Numeros  1 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 54 versitos |
1 El día primero del segundo mes del año segundo después de la salida de Egipto, habló Yahvé a Moisés en el desierto del Sinaí, en el tabernáculo de la reunión, diciendo:
2 “Haz un censo general de toda la asamblea de los hijos de Israel, por familias y por linajes, describiendo por cabezas los nombres de todos los varones
3 de veinte años para arriba, de todos los aptos para el servicio de las armas de Israel. Tú y Aarón haréis el censo, según sus escuadras.
4 Tendréis con vosotros para asistiros un hombre por cada tribu, jefe de linaje.”
5 He aquí los nombres de los que os han de asistir: De Rubén, Elisur, hijo de Sedeur.
6 De Simeón, Selamiel, hijo de Zurisadai.
7 De Judá, Nasón, hijo de Aminadab.
8 De Isacar, Natanael, hijo de Suar.
9 De Zabulón, Eliab, hijo de Jelón.
10 De los hijos de José: De Efraím, Elisama, hijo de Amiud. De Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur.
11 De Benjamín, Abidán, hijo de Gedeón.
12 De Dan, Ajiezer, hijo de Amisadai.
13 De Aser, Feguiel, hijo de Ocrán.
14 De Gad, Eliasab, hijo de Deuel.
15 De Neftalí, Ajira, hijo de Enán.
16 Estos serán los nombrados de la comunidad: sus príncipes de sus tribus, jefes de los millares de Israel.”
17 Moisés y Aarón tomaron a estos varones designados por sus nombres,
18 y convocaron la asamblea toda para el día primero del segundo mes, y se hizo el censo por familias y linajes, registrándose por cabezas los nombres de los de veinte años para arriba.
19 Como se lo había mandado Yahvé a Moisés, así se hizo el censo en el desierto del Sinaí.
20 Hijos de Rubén, primogénito de Israel, sus descendientes por familias y linajes, contando por cabezas los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, todos los hombres aptos para servirse de las armas;"
21 fueron contados de la tribu de Rubén cuarenta y seis mil quinientos.
22 Hijos de Simeón, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, todos los hombres aptos para servirse de las armas,
23 fueron contados de la tribu de Simeón cincuenta y nueve mil trescientos.
24 Hijos de Gad, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas,
25 fueron contados de la tribu de Gad cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.
26 Hijos de Judá, sus descencientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas;"
27 fueron contados de la tribu de Judá setenta y cuatro mil seiscientos.
28 Hijos de Isacar, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas,
29 fueron contados de la tribu de Isacar cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.
30 Hijos de Zabulón, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas,
31 fueron contados de la tribu de Zabulón cincuenta y siete mil cuatrocientos.
32 Hijos de José: de los hijos de Efraím, por sus familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas,
33 fueron contados de la tribu de Efraím cuarenta mil quinientos”
34 Hijos de Manasés, por sus familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas,
35 se contaron de la tribu de Manasés treinta y dos mil doscientos.
36 Hijos de Benjamín, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas,
37 se contaron de la tribu de Benjamín treinta y cinco mil cuatrocientos.
38 Hijos de Dan, por familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas,
39 se contaron de la tribu de Dan sesenta y dos mil setecientos.
40 Hijos de Aser, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas,
41 se contaron de la tribu de Aser cuarenta y un mil quinientos.
42 Hijos de Neftalí, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas,
43 se contaron de la tribu de Neftalí cincuenta y tres mil cuatrocientos.
44 Estos fueron todos los contados de los hijos de Israel por sus linajes, los que contaron Moisés y Aarón con los doce príncipes de Israel, uno por cada tribu;"
45 siendo todos los contados de los hijos de Israel, según sus linajes, de veinte años para arriba aptos para hacer la guerra en Israel,
46 seiscientos tres mil quinientos cincuenta.
47 Los levitas no fueron contados entre éstos según la tribu,
48 porque había hablado Yahvé a Moisés, diciendo:
49 “Sólo dejarás de contar la tribu de Leví; no los contarás entre los hijos de Israel,"
50 sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, sobre todos sus utensilios y sobre todo cuanto le pertenece. Ellos llevarán el tabernáculo y todos sus utensilios, y servirán en él, y sentarán sus tiendas en derredor del tabernáculo.
51 Y cuando el tabernáculo hubiera de trasladarse, los levitas lo desarmarán; y cuando hubiera de pararse, ellos lo armarán, y el extraño que se acercare morirá."
52 Los hijos de Israel sentarán sus tiendas cada uno en su cuartel, bajo la propia enseña, por orden de escuadras;"
53 pero los levitas sentarán las suyas alrededor del tabernáculo del testimonio, para que la congregación de los hijos de Israel no incurra en ira; los levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio.”
54 Hicieron los hijos de Israel cuanto mandó Yahvé a Moisés; así lo hicieron."

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Introducción a Numeros 

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Números.

Introducción.
El cuarto libro del Pentateuco lleva entre los hebreos el título de wayedabber (y dijo), que son las palabras con que empieza el TM1. Sin embargo, en las modernas Biblias hebraicas se le llama Benidbar (en el desierto), que es la quinta palabra hebrea del TM. Los LXX le pusieron un nombre alusivo al censo con que comienza el libro, traducido por la Vg Numeri, y así pasó a las lenguas modernas.

Contenido y División.
El título Números no da idea del contenido del libro, ya que el empadronamiento de las tribus sólo comprende algunos capítulos. Por eso es más significativo el título de las Biblias hebraicas actuales: En el desierto, ya que relata las incidencias de la azarosa marcha desde el Sinaí a Cades y después desde esta localidad (donde permanecieron los israelitas treinta y ocho años) hasta las estepas de Moab, frente a la tierra prometida. El libro es una miscelánea en la que se intercalan hechos históricos y leyes, no siendo fácil establecer una división lógica y clara. Podemos establecer una división atendiendo a los distintos escenarios geográficos: a) en el Sinaí (1:1-10:10); b) en el desierto de Cadesbarne (10:11-22:1); c) en las estepas de Moab, frente al Jordán (22:2-36:13). La duración de estas diversas etapas es muy desigual: diecinueve días en la primera, treinta y ocho años en la segunda y cinco meses para la tercera.
En la primera parte se acaba la organización del pueblo y del tabernáculo, según el plan comenzado en Éxodo. Al censo de las doce tribus, que nos da la cifra de 603.550 hombres de guerra, sigue el de los levitas destinados al servicio del santuario, 22.000 varones, contados desde un mes para arriba. El segundo empadronamiento, referido en el c.26, nos da la misma cifra. El pueblo es concebido como un ejército ordenado que se mueve con sus enseñas y jefes. La segunda sección comprende la fatigosa marcha hacia Cades, al sur de Bersabé. Los israelitas habían tomado esta dirección con ánimo de penetrar por el sur de Canaán, pero la cobardía les hizo desistir, y Dios los castigó a permanecer toda una generación en las estepas de Cades, donde no faltan algunos oasis. Después de treinta y ocho años de estancia se dirigieron hacia Edom; pero, al negárseles el paso, tuvieron que bajar hasta el golfo de Elán (Akaba) y subir por la frontera oriental de Edom y Moab hasta internarse frente al Jordán en las cercanías de Jericó. En la última parte se narran las victorias sobre los amorreos y los vaticinios de Balaam, la distribución de la Jordania septentrional entre Rubén, Gad y parte de Manasés.
En cada sección hay un grupo legislativo que interrumpe el hilo de la narración histórica. En general son leyes que apenas dicen relación con el contexto histórico, y son como suplementos a otras dadas anteriormente2, aunque hay algunas nuevas3.

Composición del Libro.
Aunque el libro tiene cierta unidad por el marco geográfico en que se encuadran los hechos y las leyes, sin embargo no existe unidad literaria. No hay ligazón entre los hechos y las partes legislativas, y los mismos hechos aparecen sin contornos cronológicos precisos, siendo a veces difícil señalar la prioridad entre ellos. Por todo esto, nos encontramos con el hecho de la complejidad de documentos utilizados por el último redactor. Encontramos relatos duplicados paralelos. También las secciones legislativas aparecen algunas veces duplicadas4. Supuesta esta composición, encontramos en Números tradiciones diversas que arrancan de la época del desierto y otras más recientes que llegarían a los tiempos de Esdras. Como en los otros libros, debemos admitir un núcleo primitivo histórico-legislativo de la época mosaica y un desarrollo posterior en los tiempos de la monarquía y aun después del exilio.

Historicidad de los Relatos.
Prescindiendo de las idealizaciones sobre el número de los israelitas, su organización y sobre otros hechos en conjunto, podemos decir que los hechos revelan la época del desierto y la geografía de la estepa. Las alusiones al hecho de que Moisés registró por escrito los lugares donde acampaban los israelitas nos dan una pista para entender cómo se han podido conservar los recuerdos de la vida del desierto5. Las incidencias del desierto, las impaciencias del pueblo, su nostalgia de los manjares característicos de Egipto6, encajan bien en la época mosaica. La lucha de Moisés contra las ingratitudes e inconstancia del pueblo es perfectamente verosímil en su cargo de jefe responsable de la marcha por el desierto, prometiéndoles una tierra feraz que no acababan de alcanzar. La prolongación de la estancia fue una gran prueba para la fe de Moisés y para su fortaleza excepcional. Moisés lo era todo: un rey, un legislador, un sacerdote y un profeta,7 y este carácter particular del gobierno de Moisés queda patente en relatos de Números8. Con su fuerte personalidad logró dominar a unas tribus recalcitrantes compuestas por gentes de dura cerviz.

Doctrina Religiosa.
a) Monoteísmo. Yahvé es el Señor que guía a Israel y vence a los enemigos. La victoria sobre los reyes amorreos es una prueba de la protección divina sobre su pueblo. Los oráculos de Balaam son una prueba del poder de Yahvé sobre los mismos gentiles, que terminan por reconocer su gloria. Israel es su hijo, y Yahvé le guía en su marcha hacia la tierra prometida9. Su santidad debe ser respetada; por eso el campamento de los israelitas debe ser convenientemente repartido, de forma que junto al tabernáculo estén sólo los levitas y sacerdotes. Las leyes de pureza deben ser cuidadosamente guardadas por el pueblo para entrar en relaciones con la divinidad.
b) Culto. Se da gran importancia a las regulaciones cultuales, para garantizar la santidad exigida al pueblo antes de acercarse a su Dios. Se destacan los privilegios de la clase sacerdotal (rebelión y castigo de Coré, Datan y Abirón). Se menciona al sumo sacerdote10, se indican los derechos de los sacerdotes y de los levitas11, que son sus auxiliares. Se enumeran los sacrificios diversos, y entre ellos el cotidiano o perpetuo, que no es mencionado en el Levítico12. Es propio de Números la fiesta de la Neomenia o luna nueva.13 Es un eco de la vida nómada del desierto, aunque no aparece en legislaciones anteriores. Es propia de este libro la oblación de harina y aceite en los sacrificios14, como se hacía en Babilonia15. Como hemos indicado, la legislación mosaica no es una creación totalmente original, sino que en muchos casos es una adaptación de ritos ancestrales de las tribus, conforme a la ley de la condescendencia de Dios con su pueblo para llevarle poco a poco a través de ritos externos, algunos comunes con las religiones paganas, a una forma superior de culto16.

1 Cf. San Jerónimo, Praef. in libros Sam. et Mal: PL 28,552. 2 Cf. Núm 5:5-8 y Lev 6:1-7; Núm 9:6-14 y Ex 12; Núm_15:1-15 y Lev c. 1-5. 3 Núm 6:1-21. 4 Las fiestas (Núm c.28-29 y Éxo_23:14-29 ; Lev 13; Dt 16); oblaciones ( Núm_15:1-16 ; c.18-19 y Lev c. 1-7.22; 17-30); funciones de los levitas (Núm c.3-4 y 18); sacrificios ( Núm_15:22-31 y Lev 4:13-35); ciudades de refugio ( Núm_35:9-34 y Dt 19:1-13). 5 Cf 33:1-2. 6 11.S. 7 Filón, De vita Mosis III 23. 8 Núm 12:1-15; 16:12-15. 9 Núm 10:33; 10:35; 21:14. 10 Núm 35:25-28; 32. 11 Núm 3:10; 4:11-16; 18:5-7; 5:5-10; 6:19-20; 15:20-21; 18:8-19. 12 Pero aparece en Ex 29:38-42. 13 Núm 28:11-15. 14 Num 15:1-16; 0:28-29. En Lev 2 Se Habla De Estas Oblaciones, Pero Separadas De Los Sacrificios. 15 Cf. F. Martin, Textes religieux assyiriens et babyloniens (1903) p.XVIII-XIX.243.253. 16 Sobre la condescendencia o synkatabasis de Dios en el A.T., véase H. Pinard De La Boullaye, Les inflltrations paíennes dans l'ancienne Loi, d'aprés les Peres et l'Église: Rech. de Se. Reí. (1919) p.199-200. En los Santos Padres: San Justino, Dialog. n.Í8.23: PG 6, 516.520-521.525; San Ireneo, Cont. haer. IV 14,3: PG 7,1011; Tertuliano, Ad. More, II 18: PL 2,306; Orígenes, In Num. hom. 17 n.1: PG 12,703; San Jerónimo, In Ez. VI 20: PL 25,194; Epist. 73,3: PL 22,678; Tomás de Aquino, 1-2 q.102 3.3.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Numeros  1,1-54

1. El Censo de las Tribus.
L os c.1-10 relatan los hechos habidos en el Sinaí poco antes de su partida hacia Cades. En ellos se especifican determinadas ordenanzas y censos de las diversas tribus. Estos capítulos pertenecen al texto, que nos presenta a Dios habitando en medio de su pueblo, bajo el símbolo de la nube gloria de Yahvé que el día de la inauguración del tabernáculo descendió sobre éste y tomó posesión de él. Yahvé es el Líder Supremo de su pueblo, y aquí ordena a Moisés que, con Aarón y doce personas más, haga el alistamiento de todo el pueblo. Serán los reclutados de veinte años para arriba, todos los que sean capaces de llevar las armas. La organización militar está calcada en la organización social del pueblo, por tribus y por familias. Los jefes de cada tribu serán los generales de las fuerzas de su tribu, y todas juntas constituirán un formidable cuerpo de ejército; los jefes de cada familia serán los encargados de dirigir las fuerzas de cada clan familiar. Todos bajo sus propias enseñas. Son, en suma, doce cuerpos de ejército, cuya cifra total se eleva a 603.550 hombres, un ejército como no lo imaginó el propio faraón ni ningún monarca de Nínive o Babilonia, pero que corresponde bien al poder del Yahvé de los ejércitos, cuya gloria se propone ensalzar el autor sagrado. Ya verá el lector el carácter artificial de estos censos, que han de interpretarse teniendo en cuenta el género literario hiperbólico, tan querido de los orientales. El autor idealiza las situaciones, y presenta al pueblo israelita en sus comienzos como nación organizado militarmente como lo podrían tener los asirios, babilonios o egipcios. Como el templo de Jerusalén es para los autores sagrados el mayor y más rico de la tierra, así el ejército de Israel en los tiempos gloriosos del éxodo es digno de medirse con las primeras potencias militares de la época. Era digno del Dios de los ejércitos, que había sacado portentosamente a Israel de Egipto.

Orden de Confeccionar el Censo de las Tribus (1-4).
1El día primero del segundo mes del año segundo después de la salida de Egipto, habló Yahvé a Moisés en el desierto del Sinaí, en el tabernáculo de la reunión, diciendo: 2Haz un censo general de toda la asamblea de los hijos de Israel, por familias y por linajes, describiendo por cabezas los nombres de todos los varones 3de veinte años para arriba, de todos los aptos para el servicio de las armas de Israel. Tú y Aarón haréis el censo, según sus escuadras. 4Tendréis con vosotros para asistiros un hombre por cada tribu, jefe de linaje.

La orden tiene lugar un mes exacto después de la construcción del tabernáculo1. En este mes tuvo lugar la promulgación de las leyes levíticas y el censo. Habían pasado trece meses desde la salida de Egipto y once desde la llegada de los israelitas al Sinaí2. Ordena Dios hacer el censo de toda la comunidad israelita según sus tribus y familias o clanes. Sólo se habían de computar los hombres capaces de llevar armas, es decir, de veinte años para arriba3. Se trata de organizar un cuerpo de defensa para cuando tengan que vérselas con otros pueblos en su caminar, y adiestrarlos para cuando tengan que abordar el ataque de los cananeos. El armamento debía de ser bien rudimentario, como lo era aún en tiempo de los jueces: hondas, hachas, bastones, quijadas de animales4, y raramente armas metálicas, ya que el hierro era todavía desconocido, y las armas de bronce no estaban al alcance de cualquiera. Aarón debe asistir a Moisés en la organización del censo, aunque los de su tribu (levitas) estarán exentos de tomar armas, pues estaban destinados al servicio del tabernáculo. Para facilitar el censo se nombran unos jefes o intendentes que las han de representar.

Los Jefes de las Diversas Tribus (5-16).
5He aquí los nombres de los que os han de asistir: De Rubén, Elisur, hijo de Sedeur. 6De Simeón, Selamiel, hijo de Zurisadai. 7De Judá, Nasón, hijo de Aminadab. 8De Isacar, Natanael, hijo de Suar. 9De Zabulón, Eliab, hijo de Jelón. 10De los hijos de José: De Efraím, Elisama, hijo de Amiud. De Manasés, Gamaliel, hijo de Pedasur.11De Benjamín, Abidán, hijo de Gedeón. 12De Dan, Ajiezer, hijo de Amisadai. 13De Aser, Feguiel, hijo de Ocrán. 14De Gad, Eliasab, hijo de Deuel. 15De Neftalí, Ajira, hijo de Enán. 16Estos serán los nombrados de la comunidad: sus príncipes de sus tribus, jefes de los millares de Israel.

Las doce tribus son nombradas según el orden habitual: primero los hijos de Lía, después los de Raquel y, finalmente, los de las esclavas de Jacob5. De los nombres, algunos los encontramos en otros libros del Antiguo Testamento anteriores al exilio, mientras que algunos, como Natanael y Gamaliel, son frecuentes en la literatura rabínica6. Los representantes de estas tribus son llamados jefes de millares en sentido amplio de agrupación grande, sin que millares haya de tomarse al pie de la letra7.

El Censo de las Tribus (17-46).
17Moisés y Aarón tomaron a estos varones designados por sus nombres, 18y convocaron la asamblea toda para el día primero del segundo mes, y se hizo el censo por familias y linajes, registrándose por cabezas los nombres de los de veinte años para arriba. 19Como se lo había mandado Yahvé a Moisés, así se hizo el censo en el desierto del Sinaí. 20Hijos de Rubén, primogénito de Israel, sus descendientes por familias y linajes, contando por cabezas los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, todos los hombres aptos para servirse de las armas; 21fueron contados de la tribu de Rubén cuarenta y seis mil quinientos. 22Hijos de Simeón, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, todos los hombres aptos para servirse de las armas, 23fueron contados de la tribu de Simeón cincuenta y nueve mil trescientos. 24Hijos de Gad, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas, 25fueron contados de la tribu de Gad cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta. 26Hijos de Judá, sus descencientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas; 27fueron contados de la tribu de Judá setenta y cuatro mil seiscientos. 28Hijos de Isacar, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas, 29fueron contados de la tribu de Isacar cincuenta y cuatro mil cuatrocientos. 30Hijos de Zabulón, sus descendientes por familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para servirse de las armas, 31fueron contados de la tribu de Zabulón cincuenta y siete mil cuatrocientos. 32Hijos de José: de los hijos de Efraím, por sus familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 33fueron contados de la tribu de Efraím cuarenta mil quinientos 34Hijos de Manasés, por sus familias y linajes, contando los nombres de todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 35se contaron de la tribu de Manasés treinta y dos mil doscientos. 36Hijos de Benjamín, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 37se contaron de la tribu de Benjamín treinta y cinco mil cuatrocientos. 38Hijos de Dan, por familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 39se contaron de la tribu de Dan sesenta y dos mil setecientos. 40Hijos de Aser, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 41se contaron de la tribu de Aser cuarenta y un mil quinientos. 42Hijos de Neftalí, por sus familias y linajes, contando todos los varones de veinte años para arriba aptos para las armas, 43se contaron de la tribu de Neftalí cincuenta y tres mil cuatrocientos. 44Estos fueron todos los contados de los hijos de Israel por sus linajes, los que contaron Moisés y Aarón con los doce príncipes de Israel, uno por cada tribu; 45siendo todos los contados de los hijos de Israel, según sus linajes, de veinte años para arriba aptos para hacer la guerra en Israel, 46seiscientos tres mil quinientos cincuenta.

Dios había prometido que multiplicaría la descendencia de Abraham como las estrellas del cielo y las arenas del mar8. El autor sagrado quiere poner aquí de relieve el cumplimiento de esta promesa. Las cifras están sistemáticamente desorbitadas, conforme al género literario hiperbólico, idealizando el pasado según tradiciones de épica popular.
El censo coincide con el de Exo_30:11 y 37:25. Las cifras de Num_26:62 son algo diferentes. Según 12:40, los israelitas varones adultos que salieron de Egipto fueron 600.000, sin contar gentes no israelitas que se les unieron9. Aquí se habla de 603.550 hombres israelitas aptos para las armas, y se excluyen los levitas. En Num_26:51 se habla de 601.730 varones. Suponiendo estas cifras, bien puede calcularse una población para la comunidad israelita de 2.500.000 personas, lo que es una cifra desorbitada, pues esta cifra probablemente no fue alcanzada en toda la historia de Israel. No es concebible la movilización de esta masa de gente. En el país de Gosén se dedicaban al pastoreo, lo que supone enrarecimiento de población para encontrar los suficientes pastos para los rebaños. Por otra parte, ¿cómo subsistir esta multitud en las estepas del Sinaí? El maná resolvió milagrosamente algunas veces la situación, pero no consta que fuera un milagro permanente; lo mismo para proveerse de agua se habría requerido un milagro in-interrumpido durante los cuarenta años de vida en la estepa. Por otra parte, ¿cómo una tal masa de gente (más de dos millones) se habría movilizado para salir de Egipto y atravesar el mar Rojo en una noche?10 ¿Es concebible que los israelitas, de ser tan numerosos, hayan retrocedido ante una escaramuza de los cananeos? En el canto de Débora se habla de 40.000 guerreros israelitas de las tribus de Benjamín, Efraím, Manasés, Neftalí, Zabulón e Isacar11. En Jue_18:17 se habla de 600 guerreros de la tribu de Dan. Todas estas cifras más modestas se contraponen a las sistemáticamente exageradas de Núm_1:46. El P. Hummelauer cree que las cifras están multiplicadas por cien en un afán de los copistas de engrandecer el pasado israelita y presentarlo en parangón con la historia de los grandes imperios mesopotámicos y egipcios12. Así, los 603.550 quedarán reducidos a 6.355 varones aptos para la guerra. El P. Lagrange, suponiendo que las cifras de Núm 1.46 no corresponden a la realidad, concluye que la exageración no es debida al copista (coinciden todas las versiones antiguas en las cifras), sino al redactor inspirado mismo, que idealiza la historia israelita (género midrásico) con propósitos patrióticos y religiosos13.

Estatuto de los Levitas (47-54).
47Los levitas no fueron contados entre éstos según la tribu, 48porque había hablado Yahvé a Moisés, diciendo: 49Sólo dejarás de contar la tribu de Leví; no los contarás entre los hijos de Israel, 50sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, sobre todos sus utensilios y sobre todo cuanto le pertenece. Ellos llevarán el tabernáculo y todos sus utensilios, y servirán en él, y sentarán sus tiendas en derredor del tabernáculo. 51Y cuando el tabernáculo hubiera de trasladarse, los levitas lo desarmarán; y cuando hubiera de pararse, ellos lo armarán, y el extraño que se acercare morirá. 52Los hijos de Israel sentarán sus tiendas cada uno en su cuartel, bajo la propia enseña, por orden de escuadras; 53pero los levitas sentarán las suyas alrededor del tabernáculo del testimonio, para que la congregación de los hijos de Israel no incurra en ira; los levitas tendrán la guarda del tabernáculo del testimonio. 54Hicieron los hijos de Israel cuanto mandó Yahvé a Moisés; así lo hicieron.

Los levitas deben ser eximidos de las armas, porque están destinados a otras funciones en relación directa con el santuario. Son los encargados de mirar por los utensilios sagrados y de trasladarlos en los desplazamientos. Debían acampar junto al tabernáculo, evitando todo contacto profano. Ellos mismos no podían tocar las cosas del altar. Nadie que sea extraño a la tribu de Leví podrá dedicarse a las funciones de los levitas bajo pena de muerte (v.51). En los capítulos siguientes se concretarán las funciones de los levitas en orden al tabernáculo.

1 Exo_40:17. 2 Exo_19:1. 3 Se excluían los incircuncisos: cf. Exo_12:48. 4 Cf. Jue_3:13; Jue_15:15-16; 1Sa_18:40; 2Sa_23:8.21. 5 Cf. Gen_29:12-20; Gen_29:24; Gen_35:23-26; Gen_46:8-23; Exo_1:2-4. 6 De esto se ha querido deducir que la lista es artificial y que trae nombres desconocidos antes del exilio. Naasón y Abinadab son mencionados en Exo_6:23; Rut_4:20; Mat_1:4; Luc_3:33. Natanael encuentra su paralelo en el asiro-babilónico Na-tan-ilani. Elisama: 1Cr_7:26; 2Sa_5:16; 2Sa_36:12. Abidán: Jue_6:11. Ayeser: 1Cr_12:3. Del hecho de que muchos de estos nombres no figuren en el A.T. antes del exilio no se sigue que no puedan ser auténticos. 7 Elef significa mil y después agrupamiento numeroso de familias: Jue_6:15; 1Sa_10:19; Miq_5:1. 8 Gen_22:17; Gen_32:12. 9 Exo_12:38. 10 Exo_14:21-29. 11 Jue 5:8. 12 Cursus Scripturae Sacrae, ad locum. 13 Véase RB (1899) 611-612; Heinisch, Das Buch Génesis (Bonn 1930) 1055; J. Touzard, Moïse et Josué: Dafc II 792.