Tobías 14 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 15 versitos |
1 Terminó Tobit su canto de alabanza.
2 Era de cincuenta y ocho años cuando perdió la vista, que recobró al cabo de ocho años. Haciendo limosnas, proseguía en temer al Señor Dios y en darle gracias.
3 Siendo ya muy viejo, llamó a su hijo y a los hijos de éste, y les habló así: “Hijo, yo estoy ya muy viejo y para partir de esta vida. Toma a tus hijos
4 y vete a la Media, pues estoy persuadido de que cuanto dijo el profeta Jonas sobre Nínive se cumplirá y será destruida. En la Media habrá más paz hasta un determinado tiempo. Pasado éste, nuestros hermanos que moran en la tierra feliz serán dispersados. Jerusalén quedará desolada, y la casa de Dios entregada a las llamas, durando la desolación hasta cierto tiempo;"
5 pero otra vez Dios se compadecerá de ellos y los volverá a su tierra y edificará la casa, aunque no como la primera, hasta que se cumplan los tiempos del mundo. Después de esto volverán de la cautividad y edificarán a Jerusalén magníficamente, y en ella la casa de Dios, gloriosa, como de ella han dicho los profetas.
6 Todas las naciones se convertirán de veras al temor del Señor Dios y enterrarán sus ídolos.
7 Bendecirán todas las naciones al Señor, y su pueblo le dará gracias, y el Señor ensalzará a su pueblo, y se alegrarán todos los que aman al Señor Dios en verdad y en justicia, practicando la misericordia hacia nuestros hermanos.
8 Vete, pues, hijo mío, de Nínive, porque enteramente se cumplirá lo que dijo el profeta Joñas.
9 Pero tú guarda la Ley y los preceptos, sé misericordioso y justo, y serás feliz.
10 Dame digna sepultura, y a tu madre después conmigo, y no te quedes más en Nínive. Hijo mío, mira lo que hizo Nadab a Ahikar, que le había criado; cómo le llevó de la luz a las tinieblas, y cuan mal le pagó. Pero Dios salvó a Ahikar, y aquél recibió su merecido bajando a las tinieblas. Por haber practicado la limosna, fue sacado del lazo de muerte que le había puesto, mientras que Nadab cayó en la trampa y pereció."
11 Ved, hijos, lo que hace la limosna, y cómo la justicia es salud.” Diciendo esto, dio su alma en el lecho. Tenía ciento cincuenta y ocho años, y le dieron honrosa sepultura.
12 Cuando murió Ana, la sepultó con su padre; y partió Tobías con su mujer y todos sus hijos a Ecbatana, a casa de F güel, su suegro."
13 Tuvo Tobías una buena ancianidad y sepultó a sus suegros honrosamente, heredando su hacienda y la de Tobit, su padre.
14 Murió en Ecbatana de Media a la edad de ciento veintisiete años.
15 Antes de morir tuvo noticia de la ruina de Nínive, cuyos habitantes llevaron cautivos Nabucodono-sor y Asuero, y se alegró de la suerte de Nínive antes de morir.

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Introducción a Tobías

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Ôïbit

Introducción.

Título del libro.
Se lo dan sus dos protagonistas. En los LXX, el padre es llamado Tobit, Tobeit; en la V. Latina, Tobis; al hijo se llama Tobías En los manuscritos de Qumrán, donde se han encontrado fragmentos del libro, al padre se le conoce por Twby, y al hijo por Twbyh (Bíblica, 34 [1953] 417)·

Texto original.
No se admite ya que el libro fuera originariamente escrito en griego. Su autor utilizó una de las dos lenguas, hebraica o aramaica. Los muchos semitismos que esmaltan el libro, tienden a probarlo hasta la saciedad. El texto hebreo no fue conocido por Orígenes l ni por San Jerónimo 2, pero se hallaron tres fragmentos de él en la gruta cuarta de Qumrán, dos en arameo y uno en hebreo 3. Estos hallazgos no resuelven definitivamente la cuestión de si la lengua original del libro fue la aramaica o la hebrea.

Traducciones griegas.
Se presentan bajo tres formas:
1) Representada por los códices  y A. Los dos reproducen el mismo tipo de texto, pero el último es una revisión del primero. Este texto es llamado también vulgar, y se encuentra en todos los manuscritos de la misma familia. Se caracteriza por su sobriedad. Se reproduce, con pocos cambios, en la edición Sixtina, de donde tradujeron Nácar-Colunga.
2) Su mejor representante es el códice Sinaítico. Faltan en él las secciones 4:7-19; 13:8-11. Su nota especial está en presentar un texto más amplio que el anterior, con tendencia parafrástica. En la edición Bover-Üantera se toma como base el texto B, al que se le han acoplado de un modo orgánico las adiciones de S (encerradas entre corchetes) y las de la Vulgata (en letras cursivas).
3) Existe un tercer grupo de códices griegos minúsculos que a veces siguen a  y en otras se apartan de él. Son los principales: Cód.44:107:609. Se trata de una revisión del texto vulgar4. Resumiendo, el texto griego de Tobías ofrece la nota característica de presentarse bajo dos formas fundamentales: una corta y otra larga. Modernamente las simpatías van por esta última.

Versión Vetus Latina.
Fundamentalmente se acerca al texto amplio de Sin.; pero existen grandes diferencias entre los códices de esta versión. En general, puede decirse que la Vetus Latina ocupa un lugar intermedio entre la corriente breve y la amplia, lo que deja presumir que el traductor tuvo ante su vista ejemplares griegos representantes de ¡as dos corrientes, decidiéndose por una o por otra según juzgaba conveniente.

Vulgata.
A instancia de Cromacio de Aquileya y de Heliodoro de Altino tradujo San Jerónimo, en una noche, el libro de Tobit, que le dictaba en hebreo un rabino que tenía ante su vista un texto arameo. Parece que San Jerónimo conoció la Vetus Latina. Su versión no es sensum e sensu, sino libre (PL 29:23).

Textos semíticos.
Se perdió el original aramaico traducido por San Jerónimo, conservándose, en cambio, otros más recientes, entre los cuales citamos el ArN, descubierto y publicado por Neubauer5, que se cita en el comentario con las siglas ArN. Es un texto más amplio que el de B; carece de los capítulos 13-14; en los primeros, al igual que la Vulgata, usa la tercera persona en vez de la primera. Afín a éste cabe mencionar el texto de Münster=HM, publicado por Sebastián Münster (Basilea 1542). Tampoco tiene los dos últimos capítulos. Otros textos hebraicos, el de P. Fagius y M. Gaster (traducciones de un ejemplar griego), no tienen gran importancia. Cabe mencionar, en cambio, la versión siríaca publicada por lagarde 6, notable en la primera parte del libro.

Autor.
No existe una tradición judío-cristiana acerca del autor del libro, ni en el texto se encuentran indicios suficientes para individualizarlo. Se hace hincapié en las secciones del libro en que se usa la primera persona en la narración (1:1-6), y en el testimonio de 12:20, para decir que Tobit y su hijo escribieron su historia. Pero a ello cabe responder que se ignora cuál fue la forma literaria original de los primeros capítulos de la obra, y en segundo lugar, que no manda el ángel a padre e hijo que escriban toda la historia, sino que divulguen lo que él ha hecho con ellos. La forma actual del libro se debe a un judío que vivió después de la cautividad.

Fecha de composición.
El autor escribe después de la cautividad. Considera como un o antiguo la destrucción de Nínive (14:6-16); los capítulos 13-14 Suponen la destrucción de Judá, de Jerusalén y de su templo. A estas razones cabe añadir su parecido con la literatura sapiencial: estilo didáctico y parenético, fórmulas de oración y terminólos que aparecen en los libros de la Sabiduría y Eclesiástico. La do * trina sobre la retribución revela un avance sobre la retribución puramente material. Por otra parte, su composición no puede rebajarse hasta el último período de los Macabeos, por no aparecer en sus páginas ninguna de las preocupaciones político-religiosas de entonces, ya internas, ya externas. Pudo escribir el libro un judío de la diáspora, quizá de Egipto, hacia los siglos IV-III o un poco más tarde. Caldos admite que los últimos retoques se hicieron en el siglo II antes de Cristo; según Schumpp, fue compuesto el libro entre los siglos III-II; antes del siglo II, dice Clamer; antes de la rebelión macabaica, añade Lods.

¿Tobit libro histórico?
En apariencia, sí; a priori debe retenerse como tal; que no lo sea en todo o en parte, debe probarse. Los exegetas pueden y deben determinar el género literario del libro.
Los que la sostienen invocan la tradición; el aspecto externo, con sus indicaciones históricas, geográficas, genealógicas, etc.; la narración en primera persona en los primeros capítulos, fin del libro, etc. A ello se oponen las dificultades de orden histórico, los milagros y hechos insólitos, la dependencia del libro de la leyenda de Ahikar.
Se tiende a considerar el libro como novela didáctica con fondo histórico. En él se atiende más a la doctrina que al hecho histórico. Su finalidad es probar que también en el exilio, fuera de Palestina, se puede servir a Yahvé. Dios somete a prueba a los justos y recompensa profusamente a los que la soportan. Pone de relieve la práctica de las obras de misericordia. El autor se inspira en su composición en los relatos del Génesis, sobre todo en la embajada de Eliezer (Gen c.24). Como el Génesis, es Tobías un libro de bendiciones, de oraciones, de cánticos de acción de gracias. En el desarrollo del libro se anotan incongruencias que un autor deseoso de escribir una historia objetivamente verdadera trata de eliminar. En fin, la disposición del libro sugiere que el autor ha utilizado y embellecido una tradición, escrita u oral, de un episodio sucedido en tiempos de la deportación a Asiria. El exegeta no está hoy en trance de discernir en cada caso lo que pertenece al núcleo histórico.

La
Leyenda de Ahikar.
Se ha relacionado el libro con diversas piezas literarias de la antigüedad: La esposa desgraciada 10, El muerto agradecido 11, El justo que sufre 12; pero, sobre todo, tiene el libro analogías con la Leyenda de Ahikar.
La Leyenda de Ahikar es muy antigua; un fragmento ha sido encontrado entre los papiros árameos de Elefantina, siglo í antes de Cristo. Bajo diversas formas, se ha conservado en siríaco, armenio, árabe (adaptación en Las mil y una noches) y en griego (en la Vida de Esopo). Los autores se dividieron desde el principio en dos bandos: los que negaban a la leyenda todo fundamento histórico y los que lo defendían. La no historicidad de la leyenda no prueba la no historicidad de Tobit, y viceversa. La discusión sigue todavía sobre su origen, pagano o judío; autor, lengua original, lugar de composición, etc. En cuanto a sus relaciones con el libro de Tobit, prevalece hoy la opinión de que Ahikar es anterior, máxime después del hallazgo de fragmentos en Elefantina, que, según algunos, son transcripción de un texto del siglo VI antes de Cristo 13.
Terminamos diciendo que entre ambos libros hay mezcla de elemento narrativo y didáctico, prevaleciendo el primero en Tobit y el segundo en Ahikar. Esto nos lleva a la conclusión, dice Vaccari, de que ambos libros pertenecen al mismo género literario de novela moral con fondo histórico 14, cuyo juicio comparten la casi totalidad de autores católicos actuales. El carisma inspirativo es compatible con el uso de fuentes en cuyo manejo el autor sagrado fue ayudado por el soplo de la divina inspiración, que le hacía inmune de todo error al escoger y elegir sus fuentes de información 15.

Doctrina religiosa.
Como hemos dicho, el libro tiene una finalidad preferentemente didáctica. En el libro se contienen doctrinas preciosas acerca de Dios, de los ángeles y demonología. Enseña además cómo debe vivir el justo para agradar a Dios.
El fin religioso primario del libro es poner de manifiesto la providencia de Dios para los que le sirven. Pueden los justos experimentar temporalmente grandes calamidades, psíquicas y materiales; pero Dios les devolverá, tarde o temprano, el bienestar, ya que las desgracias son solamente pruebas que les manda Dios para acrisolar su virtud. La providencia de Dios se manifiesta sobre Tobit, el varón que caminó por las sendas de la verdad y de la justicia todos los días de su vida (1:3), sobre su familia. Dios escucha la oración de Tobit y de Sara y acude prontamente en su auxilio enviándoles un ángel, que llevará el bienestar y la alegría a las dos familias.
Mención especial merece la doctrina del libro sobre la angelo-logia. Para poner término a los males de Tobit y Sara, mandó Dios a Rafael para que los curara (12:14). En el viaje señaló al joven Tobías la virtud de la hiél y del hígado; aquélla era remedio eficaz contra la enfermedad de los ojos que padecía su padre; el hígado y el corazón del pez, puestos sobre las brasas, tendrían la virtud de paralizar a Asmodeo, el maligno demonio. Finalmente, Rafael se presenta a Tobit como ángel mediador, que le asistía cuando enterraba a los muertos. Uno de sus oficios era presentar el mne-mosynon (Act 10:4; Apoc 8:3) de sus oraciones delante de la gloria del Señor. Es la primera vez que se habla en el Antiguo Testamento de la categoría especial de los siete ángeles; en el Apocalipsis (8:2) se mencionan de nuevo. El nombre de tres consta en la Biblia: Miguel (Dan 10:13-21; 12:1; Tes 4:16; Jue 9; Apoc 12:7), Gabriel (Dan 8:16; 9:21; Lc 1:19) y Rafael (Tob 3:17; 12:15); los de los otros provienen del libro IV de Esdras y de Henoc 16.
Hemos hablado de que una de las misiones de Rafael era la de paralizar a Asmodeo (3:17). En la antigüedad 17 se hacían fumigaciones provocando olores nauseabundos para ahuyentar a los demonios. Esto mismo hizo Tobías por indicación del ángel. En su parte esencial vemos que la acción del Asmodeo conviene al papel de Satanás. Como en el Nuevo Testamento, se confirma la realidad de los espíritus demoníacos, enemigos de Dios y de los hombres, cuya acción nefasta, sin embargo, está bajo el control de la Providencia divina 18.

Canonicidad.
Falta el libro en el canon judío de Palestina. Las dudas existentes en el judaismo contra la inspiración del mismo determinaron el poco respeto de los traductores por el texto original, de donde se ha originado gran variedad en la tradición textual. San Jerónimo, influido por ambientes rabínicos, lo consideró como un libro edificante (PL 29:23-24). En la literatura patrística se encuentran infinidad de citas y alusiones al libro de Tobit (Priero, Clamer).

1 Epist. ad Afric.: PG u,8o.
2 Praef. in Tobit: PL 29:23.
3 J. M. Milik, Dieci Anni di scoperte nel deserto di Giudá (Turín 1957 23. ·>
4 A. Rahlfs, Verzeichnis der Griechische Handschriften des A. Testamentes (Berlín I9H>
5 ThcBook of Tobit. A Chaldee text (Oxford 1878).
6 Libri Veteris Testamenti apocryphi syriace (Leipzig 1861),
7 Documentos Bíblicos (Madrid 1955) 265-266,
8 Bíblica, 27 (1946) 140.
9 La índole literaria del libro de Tobit: Sefarad, 7 (i947) 381-382.
10 Neubauer, Le Midrasch Tanhwna: Revue des Études Juives, 8 (1886) 224-238.
11 Sieger, Das Buch Tobías und das Marchen vom dankbaren Toten: Katholik, 29 (1904)
12 Revue Biblique, 59 (1952) 239-250.
13 F. ñau, Histoire et sagesse d'Ahikar, l'Assyrien (París 1909).
14 La Sacra Bibbia 233.
15 Humani generis: Documentos Bíblicos, 601.
16 J. Bonsirven, Judaísme Palestinien (París 1935) 234-235.
17 F. Lexa, La magie dans l'Egypte antigüe I (París 1925) 104.
18 R. Pautrel-m. Lefévre, Trois textes de Tobie sur Raphaél: Recherches de Science Religieusc (Mélanges Lebreton) 39 (1951) 115-124; M. Lefévre, Ange oubéte?: (Desclée de Brouwer 1948) 13-27. En uno y otro trabajo se encuentra una discreta bii grafía.


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Tobías 14,1-15;;

Epílogo: Últimos años de Tobit y de su Hijo (c.14).

Cronología y vicisitudes de los últimos años (14:1-2).

1 Terminó Tobit su canto de alabanza. 2 Era de cincuenta y ocho años cuando perdió la vista, que recobró al cabo de ocho años. Haciendo limosnas, proseguía en temer al Señor Dios y en darle gracias.

Los años que siguieron a la curación de la ceguera hasta su muerte se caracterizan por una felicidad imperturbable, a ejemplo de Job (49:10-16). Existe divergencia en cuanto a la cronología de este último período de la vida de Tobit entre las diversas versiones. Según B, el anciano Tobit perdió su vista a los cincuenta y ocho años y la recobró al cabo de ocho, siendo el número total de vida ciento cincuenta y ocho años (v.11). El códice Sin. dice que murió en paz, a la edad de ciento doce años, y fue enterrado dignamente en Nínive. Tenía sesenta y dos años cuando perdió la vista, que recobró después de cuatro años (2:10). En los cómputos de la Vulgata, Tobit quedó ciego a los cincuenta y seis años de edad, recupero la vista a los sesenta años y murió a la edad de ciento dos. ¿Es posible reconstruir la cronología del texto original? Lo más prudente es pensar que el autor sagrado no tuvo la preocupación de señalar matemáticamente los años de vida de Tobit, sino más bien emplear unas cifras altas (véase 14:12-15) con el fin de dar a entender que la vida santa y la limosna aseguran una vida larga en este mundo (4:10; 12:9). Tienen estos números más valor simbólico que real.

Ultimas recomendaciones de Tobit (14:3-11).

3 Siendo ya muy viejo, llamó a su hijo y a los hijos de éste, y les habló así: Hijo, yo estoy ya muy viejo y para partir de esta vida. Toma a tus hijos 4 y vete a la Media, pues estoy persuadido de que cuanto dijo el profeta Jonas sobre Nínive se cumplirá y será destruida. En la Media habrá más paz hasta un determinado tiempo. Pasado éste, nuestros hermanos que moran en la tierra feliz serán dispersados. Jerusalén quedará desolada, y la casa de Dios entregada a las llamas, durando la desolación hasta cierto tiempo; 5 pero otra vez Dios se compadecerá de ellos y los volverá a su tierra y edificará la casa, aunque no como la primera, hasta que se cumplan los tiempos del mundo. Después de esto volverán de la cautividad y edificarán a Jerusalén magníficamente, y en ella la casa de Dios, gloriosa, como de ella han dicho los profetas. 6 Todas las naciones se convertirán de veras al temor del Señor Dios y enterrarán sus ídolos. 7 Bendecirán todas las naciones al Señor, y su pueblo le dará gracias, y el Señor ensalzará a su pueblo, y se alegrarán todos los que aman al Señor Dios en verdad y en justicia, practicando la misericordia hacia nuestros hermanos. 8 Vete, pues, hijo mío, de Nínive, porque enteramente se cumplirá lo que dijo el profeta Joñas. 9 Pero tú guarda la Ley y los preceptos, sé misericordioso y justo, y serás feliz. 10 Dame digna sepultura, y a tu madre después conmigo, y no te quedes más en Nínive. Hijo mío, mira lo que hizo Nadab a Ahikar, que le había criado; cómo le llevó de la luz a las tinieblas, y cuan mal le pagó. Pero Dios salvó a Ahikar, y aquél recibió su merecido bajando a las tinieblas. Por haber practicado la limosna, fue sacado del lazo de muerte que le había puesto, mientras que Nadab cayó en la trampa y pereció. 11 Ved, hijos, lo que hace la limosna, y cómo la justicia es salud. Diciendo esto, dio su alma en el lecho. Tenía ciento cincuenta y ocho años, y le dieron honrosa sepultura.

A ejemplo del patriarca Jacob (Gen_47:29), llamó Tobit a su hijo y a los hijos de éste para manifestarles su última voluntad y dirigirles sus postreras amonestaciones! Según la Vet. Lat. y Vulg. acudieron junto a su lecho filium suum et septem iuvenes filios eius nepotes suos (el hebreo de Fagio habla de seis), lo cual puede considerarse como una adición inspirada en Job_1:2; Job_42:13.

Destrucción de Nínive (Job_14:4).
Las palabras de Tobit tienden en primer lugar a revelar a su hijo la próxima destrucción de Nínive por los medos; de ahí la recomendación de huir de la misma antes de que se cumplan los vaticinios profetices de Joñas. No le sugiere que vaya a Palestina porque aún los hermanos que moran en la tierra feliz serán dispersados; Jerusalén será destruida, y el templo, devastado. En este mismo texto, junto con la derrota de Asiría y la destrucción de Nínive, se predice también la ruina de Babilonia. Ya antes los profetas habían anunciado la destrucción de Nínive (Isa_10:12-19; Nah c.2-3), profecía que se cumplió en el año 612 con el ataque combinado de Babilonia y de los medos. Pero a Babilonia le estaba reservada igual suerte (Is 13-14; 47; Jer 50-51).

Suerte de los hermanos que moran en Palestina (Isa_14:4).
Con una visión profética habla Tobit de la suerte de los hermanos que viven todavía en la tierra feliz (Exo_3:8; Deu_11:17), anunciando su dispersión. El texto se refiere directamente a la suerte de los habitantes del reino de Judá, verdadero centro religioso de Israel (Deu_1:4) y cuya devastación (598-586) señalará el tiempo en que toda Palestina quedará convertida en un erial.

La nueva Jerusalén (Deu_14:5-7).
Pasado el tiempo de prueba, se compadecerá Dios de su pueblo, permitiéndole regrese a su tierra y reedifique la casa, o sea, el templo (Esd_3:12; Age_2:10); seguirá después el retorno y la reedificación de Jerusalén (Esd_1:353; Esd_3:655; Neh_1:3-1755; Jer_31:38). Encontramos aquí no una profecía por separado, sino una combinación de vaticinios proféticos sobre los últimos tiempos y de Daniel, en particular sobre la suerte de Jerusalén. Todas las naciones se convertirán al temor de Dios (Is 18:7-19:22), le bendecirán juntando sus voces con las de los judíos; adorarán al único Dios verdadero y sepultarán a sus ídolos (Isa_2:20). Con ello se habrá llegado a la plenitud de los tiempos mesiánicos.

Consejos a su hijo (Isa_14:9-11).
En confirmación de que la perversidad acarrea la ruina de los pueblos e individuos, trae Tobit el ejemplo de Ahikar, relación que falta en los textos semíticos y en la Vulgata.

Muerte de Tobit (Isa_14:11).
A semejanza del patriarca Jacob (Gen_49:32), Tobit dictó sus últimas recomendaciones a su hijo desde la cama donde yacía por razón de su vejez extraordinaria, cayendo muerto tan pronto como terminó de inculcar a su hijo la práctica de la limosna, que había sido la virtud predilecta de toda su vida.

Tobías marcha a la Media: caída de Nínive (Gen_14:12.-15).

12 Cuando murió Ana, la sepultó con su padre; y partió Tobías con su mujer y todos sus hijos a Ecbatana, a casa de F güel, su suegro. 13 Tuvo Tobías una buena ancianidad y sepultó a sus suegros honrosamente, heredando su hacienda y la de Tobit, su padre. 14 Murió en Ecbatana de Media a la edad de ciento veintisiete años. 15 Antes de morir tuvo noticia de la ruina de Nínive, cuyos habitantes llevaron cautivos Nabucodono-sor y Asuero, y se alegró de la suerte de Nínive antes de morir.

De conformidad con las indicaciones de su padre, Tobías partió con toda su familia y fortuna a la Media, fijando su residencia en Ectabana, en casa de Ragüel, su suegro. Gomo premio de su buen comportamiento para con sus padres, Dios le concedió una vejez tranquila, aumentando sus riquezas al heredar, a su muerte, la hacienda de su suegro, viviendo en total ciento veintisiete años (B), ciento diecisiete (Sin.), ciento siete (siríaca) o noventa y nueve (Vulgata), lo que le permitió ver a los hijos de sus hijos hasta la quinta generación (Vulgata). Ye hemos indicado el valor simbólico de estos números.
Los documentos extrabíblicos no dicen que los conquistadores de Nínive deportaran a sus habitantes, pero era ésta la costumbre de aquellos tiempos. Entre los soberanos que asaltaron la ciudad se menciona a Giaxares, rey de los medos. El otro asaltante fue el rey de Babilonia Nabopolasar (626-605). Se alegró Tobías al recibir la noticia de la caída de Nínive, como hicieron, en general, todos los habitantes del Próximo Oriente, por ver confirmada una vez más la verdad de los vaticinios proféticos (Gen_14:4 Sin.), y porque, con la destrucción de Nínive, desaparecía un enemigo encarnizado del pueblo judío y una potencia contraria al Dios verdadero (Isa_10:7; Isa_52:4; Hab_1:9).
El texto Sin. termina el libro con la frase: Y bendice al Señor Dios por los siglos de los siglos. Amén. Tobías alaba a Dios por haber triunfado de sus enemigos y desea que esta victoria se perpetúe por los siglos de los siglos. El apogeo de Nínive, que se describe en las primeras páginas del libro, contrasta con la humillación que siguió a su vergonzosa caída. El autor sagrado se complace en acentuar el aplastamiento del poderío de la soberbia ciudad para enseñar una vez más que Dios castiga a sus enemigos y da su gracia a los justos. Con esta conducta se pone de manifiesto su justicia, tanto sobre los individuos como sobre las naciones (Isa_10:5; Isa_14:24; Nah_1:3). Dios premió aún después de su muerte a sus fieles servidores Tobit y su hijo, como lo declara la Vulgata al terminar el libro con las palabras: Toda su parentela y todos sus descendientes llevaron una vida santa y practicaron buenas obras, por lo cual fueron aceptos tanto a Dios como a los hombres y a todos los habitantes del país.