Lucas 17 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 37 versitos |
1 Y dijo a sus discípulos: Es inevitable que haya escándalos; sin embargo, ¡ay de aquel por quien vengan!"
2 Mejor le fuera que le atasen al cuello una rueda de molino y le arrojasen al mar antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
3 Mirad por vosotros. Si peca tu hermano contra ti corrígele, y si se arrepiente, perdónale.
4 Si siete veces peca al día contra ti y siete veces se vuelve a ti diciéndote: “Me arrepiento,” le perdonarás.
5 Dijeron los apóstoles al Señor: Acrecienta nuestra fe.
6 Dijo el Señor: Si tuvierais fe tanta como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: Desarraígate y trasplántate en el mar, y él os obedecería.
7 ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo arando o apacentando el ganado, al volver él del campo le dice: Pasa en seguida y siéntate a la mesa,
8 y no le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete para servirme hasta que yo coma y beba, y luego comerás y beberás tú?
9 ¿Deberá gratitud al siervo porque hizo lo que se le había mandado?
10 Así también vosotros, cuando hiciereis estas cosas que os están mandadas, decid: Somos siervos inútiles; lo que teníamos que hacer, eso hicimos."
11 Yendo hacia Jerusalén, atravesaba por entre Samaría y Galilea,
12 y, entrando en una aldea, le vinieron al encuentro diez leprosos, que a lo lejos se pararon,
13 y, levantando la voz, decían: Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros.
14 Viéndolos, les dijo: Id y mostraos a los sacerdotes. En el camino quedaron limpios.
15 Uno de ellos, viéndose curado, volvió glorificando a Dios a grandes voces,
16 y cayendo a sus pies, rostro en tierra, le daba las gracias. Era un samaritano.
17 Tomando Jesús la palabra, dijo: ¿No han sido diez los curados? Y los nueve, ¿dónde están?
18 ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?
19 Y le dijo: Levántate y vete, tu fe te ha salvado.
20 Preguntado por los fariseos acerca de cuándo llegaría el reino de Dios, respondiéndoles, dijo: No viene el reino de Dios ostensiblemente.
21 No podrá decirse: Helo aquí o allí, porque el reino de Dios está dentro de vosotros.
22 Dijo a los discípulos: Llegará tiempo en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis.
23 Os dirán: Helo aquí o helo allí. No vayáis ni le sigáis.
24 Porque así como un rayo relampaguea y fulgura desde un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día.
25 Pero antes ha de padecer mucho y ser reprobado por esta generación.
26 Como sucedió en los días de Noé, así será en los días del Hijo del hombre.
27 Comían, bebían, tomaban mujer los hombres, y las mujeres marido, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los hizo perecer a todos.
28 Lo mismo en los días de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, plantaban y edificaban;"
29 pero, en cuanto Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, que los hizo perecer a todos.
30 Así será el día en que el Hijo del hombre se revele.
31 Aquel día, el que esté en el terrado y tenga en casa sus enseres, no baje a cogerlos; e igualmente el que esté en el campo, no vuelva atrás."
32 Acordaos de la mujer de Lot.
33 El que busque guardar su vida, la perderá, y el que la perdiere, la conservará.
34 Dígoos que en aquella noche estarán dos en una misma cama, uno será tomado y otro dejado.
35 Estarán dos moliendo juntas, una será tomada y otra será dejada.
36 Y tomando la palabra, le dijeron: ¿Dónde será, Señor?
37 Les dijo: Donde esté el cuerpo, allí se juntarán los buitres.

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Introducción a Lucas

Times New Roman CYR;Times New Roman ;;;; Riched20 5.40.11.2210;

Evangelio de San Lucas.

Por Manuel de Tuya. O. P.

Advertencia Previa.
Como el objeto principal de esta Biblia Comentada es la exposición doctrinal del Texto Sagrado, los lugares paralelos de los evangelios sinópticos son tratados en el comentario al evangelio de San Mateo. De este modo se evita, bastantes veces, la repetición de conceptos equivalentes.
Junto con el enunciado de cada pasaje, a la cabeza de cada narración, se indican en letra negrita los lugares paralelos correspondientes de los otros evangelistas y, en letra cursiva, el lugar preciso del Comentario en el que se han estudiado los elementos necesarios para la inteligencia del relato evangélico contenido en la misma.


Introducción.

Los datos personales.
El nombre de Lucas puede ser abreviatura de Loukanós. Así, algunos códices latinos le prefijan el título de secundum Lucanum.1 Otros lo derivan de Loúkios (Lucio), ya que en inscripciones del templo de Men, en Antioquía de Pisidia, aparece el nombre de Loukas inscrito como Loúkios l.
Lucas nació en Antioquía de Siria, como explícitamente lo dicen los Prólogos monarquianos y el Antiquior, Eusebio de Cesárea2 y San Jerónimo 3. No procede, pues, del judaísmo, sino de la gentilidad (Col 4:10-11). Vienen a confirmarlo los Hechos de los Apóstoles, al verse a Lucas tan versado en las cosas de la Iglesia de Antioquía.
San Epifanio dice que fue uno de los setenta y dos discípulos de Cristo4. Pero no sólo lo niegan el Fragmento Muratoriano, San Jerónimo 5, los Prólogos y San Ireneo 6, sino que es lo que dice el mismo Lucas en el prólogo de su evangelio, al distinguirse de los que fueron testigos oculares de la vida del Señor (1:2). No consta ni el lugar ni el tiempo de su conversión. Si se admitiese la lectura del códice D en Hechos (11:28) estando congregados , Lucas sería cristiano poco después del año 40 7.
Lucas se hace discípulo de Pablo probablemente en Antioquía (Act 11:20-26; cf. 11:28 del códice D). Le acompaña en casi todos los viajes. Le sigue a Macedonia (Act 16:10-17), y a la partida de Pablo y Silas se queda en Filipos (Act 16:19-40). Lc acompaña de nuevo a Jerusalén (Act 21:1ss). Está con él cuando Pablo está en prisión en Cesárea (Act 21:18-26), aunque no se sabe si permanece con él en esta ciudad todo el tiempo de la prisión de Pablo. Lucas va a Roma con Pablo cuando éste apela al Cesar (Act 27:2-28:29; Col 4:14; Flm_1:24 ). También está con Pablo en la segunda cautividad romana (2 Tim 4:11). Lucas, desde primera hora, ha sido uno de los principales colaboradores (óõíåñãïß),de Pablo ( Flm_1:24 ).
Después de la muerte de éste no se sabe dónde fue Lucas, ya que son muchas las tradiciones o leyendas que le hacen predicar en sitios muy diversos.
De Lucas se dan dos datos especiales. El primero es que fue médico. Lo testifican ya el Prologus Antiquior, el Fragmento Muratoriano, Eusebio 8 y San Jerónimo 9. El mismo San Pablo lo llama médico querido (Col 4:14). Se quiere ver esto en los términos que usa 10. Sin embargo, los términos que usa son los que usan otros autores de la antigüedad que no eran médicos; aparte que parece que los médicos de aquella época no tenían un lenguaje técnico.
También se le quiere presentar como pintor. Según una tradición originaria de Jerusalén, Lucas habría sido pintor. Teodoro Anagnostes cuenta que la emperatriz Eudoxia (t 460) había enviado a su hija Pulquería, a Roma, un icono de la Virgen pintado por San Lucas 11. Hay muchas imágenes de la Virgen que se le atribuyen. Pero todas las imágenes que se le atribuyen son de época bizantina. Esta leyenda tardía, ¿supone un fondo de verdad? Lagrange lo enfoca por el hecho de que su evangelio contiene las grandes pinturas descriptivas de la Virgen en la infancia de Cristo 12.

San Lucas, autor del tercer Evangelio sinóptico.
La tradición asegura firmemente que Lucas es el autor del tercer evangelio sinóptico.
Ya lo testifica explícitamente el Prologus Antiquior. De Lucas, San Ireneo dice: Lucas, compañero de Pablo, lo que éste predicaba, él lo escribió en un libro 13. Igualmente lo testifica Tertuliano 14, destacando que Lucas refleja fundamentalmente la predicación de Pablo. Siguen esta testificación, con el Fragmento Muratoriano, Clemente Alejandrino 15, Orígenes 16, insistiendo en que es reflejo de la predicación de Pablo, Eusebio de Cesárea 17 y San Jerónimo 18. A esto se añade la observación de J. M. Creed: Lucas no era figura preeminente en la Iglesia Apostólica: ni apóstol, ni testigo presencial de la vida terrestre de Cristo. Por eso sería difícil, de no ser el autor fundamental del evangelio, que se le hubiese atribuido.
El análisis interno del libro confirma los criterios externos de la tradición.
1) El autor aparece bien versado en la lengua griega; su estilo no es clásico, pero llega a lograr elegancia en ciertas frases. Especialmente el prólogo está redactado en un griego bueno. Elementos de griego clásico se aprecian en ciertos pasajes (8:15; cf. Mc 6:7; 18:18; Mc 10:17; 8:27; Mc 5:2, etc.). También utiliza términos griegos para designar los magistrados y cosas militares; v.gr., çãåìïíåýïíôïò (2:2), óôñáôçãïß (22:4.52). En cambio, prescinde de voces griegas de uso vulgar usadas por otros evangelistas: v. gr., ÷ñÜâáôïí (Mc 2:4.11), Lucas pone ÷ëéíç y ÷ëéíßäéïí (5:18.19.24; 9:5, cf. Mc 6:11).
Usa hebraísmos. En los dos primeros capítulos, por ser traducción de fuentes semitas; y otras palabras: óÜåñá (1:15), Âååëæåâïõë (11:15.18), ÷ïñüò (16:7), etc., o frases semitas (1:7; cf. Gen 18:11; 10:6, etc.), se explican por las fuentes que usa.
En cambio, evita vocablos aramaicos, tan conservados en Marcos, v. gr. abbá (padre; Lc 23:42; cf. Mc 14:36); boanerges (Lc 9:54; cf. Mc 3:17); effatá (cf. Mc 7:34); hosanna (cf. Mc 11:9; Mt.21:9; cf. Lc 19:38). En lugar del hebreo rabbi, Lc ñrefiere äéäÜóêáëå (maestro) ïÝôáóôáôá (señor); lo mismo que da el significado v. gr. de êñÜíéov (calavera) en lugar de golgothá y frecuentemente evita palabras y frases semitas, como se ve confrontándolo con los lugares paralelos, y en su lugar usa palabras y frases griegas; v. gr., diábolos por Satanás (8:12; cf. Mc 4:15), áëçèþò ëåúù õìií (9:27; 21:3; cf. Mc 9:1; 12:43), etc.
También se encuentran latinismos usados en todo el Imperio romano; v. gr., äçíÜñßïí, ëÝãå ùí, óïõäÜñéïí; lo mismo que frases latinas grecizadas; v.gr., äßÝôáÅåí áýôç äïâçíáé = iussit illi daré (8:55; cf. 12:58; 7:4; 14:18; 22:41, etc.1). Sin embargo, Lucas usa estos términos mucho más raramente que Marcos (Lc 20:22; cf. Mc 12:14; 15:39; Lc 23:47, etc.). Estos latinismos eran efecto de la dominación romana, de la Koine, y no los evitaban ni los mismos aticistas que cultivaban la pureza del griego.
2) El autor parece reflejar en los relatos algo de su arte medica. Sobre todo, presenta a Cristo como el gran Médico que cura almas y cuerpos.
Usa los términos que emplean los famosos médicos de la antigüedad Hipócrates (c.460-430 a.C.) y Dioscórides (del tiempo de Nerón; 4:38; cf. Mc 1:30; 5:18.24; 2:3-10; 14:2; 18:24; 2:3-10, etcétera). Se puede decir que Lucas describe con más precisión el origen, duración, modo de la curación, cesación de la enfermedad, mientras Marcos no insiste tanto en esto (4:38ss; 8:27-29; 8:43-47). Y, sobre todo, juzga mucho más benévolamente de los médicos que Marcos (Lc 8:43; cf. Mc 5:26).
Cristo aparece como Médico divino. Una vez se viene a llamar a sí mismo médico (4:23). Es el único evangelista que destaca que Cristo curaba imponiendo a cada enfermo las manos (4:40); en El hay poder para sanar a todos (5:17; 6:19).
Varios autores hacen ver que los términos que se dicen técnicos fueron tomados ya por Hipócrates y Dioscórides del uso vulgar, por razón de claridad y fácil comprensión 18. Pero el conjunto de todos los datos parece venir a confirmar lo que dice la tradición: que era médico. 19 De aquí se ha hecho la siguiente hipótesis: Como los médicos eran ordinariamente de condición servil, sería posible que Lucas fuese un 'liberto', y hasta se piensa que del noble Teófilo, al que dedica el libro. 20
3) El autor es discípulo y compañero de San Pablo, pues aparece gran afinidad entre su evangelio y las epístolas paulinas en lo relativo a la lengua, conceptos y doctrina. Es el paulinismo del tercer evangelio.
Así hay muchos vocablos comunes a Lucas y Pablo, que son propios de ellos en el Nuevo Testamento. Se enumeran 103.
Hay frases comunes o muy semejantes (Lc 4:22; cf. Col 4:6; Lc 12:42; cf. 1 Cor 4:2; Lc 21:24; cf. Rom 11:25).
En conceptos tienen especial interés, por tener el mismo sentido: ðßóôéò: fe teológica (Lc 18:8; 22:32; cf. Rom 4:5; 1 Cor 13:13); óùôçñßá: salud mesiánica (Lc 1:69-77; cf. Rom 1:16; 10:1-10); óùôçñïí: saludable (Lc 2:30; 3:6; cf. Ef 6:17); óùôÞñ: salvador (Lc 2:11; cf. 2 Tim 1:10; Flp 3:20); ÷áñôüù: agraciar (Lc 1:28; cf. Ef 1:6); ÷Üñéò: gracia (Lc 1:30; 2:40-52), la cual no se encuentra en Ìt-Mc, y es frecuente en Pablo.
Igualmente se ven semejanzas en cosas tales como en el relato de la institución de la Eucaristía (Lc 22:19ss; 1 Cor 11:23-25), en la aparición de Cristo resucitado a Pedro (Lc 24:34; 1 Cor 15:5), lo mismo que en llamar a Cristo el Êýñéïò, término familiar a Lucas y Pablo.
En cuanto a capítulos de doctrina, se encuentran muchos comunes a ambos. Se pueden destacar los siguientes:
La universalidad de la salud mesiánica, no sólo en lo étnico, sino destacando también la salvación para los pecadores, en las parábolas de la misericordia. Hasta llamársele, por excelencia, el evangelio de las gentes y el evangelio de los pecadores (Rom 1:16; 1 Tim 2:4; Tit 2:11; Act 13:38ss.46ss).
San Pablo destaca que uno de los frutos del Espíritu Santo es el gozo, y exhorta a los fieles a gozarse siempre en el Espíritu (Flp 4:4; 1 Tes 5:16; 2 Cor 13:11). También se llamó el evangelio de Lucas el evangelio del gozo. Es el gozo que aparece en el Magníficat, en Zacarías (1:68-79) y Simeón (2:29-32). El gozo que se anuncia a los pastores. Los discípulos vuelven de su misión con gozo (10:17). Cristo los exhorta al gozo de que sus nombres estén escritos en el cielo (10:20). Y en otros varios pasajes destaca Lc este gozo (13:17; cf. 18:43; 15:7; 19:37; 24:52ss).
Igualmente es tema destacado en Pablo y Lucas el valor y necesidad de la oración (Flp 1:3-6; 2 Tim 1:3; Gal 1:5; Rom 7:25; 9:5, etc.). Lc expone insistentemente este tema. Cristo enseña el valor y la necesidad de la oración a sus discípulos con su ejemplo y con su palabra. Cristo ora en el bautismo (3:21); después de un milagro se retira al desierto para orar (5:16); permanece la noche en oración antes de la elección de los apóstoles (6:12), y antes de la confesión de Pedro (9:18) y en la Transfiguración (9:29); en Getsemaní llega en su oración, en el relato de Lc, al máximum (22:41-44); oró por Pedro para garantizar su fe (22:32), y por sus enemigos en la cruz (23:34), y ora al expirar (23:46). Igualmente lo hace con sus exhortaciones: a los discípulos (11:1-4) hace ver la necesidad de la perseverancia en la oración con la parábola del amigo importuno (11:5-13), del juez inicuo (18:1-8), lo mismo que la necesidad de la humildad en la oración con la parábola del fariseo y el publicano (18:9-14).
Otro tema característico y común a Pablo y Lucas es la pobreza. Esta era despreciada por judíos y romanos. Pero Pablo la exalta y sitúa en el plan de Dios. Precisamente elegió gentes socialmente desconocidas para confundir a los poderosos y engreídos (1 Cor 1:26-29; 16:1-4; 2 Cor 8ss; Rom 15:26-28).
Lc destacará este tema. También se le llamó por Rohr el evangelio de los pobres. La Virgen, socialmente desconocida, es elegida para Madre de Dios. Cristo nace en un pesebre. Los pastores son los primeros adoradores. Cristo fue enviado a evangelizar a los pobres (4:18). Alerta a los ricos (6:24ss), que ya recibieron su consolación. Se enriquece el que atesora y no es rico en Dios (12:16-21). Exalta la pobreza de Lázaro y el castigo del rico epulón (16:19-31) 21.
Por estos datos se puede ver que en el libro está reflejado el ambiente y la persona de Lc, a quien la tradición atribuye ser el autor del tercer evangelio sinóptico 22.

Fecha de composición.
La tradición asegura que el evangelio de Lc es cronológicamente el tercero de los canónicos. Así lo afirman el Fragmento Muratoriano, Orígenes 23, San Jerónimo 24, San Ireneo, que, sin decirlo expresamente, cita el evangelio de Lc en tercer lugar, después de los de Mt y Mc25.
Tratando de precisar más las fechas de composición, los autores dan las siguientes:
Sobre la fecha del 95. La razón es ver en él dos afinidades literarias que serían dependencias de Flavio Josefo, que escribe sus Antiquitates judaicae sobre el año 95, y de San Juan. La primera es rechazada por los críticos. Las afinidades se deben, probablemente, a la procedencia de ambos del griego de la koiné y por usar la versión de los Setenta. Hay quien sostiene que ambos habían leído a Tucíclides, y que en sus relatos se habrían dejado influenciar, en ocasiones, por su estilo histórico. En cambio, se admiten varias afinidades entre Lc y Jn. Pero éstas no exigen una dependencia literaria de Lc respecto de los escritos de Juan; sugieren sólo contactos entre tradiciones parciales, es decir, un mismo medio ambiente 26.
Después del 70. Se basa en que Lc dice que muchos escribieron vidas de Cristo antes que él. Esto supone un lapso de tiempo suficientemente amplio para la composición de esas obras. Y Lc escribe su evangelio aún después.
Pero esta razón es inconsistente. Pues ni se sabe cuándo se comenzaron a escribir esas obras ni en qué relación de tiempo está Lc con ellas. En cambio, es muy probable que se hayan comenzado a componer muy pronto. Benoit da para la fecha de la composición del evangelio aramaico de Mt el 40-50. Es muy probable que muy próximos a los acontecimientos se hubiesen compuesto va estos ensayos, para afirmar, divulgar e instruir más a los convertidos. Tal es la finalidad que Lc da a su evangelio (1:3.4).
Esto mismo se quiere confirmar con la descripción de la destrucción de Jerusalén. Sería una descripción post eventum. Lc, en lugar de hablar, como Mt-Mc, de la desolación de la abominación, dice: Cuando veáis a Jerusalén rodeada por los ejércitos (21:20), lo mismo que la descripción de caer al filo de la espada, ser llevados cautivos, y Jerusalén ser hollada por los gentiles (21:24). Así, v.gr., Wikenhauser.
Sin embargo, esto pudiera no bastar. Son sencillos clisés de tipo paleotestamentario para describir este tipo de catástrofes. Bastaría la inspiración en la toma de Jerusalén en tiempo de Sedecías (2 Re 25:1ss), que no eran más que los procedimientos usuales de entonces (Ez 4:2-3). Por otra parte, parecería probable que, de haber sido escrito este evangelio post eventum, la descripción hubiera sido más exacta, con datos precisos, y no se hubiera dejado de hacer un comentario sobre el vaticinio del Señor, de tanto interés para los gentiles, que veían así abolido el culto judío y universalizares el mesianismo.
Antes del 70. Las razones anteriormente expuestas harían ver que la composición del evangelio de Lc está hecha antes de la destrucción de Jerusalén, en el año 70. Pero, tratando de precisar más, hay dos hipótesis, debidas a dos divergencias en los datos de la Tradición.
San Ireneo dice que Mc y Lc escribieron sus evangelios después de la muerte (Ýîïäïv) de San Pedro y San Pablo 27. Esto haría fijar la fecha de la composición después del año 67. Algunos autores (Grapin, Levesque) interpretan la palabra éxodo, no de la muerte de San Pedro y San Pablo, sino de su salida, sentido fundamental de la palabra, de Palestina. Sin embargo, la palabra parece referirse a la muerte. Así es usada por Lc en su evangelio (Lc 9:31; 2 Pe 1:15). Varios son los autores que admiten esta fecha, 67-70. Así Schanz, De Bruyne. Con todo, el testimonio de San Ireneo no se ha de forzar, pues ya, a propósito del evangelio de Mt, utilizó una frase vaga, que indica una mala información.
Tradicionalmente se admite otra fecha. El evangelio de Lc está escrito antes de los Hechos de los Apóstoles, y éstos están escritos antes del 63-64. El otro dato que entra en juego es que Lc es el tercero de los evangelios sinópticos. Pero ya no es fácil señalar la fecha precisa de Mc para poder situar con exactitud la de Lc. Si se da como probable la fecha del 55-62, Lc habría compuesto su evangelio sobre el 58-61.
De todo lo expuesto se pueden hacer las siguientes observaciones, que puedan sugerir, en el estado actual, la posible fecha de la composición del evangelio de Lc.
1) No se impone la fecha tope de la composición de los Hechos de los Apóstoles, el 64. La finalidad del autor no se sigue que sea la simple historia de Pablo, que al estar en prisión 61-63 había que suponer que al componerse este libro Pablo aún estaba en ella. La finalidad de los Hechos sobre esto puede ser hacer ver que el cristianismo se difundió, llegando a Roma, centro del Imperio. Además, esta frase de Lc (Act 28:30.31) implica un término técnico de la jurisprudencia romana referente a un caso indiscutido, en que al acusado se le permite marchar libre. Actos, en consecuencia, no establece una fecha precisa para la composición de las obras lucanas (C. Stuhlmueller).
2) No parece decisiva la descripción del asedio de Jerusalén el año 70. Se explica por descripción de clisé. Se esperaría una descripción más detallada y haberse sacado las consecuencias que se seguían para el cristianismo del vaticinio de este hecho cumplido.
3) Más decisivo es que Lc conoce a Mc, y éste escribió su evangelio algo antes del 70. Ha de suponerse, pues, un amplio margen para que Mcllegue a conocimiento y utilización por Lc.
4) En cambio, Lc no parece conocer a Mt. Señal de que su aparición no fue muy anterior ni dio lugar a divulgarse. Mt pudo aparecer sobre el 80, por las razones que se alegaron en la introducción a Mt.
Por eso, a Lc se le puede, normativamente, asignar una fecha semejante sobre el año 80.
Lc, acaso, compuso su evangelio en Roma. Otras tradiciones, lo que acusa su falta de seguridad, lo suponen compuesto en Grecia, Acaya y Beocia (San Jerónimo en unos escritos, San Gregorio Nacianceno), o en Cesárea, Alejandría, Roma (San Jerónimo en otros escritos) 28.

Destinatarios y finalidad.
Lc lo destina a Teófilo, persona noble e histórica, como se ve por la costumbre de dedicar libros a personas destacadas por su valor y méritos realizados. Tal hace el célebre médico Dioscórides (del tiempo de Nerón) al dedicar su obra de medicina al personaje histórico Areo. Y Dioscórides era de Anazarbos, en Cilicia; por geografía y cronología, afín y contemporáneo de Lc. La finalidad que le asigna en el prólogo es garantizarle la información histórica del relato de la vida del Señor, para que conozcas la firmeza de la doctrina que has recibido (1:4).
Pero ya los testimonios de la tradición le dan una amplitud mayor: directamente se afirma su destino para los cristianos provenientes del paganismo. Los Prólogos dicen que lo escribe para los griegos fieles (cristianos). Y Orígenes, que fue escrito en gracia de los gentiles. 29 Esto mismo se confirma por el análisis interno del texto.
Explica costumbres judías (22:1.7), lo que supone lectores no judíos. Omite cuestiones específicamente judías, que no entenderían sus lectores o que no les interesarían (Lc 16:18; cf. Mt 5:32; Lc 6:29; cf. Mt 5:39ss; Lc 6:27ss.32ss; cf. 5:44-47; Lc 11:38; cf. Mc7:1-23 y Mt 15:1-20). Omite cosas que eran duras para los gentiles (Mt 10:5; Mc7:24-30; Mt 15:21-28; Mc15:16-20; Mat_27:27-31 ) o las suaviza (Lc 6:33; cf. Mt 5:47).
En cambio, destaca las cosas que son elogiosas para los gentiles (3:14; 7:2-10; 10:30-37; 17:11-19). También se quiere ver como un dato confirmatorio de esto el que Lc destaca con respeto las narraciones en que intervienen mujeres, pensándose sea debido a realzar su dignidad, tantas veces bendecidas o perdonadas por Cristo en un ambiente en el que la mujer era frecuentemente despreciada.
En conexión íntima con los destinatarios está la finalidad que Lc se propone en su evangelio: resaltar que Cristo es el Salvador de todos los seres humanos, no unicamente los de origen judio.
Por eso se destacan dos acusados rasgos: la universalidad de la salud y el espíritu de misericordia.
Lo primero se ve ya en el comienzo con los ángeles anunciando la paz, no a solos los judíos, sino a los hombres de buena voluntad (2:14); Cristo niño en el templo es proclamado por Simeón luz para la manifestación de las gentes (2:32). El Bautista anuncia que verá la salud mesiánica toda carne: todo hombre (3:6), expresión de Isaías (40:5), pero que, en contraposición con la ausencia de la misma en los otros dos sinópticos, lleva a ver un intento de este universalismo. La genealogía mesiánica de Cristo la lleva hasta la creación de Adán; no la trae sólo desde la limitación judía de Abraham (Mt). El endemoniado de Gerasa, una vez curado, es enviado como misionero a los suyos (8:39). Los judíos serán rechazados, y vendrán al reino desde los cuatro puntos cardinales todas las gentes (13:28ss). Y, ya resucitado, hará ver a sus discípulos que estaba escrito que se predicase en su nombre (de Cristo Mesías) la penitencia para remisión de los pecados a todas las gentes, comenzando por Jerusalén (24:46ss). En íntima conexión con esta idea temática está el destacarse el fuerte espíritu de misericordia. El Mesías viene para hacer misericordia y para remisión de los pecados (Lc 1:72.77). La mujer pecadora es recibida misericordiosamente y perdonada (7:36-50). Es Lc el que trae las incomparables parábolas de la oveja perdida, buscada por el Buen Pastor, y el gozo que habrá en el cielo por un pecador que se convierta (15:1-7; véase el otro matiz que le da Mt 18:12-14); la parábola del hijo pródigo (15:11-32); el premio salvador que da hospedándose en casa de Zaqueo el publicano (19:1-10), llegando en el Calvario a perdonar a los que le crucifican, porque no saben qué hacen (23:34), y prometer al buen ladrón el paraíso (23:39-43) 30. Y mientras Mt pone sed perfectos como vuestro Padre (Mt 5:48), Lc pone sed misericordiosos (Lc 6:36), etc. De ahí el llamársele también Evangelio de la misericordia.

Valoración literario-estructural.
El griego de Lc es el mejor de los tres sinópticos. Tiene trozos casi clásicos; v. gr., el prólogo; otros pasajes son de un buen estilo de la koine. Pero otros, en cambio, son traducciones serviles de sus fuentes semitas. Tiene 151 palabras o expresiones propias suyas (Kawkins). Para Cadbury, el vocabulario de Lc es auténticamente clásico. Según San Jerónimo, Lc, entre todos los evangelistas (que escribieron) en griego, fue eruditísimo. 31 Sin embargo, si Lc tiene pasajes redactados en griego clásico o bueno, tiene otros en un griego vulgar 32.
El análisis de su evangelio refleja en Lc un espíritu sumamente delicado. La finura descriptiva de algunos relatos, el espíritu de destacar la misericordia y la bondad, descubren en él un alma exquisita. Sabe, en contraste con otros evangelistas, omitir lo que pueda ser molesto para las personas (v.gr., reproches hechos a Pedro), lo mismo que ciertas escenas de brutalidad o villanía (v.gr., la flagelación y coronación de espinas). El hecho de insistir ampliamente en las parábolas, dedicadas, de la misericordia, reflejan en él este espíritu 33.
Lc, con relación a los otros sinópticos, tiene manifiestas divergencias. Osty las ha reducido, en un estudio amplio y muy detallado, al que se remite 34, a cuatro categorías. Conocía el evangelio de Mc. o Froto marcos común a ambos. De los 661 versículos de Mc, Lc incorpora a su evangelio un 60 por 100. Los pasajes de Mc constituyen un tercio de los 1149 versículos de Lc. Hay 15 narraciones en las que Lc sigue a Mc paso a paso. En cambio, prescinde de otras secciones: 6:20-8:3; 9:15-18:14; tampoco depende de Mc en la pasión y resurrección. Lc tiene 373 palabras que se encuentran sólo en su evangelio.

Las Fuentes del Evangelio de Lc.
Lc no fue testigo directo de la vida de Cristo. El mismo lo dice en el prólogo al distinguirse de los que fueron testigos directos (v.2). Es un historiador que busca las fuentes para su relato. El garantiza además la escrupulosidad (v.3) con que lo ha hecho. Se informó directamente de los que fueron testigos oculares y ministros de la palabra (v.2), pero hecho ya desde los orígenes (Üíùèåí). Este término lo mismo puede significar desde tiempo atrás, lo que indicaría una larga y ya antigua investigación de Lc, o que su investigación se refiere a los orígenes del cristianismo. Y esto es lo que está más en situación, ya que cita a los que desde el principio fueron testigos oculares, máxime incluyéndose en el mismo los dos capítulos de la infancia. Esta fuente de información podría ser doble, ya que Lc se informa de algunos apóstoles, pero probablemente también de otros que, sin ser los apóstoles, fueron testigos oculares y ministros de la palabra, término técnico este último de la Iglesia primitiva para expresar el Evangelio.
Lc también dice que, utilizadas esas fuentes escrupulosamente, quiere escribir los hechos de la vida de Cristo ordenadamente (÷áèåîçò). Este orden de Lc no es cronológico. Es un orden suyo. Lc, lï mismo que los otros evangelistas, no escribe una biografía de Cristo al modo moderno. Son libros histórico-teológicos. Interesa la historia, porque es la base de la verdad, pero junto con ella interesa la teología, porque es la finalidad didáctica de la literatura evangélica. Por eso los evangelios, que son auténtica historia, tienen una relación especial: no es historia al modo moderno. Se seleccionan pasajes históricos si otros faltan puede ser debido a las diversas fuentes que los evangelistas usan, y que, por causas diversas, los omiten en orden a resaltar el contenido y enfoque teológico especial que se propone cada evangelista. Así, Lc, con unas fuentes históricas abundantes, da un enfoque teológico especial, por lo que ese orden con que él dice que escribe su evangelio está condicionado por su intento, en función del cual redacta el esquema literario del mismo.
La fuentes que Lucas utiliza para componer su evangelio son dobles: orales y escritas.
1) Orales. Los autores suelen señalar las siguientes: a Pedro sería improbable que el antioqueño Lc lo desconociese; lo mismo que debió de conocer a Santiago el Menor (Act 21:18) ya San Juan, ya que esta ida de Lc a Jerusalén debe de ser sobre el año 57-58, y el 49 Juan estaba en Jerusalén.
Es probable que se informase también de ciertas piadosas mujeres que cita en su obra, Marta y María (10:38-42), Juana, mujer de Cusa, administrador de Herodes (Antipas), Susana y Magdalena (8:3).
Lo mismo se piensa de discípulos del Señor que nombra explícitamente (24:18; 19:2.8). Entre ellos cita a Manahen, que era hermano de leche del tetrarca Herodes (Antipas; Act 13:1), y que pudo muy bien informarle del proceso ante Antipas cuando le envió Pilato (23:8-12). También es el único que cuenta la escena de los leprosos de Samaría (17:1-19) y cierta hostilidad de los samaritanos (9:52-56). En sus viajes hubo de encontrarse con diversos testigos directos o indirectos que le sirviesen de información para su obra (cf. Act 24:22-27; 21:16).
2) Escritos. Estos manifiestamente son varios. Probabilísimamente utilizó alguna de las vidas de Cristo que muchos habían escrito y que cita en el prólogo.
Fuentes semitas son los dos primeros capítulos de la infancia. En cambio, no tiene por fuente de esto a la Virgen, ya que, si así hubiese sido, Lc hubiese redactado esos dos capítulos según su estilo. Y aun literariamente, la frase María guardaba todas esas cosas, confrontándolas en su corazón, hubiese tenido la estructura griega de Lc.
Tuvo fuentes literarias para la genealogía de Cristo. Las tuvo para varias secciones de su relato. En concreto, para los viajes.
También utilizó una fuente (Q), que usó Mt 35. Pero es muy discutido si utilizó al mismo Mt 35.

La temática estructural.
A pesar de presentarse Lc en su obra como historiador, no viene a distinguirse de los otros sinópticos en lo biográfico de Cristo. El centro de su intento es lo teológico: lo cristológico 36.
1) La persona de Cristo. La estructura teológica del evangelio de Lucas está centrada en el tema de Cristo Salvador. Este título, que nunca sale en Mt-Mc, aparece citado 17 veces en su evangelio y 13 en los Hechos. En Pablo, al que Lc acompañó, sale 31 veces. Es la obra de Cristo; la salvación.
Pero este Cristo Salvador aparece ya, dado el medio ambiente helenista, en que los dioses y emperadores eran los salvadores, situado en la esfera divina.
Por eso Lc denomina a Cristo en su evangelio con el título de Kyrios. Los LXX traducen con esta expresión el nombre de Yahvé. Y Lc lo usa frecuentemente, como Pablo, ya que era la expresión más común con que la comunidad cristiana primitiva confesaba la divinidad de Cristo 37.
También usa el título de Hijo de Dios. Con él, la Iglesia primitiva confesaba la divinidad de Cristo. Pero Lc, en contraste con otros evangelistas, lo evita varias veces. Probablemente por causa de sus lectores helenísticos que, imbuidos por las mitologías, podrían dar una mala interpretación a esta expresión.
También utiliza el título de Hijo del hombre unas 25 veces. Pero si unas veces puede significar sólo el mesianismo, ya en el momento histórico de Cristo ciertas fracciones judías lo habían interpretado en un sentido personal y trascendente 38. Como así lo usa a veces Lc.
En cambio, el título de Cristo (Mashíah) se encuentra más raramente en Lc, siendo, con todo, frecuente en Pablo. Cristo no lo usa expresamente; manda callar ordinariamente cuando se le llama así; pero lo acepta en los momentos solemnes: en la confesión de Pedro y ante el sanedrín, lo mismo que en su entrada mesiánica en Jerusalén 39.
2) El reino de los cielos. La obra de Cristo se centra en el ingreso en su reino. Lc le da amplitud a este tema; precisamente tenía que presentarlo con el sentido de universalidad a él inherente. Así de él, en su fase histórica, hace ver su inauguración, su universalidad; también las condiciones para su ingreso y su práctica moral; así como la organización del mismo. Lc presenta, en ocasiones, el reino en su fase escatológica celeste 40.
3) Otros temas destacados. En Lc, y ya se habló antes a propósito del paulinismo del tercer evangelio, hay una serie de temas que seguramente resalta por sus contactos con Pablo. Estos principalmente son: el Espíritu Santo 41, la universalidad de la salud, el gozo cristiano, la oración, la misericordia, la pobreza, la dignificación de la mujer 42. También Lc tiende a desescatologizar la tensión parusiaca existente en la cristiandad primitiva.

Esquema redaccional.
Lc tiene una construcción especial en su esquema. Después del evangelio de la infancia (c.l y 2) y de la preparación al ministerio público (3-4:14), tiene dos grandes secciones: la primera es el ministerio galilaico de Cristo (4:12-9:50), y la segunda es su proyección hacia Jerusalén. Aunque tiene ministerio en Galilea, de la perspectiva literaria de Lc ya se está en su viaje, único y definitivo, que se orienta a Jerusalén (9:15-19:28), y que Lc introduce con una solemnidad especial: Y como se aproximaba el tiempo en que debía dejar este mundo, Jesús toma resueltamente el camino de Jerusalén (9:51) 43. Luego expone su ministerio en Jerusalén (19:29-21:38). Finalmente, la narración de la pasión, muerte, resurrección y ascensión (22:1-24:53).

1 G. Mercati, Lucas or Lucanusf: The Jour. of Theol. Studies (1905) 435. 1 A. Strobel, Z. N. Wiss. (1958) p.131-134. 2 MG 20:220. 3 ML 23:619. 4 MG 41:908. 5 ML 26:18; 23:629.621 (650ss). 6 MG 7:913ss. 7 San Agustín: ML 34:1295. 8 MG 20:220. 9 ML 26:18, etc. 10 Harnack, Lukas der Arzt (1906) p.122-137; Hobart, The medical language of St. Luk. (1882). 11 MG 36:165; Nlcéforo C.: MG 145:876; Simeón Metafrastes; MG 115:1136. 12 Lagrange, Évangüe s. St. Lúe (1927) p.XVIII-XIX. 13 MG 7:844ss; 7:913-918. 14 ML 2:366 (395ss). 15 MG 8:884. 16 MG 20:581; 13:1802ss. 17 MG 20:220. 18 ML 26:18; 23:629.621 (650ss). 18 En contra, cf. H. J. Cadbury, The Style and Literary Method of Luke, en H.T.S. (1919) y en J.B.L. (1926) p.190-209. 19 Harnack, Lukas der Arzt. (1906) p.9ss.!22-137; Hobart, The medical language of St. Luke. (1882); Fenner, Die Kranheit im Í. Ô. (1930) p.107-110. 20 Marchal, Evangüe s. St. Lúe (1946) p.10; Godet, Introduct. au Í. Ô. (1900) II p.448-449. 21 Hópfl-Gut, Introduct. spedalis in Í. Ô. (1938) p. 100-105. 22 Bleiben, The Cospel of Luke and the Gosbel of Paul: íourn. Theol. Studies (1944) 134-140. 23 MG 20:581. 24 ML 26:18. 25 Adv. haer. 3:1.1 26 Léon-Dufour, Introduction a la Bible (1959) p.256; Feuillet, Lc quatñeme évangile: o.c., p.678, donde se exponen estas afinidades Lc-Jn. " MG 7:845; cf. Eusebio C., Hist. eccl. V 8. 28 Mangenot, 5. Lúe., en Dict. Bibl. IV 394. 29 Mg 20:581. 30 Hópfl-Gut, Introduct. spec. m ëô. Ã. (1938) ñ. 108-111. 31 ML 22:378. 32 Lagrange, Evang. s. St. Lúe (1927) p.XCV-CXXVIII; Cadbury, The style and literary method of Luke (1919); Antóniadis, L'Évangile de Lúe. Esquisse de gram-maire et de style (1930). 33 Soubigau, Sous le charme de l'evangile selon S. Lúc (1933). 34 Osty, L'Évangile s. St. Lúe, en La Sainte Bible de Jérusalem (1948) p.9-17. 35 Lagrange, Les sources du troiswme evangile, en Évangile s. St. Lúc (1927) p.XLVIII-XCIV; Wlnter, On Luke and lukan Saurces: Zeitschr Í. Ô. Wissens. (1956) p.217-242; Rehkopf, Die lukanische Sonderquelle (1959); Schlatter, Das Evangelium des Lukas aus seinen Quellen erklárt (1931); A. M. S Alazar, Questions about St. Luke's Saurces: Nov. Test. (Leiden 1958) 316ss. 35 Carroll Stuhlmueller, Evang. s. S. Lucas (1972) p.302-303. 36 Stonenhouse, The Witness ofLuke to Christ (1951) p.63-67. 37 Cerfaux, Kyrios, en Dict. Bibl. Suppl. V 200-228; Dupont, Messie et Seigneur datis la foi des premien chrétiens: Vie Spirit. (1950) 385-416; Daniélou, Christos Kyrios: Rev. Se. Relig. (1951) 338-352. 38 Âåíüéô, La divinité de Jesús dans les evangiles synoptiques: Lum. et Vie (1953) 63-71. 39 Sobre el valor del secreto mesiánico, cf. introducción al evangelio de San Marcos. 40 Marchal. L'Evangik s. St. Lúc (1946) p. 18-20; Leon-Dufour, en Introduct. a la Bible (\959) d.242-243. 41 Leon-Dufol R, L'Évangile s. St. Lúc, en o.c. p.243-244. 42 Leon-Dufour, o.c., p.244-249; Hopfl-Gut, o.c., p.104-105. 43 Girard, L'Évangile des voyages de Jesús au la section 9:51 a 18:14 de Saint Lúc (1951).


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Lucas 17,1-37

Capitulo 17.
Le inserta aquí (v.1-10) una serie de consejos dados por Cristo a sus discípulos, que no tienen conexión lógica entre sí.

El escándalo, 17:1-3 (Mat_18:6-7; Mar_9:42).
Cf. comentario a Mt y Mc.
1 Y dijo a sus discípulos: Es inevitable que haya escándalos; sin embargo, ¡ay de aquel por quien vengan! 2 Mejor le fuera que le atasen al cuello una rueda de molino y le arrojasen al mar antes que escandalizar a uno de estos pequeños. 3 Mirad por vosotros.

El mismo tema, en contextos divergentes, aparece en Mt-Mc. Habrá escándalos, dada la condición de la vida. Pero aquí mira a que no escandalicen a uno de estos pequeños (??? ?????? ?????? ). Si se atiene al contexto de Mt, acaso se pueda referir a los niños, pues el pasaje (Mat_18:6) puede tener un valor de parátasis con lo anterior, en que también se habla de los niños. En Mc (Mat_9:36ss, comp. con v.42), probablemente los pequeños no son los niños, sino los humildes y sencillos, que creen (Mc) en El. La forma puede ser un superlativo arameo: los mínimos. En el fondo se apunta al fariseísmo, que impedía de mil modos el ingreso en el Reino. La gravedad de esto se ilustra con lo que dice de la rueda de molino movida por asnos (Mat_18:6; Mar_9:42). Lc valdría más esto que no escandalizar. No se toca el tema de que no haya perdón. Sólo se dice que es mejor la muerte previa a la gravedad de esta culpa. Y el tema seguramente está referido o supuesto, en su forma originaria, al escándalo para el ingreso en el Reino: los obstáculos que para ello ponían los fariseos. En la redacción actual tiene una mayor amplitud as cética.

El perdón del prójimo,Mar_17:3-4 (Mat_18:15 y 21 y 22). Cf. comentario a Mat_18:15, Mat_18:21-22.
Si peca tu hermano contra ti corrígele, y si se arrepiente, perdónale. 4 Si siete veces peca al día contra ti y siete veces se vuelve a ti diciéndote: Me arrepiento, le perdonarás.

La redacción de este pasaje en Mt y Lc hace suponer un origen de fuentes distintas. En Mt, el perdón, está redactado con un climatismo legal-edesial. En Lc, el que peca, primero ha de ser corregido, y si se arrepiente, perdónale. La diferencia es más redaccional que de concepto. Pero el perdón se exige en cristiano. Y no una sola vez, sino siempre; lo que se expresa con el número siete siete veces , número de universalidad. Es tema, sin duda, primitivo, pero encuadrado en este esquema moral.
El extremismo oriental por sus contrastes el perdonar siempre no considera las secuencias que pueda tener. Es forma sapiencial. Cabe, verbigracia, un perdón con restitución de lo robado.

Eficacia de la Fe,Mat_17:5-6 (Mat_17:19; Mat_21:21; Mar_11:22-23).
5 Dijeron los apóstoles al Señor: Acrecienta nuestra fe. 6 Dijo el Señor: Si tuvierais fe tanta como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: Desarraígate y trasplántate en el mar, y él os obedecería.

Este relato no tiene relación con lo anterior. Son sentencias reunidas artificialmente. Aparecen también en Mt y Mc en otro contexto. Una vez a propósito de no haber podido los apóstoles expulsar un demonio (Mt), y otra a propósito de la maldición de la higuera (Mt-Mc). El de Mt es el más lógico. La respuesta es a los apóstoles, que le ruegan, en un contexto absoluto, que les aumente la fe. Esta fe no es la teológica, sino la confianza en el poder y bondad de Dios para realizar algo. El poder de esta fe se lo expresa al comparar su potencia si aquélla fuese equivalente a un grano de mostaza. Comparación rabínica usual para indicar lo más pequeño. En Mt-Mc, la frase en lugar de sicómoro, que se tire al mar, pone monte. Este era término también usual para indicar con ello, metafóricamente, la realización de las obras que no podían hacerse de modo ordinario. La forma de Mt-Mc es más primitiva. Lc probablemente la modifica por sus lectores (cf. Comentario a Mat_17:20).

Parábola de lo que es el siervo,Mat_17:7-10.
1 ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo arando o apacentando el ganado, al volver él del campo le dice: Pasa en seguida y siéntate a la mesa, 8 y no le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete para servirme hasta que yo coma y beba, y luego comerás y beberás tú? 9 ¿Deberá gratitud al siervo porque hizo lo que se le había mandado? 10 Así también vosotros, cuando hiciereis estas cosas que os están mandadas, decid: Somos siervos inútiles; lo que teníamos que hacer, eso hicimos.

Sólo Lc trae esta perícopa. Es una parábola. Se refiere, manifiestamente, a los apóstoles, y se relaciona con el pasaje anterior, por razón de esta humildad que ha de tenerse, incluso si los discípulos de Cristo, por su fe, hacen milagros.
La imagen está tomada de la vida real palestinense. Un dueño tiene un siervo, un esclavo, a su servicio. Lo tiene trabajando primero en el campo; al terminar estas faenas, el siervo, que en aquella concepción de servidumbre o esclavitud no se le considera con derechos, sino con los deberes de servir y obedecer a su amo, deberá continuar prestando servicios: servirle a la mesa, ? no pensar que el dueño se va a poner a servirle a él l.
De esta vida de un mundo social duro saca Cristo la lección para sus apóstoles en el servicio de su misión. Que no piensen en ventajas ni provechos; que no se enorgullezcan, incluso si hacen milagros: sólo hicieron lo que tenían que hacer (Luc_10:20). La frase somos siervos inútiles no ha de apurársela demasiado. Es un modo vulgar de reconocer que, en este orden espiritual de apostolado, de suyo no se es nada: todo es don de Dios (1Co_3:4-6). En Lc puede tener una extensión eclesial.

Los diez leprosos,1Co_17:11-19.
11 Yendo hacia Jerusalén, atravesaba por entre Samaría y Galilea, 12 y, entrando en una aldea, le vinieron al encuentro diez leprosos, que a lo lejos se pararon, 13 y, levantando la voz, decían: Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros. 14 Viéndolos, les dijo: Id y mostraos a los sacerdotes. En el camino quedaron limpios. 1S Uno de ellos, viéndose curado, volvió glorificando a Dios a grandes voces, 16 y cayendo a sus pies, rostro en tierra, le daba las gracias. Era un samaritano. 17 Tomando Jesús la palabra, dijo: ¿No han sido diez los curados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero? 19 Y le dijo: Levántate y vete, tu fe te ha salvado.

Narración propia de Lc. Cristo, en su camino hacia Jerusalén, pasa entre Samaría y Galilea. Parece que va a tomar el camino del este, hacia el Jordán y la Perea; allí darán a conocer su presencia Mt-Mc. Este dato podría indicar que a Lc le interesa más un enfoque teológico que cuidadosamente geográfico. El motivo de no atravesar directamente la Samaría era el odio que éstos tenían contra los judíos, causándoles toda clase de vejaciones, máxime cuando iban a Jerusalén en las fiestas de peregrinación.
Al entrar en una aldea le salen al encuentro diez leprosos. Estos tenían que vivir alejados de las gentes, incluso en los poblados. La desgracia los hacía juntarse, aquí incluso judíos y samaritanos, para hacer más llevadera su suerte. También hasta ellos había llegado la fama de Cristo. Desde lejos, como tenían mandado hablar a las gentes (Lev_13:45; Num_5:2) le piden los cure. Cristo les manda ir a mostrarse a los sacerdotes, que eran los encargados de certificar oficialmente la curación. Así estaba preceptuado en la Ley. Se encaminaron a Jerusalén, el samaritano al Garizim, y en el camino quedaron limpios, término con el que se expresa la curación de la lepra. Era lógico que, al sentirse curados, corriesen a cumplir el precepto, llenos de gozo de volver a los suyos y de quedar rehabilitados socialmente, ya que la lepra la consideraban castigo de Dios. Pero entre tanto gozo, igual que el de estos nueve judíos curados, estaba también el gozo de un samaritano. El odio del judío al samaritano era proverbial. Pero este samaritano volvió para dar gracias a Cristo por su curación. Al modo oriental, postrado (de rodillas), rostro en tierra, le daba las gracias. Y Cristo ratifica la curación de aquel hombre por su fe y gratitud en El. Pero, al mismo tiempo, hace notar que los otros nueve, judíos, no han vuelto para dar gloria a Dios, agradeciéndole a El el beneficio que acababa de hacerles.
La fe confianza se hace extensiva a todos. Cristo, Mesías, es el bienhechor de todos. Este pasaje habla bien claro de la misericordia universal de Cristo, complaciéndose especialmente en destacar el buen corazón del odiado y despreciado samaritano, como el de la parábola. Pero el tema no es tanto el milagro como la gratitud a Dios por sus obras y sus dones.
El cristianismo primitivo tenía en ello una lección para agradecer a Cristo la elección llamados de Jesucristo (Rom_1:6b) que de ellos, procedentes de las clases sociales más modestas (1Co_1:26-28), hizo Dios en Cristo, sacados de un mundo en tremenda corrupción moral (Rom_50:18ss), lo mismo que al judaísmo vinieron a ingresar, preferentemente, gentes humildes, v.gr., los mismos apóstoles, frente al fariseísmo, los cultos y los dirigentes de la nación.
Varios autores, siguiendo a Bultman, creen que este relato no es historia, sino una simple parábola lucana, basada su estructuración en Mc (Rom_1:40-45 = curación de un leproso) y en 2 Reyes (capítulo 5 = la curación del leproso Naamán, sirio, por el profeta Elíseo).
Realmente no se ve relación entre la curación por Elíseo y este relato, fuera del hecho de haberse curado aquí un leproso y en Lc diez. El relato de Mc tiene estas partes estructurales: 1) Viene a Cristo un leproso que suplicante y de rodillas pide que lo cure; 2) extendió la mano y lo curó; 3) ordena que no lo diga a nadie; 4) pero que vaya al sacerdote, conforme ordenó Moisés; 5) el leproso divulgó la noticia. 6) Se quiere ver una confirmación en que no hay asombro como en los relatos de milagros. Aunque de hecho por su divulgación vienen a él las gentes.
Pero estas razones tienen explicación:
1) La semejanza puede ser debida, aparte de la misma naturaleza del hecho, a la forma esquemática de ambos.
2) Lc ya relató este milagro de Mc en 5:12.16, con una narración igual. ¿La refundiría ahora en una parábola de gratitud?
3) Es sabido que Lc no repite milagros (Stuhlmueller).
4) Es posible que en la transmisión oral de un hecho histórico, elementos de una parábola pasen completamente o de retoque a un relato de milagros. Ni se olvide el posible artificio del enmarque.
5) La falta de asombro falta también en otros pasajes de Lc (Luc_4:38-39; Luc_4:40-41; Luc_5:12-15; Luc_7:1-10; 8:43-48:12-17; 14:1-6).
6) ¿Sería indicio parabólico el que Lc (10:30-37) usa de un samaritano en la parábola del buen samaritano? Sería muy aventurado afirmarlo.

La venida del reino de Dios, 17:20-21.
20 Preguntado por los fariseos acerca de cuándo llegaría el reino de Dios, respondiéndoles, dijo: No viene el reino de Dios ostensiblemente. 21 No podrá decirse: Helo aquí o allí, porque el reino de Dios está dentro de vosotros.

La respuesta de Cristo es debida a una pregunta de los fariseos. En el ambiente judío existía la creencia de que al establecimiento mesiánico precedería un juicio punitivo; por lo que se había hecho la frase de los dolores (para el alumbramiento) del Mesías. En el ambiente estaba también que sería inaugurado por algún prodigio extraordinario 2. La respuesta de Cristo deshace todas estas concepciones erróneas. El reino no vendrá ostensiblemente, como un fenómeno apocalíptico, ni se dirá de él que está aquí o allí (cf. Luc_19:11; Luc_21:7; Hec_1:6; cf. Luc_17:20-23). La razón es doble: una, porque será un hecho histórico-social; y, en segundo lugar, porque el reino de Dios está dentro de vosotros (¿???? ???? ????? ); naturalmente no dentro del alma de los fariseos, que le plantean el tema, sino establecido ya entre ellos, es decir, en medio de Israel 2.
No parece lógico querer traducir el ????? del v.21 como un presente profético, por razón del contexto siguiente (v.22ss), pues es un contexto de escatología distinta.

La venida del Hijo del hombre,Luc_17:22-37 (Mt c.24; Mc c.13; Luc_21:5ss).
22 Dijo a los discípulos: Llegará tiempo en que desearéis ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo veréis. 23 Os dirán: Helo aquí o helo allí. No vayáis ni le sigáis. 24 Porque así como un rayo relampaguea y fulgura desde un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre en su día. 25 Pero antes ha de padecer mucho y ser reprobado por esta generación. 26 Como sucedió en los días de Noé, así será en los días del Hijo del hombre. 27 Comían, bebían, tomaban mujer los hombres, y las mujeres marido, hasta el día en que Noé entró en el arca, y vino el diluvio y los hizo perecer a todos. 28 Lo mismo en los días de Lot: comían y bebían, compraban y vendían, plantaban y edificaban; 29 pero, en cuanto Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, que los hizo perecer a todos. 30 Así será el día en que el Hijo del hombre se revele. 31 Aquel día, el que esté en el terrado y tenga en casa sus enseres, no baje a cogerlos; e igualmente el que esté en el campo, no vuelva atrás. 32 Acordaos de la mujer de Lot. 33 El que busque guardar su vida, la perderá, y el que la perdiere, la conservará. 34 Dígoos que en aquella noche estarán dos en una misma cama, uno será tomado y otro dejado. 3S Estarán dos moliendo juntas, una será tomada y otra será dejada. 36 Y tomando la palabra, le dijeron: ¿Dónde será, Señor? 37 Les dijo: Donde esté el cuerpo, allí se juntarán los buitres.

Por un contexto lógico con la venida del reino, Lc inserta aquí la venida del Hijo del hombre. Esta venida, ¿a qué se refiere? ¿Es la parusía? Lo mismo que en el Apocalipsis sinóptico que traen los tres sinópticos, y por las razones allí alegadas, parece que esta venida de Cristo es su presencia poderosa en la destrucción de Jerusalén el año 70 3. En el fondo de este relato late el Apocalipsis sinóptico.
Varios elementos de esta narración se encuentran en otros pasajes evangélicos. Se ve una agrupación especial de Lc o su fuente en orden a completar un tema.
De ahí el no ajuste exacto de algunas sentencias.
A los apóstoles les llegará tiempo en que desearán ver un solo día del Hijo del hombre, y no lo verán. Debe de aludir a los sufrimientos de los apóstoles después de la ascensión de Cristo, y a su ansia de poder ver uno de esos días en que con su triunfo El los confortase. Pero no lo verán entonces, cuando ellos quieran, sino en el momento en que El se revele (Hec_1:3). Para otros la solución no es desear ver un solo día, sino desear mucho ver el día del Hijo del hombre, en cierto paralelo con la expresión evocadora del día de Yahvé en su, forma triunfal, ante la calamidad que le preceda (Mar_13:19-20ss). Sería efecto de una mala traducción aramaica. Se habría tomado el adverbio lachda (mucho) como un numeral: uno solo.
Que no hagan caso a dichos sobre su manifestación (Mat_24:26; Mar_13:21-22), porque esa manifestación será esplendente y visible para todos, como la luz del rayo en el horizonte (Mat_24:27).
Esta venida será después de su muerte, pues antes ha de sufrir mucho y ser reprobado por esta generación.
Además, esta venida será inesperada, súbita. Para ilustrarlo trae los ejemplos de los días de Noé (Mat_24:38-39) y de Lot. Esto indica el descuido en que estarán los hombres hasta ese día, que puede ser una pequeña época. Entonces el que esté en el terrado de la casa, no baje a coger los enseres, sino que huya (Mt 24:Mat_16:17.18.40.41); y el que esté en el campo, no vuelva atrás (Luc_21:21). Todo esto se dice para exponer la presteza de esta venida y el poder, ante ella, ponerse a salvo. Esto no puede referirse a la parusía. Y se refuerza con una sentencia que se lee en Jn, y que aquí se la toma en un sentido distinto: el que crea estar seguro no huyendo perderá la vida, y viceversa (Jua_12:25).
A la hora de la parusía no habrá tiempo para bajar a coger ¿por qué los enseres de la casa, ni el que esté en el campo para ir a otro sitio. Se acabó el tiempo (cf. 1Te_4:15ss).
Y tan súbita forma hiperbólica de expresión será esta venida, que dos personas que estén juntas, una, en esa venida, experimentará los efectos penales, y otra no (Mat_24:40-41). Modo de expresar lo que será el castigo de la guerra en la intimidad de los hogares.
Y a la pregunta que le hacen: ¿Dónde sucederá esto? no les responde. Deben estar todos alerta. Pero que sepan que donde esté el cuerpo, allí se juntarán los buitres (Mat_24:28). Es un proverbio que les hacer ver que esta venida será allí donde esté determinado por el plan de Dios.
Como se expone en el comentario al capítulo 24 de Mt, esta venida de Cristo no exige una presencia sensible suya, sino una presencia moral: su presencia en poder, al verse la destrucción de Jerusalén por El vaticinada. Con ello aparece Cristo viniendo en poder. Esto confortará a los discípulos cuando lo sepan, pues verán una vez más confirmada la palabra del Señor.

1 Vosté, Parabolae. II p.605-609; H. Holstein, Serviteurs inútiles (Lúe 17:10): Bibl. et Vie Chrét. (1962) 39-45.
2 Bonsirven, Lc judaisme palestinien. (1934) I p.386.
2 R. Sneed, The Kingdon of God is Within You (Luc_17:21): Cath. Ribl. Quart. (1962) 363-382; R. Rüstow,Entóshymonestin. Zur DeutungvonLkl7:20ss: Znw (1960) 197-224.