Deuteronomio  19 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 21 versitos |
1 “Cuando Yahvé, tu Dios, haya exterminado las naciones cuya tierra te dará, y las hayas desposeído, y habites en sus ciudades y en sus casas,
2 te separarás tres ciudades de en medio de la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará en posesión;"
3 allanarás los caminos y dividirás en tres regiones el territorio que Yahvé, tu Dios, te dará en heredad, para que todo homicida pueda refugiarse en esas ciudades.
4 He aquí el caso en que el homicida que allí se refugie tendrá salva la vida: si mató a su prójimo sin querer, sin que antes fuera enemigo suyo ni ayer ni anteayer.
5 Así, si uno va a cortar leña en el bosque con otro y, mientras maneja con fuerza el hacha para derribar el árbol, salta del mango el hierro y da a su prójimo y le mata, ése huirá a una de las ciudades, y tendrá salva la vida.
6 Si no, el vengador de la sangre persiguiría en su furor al homicida, y, si el camino era demasiado largo, le alcanzaría y le heriría de muerte; y, sin embargo, ese hombre no merecía la muerte, pues que ni de ayer ni de anteayer tenía odio."
7 Por eso te doy este mandato: Separa tres ciudades;"
8 y si Yahvé, tu Dios, ensancha tus fronteras, como a tus padres se lo ha jurado, y te da toda la tierra que a tus padres juró darte,
9 siempre que guardes y pongas por obra todos los mandamientos que te prescribo hoy, amando a Yahvé, tu Dios, y siguiendo todos sus caminos añadirás a esas tres otras ciudades,
10 para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará por heredad y no caiga sangre sobre ti.
11 Pero si uno que odiara a su prójimo le acechare, se echare sobre él y le hiriere mortalmente, y huyera a una de esas ciudades,
12 los ancianos de la ciudad le mandarán prender y le entregarán en manos del vengador de la sangre para que muera.
13 No tendréis piedad de él; quitarás de Israel sangre inocente y prosperarás.”
14 “No moverás los términos de tu prójimo de donde los pusieron los antepasados en la heredad de tu propiedad, en la tierra que Yahvé, tu Dios, va a darte en posesión.
15 Un solo testigo no vale contra uno en cualquier delito o en cualquier pecado, cualquiera que sea el pecado. En la palabra de dos o tres testigos se apoyará la sentencia.
16 Si surgiere contra uno un testigo malo, acusándole de un delito,
17 los dos interesados en la causa se presentarán ante Yahvé, ante los sacerdotes y los jueces en funciones en ese tiempo,
18 quienes si, después de una escrupulosa investigación, averiguan que el testigo, mintiendo, había dado falso testimonio contra su hermano,
19 le castigarán, haciéndole a él lo que él pretendía se hiciera con su hermano; así quitarás el mal de en medio de Israel."
20 Los otros, al saberlo, temerán y no cometerán esa mala acción en medio de ti;"
21 no tendrá tu ojo piedad; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.”

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Introducción a Deuteronomio 

Times New Roman ;;;;; Riched20 5.40.11.2210;
Deuteronomio.

Introducción.

Nombre.
Deuteronomio significa en griego Segunda Ley (Äåõôåñï-íüìéïí), y es una traducción del Misneh hattorah (repetición de la Ley) de 17,18; en realidad, este título adecúa perfectamente al contenido del libro, ya que se trata de una nueva promulgación de la mayor parte de la legislación contenida en los libros anteriores del Pentateuco. En las Biblias hebraicas modernas se le designa por las primeras palabras del TM: 'elleh haddebarim (estas palabras).

Contenido y División.
Por su forma y contenido, el Deuteronomio es un libro distinto a los cuatro anteriores del Pentateuco, ya que no es una narración histórica ni una mera codificación fría, sino una composición oratoria del género parenético, en el que se recogen los discursos de Moisés en Moab antes de entrar los israelitas en Canaán y al término de la gran peregrinación por el desierto. Es como una recapitulación de los hechos ocurridos desde el Sinaí y una nueva proclamación de las leyes básicas de la teocracia hebrea. El tono es solemne y exhortatorio, como conviene en boca del libertador y legislador de Israel en el momento en que se va a despedir de su pueblo una vez cumplida su ingrata misión. La idea central de sus discursos de despedida es que sólo el cumplimiento fiel de los preceptos divinos atraerá la bendición de Yahvé. No es una mera exposición de hechos o leyes, sino que ambas cosas están envueltas en un espíritu de amor a Dios y al prójimo. Esto es característico del Deuteronomio.
Podemos dividirlo en cinco secciones:

1) Discurso primero (1:6-4:40):
a) Sección histórica: Evocación de los hechos acaecidos desde la marcha del Sinaí hasta las estepas de Moab (1:6-3:29).
b) Sección parenética: Exhortación al cumplimiento de la ley de Yahvé (4:1-40).

2) Discurso segundo (5:1-11:32): Exhortación (5:1).
a) Alianza del Sinaí (Decálogo) (5:1-33).
b) Fidelidad a Yahvé (6:1-25).
c) Mandato de exterminio de los cananeos (7:1-26).
d) Gratitud a la Providencia divina (8:1-20).
e) Recuerdo del pasado (9:1-10:11).
f) Exhortación para el futuro (10:12-11:32).

3) Código del Deuteronomio (parte central del libro):
a) Leyes religiosas (12:2-16; 17; 21; 17:7).
b) Leyes sobre las autoridades (16:18-20; 17:8-18:22).
c) Leyes civiles, penales y varias (19:1-25:19).
d) Prescripciones litúrgicas (26:1-15).
e) Adición sobre las ceremonias conmemorativas (27; 1-26).
Conclusión (28:1-29:1).

4) Discurso tercero (29:2-30:20): Nueva exhortación a guardar la Ley; evocación de los beneficios recibidos desde la salida de Egipto y recuerdo de las promesas y amenazas divinas.

5) Postrimerías de Moisés (31:1-34:12):
a) Instrucciones a Josué (31:1-21).
b) Cántico (31:22-32:43).
c) Bendición de las tribus (33:1-29).
d) Muerte de Moisés (34:1-12).

Estilo Literario.
Conforme a su finalidad parenética, el estilo es oratorio, solemne, enfático, redundante, con muchas repeticiones. Es el predicador que exhorta al cumplimiento de la Ley en estilo directo, recordando los beneficios recibidos de Dios y los castigos a las infidelidades como lección para el futuro. Recuerda el orador las principales leyes que se han de guardar para mantener las buenas relaciones con Yahvé. Es como un código popular1, en el que se instruye grosso modo al pueblo, sin llegar a las minuciosidades del Levítico o de los Números. El estilo familiar aparece en las frases reiteradas de Yahvé, nuestro Dios, nuestro Dios, seguir a Dios, con todo el corazón y con toda el alma, hacer lo que es bueno o malo a los ojos de Yahvé, el lugar donde Yahvé hará morar su nombre.2
Es El Estilo De La Predicación Profética.

Unidad Literaria.
Muchos críticos sostienen que el núcleo primitivo con unidad literaria es la parte legislativa (c. 12-26), pero por semejanza de estilo son también muchos los que creen que el núcleo primitivo lo constituyen los c.5-26. La falta de repeticiones en estos capítulos prueba para éstos la unidad primitiva de autor. Los c.1-4, en cambio, son considerados por la mayor parte de los críticos como adición posterior al conjunto (c.5-26)3. El c.28 es generalmente considerado como conclusión del conjunto legislativo (c.5-26).

Origen Mosaico.
La tradición judeo-cristiana considera todo el libro como obra del propio Moisés4. Sin embargo, en la Edad Mediado faltaron quienes atribuyeron parte del libro a Josué5. En el siglo xix los críticos independientes lanzaron la idea de que el Deuteronomio es el libro de la Ley descubierto en el templo de Jerusalén bajo Josías (621 a.C.) Esta idea, que había sido propuesta ya por San Atanasio y San Jerónimo (si bien éstos admitían el origen mosaico del Deuteronomio), fue generalizada en la teoría de las cuatro fuentes welhau-senianas, con la afirmación subsiguiente de que la composición de ese documento no es anterior al propio rey Josías. El hallazgo del libro habría sido un fraude piadoso inventado por los sacerdotes para autorizar la reforma religiosa con la idea de la centralización del culto en el templo de Jerusalén6. Para confirmar esta hipótesis se arguye que algunas instituciones de las que se habla en el Deuteronomio son de época posterior a Moisés, como la de la monarquía y la judicatura. Por otra parte, las ideas teológicas y el enfoque moral parecen de la época de la predicación profética.
Contra la hipótesis del fraude piadoso se arguye que, ya en el siglo IX antes de Cristo, el rey Amasias (796-768) conocía la prescripción de Dt 16:4, según la cual los hijos no debían ser castigados por los pecados de los padres, y se atribuía esta ordenación a Moisés7. Por otra parte, el rey Ezequías (727-698) había intentado una reforma religiosa, en la que se centralizaba el culto en el templo de Jerusalén8. Por otra parte, es incomprensible en los siglos IX-XIV la orden de exterminar a los cananeos y amalecitas de Dt 20:16-18 y 25:17-19, ya que eran poblaciones extinguidas para aquellos tiempos de la monarquía. Esa ordenación más bien refleja los primeros tiempos de la ocupación de Canaán por los israelitas. Todo esto prueba que el Deuteronomio es anterior al 621, que fue encontrado el libro de la Ley. Se supone que, en tiempos de la persecución de Manasés, este libro fue escondido en los cimientos del templo, y después fue encontrado fortuitamente cuando se hicieron las obras de reparación del tiempo de Josías9. Después de afirmar que la indicación de Dt 31:24 sobre la redacción de un libro con las palabras de la Ley por Moisés no ha de aplicarse a todo el Deuteronomio como hoy le tenemos, sino al conjunto de la Ley, afirma que la expresión Moisés escribió no ha de tomarse al pie de la letra como la otra de Dios dijo a Moisés, teniendo en cuenta que la seudonimia era un recurso literario corriente en la misma literatura bíblica, como aparece en el caso del libro de la Sabiduría, atribuido a Salomón. Por otra parte, la legislación deuteronómica se presenta como la repetición de la Ley (misneh hattorah); es decir, del conjunto legislativo de la época del desierto. Así, pues, si el código de la alianza es mosaico, lo es también sustancialmente la legislación deuteronómica, que está calcada sobre las tradiciones legales del desierto. Por eso, el autor del Deuteronomio ha sido lógico, y ha puesto el nombre de Moisés a lo que él consideraba su obra14. Sustancialmente, el núcleo legislativo del Deuteronomio es mosaico, como lo es el del Pentateuco en general. Esto no quiere decir que ese núcleo no se haya desarrollado orgánicamente y desde dentro (conforme al espíritu y esquema mosaico); posteriormente, conforme a las exigencias nuevas de los tiempos, el legado religioso de Moisés no podía conservarse en el curso de la historia de Israel, sino en la medida en que se formularan nuevas regulaciones, adaptadas a las circunstancias, que necesariamente cambian, mas siempre según el espíritu del gran legislador; debido a esto, por ficción literaria, se ponían en boca del mismo Moisés todas las determinaciones y ordenanzas, que no hacían sino poner por obra la revelación del Sinaí, valedera para todos los tiempos, y de la que Moisés era el depositario. Se puede admitir, no sin verosimilitud, que la amplitud y la precisión de la reforma de Ezequías (716-715) supone una codificación de las leyes antiguas... Que con ocasión de esta reforma la ley de centralización en particular haya sido añadida a una codificación de textos legislativos que habrían visto la luz en el reino del Norte, y que los levitas hubieran traído a Jerusalén después de la caída de Samaría, nada tiene de inverosímil.15 Es la opinión de Cazelles: Cuando la caída del reino del Norte (722) algunos levitas, huyendo de la dominación extranjera, se refugiaron en Jerusalén y llevaron consigo algunas de estas colecciones... La ley de la unidad del santuario se explica muy bien en esta fecha; los antiguos santuarios célebres del Norte han prevaricado y acaban de desaparecer, mientras el de Jerusalén acaba de librarse de Senaquerib en 701, sirve de residencia al arca santa y es considerado por los profetas como el lugar por excelencia de los oráculos divinos16. El santuario se remontaba a David; pero más allá de David, demasiado judío, es hasta Moisés, mediador de la alianza, y hasta la tradición mosaica, fuente de la unidad religiosa en Israel, hasta donde había que remontar. Así, el autor del Deuteronomio incluyó su compilación en una especie de comentario teológico, discursos puestos en boca de Moisés, el mediador de la alianza. Recordando al principio el Decálogo, fundamento de la alianza, el autor enlazaba con él toda la legislación posterior, procedente de Dios no directamente, sino por intermedio de Moisés... Hay demasiada relación entre la reforma de Josías y las exigencias deuteronómicas para no admitir un lazo de unión entre el Deuteronomio y esta reforma... Sobrevino la catástrofe del 589-588, y fue entonces cuando el yahvismo mostró toda su vitalidad. Paralelamente a la misión de Ezequiel, Dios inspiró una segunda edición del Deuteronomio, según el mismo espíritu de la primera, pero con vistas más precisas sobre el destierro, una marcada insistencia sobre las perspectivas de liberación (4:25-31 y final del cántico de c.32); por fin, una atención más sostenida a las ideas de la Sabiduría. Esta edición añadió los c.1-4, que insisten sobre la conquista, imagen de la reconquista que esperan los desterrados; añadió un gran párrafo a las maldiciones del c.28 y completó el c.31 en función del gran cántico del c.32... Este mismo autor ha añadido probablemente algunas notas en los discursos (10:6-9) y en las leyes redactadas o compiladas por su predecesor. Puede que sea también él quien ha operado el trabajo final de fusión entre el Deuteronomio y el documento antiguo17. El P. R. De Vaux supone también que la compilación del Deuteronomio es sustancialmente de la época de Ezequías18. Por nuestra parte, creemos que, en efecto, el Deuteronomio refleja la predicación teológica del siglo VIII antes de Cristo, aunque creemos verosímil que la redacción del mismo se deba a levitas del reino del Norte, pues no es fácilmente concebible que la clase sacerdotal de Judá haya admitido una elaboración hecha por los que eran considerados como cismáticos frente a la tradición de Jerusalén.

Doctrina Religiosa.
La principal preocupación del deuteronomista es evitar que los israelitas tomen parte en los cultos idolátricos. Es la obsesión de la predicación de los profetas. Las infiltraciones paganas en el pueblo eran cada vez mayores, y era preciso recordar los grandes postulados de la religión mosaica como fue concebida en los tiempos heroicos del desierto. El sincretismo religioso fue siempre un peligro para los israelitas, ya que éstos no tenían inconveniente en asociar al culto de Yahvé prácticas de origen cananeo. Por eso se ordena la extirpación de los cananeos y se prohíbe tener relaciones con ellos19. Por la misma razón deben desaparecer todos los lugares de culto paganos: santuarios, altares, estelas e imágenes20.
a) Yahvé es el Dios del universo. Es el único21, el Creador de cielos y tierra22, el Dios de los dioses23. Como tal es celoso de su gloria y no admite competencias de los ídolos24. Es trascendente y omnipotente25, es santo26 y justo27. Es también un Dios amoroso y benevolente28, que ama a Israel como a un hijo29 y está dispuesto a perdonarle si sinceramente se arrepiente30.
b) Es el Dios de Israel, que le ha elegido para dar cumplimiento a las promesas hechas a los patriarcas31, Esta elección se concretó en una alianza con Abrahán y con el pueblo en Horeb. El Deuteronomio es el documento solemne que contiene las cláusulas de esta alianza. De ahí arrancan las obligaciones de Israel como nación.
c) Culto.Los israelitas deben sentir un temor reverencial ante Yahvé poderoso y justiciero32, y ese temor ha de manifestarse en la observancia de la Ley33. Pero debe ser un temor amoroso34: Amaras a tu Dios con todo tu corazón...35
Pero estas manifestaciones de amor interno deben ir acompañadas de actos externos de reconocimiento. Israel es un pueblo santo consagrado a Yahvé36. Por ello se le prohiben ciertas prácticas del ambiente profano y pagano37 y tiene que evitar impurezas legales38. Y en reconocimiento de la soberanía debe ofrecer sacrificios y oblaciones de sus ganados y frutos39. El banquete sacrificial era una especie de comunión con Yahvé, en su honor, y con los deudos y necesitados40. Tres veces al año (Pascua, Pentecostés y Tabernáculos) debe el israelita presentarse ante el santuario de Yahvé41. El sábado es día sagrado42.
d) Característica del Deuteronomio es el amor hacia el prójimo, principalmente a los desvalidos, como el huérfano, la viuda, el extranjero, el levita y el esclavo43. La moral de este libro es alta y muy conforme a la predicación de los profetas. Los valores éticos son destacados y los actos de culto son impuestos, pero en el supuesto de que vayan informados de sentimientos internos de agradecimiento a Dios y de arrepentimiento de los pecados. Es una moral que se acerca a la evangélica y puede considerarse como la culminación en la teología del Antiguo Testamento.

1 A. Clamer, Deutéronome (1946) 490. 2 Véase una lista más amplia en Driver. Deuteronomy (ICC) p.lxxviii-lxxxiv. 3 Se señalan algunas contradicciones entre los c.1-4 y 5-26; así, 2:14 y 5:3-5; 9:7; 22:29 y 23:14; 4:41-43 y 19:93. 4 El Talmud consideraba los ocho últimos versículos del Dt como obra de Josué (Baba bathra 14b). 5 Así lo insinúa Hugo De San Caro (f en 1263), Postilla super Deut. 1,1: Opera omnia, 1 (Venecia 1754) 151. 6 Cf. Wellhausen, Prolegómeno, zur Ceschichte Israels ed. 6.a. I Cf. 2Re_14:6 . 8 Cf. 2 Re 18.3-7. 9 Naville, fundándose en la costumbre de esconder libros en los cimientos de los templos egipcios, supone que Salomón escondió también el libro de la Ley de Moisés en el de Jerusalén. Pero la Biblia nada insinúa en este sentido, a pesar de que da muchos detalles sobre la construcción del templo hierosolimitano. Véase Naville, La découverte de la Loi sous le roí Josias (1910); cf. RB (1910) 622. Para casos análogos entre hititas y babilonios véase RB (1923) 473-474; (1927) 141- 10 Cf. RB(1801) 609-616. 11 Cf. Moïse el Josué: Dafc, III 754- 12 Nikel, Die Pentateuchfrage: Bib. Zeitfragen, X 1-3 (1921). 13 Junker, Das Buch Deuteronomium (Bonn) p. 15-16; cf. RB (1934) p.432. 14 Cf. RB (1898) 22. 15 Ë. Clamer, La Genése 46-47. 16 Amó_1:2 ; Isa_8:18 . 17 H. Cazelles, Le Deutéronome (Bible de Jérusalem) 13-15· 18 R. De Vaux, Les institutions de l'Ancien Testament I p.222. 19 Dt 7:2-4. 20 Dt 7:5-25. 21 4:35-39. 22 Dt 10:14. 23 10:17. 24 4:24; 5:25; 6:15. 25 7:16; 20; 22. 26 7:6; 14:21; 23:13. 27 9,4-5; 32,4. 28 7:8; 23:6. 29 8:2; 3; 16. 30 30:1-10. 31 1:11; 6:8; 7:12. 32 7:7; 18-19; 4-5. 33 6:2; 5:29. 34 30:19-20. 35 6:5. 36 Dt 14.2. 37 14:1; 22:5-11; 12. 38 24:8-9; 14:3-21. 39 14:23. 40 12:7. 41 Cf.16. 42 5:12-15. 43 16:12; 14:29; 15:10; 34:17; 18; 22.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Deuteronomio  19,1-21

19. Leyes Complementarias.

Ciudades de Refugio (1-13).
1Cuando Yahvé, tu Dios, haya exterminado las naciones cuya tierra te dará, y las hayas desposeído, y habites en sus ciudades y en sus casas, 2te separarás tres ciudades de en medio de la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará en posesión; 3allanarás los caminos y dividirás en tres regiones el territorio que Yahvé, tu Dios, te dará en heredad, para que todo homicida pueda refugiarse en esas ciudades. 4He aquí el caso en que el homicida que allí se refugie tendrá salva la vida: si mató a su prójimo sin querer, sin que antes fuera enemigo suyo ni ayer ni anteayer. 5Así, si uno va a cortar leña en el bosque con otro y, mientras maneja con fuerza el hacha para derribar el árbol, salta del mango el hierro y da a su prójimo y le mata, ése huirá a una de las ciudades, y tendrá salva la vida. 6Si no, el vengador de la sangre persiguiría en su furor al homicida, y, si el camino era demasiado largo, le alcanzaría y le heriría de muerte; y, sin embargo, ese hombre no merecía la muerte, pues que ni de ayer ni de anteayer tenía odio. 7Por eso te doy este mandato: Separa tres ciudades; 8y si Yahvé, tu Dios, ensancha tus fronteras, como a tus padres se lo ha jurado, y te da toda la tierra que a tus padres juró darte, 9siempre que guardes y pongas por obra todos los mandamientos que te prescribo hoy, amando a Yahvé, tu Dios, y siguiendo todos sus caminos añadirás a esas tres otras ciudades, 10para que no sea derramada sangre inocente en medio de la tierra que Yahvé, tu Dios, te dará por heredad y no caiga sangre sobre ti. 11Pero si uno que odiara a su prójimo le acechare, se echare sobre él y le hiriere mortalmente, y huyera a una de esas ciudades, 12los ancianos de la ciudad le mandarán prender y le entregarán en manos del vengador de la sangre para que muera. 13No tendréis piedad de él; quitarás de Israel sangre inocente y prosperarás.

Una vez más, el legislador habla de las ciudades de refugio1, que serán tres en la tierra prometida o Canaán. Deben estar convenientemente distribuídas, y en buenas condiciones los caminos que a ellas se dirigen, para que el homicida involuntario pueda encontrar refugio en ellas, protegiéndose contra el vengador de la sangre, que le buscará implacablemente por exigencias de la reciprocidad. Se prevén otras tres ciudades de refugio si el territorio de Israel se ensancha hacia Transjordania2. Substancialmente, la legislación y su aplicación es la misma que en los textos legislativos anteriores. El legislador no prohíbe el derecho de venganza expresamente, pero procura defender al inocente con estas ciudades de refugio. Naturalmente, el asesino no las puede utilizar, y caso de que se refugie en ellas, debe ser entregado al vengador de la sangre (v.12). Esta legislación deuteronómica parece ser anterior a la que hemos visto en el libro de los Números.

Cambio de Lindes y Prueba Testifical (14-21).
14No moverás los términos de tu prójimo de donde los pusieron los antepasados en la heredad de tu propiedad, en la tierra que Yahvé, tu Dios, va a darte en posesión. 15Un solo testigo no vale contra uno en cualquier delito o en cualquier pecado, cualquiera que sea el pecado. En la palabra de dos o tres testigos se apoyará la sentencia. 16Si surgiere contra uno un testigo malo, acusándole de un delito, 17los dos interesados en la causa se presentarán ante Yahvé, ante los sacerdotes y los jueces en funciones en ese tiempo,18quienes si, después de una escrupulosa investigación, averiguan que el testigo, mintiendo, había dado falso testimonio contra su hermano, 19le castigarán, haciéndole a él lo que él pretendía se hiciera con su hermano; así quitarás el mal de en medio de Israel. 20Los otros, al saberlo, temerán y no cometerán esa mala acción en medio de ti; 21no tendrá tu ojo piedad; vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

La propiedad se consideraba como algo sagrado, y por eso se prohibe cambiar los lindes fraudulentamente3. Entre los babilonios, estos mojones se llamaban kudurru, y llevaban símbolos de deidades, con amenazas contra los que los cambiaran4. Entre los romanos se veneraba al dios terminus, como custodio de la propiedad de los campos5.
El precepto legal del v.15 es una repetición de Num_35:30 y Deu_17:6. Un solo testigo no basta para fundamentar una sentencia. Las sanciones contra el falso acusador son también la sencilla aplicación de la ley del talión, establecida en Ex 21.235. Se determina el modo de probar el delito de acusación falsa. Para ello se acudirá al tribunal supremos establecido, integrado por sacerdotes y jueces en funciones6. A ellos toca investigar la malicia del acusador y fijar la pena al tenor del principio del talión. Los primeros artículos del código de Hammurabi tratan también de los falsos acusadores e imponen la ley del talión contra ellos, es decir, deben sufrir la pena que ellos querían imponer al acusado7.

1 Cf. Exo_21:12-14; Num_35:9-34; Deu_4:41-43. 2 Cf. Num_35:9-34. 3 Cf. Deu_27:17; Job_24:2; Pro_22:28; Pro_23:10; Ose_5:10. 4 Cf. P. Dhorme, La religión assyro babylonienne 228. 5 Cf. E. Cuq, études sur le Droit babylonien 81s. 6 Deu_17:8s. 7 Cf. arts.3-4.