Esdras  2 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 70 versitos |
1 Estos son los de la provincia que volvieron del destierro, de los que había llevado cautivos a Babilonia Nabucodonosor, rey de Babilonia, y tornaron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad.
2 Partieron con Zorobabel: Josué, Nehemías, Seraya, Ráelayas, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigraí, Rejum y Baana. Número de los hijos del pueblo de Israel:
3 Hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.
4 Hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos.
5 Hijos de Araj, setecientos setenta y cinco.
6 Hijos de Pajat Moab, de los hijos de Josué y de Joab, dos mil ochocientos doce.
7 Hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
8 Hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco.
9 Hijos de Zacaí, setecientos sesenta.
10 Hijos de Baní, seiscientos cuarent y dos.
11 Hijos de Bebaí, seiscientos veintitrés.
12 Hijos de Azgad, mil doscientos veintidós.
13 Hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis.
14 Hijos de Bigvaí, dos mil cincuenta y seis.
15 Hijos de A din, cuatrocientos cincuenta y cuatro.
16 Hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho.
17 Hijos de Besaí, trescientos veintitrés.
18 Hijos de Jora, ciento doce.
19 Hijos de Jasún, doscientos veintitrés.
20 Hijos de Gibar, noventa y cinco.
21 Hijos de Betlehem, ciento veintitrés.
22 De las gentes de Netofa, cincuenta y seis.
23 De las gentes de Anatot, ciento veintiocho.
24 Hijos de Asmavet, cuarenta y dos.
25 Hijos de Quiriat-Jearim, Que-fira y Beerot, setecientos cuarenta y tres.
26 Hijos de Rama y Gueba, setecientos veintiuno.
27 De las gentes de Mijmas, ciento veintidós.
28 De las gentes de Betel y Hai, doscientos veintitrés.
29 Hijos de Nebo, cincuenta y dos.
30 Hijos de Megbis, ciento cincuenta y seis.
31 Hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro.
32 Hijos de Jarim, trescientos veinte.
33 Hijos de Lod, Jadid y Ono, setecientos veinticinco.
34 Hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.
35 Hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta.
36 Sacerdotes: Hijos de Jedaya, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres.
37 Hijos de Immer, mil cincuenta y dos.
38 jos de Pasjur, mil doscientos cuarenta y siete.
39 Hijos de Jarim” mil diecisiete.
40 Levitas: Hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Odavías, setenta y cuatro.
41 Cantores: Hijos de Asaf, ciento veintiocho.
42 Porteros: Hijos de Salum, hijos de Ater, hijos de Taimó, hijos de Acub, hijos de Jetita, hijos de Sobaí, todos ciento treinta y nueve.
43 Netineos: Hijos de Šija, hijos de Jasufa, hijos de Tabaot
44 hijos de Queros, hijos de Sía, hijos de Fadón,
45 hijos de Lebana, hijos de Jagaba, hijos de Acub,
46 hijos de Jagab, hijos de Sanlaí, hijos de Janón,
47 hijos de Guidel, hijos de Gajar hijos de Reaya,
48 hijos de Resín, hijos de Necoda, hijos de Gazam,
49 hijos de Uza, hijos de Paseaj, hijos de Besaí,
50 hijos de Asena, hijos de Meunim, hijos de Nefasim,
51 hijos de Bacbuc hijos de Jacufa, hijos de Jarjur,
52 hijos de Baslut, hijos de Me-jida, hijos de Jarsa,
53 hijos de Barcos, hijos de Sisera, hijos de Tamaj,
54 hijos de Nesiaj, hijos de Jatifa.
55 Hijos de los siervos de Salomón: hijos de Sotaí, hijos de Soferet, hijos de Peruda,
56 hijos de Jaala, hijos de Darcón, hijos de Gudel,
57 hijos de Sefatías, hijos de Jatil, hijos de Pogueret, Asebaim, hijos de Arní.
58 Todos los netineos e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.
59 Estos son los que subieron de Tel Mela, Tel Harsa, Querub, Addán e Immer, sin poder dar Tazón de su casa paterna y de su estirpe para probar que eran de Israel.
60 Hijos de Delaya” hijos de Tobías, hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos.
61 Y de los hijos de los sacerdotes, hijos de Abaya, hijos de Cos, hijos de Barzilai, que tomó por mujer a una de las hijas de Bar-zilai, galadita, y fue llamado con el nombre de ellos;"
62 éstos buscaron sus registros genealógicos, pero no los hallaron y fueron excluidos del sacerdocio,
63 y el gobernador les prohibió comer las cosas santas mientras un sacerdote no consultase los “urim” y “tummim.”
64 La congregación toda entera era de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas,
65 sin contar los siervos y siervas, en número de siete mil trescientos treinta y siete. Entre ellos había trescientos cantores y cantoras.
66 Tenían setecientos treinta y seis caballos, doscientos cuarenta y cinco mulos,
67 cuatro cientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.
68 Muchos de los jefes de familias, al llegar a la casa de Yahvé en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Yahvé, para reedificarla en el lugar en que había estado.
69 Dieron para el tesoro de la obra, según sus medios, sesenta y un mil dáricos de oro, y cinco mil minas de plata, y cien túnicas sacerdotales.
70 Los sacerdotes y levitas y las gentes del pueblo, los cantores, los porteros y los netineos se establecieron en sus ciudades. Todo Israel habitó en sus ciudades.

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Introducción a Esdras 

Times New Roman ;;; Riched20 5.40.11.2210;
Esdras-Nehemias.

Introducción.

Título.
Llámanse así por razón de que los protagonistas de los mencionados libros son Esdras y Nehemías. En el antiguo canon judío formaban un solo libro, que llevaba el título de Esdras; la misma unidad existía en los antiguos códices griegos (BSA) de los LXX, en los que ocupa el primer puesto el libro de Esdras A, que corresponde al III de Esdras, apócrifo, seguido de Esdras Â, ï sea de los libros canónicos de Esdras-Nehemías. Los Santos Padres dividieron el libro en dos, atendiendo a su argumento. Al primero llamaron Esdras, y Nehemías al segundo, por razón de las palabras de Neh 1:1. Esta división entró en el texto hebraico a partir de la edición de D. Bomberg (Venecia 1917). En la Vulgata se les llama 1 y 2 de Esdras.

Texto.
El libro fue escrito originariamente en hebreo en su mayor parte bien conservado en general, pero deficiente en cuanto a la transcripción de los nombres propios y números. En general, la lengua hebraica es decadente en cuanto a la gramática y sintaxis, principalmente en las partes que son propias del autor; menudean los aramaísmos. Dos pasajes están escritos en lengua aramaica, Esd 4:8-6:18; 7:12-26, sobre cuya índole disputan los autores. La versión griega se ha conservado en los códices BSA; fue hecha directamente del hebreo; de gran utilidad para la crítica textual es la revisión de Luciano. En general, el texto griego es inferior al hebreo (Kxos-Termann).

Argumento y división.
Tres son los temas principales que se desarrollan en el libro: i) Reconstrucción del templo (Esd c.1-6, menos 4:6-23). 2) Reparación de los muros de Jerusalén y repoblación de la misma (Esd 4:6-23; Neh c.1-13). 3) Bases jurídicas del judaismo (Esd c.7-19). A la restauración material, moral y religiosa de la comunidad hebraica se dedicaron los sionistas a partir del decreto de Ciro (538 a.C.)· Podríamos dividir el libro de Esdras en dos partes: i) Vuelta de los primeros cautivos bajo el caudillaje de Zorobabel (c.1-6), y 2) Caravana de repatriados conducidos por Esdras y reforma de costumbres (c.7-10). También el libro de Nehemías presenta una dob división: i) Nehemías llega a Jerusalén (c.1-7). 2) Reforma llevada a cabo por Esdras.

Autor.
Cada día toma más auge la sentencia de los que defienden que al principio los libros de Esdras y Nehemías formaban parte integrante de las Crónicas, siendo uno mismo el autor de unos y otros. Los que admiten esta unidad de autor insisten en las analogías; pero, si bien es verdad que entre estos libros es idéntico el espíritu de redacción, existen diferencia en cuanto al método empleado. La época de la redacción final es la de Alejandro Magno.

Documentos.
En la primera parte del libro de Esdras (1:1-6:22) hallamos una sección en hebreo y otra en aramaico (4:6-6:18). En la hebraica cabe distinguir dos documentos: i) edicto de Ciro (1:1-4), Que se reproduce en 6:3-5, y 2) elenco de repatriados (2:1-70), que, con ligeras variantes, se halla en la segunda (4:6-6:22), donde se incluyen los siguientes documentos: a) carta de los samaritanos a Artajerjes (4:7-16); b) respuesta del rey (4:17-22); c) carta de Tatnaí y Setar-Boznaí a Darío I (5:6-17), y a) contestación del monarca (6:3-12). El autor sagrado ha añadido a las mencionadas fuentes algunas indicaciones (4:7), las ha encuadrado en su contexto histórico (4:24-5:5), ha puesto una conclusión de índole histórica (6:13-18), terminando con una noticia sobre la celebración de la pascua (6:19-22). A las fuentes mencionadas cabe añadir, según algunos autores, otra, de origen hebraico en los dos primeros capítulos, visible, según dicen, en Esd 1:2-4; 8-11.
En la última parte del libro (c.7-10) aparecen las Memorias de Esdras. Según Lusseau, este documento representa la relación global de su memorial destinado a las autoridades persas (7:1-10:44). Es importante este documento por los datos cronológicos que encierra. En estas memorias se incluye una carta, en arameo, del rey Artajerjes a Esdras, sacerdote y escriba (7:11; 26).
Las Memorias de Nehemías abarcan desde Neh 1:1 hasta 12, 27-13-3; con la inserción de otros documentos contemporáneos (Neh 3:1-32; 11:4-19) y otro de origen más antiguo (7:6-72). El autor no siempre reproduce íntegramente las fuentes de que se sirve; algunas veces ha suprimido aquello que no interesaba y ha añadido algo que conducía a su fin (Neh 11:25-12:26; Neh 8:7-9; 9:4-5; 12:33-36); otras las ha resumido (Esd 4:6-7; 7:1-11) o retocado ligeramente o las ha desplazado de su contexto (Esd 4:6-6:18). Los capítulos Neh 8-10 interrumpen el discurso directo, desplazan la reforma material al terreno religioso y moral, reapareciendo la figura de Esdras. Su colocación plantea un problema no resuelto todavía.

¿Esdras-Nehemías, o a la inversa?
La lectura del libro supone que los acontecimientos se sucedie-°n según el orden cronológico actual de Esdras-Nehemías.
Este orden tradicional es puesto en tela de juicio por muchos autores recientes, católicos e independientes, siguiendo a Van Hoonacker, quienes proponen el siguiente curso de los acontecimientos·1) reconstrucción del templo por los repatriados con ocasión del edicto de Ciro (año 538; Esd 1:1-6:22); 2) en el año veinte de Artajerjes I Longimano (445-44) se dirige Nehemías a Jerusalén, emprendiendo el trabajo de reconstrucción de las murallas (comienzo de las 70 semanas del profeta Daniel, Dan 9:24-27); 3) al año séptimo del reinado de Artajerjes II Mnemone (404-358), es decir, el 398, llegó Esdras a Jerusalén para acometer la reforma religiosa (Esd 7:1-10:44). Sus argumentos tienen importancia, lo que explica el gran favor que ha encontrado esta inversión entre los autores católicos (Touzard, Renie, Ricciotti, Vandervost, Pelaia, Le-Maire-Baldi, etc.) e independientes. Pero no son decisivos. Es difícil, escribe Dhorme, pronunciarse sobre esta cuestión, que obligaría a reconsiderar toda la historia de la restauración hecha por Esdras y Nehemías. Según el espíritu del autor sagrado, el templo es antes que la ciudad, el sacerdote antes que el gobernador.
Podríamos amontonar razones en pro y en contra de esta debatida cuestión; nuestra posición coincide con la de Schneider al decir que se inclina más por la prioridad de Nehemías; pero, haciendo suyas unas palabras del P. De Vaux 1, añade: Sin embargo, no estoy todavía convencido de ello. Lemaire-Baldi y Pelaia confiesan que las razones aportadas para la prioridad de Nehemías no son apodícticas; tomadas aisladamente, pueden impugnarse; consideradas en su conjunto, tienen gran valor.

Historia profana del período Esdras-Nehemías.
Las noticias sobre la repatriación y reorganización de la comunidad judaica en Jerusalén por obra de Esdras y Nehemías corresponden a un marco histórico que tiene como término a quo el año 538 y como fin el reinado de Artajerjes II (404-358). El año 539, Ciro entró triunfante en Babilonia. Murió en 530, sucediéndole su hijo Cambises (530-522), que sometió a Egipto, achacándole Heródoto haberse dejado dominar allí por su locura sacrilega, noticia que confirma un texto de Elefantina en que se dice que destruyó todos los templos egipcios, excepto el de Yaho (Yahvé; Pritchard, 492).
A Cambises siguió Darío I (521-486), que unificó el imperio, construyó una red de caminos por todo el país, dividió el imperio en veinte satrapías, ensanchando sus límites. La quinta satrapía, llamada Abarnahara, comprendía Palestina, Fenicia, Chipre y Siria. Sucedióle Jerjes (485-464). Fue un rey muelle, afeminado, despótico y cruel. En el libro de Ester se da de él un retrato muy parecido a este que hemos mencionado de Heródoto. Fue asesinado en una revuelta de palacio, junto con su hijo Darío. Subió al trono Artajerjes I (464-424), con el sobrenombre de Longimano. A su muerte reinó su hijo Jerjes II, sólo por cuarenta y cinco días. Darío II (424-405), hijo de Artajerjes, siguió las inspiraciones de s mujer Parisatis. Del séptimo año de Darío (417) se conserva un texto del sátrapa de Egipto, Arsames, que señala a los judíos de la colonia de Asuán la manera de celebrar la pascua.
A él siguió Artajerjes II (404-358), llamado Mnemone. Tuvo que sofocar la revuelta de su hermano Ciro el Joven, a quien venció en la batalla de Kunaxa (401 a.C.). El año 404, Egipto consiguió la independencia, dando inicio la 28 dinastía. Los partidarios del orden Ne-hemías-Esdras colocan la misión de este último el año 398 a.C., en tiempos en que a la dinastía 28, de Amisteo, sucedió la 29, de Neferites I (398-392), contra la que combatía encarnizadamente Artajerjes. ¿Era buena esta fecha para autorizar la repatriación de numerosos judíos capitaneados por Esdras?
Esta rápida ojeada histórica confirma que la historia bíblica y profana corren paralelas, sin desacuerdos ni antinomias.

Los judíos en el imperio persa.
Los judíos marcharon al destierro por última vez el año 587 por orden de Nabucodonosor. En un principio fueron recluidos en campos de concentración, de donde fueron sacados para dedicarse a trabajos de construcción, de canalización y riegos agrícolas. Estableciéronse en lugares cercanos a Babilonia, junto al río Kebar, en Tell Abib (Ez 3:15) y otros lugares de la región de Nippur. Acudían a Babilonia en busca de trabajo o se afincaban en el campo dedicados a la explotación agrícola (Ez 3:15-23). Pronto gozaron de relativa libertad de movimientos, autorizándoseles enviar cartas a Palestina (Jer c.29; 51:59; Neh 1:1ss), agruparse y gobernarse por sus ancianos (Jer 29:1; Ez 8:1; 14:1). Con el tiempo, la fortuna sonrió a no pocos, que atesoraron grandes riquezas, ocuparon elevados cargos, mientras otros vivían en la indigencia. Se han conservado los archivos de la familia Murashu, que en tiempos de Artajerjes I y Darío II dedicábase a operaciones bancarias, al comercio, administración de bienes, etc.2. Con abundantes medios de vida en Babilonia, se comprende que muchos se negaron a repatriarse llegado el momento de la libertad en tiempos de los persas.
La administración persa mostróse liberal con los pueblos subyugados por Babilonia, a los que se autorizaba gobernarse según sus propias leyes. Los primeros gobernadores de los repatriados pertenecían a la dinastía davídica.

Renovación religiosa.
Fue el exilio una dura prueba para Israel (Jer 31:15). Corría peligro de que al contacto con los pueblos paganos perdiera su peculiaridad religiosa, su sentimiento de pertenencia a Yahvé y de que Denegara de un Dios que, en concepto de algunos, no fue capaz de liberarlo de manos de Nabucodonosor. Pero la actividad de los profetas, sobre todo Jeremías y Ezequiel, salvó al pueblo en esta Coyuntura trágica. Israel supo reaccionar favorablemente. Ezequiel fue el promotor de las grandes corrientes religiosas existentes despues del exilio: separación total del mundo pagano, estudio de 1 Ley. Las almas encontraban asimismo una literatura tonificante en el oráculo de Is c.40-55, que, a causa de sus predicciones mesiánicas, excitaban también el patriotismo. Con el exilio nace el judaísmo y se constituye el Estado-Iglesia 3.
Los repatriados iniciaron su vida según las Escrituras, que, por obra de Esdras, se comienzan a codificar, formando el canon de las Escrituras sagradas. En toda la literatura sagrada, mosaica y profética, coleccionada en esta época se encontraba la respuesta de Israel a la revelación divina. Restauróse el altar de los sacrificios, el templo y la ciudad santa; Israel surgía con espíritu y corazón nuevos (Ez 6:9; 11:19) Y reanudaba su alianza con Dios (Ez 11:20; 14:11).

Doctrina religiosa.
Los judíos que habitaban en Babilonia no se desentendieron de sus hermanos que en Judea ponían las bases del nuevo Estado de Israel. Zorobabel, Esdras y Nehemías fueron hombres providenciales, instrumentos de que se sirvió Dios para despertar la conciencia de su pueblo escogido. Sometido Israel al dominio persa, no trató de sacudir su yugo, proclamar su independencia nacional, sino que centró todas sus actividades en torno al templo y a la sombra de los muros de la ciudad santa. La Ley será su norma de fe y costumbres; de su meditación y estudio surgirán diversas leyes encaminadas a separar, segregar al pueblo escogido de las gentes del país y obligarle a un comportamiento escrupuloso de las leyes de la teocracia. Quienes se negaban a acatarlas eran separados de la comunidad. Israel se agrupa en torno a un solo Dios, a un único templo servido por sacerdotes y levitas. En las sinagogas empezó a leerse la Ley y los Profetas, con lo que se recuerda constantemente al pueblo sus deberes religiosos. Un cuerpo de escribas se entrega al estudio de la Escritura. Es una época de renovación espiritual silenciosa, pero eficaz.

1 RB 63 (1956) 423-427.
2 G. Cardascia, Les Archives de Murashu (París 1951).


Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Esdras  2,1-70

Regreso a la patria (2:1).
1 Estos son los de la provincia que volvieron del destierro, de los que había llevado cautivos a Babilonia Nabucodonosor, rey de Babilonia, y tornaron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad.

Con la palabra provincia (medinah) se quiere establecer la distinción entre los judíos de la cautividad y los que habitaban en Palestina. El término medinah corresponde en sentido amplio al de región (Lam_1:1; Eze_19:8; 1Re_20:14-17). En sentido estricto da a entender el texto que Judea estaba constituida en provincia autónoma, independiente de Samaría, gobernada por un peha, lo cual no tuvo lugar antes de Darío I (522-486). En el texto hebraico se emplean dos palabras casi sinónimas para designar el destierro: shebi, golah. El primero se toma en sentido abstracto (1Re_3:8; 1Re_8:35), es decir, refiriéndose a la situación en que se hallaba Israel, la cautividad; mientras que el segundo puede entenderse, o bien del sitio, o bien de los desterrados (1Re_6:19-20; 1Re_8:35; 1Re_9:4). Por lo dicho se ve que los repatriados se llamaban bene hammedinah, en cuanto se hallaban ya en Judá, y bene haggolah, en cuanto habían estado en el destierro (Fernández). El texto hace referencia exclusivamente a los deportados en tiempos de Nabucodonosor. Cada uno tornó a Jerusalén y a Judá, según eran o no sacerdotes. Estos últimos, por razón de sus funciones en el templo, habitaban en la Ciudad Santa y en sus alrededores. Los laicos marcharon cada uno % su ciudad natal. La llegada de los repatriados y su afincamiento en el territorio no fue nada fácil. Algunos encontraron sus casas destruidas, sin aperos de labranza, con los campos abandonados las cuadras vacías; pero otros ni siquiera les fue dado regresar a sus hogares ni ocupar sus campos, por haber pasado a poder de judíos que quedaron en Palestina o que habían pasado a ser propiedad de los paganos que se establecieron en Judea. Con tesón y dinero pudieron los repatriados volver a sus heredades, lo que hicieron los sionistas modernos al establecerse en Palestina amparados por la ley Balfour.

Jefes de expedición (1Re_2:2a).
2a Partieron con Zorobabel: Josué, Nehemías, Seraya, Ráelayas, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigraí, Rejum y Baana.

Esta misma lista aparece, con ligeras variantes, en Neh_7:7; Neh_7:3 Esd_5:8. Zorobabel no es el mismo personaje queSesbasar. En estos dos últimos libros se añade el nombre de Najamani entre Raelayas (Nehemías: Raamías) y Mardoqueo, que en 2 Esdr es llamado Euenius. Con este número doce (once en nuestro texto) se quiere aludir a las doce tribus de Israel, aunque solamente se repatriaran familias de las de Judá y Benjamín (Esd_6:17; Esd_8:35). El jefe de la expedición es Zorobabel, a causa de sus cualidades y por ser descendiente del rey Joaquim (Vulgata: Jeconías), en la línea de David (1Cr_3:17-19). Josué era hijo de Josadac (1Cr_5:2; Age_1:1; Age_1:1 Grón 6:14) y sobrino de Sarayas, el último sumo sacerdote del templo, muerto en Ribla, en tierras de Harnat, por Nabucodonosor (2 Re 25; 18-21). De regreso a Jerusalén ejerció las funciones sacerdotales (3:2; 5:2). No parece que el personaje al que se llama Nehemías deba identificarse con el autor del libro que lleva su nombre. El padre de Esdras es llamado Serayas (7:1); en la lista de Neh_7:7, en vez de Seraya, leemos Azaría. Raelayas (Neh_7:7 : Raamías) sólo es conocido por su nombre. Mardoqueo lleva un nombre derivado del dios babilónico Marduk; es distinto del Mardoqueo del libro de Ester.

1 RB 63 (1956) 423-427-
2 G. Cardascia, Les Archives de Murashu (París 1951).
3 Ciencia Tomista, Ant. lud. 11:1:2.
4 (1914-15) 353-374-
5 Batten, 61. Defienden la autenticidad del decreto: R. De Vaux, Les décvets de y et de Darius: RB 46 (1939) 27-57; J. Bickermann, The Edict of Cyrus in Ezra I: JBL 05 (1946) 249-275-
6 Les institutions ? 17-43 .
7 Ant. lucí. 11:1:4.


Lista de Repatriados.
En el elenco de los que regresaron del exilio se observa un orden riguroso. Se mencionan en primer término los laicos (2:2-35), siguen los sacerdotes (v.36-39), los levitas (v.4o), cantores (v.41-42), porteros (v.42), netineos (v.43-54), hijos de los siervos de Salomón (v.55-58), los de origen israelita dudoso (v.59-63), suma total (v.64-67).

Laicos repatriados (2:2b-35).
2b Número de los hijos del pueblo de Israel: 3 Hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos. 4 Hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos. 5 Hijos de Araj, setecientos setenta y cinco. 6 Hijos de Pajat Moab, de los hijos de Josué y de Joab, dos mil ochocientos doce. 7 Hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. 8 Hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco. 9 Hijos de Zacaí, setecientos sesenta. 10 Hijos de Baní, seiscientos cuarent y dos. 11Hijos de Bebaí, seiscientos veintitrés.12 Hijos de Azgad, mil doscientos veintidós. 13 Hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis. 14 Hijos de Bigvaí, dos mil cincuenta y seis. 15 Hijos de A din, cuatrocientos cincuenta y cuatro. 16 Hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho. 17 Hijos de Besaí, trescientos veintitrés. 18 Hijos de Jora, ciento doce. 19 Hijos de Jasún, doscientos veintitrés. 20 Hijos de Gibar, noventa y cinco. 21 Hijos de Betlehem, ciento veintitrés. 22 De las gentes de Netofa, cincuenta y seis. 23 De las gentes de Anatot, ciento veintiocho. 24 Hijos de Asmavet, cuarenta y dos. 25 Hijos de Quiriat-Jearim, Que-fira y Beerot, setecientos cuarenta y tres. 26 Hijos de Rama y Gueba, setecientos veintiuno. 27 De las gentes de Mijmas, ciento veintidós. 28 De las gentes de Betel y Hai, doscientos veintitrés. 29 Hijos de Nebo, cincuenta y dos. 30 Hijos de Megbis, ciento cincuenta y seis. 31 Hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. 32 Hijos de Jarim, trescientos veinte. 33 Hijos de Lod, Jadid y Ono, setecientos veinticinco. 34 Hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco. 35 Hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta.

En la larga lista de los laicos repatriados, diecisiete de ellos se citan con el respectivo nombre de familia; otros veintiuno, según el lugar de donde eran oriundos. A los diecisiete primeros se les llama hijos de (bene) Paros, etc., según el nombre de su familia o clan; los veintiuno restantes son conocidos por hombres de (anse) Gibar, etc., según las respectivas localidades de donde eran oriundos. En el primer caso, escribe Gelin, se refiere el autor a familias pertenecientes al proletariado (dalat haares); en el segundo, a los de posición confortable (am haares) 1. Los límites geográficos de las localidades citadas en el v.20-35 se ciñen al reducido territorio comprendido entre Betel y Hai, al norte; Belén y Netofa, al sur; entre Lod y Jericó, al este y oeste respectivamente.
Abren el elenco los hijos de Paros, clan que reaparece en 8:3; 10:25; Neh_3:25; Neh_10:5. El nombre significa Pulga y se ha encontrado en letras fenicias en un sello antiguo (DB 5:219). En el v.6 hablase de los hijos de Pahat Moab. ¿Debe entenderse como nombre propio o en el sentido de gobernador (peha) de Moab? Es probable que algún personaje de esta familia ejerciera durante la dominación asiría el cargo de gobernador de Moab (1Cr_4:22). Podemos suponer que el personaje que se esconde bajo las palabras pahat moab fuera tan conocido que no necesitaba ser nombrado con su nombre. De sus descendientes se habla en 8:4; 10:30; Neh_3:11; Neh_10:15. Sus hijos se ramificaron en dos familias, la de Josué y la de Joab (Neh_7:11). De Elam (1Cr_8:24) se habla nuevamente en el v.31: Hijos del otro Elam. Según Batten, es un caso de repetición accidental.
En la lista por localidades ofrece el texto ciertas particularidades. En vez de Gibar parece recomendarse la lectura de gibeon (Neh_7:25), La ciudad de Gabaón, la actual el-Djib, a unos diez kilómetros al noroeste de Jerusalén. En contra de esta identificación puede invocarse el hecho de que en la lista se empieza con las ciudades del sur terminándose con las del norte. En caso de tratarse de Gabaón, está el versículo desplazado de su lugar de origen. Belén pertenecía a la tribu de Judá Que 17:7; 1Sa_17:12), a diferencia del otro Belén, en Galilea, que pertenecía a la de Zabulón (Jos_19:15). El poblado de Netofa no se ha identificado plenamente. Algunos (Kos, Abel) lo emplazan en Jirbet Bedd Faíuh, a unos cuatro kilómetros al sudeste de Belén; otros (Fernández) lo buscan en Umm Tuba, al nordeste de la mencionada ciudad, o en Ramal Raheí, a cuatro kilómetros al sur de Jerusalén (Ubach). De Netofa era Marai, héroe de David (2Sa_23:28). Anatot es la patria de Jeremías (Jer_1:1), a unos cuatro kilómetros al norte de Jerusalén. Era una residencia sacerdotal (Jos_21:18; 1Cr_6:60). Azmavet (Bet-Azmavet, Neh_7:28) se hallaba a tres kilómetros al norte de Anatot (Neh_12:29), en el lugar conocido actualmente por Hizma. Conocida es la ciudad de Quiriat-Jearim (Jos_9:17; Jos_15:9, etc.), que se identifica con el actual Abu Gosh, a catorce kilómetros al oeste de Jerusalén. Quefira (Jos_18:26) es el actual Jirbet Kefire, a tres kilómetros al norte del anterior. En cuanto a Beerot (Jos_18:28), se identifica con Tell el-Nasbe (Fernández) o con el Bire, a doce o dieciséis kilómetros, respectivamente, al norte de Jerusalén.
Pertenecía Rama a la tribu de Benjamín (Jos_18:25), así como Gueba (Jos_18:24). Famosas son las localidades de Betel (Gen_28:19) y Hai (Jos_8:1-28), Beitin y et-Tell, respectivamente, de nuestros días, al norte de Jerusalén. Debe distinguirse el poblado de Nebo (Nob, Beit Nuba, Niba) de la ciudad homónima de la tribu de Rubén (Num_32:3; Num_32:38). Hemos hablado de la expresión el otro Elam. Tanto a éste como al que se menciona en el v.7 se asignan mil doscientos cincuenta y cuatro repatriados. Según unos (Pelaia), es nombre de persona; para otros (Fernández), de lugar. Dígase lo mismo de Jarim; en el v.39 reaparece el nombre como perteneciente a familia sacerdotal. Del extremo occidental de Judá se cita Lod (Neh_11:31-35), la actual Lidda, Ludd, y Ono (1Cr_8:12; Neh_6:2), el actual Kefr Ana, entre Lidda y Jafa, a unos ocho kilómetros al noroeste del primero. Por el este se menciona Jericó (Deu_37:3; Jos_6:1ss). Senaa debe encontrarse en los alrededores de Jericó (Neh_3:3), identificándose con Magdalsenna o Sheik Terimi, a unos once kilómetros al norte de la mencionada ciudad. Para Batten trátase de un nombre personal.

Lista de sacerdotes (Neh_2:36-39).

36 Sacerdotes: Hijos de Jedaya, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres. 37 Hijos de Immer, mil cincuenta y dos. 38 jos de Pasjur, mil doscientos cuarenta y siete. 39 Hijos de Jarim mil diecisiete.

Los sacerdotes de la primera caravana ascendían a cuatro mil doscientos ochenta y nueve, repartidos en cuatro familias. Los de Jedaya, Immer y Jarim representan la segunda, la dieciséis y la tercera de las veinticuatro clases sacerdotales de David (1Cr_24:7-18). No se especifica si son o no familias sadocitas. Propiamente los sacerdotes hijos de Jedaya descendían de la familia de Josué, que ejercía el cargo de sumo sacerdote en tiempos de la vuelta a la patria. Cinco de los descendientes de Jarim habían contraído matrimonio con mujeres extranjeras (Esdr 10:21). Como puede observarse, dieron los sacerdotes ejemplo de valor al presentarse como voluntarios para regresar a la patria.

Levitas, cantores y porteros (2:40-42).

40 Levitas: Hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Odavías, setenta y cuatro. 41 Cantores: Hijos de Asaf, ciento veintiocho. 42 Porteros: Hijos de Salum, hijos de Ater, hijos de Taimó, hijos de Acub, hijos de Jetita, hijos de Sobaí, todos ciento treinta y nueve.

Trátase de tres familias distintas de levitas: Jesúa, Cadmiel y Odavías (3:9; Neh_9:5). Del primer texto parece deducirse que de Odavías se pasaba a Cadmiel. Gelin traduce: Los hijos de Josué, a saber, Cadmiel, Binnoni (3 Esdr 5:26), Odavías. Pocos fueron los levitas que regresaron, porque, habiendo disminuido su dignidad en la perspectiva deuteronómica y de Ezequiel (Eze_44:9-14), tuvieron pocos deseos de regresar (Eze_8:15). Puede darse también que fueran pocos los levitas deportados por pertenecer a una clase social pobre (dalat haares), que no interesaba al vencedor en 587 (Gelin, Ubach).
Además de los levitas propiamente dichos, que ayudaban a los sacerdotes en el servicio del templo, existían los cantores, cuyo oficio era acompañar con instrumentos músicos los cantos litúrgicos (Neh_12:24-30; 1Cr_9:33-34; 1Cr_15:16). David los había distribuido en veinticuatro clases bajo la dirección de Asaf, Hernán y Jedutún (1Cr_15:16-17; 1Cr_25:1). Constituían los porteros la tercera categoría de los levitas (Neh_10:24-26; Neh_13:22; 1Cr_9:17-26; 2Cr_8:4). Su oficio consistía en guardar las puertas de la casa de Yahvé y de la casa de la tienda (1Cr_9:23). Recogían las limosnas que se ofrecían para el templo (2Re_22:4). Tres de los mencionados aparecen también juntos en otros textos (Neh_12:25; 1Cr_9:17). En Jeremías se habla de Maasías, hijo de Salum, el guarda del vestíbulo (1Cr_35:4). Un levita llamado Acub aparece en Neh_8:7 interpretando la Ley al pueblo. De las palabras del Sal_84:11 : Prefiero estar a la puerta de la casa de mi Dios a morar en las tiendas de iniquidad, deduce Batten que este oficio debía ser considerado como una persona humilde.

Los netineos (Sal_2:43-54).

43 Netineos: Hijos de Šija, hijos de Jasufa, hijos de Tabaot 44 hijos de Queros, hijos de Sía, hijos de Fadón, 45 hijos de Lebana, hijos de Jagaba, hijos de Acub, 46 hijos de Jagab, hijos de Sanlaí, hijos de Janón, 47 hijos de Guidel, hijos de Gajar hijos de Reaya, 48 hijos de Resín, hijos de Necoda, hijos de Gazam, 49 hijos de Uza, hijos de Paseaj, hijos de Besaí, 50 hijos de Asena, hijos de Meunim, hijos de Nefasim, 51 hijos de Bacbuc hijos de Jacufa, hijos de Jarjur, 52 hijos de Baslut, hijos de Me-jida, hijos de Jarsa, 53 hijos de Barcos, hijos de Sisera, hijos de Tamaj, 54 hijos de Nesiaj, hijos de Jatifa.

Descendían los netineos de los prisioneros de guerra que Josué destinó a cortar leña y a sacar el agua para la asamblea y para el altar de Yahvé (Jos_9:27). Propiamente su institución se remonta a David (Esdr 8:9), que los sometió a las órdenes de los levitas, ayudándoles en los trabajos más humildes de cortar leña, acarrear agua, barrer el santuario, etc. Ya desde Moisés (Num_31:47) disponían los levitas de prisioneros como ayudantes. Su mismo nombre en hebreo, Netinnim, y en griego, oí dedomenoi, significa los donados, los oblatos. Estos nombres reciben también en algunas órdenes religiosas los que entran en religión con el fin de ocuparse en trabajos ordinarios y humildes. Tanto el libro de Esdras (Num_2:43-58-70; Num_7:7-22; Num_8:17-20) como el de Nehemías (Num_3:26-31; Num_7:46-60-73; Num_10:29; Num_11:3-21) dan mucha publicidad a estos abnegados trabajadores que regresaron del exilio para continuar su tarea al servicio del templo. En los hijos de Meusim ven algunos autores a descendientes de los maonitas o míneos, que venció el rey Azarías y puso al servicio del templo (1 Grón 4:41; 2 Grón 26:7). Los Nefasim acaso sean descendientes de la tribu ismaelítica de Nafis (Gen_25:15-16).

Los siervos de Salomón (Gen_2:55-58).

55 Hijos de los siervos de Salomón: hijos de Sotaí, hijos de Soferet, hijos de Peruda, 56 hijos de Jaala, hijos de Darcón, hijos de Gudel, 57 hijos de Sefatías, hijos de Jatil, hijos de Pogueret, Asebaim, hijos de Arní. 58 Todos los netineos e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.

Con este nombre se designan los descendientes de los amorreos, jéteos, fereceos, de los jeveos y de los jebuseos que habían quedado en Palestina y que los hijos de Israel no habían podido dar al anatema. A todos obligó Salomón a prestación personal (1Re_9:21-22), a la manera como hacían los netineos (Neh_11:3).

De origen y dignidad indefinidos (Neh_2:59-63).

59 Estos son los que subieron de Tel Mela, Tel Harsa, Querub, Addán e Immer, sin poder dar Tazón de su casa paterna y de su estirpe para probar que eran de Israel. 60 Hijos de Delaya hijos de Tobías, hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos. 61 Y de los hijos de los sacerdotes, hijos de Abaya, hijos de Cos, hijos de Barzilai, que tomó por mujer a una de las hijas de Bar-zilai, galadita, y fue llamado con el nombre de ellos; 62 éstos buscaron sus registros genealógicos, pero no los hallaron y fueron excluidos del sacerdocio, 63 y el gobernador les prohibió comer las cosas santas mientras un sacerdote no consultase los urim y tummim.

Algunos laicos no pudieron presentar pruebas de su pertenencia al pueblo judío, a pesar de llevar algunos de ellos nombres israelitas y yahvistas. Tampoco pudieron demostrar su ascendencia sacerdotal algunos que se preciaban de serlo. Por precaución, el gobernador les prohibió comer las cosas santas mientras un sacerdote no consultase los urim y tummim (1Sa_14:41; Exo_28:30; Lev_8:8; Num_27:21; Deu_33:8), o sea, las suertes que llevaba en su pectoral el sumo sacerdote. Todos ellos procedían de cinco localidades babilónicas no identificadas. Puede darse que estos hombres fueran prosélitos o descendientes de matrimonios mixtos.
De entre los tres grupos pertenecientes al sacerdocio se citan Abaya, Cos, Barzilai. Sabemos que fue Cos el jefe de la séptima clase de los sacerdotes (1Cr_24:10). Hablase de Barzilai en 2Sa_17:27; 2Sa_19:32-39, por ser bienhechor y favorito de David. Una hija suya contrajo matrimonio con un sacerdote, del cual se desconoce el nombre. A causa de querer conservar el nombre de tan gran personaje, o porque, habiéndose extinguido la línea del padre, pasó la herencia a las hijas, perdióse el nombre del sacerdote, adoptando sus descendientes el de la madre. Puede darse muy bien que la hija de Barzilai hubiera sido la heredera (Num_36:1-13). Con los sacerdotes procedióse con rigor, tomándose todas las precauciones para no autorizar el uso de los privilegios a unos individuos que no podían acreditar sus títulos. El tirsata, o sea el gobernador (Neh_7:65-70; Neh_8:9; Neh_10:2), tomó cartas en el asunto. La solución definitiva de esta cuestión dejóse para un tiempo en que el sacerdote consultase a Dios sirviéndose de las suertes urim y tummim. Después del exilio cayeron en desuso; sin embargo, del texto cabe inferir que existía la esperanza de que entrarían de nuevo en acción una vez reconstruido el templo. Según el Talmud (Yoma 21:2), faltaron cinco cosas al nuevo templo: el arca de la alianza, el fuego celestial, los urim y tummim, la shekinah o presencia divina y el aceite santo.

Suma total (2:64-67).

64 La congregación toda entera era de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, 65 sin contar los siervos y siervas, en número de siete mil trescientos treinta y siete. Entre ellos había trescientos cantores y cantoras. 66 Tenían setecientos treinta y seis caballos, doscientos cuarenta y cinco mulos, 67 cuatro cientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.

El término hebraico qahal significa la comunidad o congregación que formaban los que se habían ofrecido voluntariamente a regresar a la patria. El término indica un cuerpo organizado, lo cual no es estorbo para extenderlo a esta multitud pronta para partir. En el texto se habla de cantores y cantoras, lo que pone de relieve la existencia de agrupaciones que tenían por misión alegrar con sus cantares los banquetes o acompañar con sus lúgubres acentos las ceremonias funerarias. Algunos exegetas encuentran exagerado el número de camellos con relación a unos pobres exilados. Pero, dado el interés que puso el rey en formar el primer contingente, el interés de la vecindad, persa y judía, por dotar de todo lo necesario a los que partían, se comprende que tenían necesidad de muchos animales de carga. Además, iban en la caravana mujeres y niños, que no podían andar a pie largo trecho. Tampoco parece cierto que los repatriados fueran todos pobres.

Ofrendas para el templo (2:68-70).
68 Muchos de los jefes de familias, al llegar a la casa de Yahvé en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de Yahvé, para reedificarla en el lugar en que había estado. 69 Dieron para el tesoro de la obra, según sus medios, sesenta y un mil dáricos de oro, y cinco mil minas de plata, y cien túnicas sacerdotales. 70 Los sacerdotes y levitas y las gentes del pueblo, los cantores, los porteros y los netineos se establecieron en sus ciudades. Todo Israel habitó en sus ciudades.

Quería Ciro que los judíos se repatriasen, con la finalidad de reconstruir cuanto antes el templo de Yahvé en Jerusalén. Al llegar allí la primera expedición encontró el templo convertido en un montón de escombros. Impresionados por ello, y antes de pensar en el establecimiento propio, hicieron cuantiosas limosnas, en metálico y en especie. La moneda persa dracma o dárico (8:27) equivalía aproximadamente a una libra esterlina. Según cálculos, la suma recaudada monta a medio millón de dólares, enorme suma, que estas gentes no podían entregar (Batten). La mencionada cantidad procedía en parte de los donativos de los ricos judíos de Babilonia. También entre los modernos sionistas prevalece el inmigrante de clase modesta; pero, sin embargo, la banca judía mundial provee a los repatriados de lo necesario y les entrega enormes sumas pan la transformación del territorio que debe ser el Hogar judío. Un vestido sacerdotal completo constaba de unos pantalones, túnica con mangas hasta los pies, cíngulo y turbante para la cabeza.


1 Würthwein, Der amm ha arez irn Alten Testament (Stuttgart 1936); S. Zeitlin, "e Am haarez: Jor 23 (1932-33) 45-61; E. Klamroth, Die Jüdischen Exulanten in Babylonio (.Leipzig 1912) p. 99 10-1

¿Hubo una Repatriación en Tiempos de Ciro?
Algunos críticos independientes dudan de la autenticidad de las listas de repatriados que acabamos de ver. Sus razones, en síntesis, son: 1) Número excesivo de ellos. 2) No se comprende el cese del sacerdocio antes de la reconstrucción del templo. 3) Hablar de la provincia (hammedinah) de Judea en tiempos de Ciro es anacrónico. 4) El término qahal significa una asamblea o comunidad de hombres ya organizada. 5) Nada dicen los profetas Ageo y Zacarías de una repatriación anterior al año segundo del rey Darío (520 a.C.).
A esto cabe responder: 1) Los repatriados suman, en cifras redondas, unos cincuenta mil, número muy insignificante si tenemos en cuenta el número de deportados en los años 598-597 y 587-586 (2Re_24:13-16; 2Re_25:11-12). Según Van Hoonacker, el número global de deportados en los mencionados años sobrepasaba con mucho los doscientos mil hombres. 2) No cabe invocar el testimonio Deu_2:62; Neh_7:64, para decir que los sacerdotes no ejercían sus funciones sagradas. únicamente se deduce de dichos textos que se mantenían alejados provisionalmente del ministerio los que no podían justificar su genealogía sacerdotal. 3) Hemos visto que la palabra medinah puede tener un sentido amplio de región, como aparece en los textos ya mencionados. 4) El vocablo qahal, además de significar comunidad organizada, admite otros más genéricos de cualquier muchedumbre de hombres (Gesenius; Jer_31:8; Jer_44:15; Eze_16:40; Eze_23:46-47; Eze_27:27; Eze_32:22-23).
En cuanto a lo de Ageo y Zacarías, cabe decir que no era conveniente recordar a los judíos de tiempos de Darío el intento fallido de restaurar el templo. Pero Ageo alude a una vuelta del destierro, al decir: A causa de mi casa, que está en ruinas, mientras que vosotros andáis corriendo cada cual hacia su propia casa (Eze_1:9), palabras que indican celo en los repatriados para reconstruir sus casas, olvidando la de Yahvé. En cuanto a Zacarías (Eze_6:9-15), dice Van Hoonacker: Zacarías afirma en términos explícitos que la gola, los judíos vueltos de Babilonia, están ya establecidos en Judea. En conclusión: la historicidad de las listas de los repatriados en tiempos de Ciro (Esdr 2:2-70; Neh_7:7-22) va afianzándose cada día más.