de paz y de felicidad inherente a su corazón humano, que será colmada en los tiempos mesiánicos.

1 Os 1:1. - 2 Cf. 2 Re 17:1. Oseas es el nombre original de Josué (Núm 13:17). - 3 Cf. Os4:16; 6:3; 8,7; 9:2.10; 10:1; 13:3; 14:6-8. - 4 Cf. 2 Sam 12:1-7; 1 Re 20:35-43. - 5 Cf. 2 Re 15:10; 2 Re 15:17.23-25. - 6 Cf. 2 Re 16:5; Is 7. - 7 Cf. 2 Re 15:29. - 8 Lo que estaba prohibido en Ex 20:4. - 9 Cf. 1 Re 16:30. - 10 Cf. Os 2:11; 4:15; 8:4; 13:2. - 11 Se consideran obra de un glosista los fragmentos 2,isb-25; 14:2-10. - 12 Por ejemplo, Os 4:19; 6:11; 7:1. - 13 san jerónimo, Praef. ín XII Proph.: PL 28:1015. - 14 Cf. Os 9:4 y Ex 3:14; Os 11:8 y Gen 19:243; Dt 29:22; Os 9:10 y Núm 25; Os 13:1 y Núm 16; Dt u,6; Os 2:17 y Jos 7:24-26; Os 9:9 y 10,95 y Jue 195; Os 13:10 y 1 Sam 8. - 15 Os 3:5; 4:6-12. - 16 Os 8:4-6; 13:2. - 17 Os 4:6. - 18 Isa_50:1; 54:5·Àï; 62:4-5. - 19 Jer 2:1-7; 3:15; 31:22. - 20 Ez c.ió y 23. - 21 Cf. Os n,i y Mt 2:15; Os 6:6 y Mt 9:13; Ose_10:8 y Le 23:30; Os 2:25 y Rom 9:25; Os 13:14 y i Cor 15:55; Is 1:6.9; 2:3 y i Pe 2:10. - 22 Cf. Os 7:14; 8:4-6.11; 10,is. - 23 Os 4:2. - 24 Os 8:4; 10:2-5; 13:2. - 25 OS 2:11. - 26 Os 2:19(21)3. - 27 Jer 31:33-34· - 28 Os 1:11. - 29 3:5. - 30 2:22. - 31 Cf. Is 51:3; 31:1s; 41:18; 43:10; Ez 47.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Oseas  3,1-5

3. Retorno de Israel a Su Dios.

Reconciliación de Oseas con su mujer adúltera (1-5).
1 Díjome Yahvé: Ve otra vez y ama a una mujer amante de otro y adúltera; ámala como ama Yahvé a los hijos de Israel, a pesar de que se van tras otros dioses y se deleitan con las tortas de pasas. 2 La compré por quince siclos de plata, un jómer de cebada y un letej de vino 2. 3 Díjele: Has de estarte reservada para mí mucho tiempo, no te prostituyas, no te entregues a hombre alguno; también yo me reservaré para ti, 4 porque mucho tiempo han de estar los hijos de Israel sin rey, sin jefe, sin sacrificio y sin cipos, y sin efod y sin terafim. 5 Luego volverán los hijos de Israel y buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey, y se apresurarán a venir temerosos a Yahvé y a su bondad al fin de los días.

La vida del profeta Oseas debía ser un símbolo de las relaciones amorosas de Yahvé con Israel, su pueblo. Por orden divina, el profeta debe amar a una mujer amante de otro (v.1). ¿Quién es esta mujer que después es calificada como adúltera? ¿Es la misma Gomer, hija de Diblayim del c.17 Por el calificativo de adúltera que se le da, nosotros creemos que es la misma que Oseas había tomado por esposa. A pesar de sus extravíos e infidelidades, Oseas debe reconciliarse con ella y amarla como ama Yahvé a los hijos de Israel, a pesar de que se van tras otros dioses. Todo aquí parece indicar que se trata de una alegoría sin realidad histórica. Los personajes son artificialmente escogidos para significar ideas teológicas. En este caso, las infidelidades de la supuesta esposa adúltera de Oseas representan los coqueteos idolátricos de los hijos de Israel, que se deleitan con las tortas de pasas; alusión a la costumbre de presentar tortas de pasas en los altares de los ídolos cananeos.
Oseas debe comprarla en una suma de dinero equivalente, más o menos, a 30 siclos, que era el precio de un esclavo 3. Parece deducirse de esto que la mujer esposa de Oseas vivía con su amante en calidad de esclava concubina. La Ley prohibía al marido volver a casarse con su antigua esposa que había oficialmente sido divorciada 4. No hay ninguna alusión en estos relatos al divorcio de Oseas y de su esposa. Más bien parece inferirse que la esposa de Oseas, por su propia cuenta, se fue a vivir con otro amante, y que Oseas, viendo en sus tragedias familiares altos sentidos simbólicos por ordenación divina, no quiso divorciarse oficialmente de ella.
Para los que interpretan todos estos relatos en sentido alegórico, sin base histórica, no hay dificultad en todas estas combinaciones artificiales, ya que Oseas, en su predicación, bien pudo crear una parábola en la que los detalles se ordenaban exclusivamente a reflejar un sentido simbólico conceptual. El profeta debe simbolizar el amor de Yahvé por los hijos de Israel, que con sus cultos idolátricos cometen actos de adulterio espiritual. El profeta, para recalcar más su amor por la esposa infiel (símbolo del amor de Dios para con Israel), pone de relieve sus sacrificios por recuperar el amor de su esposa, y así, no sólo la admite a la reconciliación, sino que, en un gesto de desbordamiento amoroso, ofrece dinero para recuperarla. Este detalle se presta muy bien para encarecer el amor de Yahvé para con Israel, que le lleva a multiplicar sus solicitudes a través de la historia para atraerle al buen camino. Yahvé sólo exige a su pueblo, para la reconciliación, que se aparte de sus caminos perversos, que es justamente lo que exige Oseas a su esposa recuperada: no te prostituyas. (v.3).
La supuesta mujer comprada por Oseas debe pasar una temporada de pruebas reservada, para significar la situación de prueba en que se va a ver Israel: porque mucho tiempo han de estar los hijos de Israel sin rey. (v.4); es la prueba del exilio, en que Israel desaparecerá como nación, siendo privada de su jefatura política y de su templo (sin sacrificio.). Los cipos son las estelas o masseba, piedras verticales erigidas con carácter sagrado junto a los altares en los cultos idolátricos cananeos 5 y fenicios. Los israelitas se habían aficionado a un culto sincretista, mezclando las prácticas mosaicas y la de los pueblos paganos.
El efod debía de ser un objeto idolátrico empleado en la adivinación6, comparado por su riqueza de piedras preciosas al efod o pectoral del sumo sacerdote. Los terafim eran los dioses penates, o ídolos familiares, utilizados también en la adivinación7. El profeta, pues, aquí anuncia que los israelitas se verán privados de las cosas más queridas, aludiendo, sin duda, a la prueba del exilio babilónico. De hecho, poco después de estas predicciones, empezó la deportación de los israelitas del reino del norte llevada a cabo por Teglatfalasar III, completada después por Sargón II, una vez conquistada Samaría por los asirios (721 a.C.).
Como siempre, después de anunciar el castigo, el profeta vaticina la rehabilitación de Israel como pueblo. En efecto, después de la cautividad, los hijos de Israel buscarán a Yahvé, su Dios, y a David, su rey. (v.5). La mente del profeta se proyecta hacia el Rey futuro o Mesías, figurado en la persona histórica de David, que en la tradición hebrea quedaba como el símbolo de la monarquía en su mayor esplendor 8. La expresión al fin de los días está consagrada en la literatura profética para designar los tiempos mesiánicos 9, que se caracterizarán por un sentido de entrega a Yahvé, de forma que los israelitas en esos días se apresuraran a venir temerosos a Yahvé y a su bondad.

Realidad Histórica de los Relatos de Oseas.
Ante los extraños relatos que acabamos de estudiar, la pregunta primera que se presenta al lector es: estos relatos, ¿tienen un valor real histórico, o más bien son cuadros literarios puramente alegóricos en función del simbolismo, tan claramente destacado, de los protagonistas de estas escenas de la vida familiar de Oseas?
Los intérpretes no han convenido en la solución, siendo legión los representantes de ambas hipótesis 10. San Jerónimo sostiene con vigor la tesis alegorista, entre otras razones porque, para él, el hecho de que Oseas se hubiera casado con una mujer fornicaria es inmoral n. Este escrúpulo no es aceptado hoy día, pues no hay ninguna inmoralidad en que el profeta se casara por orden divina con una cortesana o una mujer que le fuera después infiel en el matrimonio. No se trataría, en este caso, de una unión carnal fornicaria, sino de una unión normal matrimonial, aunque la esposa de Oseas haya sido antes prostituta. El gran doctor escriturista reforzaba su tesis acudiendo a otros lugares bíblicos paralelos, como la acción de Jeremías escondiendo su cinturón en el Eufrates por orden divina 12 y la inmovilidad de Ezequiel durante trescientos noventa días 15.
Los partidarios del sentido histórico en los relatos de Oseas mantienen la historicidad de los hechos mencionados en Jeremías y Ezequiel, y para mantener su tesis hacen hincapié, sobre todo, en el nombre propio de la esposa de Oseas (Gomer, hija de Diblayim) y en los nombres simbólicos de sus hijos. Y refuerzan su opinión resaltando que entre la progenie de Oseas hay una hija y dos hijos. ¿Para qué esta distinción, si no hubiera sido esto conforme a la historia? Finalmente, creen que, para que la predicación del profeta tuviera más eficacia, era conveniente que no quedara la trama en pura parábola, sino que tuviera realización histórica 14.
Los alegoristas salen al paso de estas objeciones diciendo que también en las puras parábolas aparecen a veces nombres propios, como en la del rico epulón y Lázaro 15. Oseas bien pudo escoger un nombre para su supuesta mujer con el fin de concretar más la relación. Por otra parte, la mención de una hija es exigida por el nombre que había de llevar, que es femenino en hebreo (Lo-Rujamá). Desde el punto de vista de eficacia sobre los destinatarios a los que se dirigía la predicación de Oseas, no creemos que fuera favorecida por hechos puramente íntimos y familiares de éste. Más bien interesaría la parábola como tal por su simbolismo. Por nuestra parte, nos sentimos inclinados a la interpretación alegorista. Todo en el relato nos parece artificial y convencional. Parece que nos hallamos ante una parábola en la que la mayor parte de los detalles tienen sentido alegórico simbólico. Este simbolismo preconcebido hace crear imaginativamente los personajes apropiados que han de servir de protagonistas en la exposición teológica, que es el nervio de las narraciones: Oseas ha querido así dramatizar las situaciones, concretándolas en supuestos hechos de su vida para impresionar más al auditorio, pero en el fondo todo parece alegoría.

1 El TM vocaliza amada del prójimo (Rea'). Los LXX traducen amante del mal. (Ra'J. La Bible de Jérusalem: amada de su cónyuge. 2 Así según los LXX, pues el TM dice cebada. Así la Bible de Jérusalem. 3 El jómer equivalía a unos 365 1. y el letej era. la mitad de un jómer. Suponiendo, según 2Re_7:18, que el seah (1/30 del jómer) valiera medio siclo, tenemos que un jómer y medio equivalía a unos 15 siclos, que, sumados a los otros 15 que nos da Oseas, totalizan 30 siclos, que era el precio de una esclava (Exo_21:32). 4 Cf. Dt 24,is; Jer 1:1s. 5 Cf. Exo_34:13; Deu_16:21-22; Miq_5:13; r Sam 15:12; Isa_19:19. Sobre estas estelas o belilos, véase M. J. lagrange, études sur les religions sémitiques p.20435. 6 Cf. Jue_17:5; Jue_18:14.17.18; 1Sa_14:18. 7 Cf. Eze_21:26; Zac_10:2; 1Sa_15:23. 8 Cf. Jer_30:9; Eze_34:23; 37:24- 9 Cf. Isa_2:2; Jer_23:20; Miq_4:1. 10 Alegoristas: San Jerónimo, Trochon, Crampón, Van Hoonacker, Desnoyers, Tobac, etc. Historicistas: San Agustín, Tomás, Estío, A Lapide, Calmet, Vigouroux, Buzy, Cru-veilhier. 11 San Jerónimo llama a los historicistas contentiosus interpres, y cree que lo de Oseas debe haber sucedido in typo, quia si fíat, íurpissirnum est (PL 25:842). 12 Cf. Jer 13:1s. 13 Eze_3:25; Eze_4:4-6. 14 Véase la argumentación detallada en D. Buzy, Les symboles de VAncienTestament p.36ss. 15 Lc 16.20SS.