Jeremías  48 Sagrada Biblia (Nacar-Colunga, 1944) | 47 versitos |
1 Sobre Moab. Así habla Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de Nebo! Está devastada. Confundida y conquistada está Quiriatayim, confundida y derruida la ciudadela.
2 ¡No existe ya la gloria de Moab! ¡En Hesebón se trama su mal! “¡Ea! ¡Borrémosla de entre los pueblos!” ¡También tú, Madmen, sucumbirás! ¡Tras ti caminará la espada!
3 Gritos se oyen de Joronáyim, devastación, ruina inmensa.
4 Moab está quebrantada, los alaridos se oyen hasta Segor4.
5 Por la subida de Lujit se sube con llanto, por la bajada de Joronáyim se oyen gritos de angustia.
6 Huid, salvaos, sed como el onagro en el desierto.
7 Por haber puesto tu confianza en tus obras y tus tesoros, también tú serás tomada. Saldrá Gamos para el destierro, y con él sus sacerdotes y sus magnates.
8 Entrará el devastador en todas las ciudades, ninguna se salvará, El valle será arrasado; el llano, devastado. ¡Yahvé lo ha dicho!"
9 Dad alas a Moab para que emprenda el vuelo. Sus ciudades se convertirán en desierto, sin que haya quien las habite.
10 ¡Maldito el que ejecute negligentemente la obra de Yahvé, y maldito quien retraiga la espada de la sangre!
11 Tranquilo estuvo Moab desde su adolescencia, reposado sobre sus heces; no había sido trasegado de tinaja en tinaja, llevado al destierro. Por eso conservó su gusto y no se disipó su aroma."
12 Por eso ahora vienen días, dice Yahvé, en que yo le mandaré trasegadores que le trasegarán, que vaciarán sus tinajas y las romperán.
13 Y se avergonzará Moab de Gamos como la casa de Israel se avergonzó de Betel, su confianza.
14 ¿Cómo decíais: Somos valientes, hombres fuertes para la lucha?
15 El devastador de Moab sube contra tus ciudades, la flor de su juventud baja para la matanza. Oráculo del Rey, Yahvé de los ejércitos es su nombre.
16 Ya se acerca la ruina de Moab, y su mal corre velozmente.
17 Lloradle todos sus vecinos; todos los que por la fama le conocéis, decid: ¿Cómo ha sido roto el cetro poderoso, el báculo glorioso?"
18 Desciende de tu magnificencia y siéntate en el cieno, moradora hija de Dibón, que ya sube contra ti el devastador de Moab, que arrasará tus fortalezas.
19 ¡Sal al camino y atalaya, habitante de Aroer! pregunta a los huidos, a los que se han salvado; diles: “¿Qué pasó?”
20 Avergonzado está Moab, ha sido derrotado. Clamad, gritad. Anunciadlo en el Arnón: ¡Moab está devastado!
21 Ha venido el juicio sobre el país de la meseta, sobre Jolón, sobre Yahasa, y sobre Mefaat,
22 y sobre Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-Diblataim,
23 sobre Quiriat-Yearim, sobre Bat-Gamul, sobre Bet-Mehón,
24 sobre Queriot y sobre Bosra, y sobre todas las ciudades de la tierra de Moab, cercanas y lejanas.
25 El cuerno de Moab ha sido abatido, roto ha sido su brazo, oráculo de Yahvé.
26 Emborrachadle, pues se alzó contra Yahvé. Y Moab se revolcará en su vómito, convirtiéndose en objeto de burla.
27 ¿No te burlabas de Israel? ¿Ha sido acaso sorprendido entre ladrones para que al hablar de él muevas la cabeza ?
28 Abandonad las ciudades y habitad en las rocas, habitantes de Moab, y sed como la paloma que anida al borde de los precipicios.
29 Hemos oído de la soberbia de Moab, jactanciosa sobremanera de su orgullo, su altanería, su arrogancia, de la altivez de su corazón.
30 Yo conozco su jactancia — oráculo de Yahvé — , sus vanas bravatas, sus fútiles obras.
31 Por eso me lamento por Moab, y clamo por Moab todo, y gimo por las gentes de Quir-Jeres;"
32 más que por Yaser, lloro por ti, viña de Sibma. Tus sarmientos atravesaron el mar y se extendían hasta Yaser. Sobre tu cosecha y tu vendimia ha caído el devastador.
33 Huyeron el regocijo y la alegría de los vergeles y campiña de Moab. Yo he vaciado el vino de tus tinajas; no pisará ya más el lagarero. La canción ya no es canción."
34 Los alaridos de Hesebón llegan hasta Elalé, hasta Yahsa lanzan su voz, desde Soar hasta Joronáyim, hasta Eglat-Selisiya, pues también las aguas de Nimrim se convierten en desolación.
35 Yo haré desaparecer de Moab — oráculo deYahvé — al que sube al lugar alto a ofrecer incienso a sus dioses.
36 Por eso mi corazón suspira como una flauta por Moab, por las gentes de Quir-Jeres, por la pérdida de cuantos bienes habían adquirido.
37 Toda cabeza ha sido rapada, toda barba rasurada; sobre todas las manos hay incisiones, y sobre los lomos sacos."
38 Sobre todos los terrados de Moab y en sus plazas no hay más que llantos, porque he roto a Moab como se rompe un cacharro enojoso, oráculo de Yahvé.
39 ¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Lamentaos! ¡Cómo volvió Moab las espaldas vergonzosamente! Se convertirá en objeto de burla y de espanto para cuantos le rodean.
40 Pues así habla Yahvé: He aquí que viene volando como el águila y extiende sobre Moab sus alas.
41 Las ciudades han sido tornadas, asaltadas sus fortalezas, y entonces el corazón de los guerreros de Moab será aquel día como el corazón de mujer en parto.
42 Y dejará Moab de ser una nación por haberse alzado contra Yahvé.
43 Terror, hoya y red contra ti, moradora de Moab, oráculo de Yahvé.
44 El que escape al terror, caerá en la hoya; el que se libre de la hoya, será cogido en la red. Yo haré venir todo esto contra Moab el año de su castigo, oráculo de Yahvé."
45 Se detienen a la sombra de Jesebón, extenuados por la fuga; pues fuego sale de Jesebón, y llamas de en medio de Sijón, y devora las sienes de Moab, la coronilla de los tumultuosos."
46 ¡Ay de ti, Moab! Perdido estás, pueblo de Gamos. Tus hijos han sido tomados cautivos, y tus hijas en cautiverio.
47 Pero al fin de los días yo haré volver a los cautivos de Moab, oráculo de Yahvé. Hasta aquí el juicio de Moab.

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Introducción a Jeremías 

Times New Roman ;;;;
Jeremías.

Introducción.

Vida del Profeta.
Jeremías (en heb. Yirmeyahu: Yahvé exalta?) aparece en la introducción histórica a sus oráculos como hijo de Releías, del linaje de los sacerdotes que habitaban en Anatot, 1 la actual Anata, a unos cuatro kilómetros al nordeste de Jerusalén, camino del desierto, que era también la patria del sumo sacerdote Abiatar, 2 a cuya familia sacerdotal podía pertenecer el profeta. Cuando era aún muy joven, en el año 13 del reinado de Josías (627 a.C.), fue llamado al ministerio profético, 3 que ejerció durante los reinados de este rey y de sus sucesores Joacaz (609), Joaquim (609-598), Joaquín o Jeconías (598) y Sedecías (598-586); y aún sobrevivió a la catástrofe nacional del 586 a.C. Su vida fue muy agitada, ya que tuvo que sufrir en los vaivenes de la política después de la muerte del piadoso rey Josías (609). Durante el reinado de éste, colaboró extraordinariamente en la reforma religiosa emprendida en 622-621, cuando fue hallado el libro de la Ley en los cimientos del templo. Su vida, en este sentido, es paralela a la de Isaías, que un siglo antes había prestado auxilio moral en la reforma religiosa emprendida por el también piadoso rey Ezequías (727-698).
Bajo el rey Joaquim (609-598), el profeta de Anatot tuvo que sufrir mucho, en primer lugar de sus propios conciudadanos de Anatot 4; y en Jerusalén, por recriminar la impía conducta del pueblo, fue encarcelado 5; y por anunciar la ruina de la ciudad, los sacerdotes quisieron atentar contra su vida, siendo librado de la muerte por algunos príncipes que recordaron la profecía de Miqueas sobre la destrucción de Jerusalén.6 En el año 604 (año cuarto del reinado de Joaquim) dictó sus oráculos a su amanuense Baruc, y los leyó al año siguiente públicamente en el templo. Por orden del rey Joaquim - indignado porque Jeremías le echaba en cara su impiedad y tiranía - fueron quemados7; pero Jeremías los volvió a dictar a Baruc. 8 Más tarde fue encarcelado, como traidor, por orden del rey Sedecías (597-587). 9 Fue libertado después de la toma de Jerusalén por los babilonios (586), quedando por algún tiempo dedicado a la consolación de los vencidos y a la reconstrucción religiosa y nacional del país en colaboración con el gobernador Godolías, nombrado por Nabucodonosor. Pero la facción ultranacionalista asesinó al gobernador, huyendo a Egipto, llevándose por la fuerza al profeta, el cual continuó allí su obra de exhortación a la penitencia. 10 Según la tradición judaica, Jeremías fue lapidado en Egipto por sus compatriotas, a los que recriminaba su pésima conducta . Según una tradición menos fundada, Jeremías fue llevado por Nabucodonosor a Babilonia después de haber conquistado Egipto en el 566 a.C. 12

Índole temperamental del profeta.
En el profeta Isaías hemos indicado como características de su temperamento la virilidad, serenidad y aplomo ante las situaciones críticas, como consecuencia de ser un hombre reflexivo y aun cerebral, con pocas concesiones a lo afectivo. Jeremías es, al contrario, un hombre de temperamento afectivo y aun tímido, el cual, sin embargo, tuvo que afrontar situaciones mucho más críticas que su antecesor Isaías. A pesar de su natural retraído y solitario, el profeta de Anatot, con la gracia divina, supo mantenerse firme y enérgico cuando llegaba la hora de la intransigencia. A pesar de tener un profundo amor hacia su pueblo, Jeremías tuvo que predicar el sometimiento a Babilonia, apareciendo como traidor a la causa nacional. Esta fue su gran tragedia; fue tan amarga su misión, que muchas veces, llevado de su natural, protesta ante Dios por haberle obligado a soportar una carga superior a sus fuerzas y que está en contra de sus sentimientos. 13 Quiso orar por la salud de su pueblo, y Yahvé se lo prohibió 14; quiso callar sus oráculos de exterminio sobre Jerusalén, pero no podía, porque le ardían como fuego en su interior. 15 Varias veces, en medio de esta lucha psicológica, se atrevió a quejarse de Yahvé. 16
Su misión era la de destruir, arrancar, arruinar y asolar, levantar, edificar y plantar17; debía ser el contrastador de la conducta de su pueblo, 18 el portavoz de la ira de Yahvé, anunciando la destrucción, 19 mientras que él, dulce y tranquilo por temperamento, hubiera deseado anunciar cosas agradables al pueblo oprimido 20. Fue durante su vida un signo de contradicción, 21 objeto de las burlas de sus contemporáneos. Hubiera querido huir al desierto para vivir tranquilo. 22 Dios es su seductor, por haberle obligado a aceptar una misión para la que no se siente con fuerzas. 23 Pero no puede menos de seguir los impulsos de su Dios: Tú me sedujiste, ¡oh Yahvé! y yo me dejé seducir. Tú eras el más fuerte, y fui vencido. Ahora soy todo el día la irrisión, la burla de todo el mundo. Siempre que les hablo tengo que gritar, tengo que clamar: ¡Ruina, devastación! Y todo el día la palabra de Yahvé es oprobio y vergüenza para mí. Y aunque me dije: 'No pensaré más en ello, no volveré a hablar en su nombre', es dentro de mí como fuego abrasador, que siento dentro de mis huesos, que no puedo contener y no puedo devorar. 24
Su misión es la de ser un signo constante de contradicción: Soy objeto de querella y de contienda para todos. A nadie presté, nadie me prestó, y, sin embargo, todos me maldicen. ¿Soy yo culpable? ¿En el tiempo del infortunio no te rogaba por el bien de los que me odian?25 No caben palabras más elocuentes para describir la tragedia íntima de Jeremías, la paradoja de una vida entregada a una misión que contrariaba a sus afectos más íntimos. Toda su vida fue un sufrimiento continuo por la incomprensión, el escepticismo, la ironía sangrienta. A pesar de todo, sentía que Yahvé, aunque su seductor, era también su refugio y su fortaleza, 26 Por eso, en medio de las contrariedades prosigue su tarea de profeta, de centinela de los intereses espirituales de su pueblo, anunciando el peligro, pero, al mismo tiempo, la era mesiánica, que será el gran contraste con las angustias e incomprensiones de sus compatriotas. 27
En ningún profeta aparece tan clara la vocación divina al ministerio profético como en Jeremías, ya que la labor que se impone en nombre de Dios está en total contradicción con su temperamento, retraído, afectivo y pacífico. Los Santos Padres presentan al profeta de Anatot como el tipo doliente de Cristo, que es incomprendido de sus compatriotas y sufre por la ceguera de su pueblo. Hasta su misma vida de celibato le asemeja al Maestro de Nazaret. Pero, naturalmente, el tipo difiere mucho del antitipo, porque en Cristo no se dan los desahogos airados de Jeremías, que llega en algunos momentos a desear el castigo de sus enemigos. 28 Es la diferencia del hombre puramente hombre y el Hombre-Dios.

Ambiente histórico.
A Jeremías le tocó asistir a la mayor tragedia de su pueblo, la catástrofe del 586, en que tuvo lugar el colapso nacional de Judá como consecuencia de una equivocada política nacionalista contra el invasor babilonio. Por ello, los últimos años de la vida del profeta no pudieron ser más agitados, ya que tuvo que hacer frente a la facción egiptófila, que postulaba una resistencia a ultranza contra el coloso caldeo. En 625 había muerto Asurbanipal (668-625), el monarca más grande de Asiría, que había logrado llegar con sus tropas hasta Tebas, en el Alto Egipto. Después de él, el general caldeo Nabopolasar logró liberar a Babilonia del yugo asirio, inaugurando así su reinado (625-605). Los viejos sueños de Merodacbaladán contra Senaquerib se van a cumplir ahora, cuando el imperio asirio, gastado, entra en su ocaso. Los medos, por su parte, caen sobre el nordeste del imperio asirio a las órdenes de Ciáxares, y, al no poder tomar la ciudad de Asur, se alian con el rebelde Nabopolasar de Babilonia en el sur. El pacto fue sellado por el matrimonio del hijo de Nabopolasar, llamado Nabucodonosor, con la hija del medo. Después de infructuosos ataques aislados contra Asur y Nínive, lograron por fin tomar esta ciudad en 612 a.C. El rey asirio Asuruballit se trasladó a Jarran con ánimo de organizar la resistencia, pero también esta ciudad cayó en poder de la coalición medo-babilonia. El faraón egipcio Necao II acudió en auxilio del rey asirio en 609, pero fue derrotado a las puertas de Jarran por Nabopolasar.
En el reino de Judá sucedían también cambios importantes durante este tiempo. En 640 moría el impío rey Manases, que se había dedicado sistemáticamente a deshacer la reforma religiosa que había emprendido su padre, el piadoso Ezequías, con la aprobación y auxilio moral de Isaías. Persiguió a los fieles yahvistas, introduciendo, como su abuelo Acaz, los cultos asirios en el templo. 29 Su hijo Amón seguía la misma conducta, pero fue asesinado en 640 a.C., subiendo al trono su hijo de ocho años, Josías (640-609), el cual, educado religiosamente bajo la égida de los sacerdotes, empezó de nuevo la reforma religiosa. En 621 tuvo lugar un acontecimiento notable: el hallazgo del libro de la Ley en los cimientos del templo, al parecer el Deuteronomio 30. Inmediatamente mandó poner por obra sus preceptos relativos a la centralización del culto y la supresión de todos los santuarios sincretistas que pululaban en el país. Incluso extendió su reforma religiosa al antiguo reino de Samaría, que desde el 721 era una provincia asiría. 31
El piadoso rey se consideraba dueño de aquellos territorios, y por eso en el 609 salió al paso del faraón Necao II, con el que trabó batalla desigual en Megiddo, cerca del monte Carmelo, y allí murió trágicamente (609 a.C.). 32 Con esta pérdida se comprometió toda su obra de reforma religiosa y se terminó el ciclo de paz relativa que desde hacía veinte años disfrutaba el reino de Judá. Su hijo Joacaz fue su sucesor, aclamado por el pueblo de la tierra, o clase humilde del país; pero Necao II le depuso, y entronizó en su lugar a su hermano Eliaquim, al que puso el nombre de Joaquim (609-598) en señal de dominio. 33 El nuevo rey era de carácter despótico y no favoreció el desarrollo de la vida religiosa en el país, cometiendo torpezas políticas que le llevaron a la ruina. 34 Es bajo su reinado cuando comenzó el calvario de Jeremías, el cual había sido muy bien considerado por el piadoso Josías. En 605, Nabucodonosor hizo una incursión por la tierra siro-fenicia-palestina después de haber derrotado al faraón Necao II en Carquemis, 35 persiguiéndolo hasta la frontera egipcia. El rey Joaquim le ofreció tributo, y así se liberó de la invasión caldea. Nabucodonosor se volvió a Babilonia para recoger las riendas del imperio al morir su padre en 605 a.C.
Poco tiempo después, el rey Joaquim de Judá se atrevió a rebelarse contra el babilonio,36 y al principio Nabucodonosor no tomó en serio esta actitud, enviando sólo unas partidas de soldados caldeos, árameos, moabitas y amonitas para que hostigaran el país de Judá. 37 Pero, una vez que se vio desembarazado de sus preocupaciones en Babilonia, Nabucodonosor emprendió una expedición punitiva contra Jerusalén en 598 a.C. 38 Joaquim murió durante el asedio (no está claro si de muerte natural o violentamente), 39 y le sucedió su hijo Joaquín o Jeconías, el cual capituló a los tres meses de subir al trono, siendo llevado en cautividad, con su familia y lo más selecto de la nación, a Babilonia. 40 Nabucodonosor puso en su lugar en el trono a su tío Matanías (hermano de Joaquim y de Joacaz), cambiándole el nombre en Sedecías (597-587). Al principio éste se mantuvo dócil al rey caldeo, mas en 594 entró en relaciones con los pueblos vecinos para insurreccionarse contra Babilonia; pero, por la intervención de Jeremías,41 la coalición antibabilónica no tuvo realización formal.
Egipto, por su parte, fomentaba la insurrección de los reyezuelos de Palestina contra el coloso babilonio. En el 589 subió al trono egipcio Hofra, el cual al punto orientó su política contra Nabucodonosor. Este decidió jugar la carta definitiva, y así se vino al occidente, estableciendo su cuartel general en Ribla, junto al Orontes (Alta Siria), seguramente para dirigir las operaciones contra Tiro, que continuaba resistiendo42. Contra Judá envió a uno de sus generales, Nabuzardán, el cual se apoderó de las pequeñas ciudades hasta lograr aislar a Jerusalén (589 a.C.). Ante el ataque del faraón Hofra, el ejército caldeo se vio obligado a levantar el sitio de Jerusalén para atacar al ejército egipcio, al que venció, llegando hasta las fronteras de Egipto. 43 Después el general babilonio se entretuvo en asediar a Laquis y Azeca antes de volver al asedio de Jerusalén. Esta tardanza hizo nacer el optimismo entre los jerosolimitanos, los cuales llegaron a apropiarse de nuevo los esclavos que habían manumitido. 44 Pero no tardó en comenzar de nuevo el asedio, y las condiciones de resistencia se hicieron imposibles. Jeremías predicaba la capitulación para evitar el desastre completo. Sedecías no supo imponerse a la facción nacionalista fanática, y en un momento de confusión huyó por una brecha, siendo alcanzado por los soldados caldeos en la llanura de Jericó, donde fue apresado y llevado a presencia de Nabucodonosor en Ribla. Más tarde fue llevado al exilio, sin que se sepan más noticias de él. Mientras tanto, Jerusalén caía en poder de los babilonios en julio del 586 a.C.; la parte cualificada de la población fue llevada en cautiverio hacia Babilonia, y Judá fue convertida en provincia babilónica. El vencedor nombró gobernador de dicha provincia arruinada al nativo Godolías, amigo de Jeremías. El nuevo gobernador procuró rehacer la vida política, económica y social de la nación; pero la facción ultranacionalista le asesinó, y los judíos, temiendo la represión, huyeron a Egipto, llevándose con ellos al profeta Jeremías, el cual se oponía a esta huida. Así terminó la vida de Judá como nación.
En este ambiente de inseguridad y de tragedia personal debemos estudiar los oráculos de Jeremías. No es fácil establecer una cronología de la mayor parte de sus oráculos, pero conocemos perfectamente el ambiente histórico en que se desarrolló su trágica vida, y esto nos sirve para comprender la actividad profética y literaria del profeta de Anatot, que merece el nombre de mártir.

El libro de Jeremías.
Los escritos profético-históricos que han llegado a nosotros con el nombre de Jeremías son - como los de Isaías - una colección desordenada de oráculos y de datos históricos, recopilados sin orden cronológico por un redactor posterior al profeta. Como en el libro de Isaías, pudiéramos distribuir los oráculos jeremianos lógicamente, según los tres apartados siguientes: a) profecías contra Judá y Jerusalén; b) profecías contra las naciones paganas; c) profecías relativas a la restauración de Israel como nación. Pero esta distribución lógica no corresponde a la cronológica y, sobre todo, no coincide con la distribución de los oráculos en el actual libro de Jeremías. Para darnos una idea de la distribución anómala de los oráculos, presentamos el cuadro siguiente según las indicaciones cronológicas del libro actual:

a) Reinado de Josías (640-609):
1:2 (año 13 de Josías: 627 a.C.).
3:6 (en tiempo de Josías: 626-609).
b) Reinado de Joaquim (609-598):
26:1 (principio del reinado de Joaquim: 608).
25:1 (año 4 de Joaquim: 605).
36:1 (año 4 de Joaquim: 605).
45:1 (año 4 de Joaquim: 605).
35:1 (durante el reinado de Joaquim: 609-598).
7:1 (principio de Joaquim: 608).
c) Reinado de Sedecías (598-586):
24:1 (después de la deportación de 598).
29:1 (después de la deportación de 598).
27:1 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
28:1 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
49:34 (al principio del reinado de Sedecías: 598).
32:1 (año 10 del reinado de Sedecías: 588).
33:1 (al tiempo de la detención de Jeremías: 588).
34:1 (durante el asedio de Jerusalén: 588-587).
37:1-6 (durante el asedio de Jerusalén: 588-587).
39:1-15 (poco después de la toma de Jerusalén: 586).
40:1 (poco después de la toma de Jerusalén: 586).
44:1 (mientras el profeta estaba en Egipto: 5865).

De esta distribución cronológica se deduce que la compilación actual se ha hecho en diversas épocas y sin criterio uniforme. Sin embargo, en la distribución actual del libro de Jeremías podemos dividir los oráculos en tres partes:

Parte I: Vaticinios contra Judá (c.2-29).
1. Corrupción general (c.2-6).
2. Contra el fetichismo del templo y el formalismo religioso (c.7-10),
3. Dios no perdonará al pueblo que infringe el pacto (c.11-17).
4. Simbolismo de la vasija rota. Sufrimientos de Jeremías (c. 18-20).
5. Invectivas contra la corte y los jefes políticos y falsos profetas (c. 21 - 23). Simbolismo de los dos cestos de higos (c.24).
6. Predicción del exilio de setenta años y oráculos contra las naciones (c.25).
Discurso en el templo y peligro para Jeremías (c.26). Muerte del profeta Urías (c.26:20). Jeremías y los falsos profetas (c.27-28).
7. Carta a los deportados (c.29).

Parte
II: La Era Mesiánica (c.30-33)
1. Retorno de Israel renovado (c.30-31).
2. El nuevo pacto (31:315).
3. Compra simbólica del campo de Anatot (c.32). Israel en la paz mesiánica (c.33).

Parte III: Vaticinios Durante el Asedio de Jerusalén (c.34-40)
1 Contra la injusticia de tomar de nuevo a los esclavos (c.34).
2. Los recabitas (c.35).
3. El rollo quemado por Joaquim (c.36).
4. Encarcelamiento de Jeremías (c.37-38).
5. Toma de Jerusalén (c.39-40).

Parte
IV: Vaticinios después de la caída de Jerusalén (c.40-45).
1. Godolías, gobernador (c.40-41).
2. Huida a Egipto (c.42-43).
3. Jeremías predice la suerte de los refugiados y de Egipto (c.43-44).
4. Apéndice: Vaticinio sobre Baruc (c.45).

Parte V: Vaticinio contra las naciones (c.46-51)
Apéndice: Fin de Jerusalén. Liberación de Joaquín (c.52).

Distribución Lógico-Cronológica General de los Oráculos.
I. Introducción: Vocación de Jeremías (1:1-19).
II. Oráculos contra Judá: (c.2:1-45:5).
1. Oráculos en tiempo de Josías (2:1-6:30).
Iniquidad del pueblo e ingratitud (2:1-3:5).
Las dos hermanas Israel y Judá, perversas (3:6-6:30).
2. Oráculos en tiempo de Joaquim (7:1-29:32).
Contra la falsa confianza en el templo (7:1-10,25).
Castigo por el pacto quebrantado (11:1-13:27).
Reprobación de Judá (14:1-20).
La cautividad anunciada (25:1-38).
Jeremías es condenado y salvado (26:1-24).
La muerte de Urías profeta (26:20).
Jeremías y los falsos profetas (27:1-28:17).
Epístola de Jeremías a los exilados (20:1-32).
3 Vaticinios en tiempo de Sedecías (21:1-24:10).
Contra la casa real, la corte y los falsos profetas (21:1-23:4).
Símbolos relativos a la suerte de Judá (24:1-10).
4 Vaticinios de salvación mesiánica (30:1-33:26).
Restablecimiento de Israel (30:1-31:30).
Nueva alianza (31:31-40).
Compra del campo, símbolo de la restauración (32:1-44).
Enmienda del pueblo y restauración (33:1-26).
5. Últimos vaticinios y sufrimientos de Jeremías (34:1-36:32).
Contra Sedecías y el pueblo (34:1-22).
Fidelidad de los recabitas (35:1-19).
Joaquim manda quemar los escritos de Jeremías (36:1-32).
6. Sucesos durante el asedio de Jerusalén (37:1-40:6).
Jeremías encarcelado y salvado (37:1-38:13).
Coloquio de Jeremías con el rey (38:14-28).
Destrucción de Jerusalén (39:1-40:6).
7. Después de la destrucción de Jerusalén (40:7-54:5).
Godolías, gobernador de Judá (40:7-41:18).
Fuga de los judíos a Egipto (42:1-43:7).
Jeremías en Egipto (43:8-44:30).
Consolación de Baruc (45:1-5).

III. Oráculos contra las naciones paganas (46:1-51:64).
1. Contra Egipto (46:1-28).
2. Contra los filisteos (47:1-7).
3. Contra Moab (48:1-47).
4. Contra Amón (49:1-6).
5. Contra Idumea (49:7-22).
6. Contra Damasco (49:23-27).
7. Contra Arabia (49:28-33).
8. Contra Elam (49:34-39).
9. Contra Babilonia (50:1-51:64) 45.

Apéndice histórico:
Cautividad de Sedecías, liberación de Jeconías. Destrucción de Jerusalén (52:1-34).

Autenticidad.
A la vista de esta distribución, podemos decir que el actual libro de Jeremías es una colección de oráculos y de relatos de diferentes épocas de la vida y actividad del profeta, que han sido reunidos al azar en el transcurso del tiempo. En realidad, parece que antes de reunirse en esta colección general existieron antes con unidad independiente en colecciones particulares, como resultado de aportaciones de redactores diferentes. Se suelen reconocer tres estratos en la formación de la actual colección de escritos de Jeremías: 1) oráculos en primera persona (c.1-25); 2) oráculos en tercera persona (c.26-35); 3) biografía del profeta (en tercera persona), dispuesta según un orden cronológico (c.36-45). La primera sección podría en general considerarse como redacción personal del profeta46. En ella está la sección de las llamadas confesiones de Jeremías, porque el profeta refleja sus luchas y problemas personales por cumplir fielmente su ministerio profetice, impuesto por Yahvé. Ningún profeta nos ha revelado como Jeremías ese carácter íntimo del oficio profético. Con toda sinceridad expresa sus dificultades, ansiedades, pensamientos y deseos y los de su Dios. 47
La parte biográfica, en que se habla en tercera persona, y algunos oráculos pueden ser obra de Baruc, su secretario. De todos modos hay que reconocer el carácter fragmentario de cada una de estas secciones. En el texto actual se dice que el profeta dictó algunos de sus oráculos y hechos personales a Baruc.48 Algunos de ellos aparecen en primera persona,49 mientras que otros están redactados en tono narrativo, en tercera persona.50 Los relatos de los c.37-44 parecen ser obra de Baruc, el cual puede considerarse como el principal compilador-redactor de la actual colección. Sin embargo, esto no quiere decir que no haya abundantes adiciones posteriores al mismo Baruc.51 De hecho, muchos textos tienen gran parecido con otros del libro de Ezequiel,52 lo que indica que las tradiciones oraculares de ambos profetas se interfieren mutuamente, y un redactor posterior, sin mayor preocupación crítica, los asignó a alguno de ellos para que se conservaran en la colección canónica.

Texto y versiones.
Es célebre en la historia de la exégesis la gran discrepancia en el libro de Jeremías de los textos hebreo, masorético y griego de los LXX. La Vg sigue el texto hebraico. 53 En el texto griego falta la octava parte (unas 2.700 palabras) del TM. Esta tendencia a abreviar se concreta en la supresión de epítetos de Dios, fórmulas accesorias que no afectan a la sustancia de los oráculos. Incluso faltan algunos versículos íntegros.54 Además, la disposición de muchos de los oráculos no es igual en el TM y en el texto griego, pues éste coloca los oráculos contra las naciones después de 25:13, mientras que en el TM ocupan los c.46-51. Todas estas diferencias pueden explicarse por la diversidad de criterio del recopilador hebreo y el traductor griego. Así, bien pudo éste tener un criterio abre viador, y por ello suprime cosas que le parecen redundancias. Muchos autores,\sin embargo, suponen que hubo en principio dos textos originales hebreos, uno más ceñido y breve, seguido por el traductor griego y otro más amplificado y redundante, que estaría extendido en Palestina.55
La Vetus Latina está traducida sobre el texto griego, mientras que la versión de San Jerónimo (actual texto de la Vulgata) está sobre el texto hebreo masorético.56 La versión siríaca llamada Peshitta es muy afín al TM, aunque parece que en su redacción actual tiene influencias de la versión de los LXX e incluso del Targum de Jonatán 57.

Estilo literario.
La personalidad del profeta queda perfectamente retratada en su estilo, el cual, lejos de tener el vigor de expresión y la ironía de Isaías, se desliza ingenuamente, reflejando las ansias de paz de un alma atribulada. Se le ha querido comparar con el estilo virgiliano, 58 pero su situación psicológica es muy distinta de la del gran vate romano, y por eso sus expresiones tienen un contenido de tragedia, que, si no alcanzan el radicalismo del libro de Job, sin embargo, matizan sus pensamientos de inquietud y aun de desesperación. Jeremías es un alma nacida para la soledad, la tranquilidad del hogar, y, sin embargo, es lanzado por Dios a la vida agitada política de Judá en los momentos más críticos de su historia. Por otra parte, es un temperamento claramente afectivo, y en esto habría que compararlo con el profeta Oseas, pero no posee la riqueza de imaginación de éste. Pudiéramos caracterizar el estilo literario de Jeremías como carente de adorno. Con la mayor sencillez y sin pretensiones expresa sus profundas ideas, generalmente coloreadas con un aire de tristeza y amargura.
Por otra parte, en sus oráculos es propenso a la repetición de frases, imágenes y pensamientos.59 En su predicación suele depender mucho de la de los profetas anteriores y aun de la doctrina deutero-nomística, lo que es perfectamente explicable teniendo en cuenta que en su tiempo se encontró el libro de la Ley (probablemente el Deuteronomio), el cual le proporcionaba muchas expresiones e ideas estereotipadas para dar a entender sus propias ideas. Sin embargo, no se debe negar a Jeremías la elevada inspiración literaria y poética, ya que, aunque a veces su estilo es difuso y abunda en frases estereotipadas, con frecuencia es muy original en sus simbolismos e imágenes, algunas de belleza extraordinaria. Así, habla de Dios como fuente de agua viva,60 y a Israel lo compara a una camella o asno salvaje que anda alocado tras de los ídolos, 61 y en momentos de especial afección lo compara a una viña amorosamente cuidada por su Dios. 62
Tenía una especial predilección por la vida solitaria campestre, deseando habitar en una cabaña de viandantes en el desierto. 63 También siente nostalgia de la paz doméstica. La vida de celibato le ha sido impuesta por Dios.64 En las confesiones65 es donde mejor se revela el alma profunda del profeta. Su lucha interior entre sus afectos más queridos y su misión parece reflejada en una serie de expresiones sublimes, de una sinceridad desconcertante. En todas sus palabras hay un tono elegiaco y descorazonador, que sólo parece superado por el realismo y vigor de expresión del libro de Job. Algunos autores le han proclamado el poeta más grande entre los profetas de la Biblia.66 Esta afirmación parece basada en el aspecto puramente psicológico de la poesía jeremiana 67; pero, en conjunto, la elevación poética de Jeremías no se acerca a la de Isaías. Desde el punto de vista estilístico del lenguaje, el hebreo de Jeremías es muy inferior al de Isaías, pues aunque es clasicista, sin embargo, no es un estilo tan depurado y aticista como el de su gran antecesor. San Jerónimo dice que el estilo de Jeremías es sencillo y propio de uno que no está habituado a la elegancia ciudadana y literaria, como lo estaba Isaías.68 Los lingüistas encuentran en las expresiones de Jeremías influencias aramaicas en cuanto al vocabulario y a la sintaxis. 69
Aparte de la predicación oracular, Jeremías tiene especial preferencia por las acciones simbólicas para plasmar mejor sus ideas. 70 Este género de predicación era muy adaptado a la mentalidad poco evolucionada de muchos de sus oyentes. Como oriental, el profeta busca impresionar con sus acciones. Ezequiel seguirá esta pauta, y con él otros profetas.

Doctrina teológica.
En Jeremías encontramos las nociones teológicas comunes que ya hemos visto en Isaías, pues habían sido ya propuestas por Amos, Oseas y Miqueas. La gran tradición yahvista se continúa según las grandes ideas monoteístas en el sentido más estricto. Podemos distinguir en la predicación de Jeremías los siguientes apartados teológicos.
1. Dios. - Enfáticamente se dice que los ídolos son vanidades,71 y, por tanto, implícitamente se expresa la idea de la sola existencia del Dios de Judá e Israel, que es la fuente de la vida, 72 y, como Dios, escruta y penetra los más íntimos pensamientos de los hombres. 73 La trascendencia divina aparece en la clara afirmación sobre la creación y conservación de todas las cosas por Yahvé. 74 Como Señor de todo, domina los elementos de la naturaleza y siembra la vida.75 Es omnisciente, y todo lo ha creado y dispuesto con sabiduría.76 Es el Dios omnipotente,77 pero su fuerza no es ciega, sino que la atempera a las exigencias de su justicia.78 Como Juez justo, da a cada uno lo que es suyo. 79 Pero su justicia está contrarrestada con su misericordia. 80
2. Dios y la humanidad, - Supuesto que todo ha sido creado por Dios, se sigue que todas las naciones deben reconocerle como tal.81 Su influencia no se limita sólo a los destinos del reino de Judá e Israel, sino que dirige el curso de la historia de las naciones. Incluso se promete a los gentiles que le reconozcan por Dios el habitar prósperamente en medio del pueblo elegido. 82 Pero por sus pecados tendrán que apurar la copa de su ira, como lo ha tenido que hacer el propio Israel. 83 Dios es el que señala los confines de los pueblos, incluso de los paganos. 84 Y no sólo su justicia descargará sobre ellos, sino que también su misericordia les abraza a todos, y sus ciudadanos podrán disfrutar de los mismos derechos que los del pueblo elegido.
3. Dios e Israel. - Los vínculos que Dios tiene con la humanidad en general quedan reforzados cuando se trata de Israel, pues fue escogido por El con designios providenciales y le ha prodigado toda clase de protección a través de la historia. 85 El profeta compara el cuidado que Dios tiene de Judá al de un agricultor que cuidadosamente cultiva su viña.86 Como Oseas, compara las relaciones de Israel con Dios a las de dos esposos, que han hecho una alianza. 87 Las expresiones en este sentido son sumamente tiernas. 88 Dios e Israel se pertenecen mutuamente. 89 Por eso la apostasía de Israel, yéndose tras de los ídolos, reviste los caracteres de un verdadero adulterio. 90 Israel debía estar unido a Yahvé como el ceñidor a la cintura del que lo lleva, 91 único medio de preservarse intacto. La base de tales relaciones está en el pacto del Sinaí, 92 pero Judá ha roto el pacto, 93 y por eso Yahvé enviará el castigo y la ruina. Después del castigo purificador, Dios hará una alianza nueva, escrita en los corazones, de forma que no haya lugar a su quebrantamiento. 94 Israel volverá después del exilio a ser el hijo primogénito, 95 y Yahvé volverá a ser el pastor único de la grey. 96
Todas estas relaciones se refieren a Dios e Israel como colectividad nacional, pero con la prueba del exilio la responsabilidad individual adquiere más relieve: En esos días ya no se dirá más: Nuestros padres comieron las agraces, y los hijos sufrimos la dentera, sino que cada uno morirá por su propia iniquidad; quien coma el agraz, ése sufrirá la dentera. 97 En efecto, el profeta se plantea problemas puramente personales, sin conexión con la nación israelita como colectividad; así inquiere la razón de sus propias angustias y tragedias íntimas y se plantea el problema sobre la ecuación entre méritos y premios, pecados y castigos, siendo así un antecesor del libro de Job 98. El tono a veces se asemeja al de los Salmos, en los que con toda viveza se plantean las angustias personales de los justos perseguidos y despreciados.
4. El pecado. - En su primera fase de predicación, el profeta fustiga los pecados de Israel como nación, y por ello será castigado por Yahvé. El pecado nacional era la idolatría, el sincretismo religioso y el abandono sistemático de Yahvé como único rector de los destinos de Judá. En esto contrasta con la conducta de los pueblos paganos, que nunca abandonan a sus dioses. El profeta pone en boca de Yahvé esta queja lacerante: ¿Qué tacha hallaron en mí vuestros padres para apartarse de mí e irse en pos de la vanidad de los ídolos? 100 El pueblo ha abandonado totalmente la Ley y se ha entregado a toda clase de excesos: lujuria, violencia, atropellos sociales, falsedad, perjurios, 101 y esto no sólo en la clase humilde, sin formación, sino también en la clase directora 102. El profeta insiste en la malicia del corazón humano como fuente de pecados 103; por eso, en la nueva teocracia mesiánica suspira por un cambio de corazones, ya que no basta la Ley escrita, sino que era necesario grabarla en lo más íntimo de la personalidad humana 104. El profeta suspira por una unión más íntima del hombre con Dios como fuente de vida,105 como fruto de una reconciliación con El por el arrepentimiento y la penitencia. 106
5. Las observancias religiosas. - Como Isaías y los profetas que le precedieron, Jeremías detesta el mero formalismo religioso, al que considera como una hipocresía. Enérgicamente protestaba por la confianza fetichista en el templo de Jerusalén como medio de liberarse de la ira divina. 107 Ante todo predica Infidelidad a Yahvé como consecuencia de un conocimiento profundo de su Ley. Para él, la verdadera religión consiste en la práctica de la justicia con el prójimo 108 y la circuncisión del corazón,109 lo que implica obediencia a la Ley de Yahvé. 110 Los valores éticos deben prevalecer sobre los ritos formalistas de culto: ¿A mí qué el incienso de Sabá y las cañas aromáticas de tierras lejanas? Vuestros holocaustos no me son gratos, vuestros sacrificios no me deleitan. 111 Hasta el arca de la alianza será sustituida en el nuevo orden de cosas, donde prevalecerá la religión del corazón.112 Esa interioridad de la religión en Jeremías se refleja en su espíritu profundo de oración. En todos los momentos críticos de su vida ha acudido a la plegaria como solución a los grandes problemas; así ora por la nación. 113 Dios le prohibe que ore por el pueblo para no verse obligado a emplear su misericordia. 114 Enfáticamente afirma el profeta la eficacia de la oración confiada. 115 En este aspecto, la personalidad de Jeremías es paralela a la de muchos salmistas, que, movidos de una religiosidad profunda, acuden a Dios como único valedor de sus intereses. 116
6. Ideas mesianicas. - A pesar del espiritualismo tan elevado de los oráculos de Jeremías, apenas se encuentran en sus escritos promesas claras mesianicast como hemos visto, al menos en lo referente a la persona del Mesías, en Isaías. Naturalmente, el profeta tiene una profunda esperanza en los destinos mesianicos del pueblo israelita como tal. Así anuncia la restauración de la nación después del castigo del exilio, la cual será gobernada por jefes que, lejos de esquilmarla, como antes, la ayudarán a conseguir toda clase de felicidades. 117 Israel y Judá volverán a unirse para constituir una nación sola, como en el pasado. 118 El templo será nuevamente purificado de toda contaminación, y la ciudad, reedificada. El nombre del futuro rey - reencarnación de David (suscitaré a David, vástago de justicia) - será el símbolo de la nueva teocracia y llevará el nombre prometedor de Dios, nuestra justicia.119 Todos reconocerán al nuevo rey, vástago de David, como lugarteniente de Yahvé, 120 porque implantará un reinado de justicia y de equidad: Yo suscitaré a David, vástago de justicia, que como verdadero rey reinará prudentemente y hará derecho y justicia en la tierra. En sus días será salvado Judá, e Israel habitará en paz.121 Y toda esta situación de paz vendrá como consecuencia de una nueva alianza - grabada en los corazones - signada entre Yahvé y su pueblo. El pecado desaparecerá y no volverá a romperse lo pactado, como en días antiguos. 122

Jeremías y el Deuteronomio.
Durante la vida de Jeremías tuvo lugar un acontecimiento trascendental en la vida religiosa de Judá: el hallazgo del libro de la Ley en los cimientos del templo en 621 a.C. reinando Josías. 123 Generalmente se admite entre los críticos que el libro hallado - cuyo contenido consternó a los fieles yahvistas de la época por las amenazas que en él se consignan contra los transgresores de la Ley - es el Deuteronomio, al menos los capítulos 12-26 del mismo. Ahora bien, en los escritos de Jeremías no encontramos la más mínima alusión a este hecho. Según la Biblia, el profeta había iniciado su ministerio hacia el año 627 (decimotercer año del reinado de Josías). ¿Qué influencia tuvo el profeta en la reforma religiosa que siguió al hallazgo del libro de la Ley? Una de las cosas que más se urgieron en esta reforma fue la centralización del culto en el templo de Jerusalén, como base del retorno a Yahvé. Pero hemos visto que el profeta apenas da importancia a la religión ritualista externa, a los actos de culto formalísticos, sino a la religión del corazón. No obstante, no por esto debemos generalizar su actitud de oposición al culto externo. Como Isaías, ataca a los actos de culto externo cuando van desprovistos de la entrega del corazón a Dios, con lo que esto supone de reconocimiento de sus derechos, plasmados en la legislación positiva dada al pueblo elegido. Es verdad que Jeremías urge ante todo la circuncisión del corazón, 124 la rectitud de intención, 125 la sumisión a la voluntad divina 126 y la práctica de las virtudes sociales. 127 En esto no hace sino colocarse en la línea doctrinal de los antiguos profetas. Precisamente en el Deuteronomio se urgen el monoteísmo estricto, el amor a Dios con todo el corazón y las virtudes sociales como parte fundamental de la vida religiosa. En este sentido, Jeremías se halla dentro de la línea deu-teronomística. Por otra parte, los críticos han sorprendido muchas frases en los escritos de Jeremías que parecen depender del Deuteronomio. 128 El fomentar el culto externo era tarea de los sacerdotes como tales, y de seguro que por su propio interés no dejarían de inculcar la necesidad de que todos los israelitas fueran a Jerusalén a cumplir sus votos y sus sacrificios. Jeremías, como los profetas anteriores - Amos, Oseas e Isaías - , ante todo urgía el cumplimiento de los valores éticos y del espíritu. En esto no hace sino seguir la pauta de Isaías. También éste tenía que conocer los esfuerzos de reforma religiosa desplegados por el rey Ezequías - sobre todo la lucha contra los lugares de culto fuera del templo - , y, sin embargo, Isaías no se preocupa de predicar el cumplimiento de los actos meramente cultuales. Esta labor incumbía a los sacerdotes, los cuales, por otra parte, apenas se preocupaban de predicar el cumplimiento de las virtudes sociales y la entrega del corazón a Dios. Jeremías, pues, en esto no es sino un mero continuador de la antigua tradición profética.

1 Jer 1:1. En 2 Re 22:8 se habla de un sacerdote llamado Helcías, que descubrió el libro de la Ley; pero puede ser otro personaje distinto del padre del profeta. - 2 1 Re 1:26. - 3 Jer 1:2-19; 25:3- - 4 Jer 11:18-12:6. - 5 Jer 19:1-20,6. - 6 Jer 26:1-19; 7:1-28. - 7 Jer 11:1-5.9-14; 22:13-19. - 8 Jer 36:1-32. - 9 Jer 27:12-15. - 10 Jer 43:1-44:30. - 11 Cf. A. Condamin, Jérémie, 0.269 XII; J. Gutmann, Jeremía-Apokriphon: Encyclo-pedia ludaica, VIII (1931) 1092-1094; Tertuliano: PL 2:137; San Jerónimo, Adv. Éïõ. 2:37: PL 23:335; San Isidoro: PL 83:142. - 12 Cf. Seder Olam Rabba 26. - 13 Jer 15:10-18; 20,7-9.14. - 14 Jer 14:11. 19 Jer 20:8. - 15 Jer 20:7-9. - 16 Jer 15:1. - 17 Jer 1:10. - 18 Jer 6:27. - 20 Jer_28:6. - 21 jer 15:10; 20:8. - 22 jer 20:8. - 23 Jer 20:7. - 24 Jer 20:7-9. - 25 Jer 15:10s. - 26 Jer 16:19. - 27 Jer 36:23; 11:18-21; 18:18-23; 26:8s, - 28 Jer 15:15-16; 20:12. - 29 Cf. 2 Re 21:16. 32 Cf. 2 Par 35:21. - 30 2 Re 22:8s. 33 Cf. 2 Re 23:33; Jer 22:10. - 31 Cf. 2 Re 23:15-20.. - 34 Cf. 2 Re 23:37; Jer 22:13-17 - 35 Cf. 2 Re 24:7. Véase también Flavio Josefo; Contra Appionem I 19:135-141; y Antiq, X 11:1:219-221. Véase Bi 8 (1927) p.401. - 36 Cf. 2 Re 24:1 - 37 2 Re 24:2. - 38 2 Re 24:3. - 39 Jer 22:19. - 40 Jer 52:318. - 41 Jer 27:1. - 42 Cf. Ez 29:175. - 43 Cf. Ez 30:20-25. - 44 Jer 34:8s. - 45 Cf. Hopfl-Miller-Metzinger, Introductio specialis in V. T. (Roma 1946) p.441. - 46 Es la tesis de E. Podechard, Le livre de Jérémie. Structure et formation: RB 37 (1928) 181-197. Nótscher la acepta en general; cf. su obra Das Buch Jeremías (Bonn 1934) 21-23 - 47 Cf. Jer 11:18s; 15:10-21; 17:14-17; 18:18-20; Jer_20:75. - 48 Jer 36:4.27.32; 45:1. - 49 Jer 1:1-6; 11:6.9. - 50 Jer 7:1; 11:1; 19:14; 20:3. - 51 Entre ellas se suelen citar por los críticos: Jer 10:1-16; 52:1-34; 17:19-27; Jer_50:1-51 :58. Cf. A. Condamin, Jérémie et la critique radicale en Allemagne: RScR 6(1916) 167-184; F. Nótscher, O.C., 21S. - 52 Compárese Jer 3:6-10 y Ez 16 y 23; Jer 7:16; 11:14, Y Ez 14:12-20. - 53 Cf. San Jerónimo, In ler.: PL 28:848. - 54 Por ejemplo: 8:10-12; Jer_10:6-8; 11:75; 17:35; 23:105; 29:16-20. - 55 Así J. Gotsberger, Giesebrecht, E. Tobac, Steuernagel. - 56 Cf. A. Condamin, Les caracteres de la traduction de la Bible par St. /eróme: RScR 2 (1911) 105-138; A. Penna, S. Gerolamo (Turín 1949) 371-377· - 57 Cf. A. Rahalfs, Beitrdge zu Textkritik der Peshitta: Zatw 9 (1899) 161-210; P. Churgin, Targum Jonathan to the Prophets (N. Haven 1907). - 58 Cf. A. Penna, o.c., p.17. - 59 Cf., por ejemplo, 2:28b y 11:133; 4:6 y 6:1b; 5:9 y 9:9; 7:16 y 11:14, etc. Véase una lista más completa en A. W. Streane, Jeremiah, 34. - 60 Jer2:13 - 61 2:23-24. - 62 2:21. - 63 Jer 9:1. - 64 Jer 16:35. - 65 Jer 11:18-23; 15:10.15-21; 17:14-18; 18:18-23; 20,7-17. - 66 Así P. Volz, Der Pmphet Jeremía (Lipsia 1922) p.xxxvi. - 67 Es la opinión de Ë. Ñåííá, o.c., 18. - 68 San Jerónimo: PL 28:903. - 69 Cf. C. Zimmer, Aramaismi lereminiani (Halle 1880). - 70 Las acciones simbólicas aparecen en 13,is; 18:2s; 18,is; 32:85. - 71 Jer 2:5; 8:19; 18:8. - 72 Jer 2:13. - 73 Jer 23:235. - 74 10:16; 27:5; 31:35-37- - 75 5:24; 10:13; 14:22; 31:35- - 76 32:18; 10:12. - 77 21:1; 32:19; 4:27- - 78 32:19; 3:12; 4:27; 5:18. - 79 31:3-11; 33:11. - 80 16:19. - 81 12,l6. - 82 25:15s. - 83 4:6; 19,3; 22:7; 43:10. - 84 12:l6. - 85 Jer 2:6; 11:4; 23:7; 32:20.21. - 86 Jer 2:21; 12:10; cf. Is 5:1. - 87 Jer 2:2. - 88 Jer 3:4. - 89 Jer 24:7- - 90 Jer 2:11. - 91 Je 13:11. - 92 Je 11:33; 14:21. - 93 Je 22:9. - 94 Je 31:31s. - 95 Je 31:9- - 96 Jer 23:35. - 97 Jer 31:29. - 98 Job 21:7; Sal 37:1s. - 99 Jer 20:13; cf. Sal_40:18; 70:6. - 100 Jer 2:5. - 101 Jer 5:8; 5:1s; 7:9. - 102 Jer 2:8.26; 5:5; 8:10. - 103 Jer 17:9. - 104 Jer31:31s. - 105 Jer 2:13. - 106 Jer 18:23. - 107 Jer 7:4; 3:134; 33:8. - 108 Jer 22:16. - 109 Jer 4:4. - 110 Jer 7:23. - 111 Jer 6:20; 7:21s; 14:12; 7:4; 11:15. - 112 Jer 12:2:11; 29:13. - 113 Jer7:16; 11:14; 24:6; 32:16. - 114 Jer 7:16; 11:14; 11:11. - 115 Jer 27:18; 37:3. - 116 Sobre la personalidad espiritualista profunda de Jeremías véanse los siguientes artículos del P. M. L. Dumeste, Le message du prophéte Jérémie: Vie Spirituelle, 55 (1938) 38-59; id., Jérémie et la religión de l'Esprit: ibid., 156-182; id., La religión personnelle de Jérémie: ibid., 56 (1938) 40-59. - 117 Jer 23:8; 31:2-6. - 118 Jer 23:6. - 119 Jer 23:6. - 120 Jer 30:9 - 121 Jer 23:3-7· - 122 Jer 31:Sal_31:33· - 123 Cf. 2 Re 23:1-3- - 124 Jer 4:4; 17:1. - 125 Jer_2:20; 17:16. - 126 Jer 3:17; 9:2-5; 22:16. - 127 jer 5:1:6; 9:1-5; 22:135. - 128 Jer 2:5; 8:19; 14:22; 16:19, y Dt 32:21; Jer 2:6 y Dt 32:10; Jer 7:24; 9:14, y Dt 29:19; Jer 4:4 Y Dt 10:16; Jer 5:15 Y Dt 28:49; Jer 7:18; 8:19; 25:7, Y Dt 4:25; 31:29; 32:16; Jer 7:33; 16:4 Y Dt 28:26; Jer 11:3 y Dt 11:265; Jer 11:4 y Dt 4:20; Jer 11:5 y Dt 7:13; Jer 15:4; 24:9 y Dt 28:25; Jer 23:17 y Dt 29:19.

Fuente: Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

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Notas

Jeremías  48,1-47

48. Oráculo Contra Moab.
Este largo capítulo, por su contenido, parece una compilación, sin que se pueda señalar un orden estricto lógico en el desarrollo de las ideas. Por otra parte, su carácter de pieza-mosaico le hace oscuro, sin que sea fácil determinar las circunstancias históricas que hayan dado lugar a su composición. Moab comprendía la parte oriental del mar Muerto entre el Arnón, al norte, y el W. Hesa, al sur. Su población era de origen arameo, como los hebreos, amonitas y edomitas. La Biblia considera a los moabitas como descendientes de Lot, sobrino de Abraham l. El dios nacional era Gamos; de ahí que los moabitas fueran llamados hijos de Gamos. Durante algún tiempo, Moab fue tributario de Israel, pero se independizó en tiempos de Mesa (c.550 a.C.), según consta por la famosa estela encontrada en Dibán en 1868, actualmente en el Louvre. Las relaciones entre israelitas y moabitas fueron siempre hostiles ya desde los tiempos del éxodo 2. En 602, los moabitas hicieron incursiones en el territorio de Judá aprovechándose de las dificultades políticas planteadas por la invasión de las tropas de Nabucodonosor. Después del exilio, Moab fue absorbida por una población árabe.
Esta profecía de Jeremías no alude para nada a la hostilidad tradicional de Moab contra Judá, pues en ella sólo se recrimina el orgullo y rebelión contra los designios de Yahvé (v.42). Por eso muchos autores creen que ha sido compuesta antes del año 602, ya que no se comprende que no aludiera el profeta a las incursiones de Moab contra el reino de Judá. Los v.29-38 están tomados de Isaías. El pensamiento fundamental del oráculo es que Moab será destruido por un enemigo que viene del norte, el ejército de Nabucodonosor, aunque no lo nombre expresamente.
Desde el punto de vista literario encontramos fragmentos en prosa y en verso. En muchos de ellos no es fácil determinar su carácter poético, debido a que los procedimientos externos de expresión poética hebraicos nos son en parte aún desconocidos y nos movemos muchas veces en el terreno de la pura hipótesis.

Consternación de Moab por la devastación (1-10).
1 Sobre Moab. Así habla Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: ¡Ay de Nebo! Está devastada. Confundida y conquistada está Quiriatayim, confundida y derruida la ciudadela 3. 2 ¡No existe ya la gloria de Moab! ¡En Hesebón se trama su mal! ¡Ea! ¡Borrémosla de entre los pueblos! ¡También tú, Madmen, sucumbirás! ¡Tras ti caminará la espada! 3 Gritos se oyen de Joronáyim, devastación, ruina inmensa. 4 Moab está quebrantada, los alaridos se oyen hasta Segor4. 5Por la subida de Lujit se sube con llanto, por la bajada de Joronáyim se oyen gritos de angustia. 6Huid, salvaos, sed como el onagro en el desierto 5. 7Por haber puesto tu confianza en tus obras y tus tesoros, también tú serás tomada. Saldrá Gamos para el destierro, y con él sus sacerdotes y sus magnates. 8 Entrará el devastador en todas las ciudades, ninguna se salvará, El valle será arrasado; el llano, devastado. ¡Yahvé lo ha dicho! 9Dad alas a Moab para que emprenda el vuelo 6. Sus ciudades se convertirán en desierto, sin que haya quien las habite. 10¡Maldito el que ejecute negligentemente la obra de Yahvé, y maldito quien retraiga la espada de la sangre!

El estilo es incisivo y nervioso. El profeta ve ya en marcha al devastador implacable, instrumento de la cólera divina. A los ojos del profeta aparecen las ciudades y la campiña bajo el efecto de la devastación más cruel. Para reflejar el nerviosismo de la situación, tan pronto aparece hablando Yahvé como el profeta y los habitantes de Moab. El enemigo ha llegado inesperadamente a Nebo (v.1), localidad junto al monte del mismo nombre, desde el cual Moisés contempló la tierra de promisión, identificada con Jhbet el-Mja-yet 7. Qiriatayim es el actual Jirbet el-Qureytat, a 21 kilómetros al sudoeste de Mádaba 8. Hesebón es el actual Hesbán, a 12 kilómetros al norte de Mádaba 9, a 30 kilómetros al este del Jordán. El profeta supone que el enemigo ya ha llegado a Hesebón y que allí tiene un consejo de guerra para ulteriores planes de invasión: En Hesebón se trama su mal: ¡Borrémosla de entre los pueblos! (v.2). Los invasores han decidido la destrucción total de Moab 10. Madmen, quizá las actuales ruinas de Dimne, a cuatro kilómetros al noroeste de Rabba , aunque muchos autores creen que es una variante del nombre Dimón o Dibón, la ciudad principal del Moab septentrional. La devastación ha llegado al corazón del reino: tras ti caminará la espada.
La devastación ha llegado ya al sur: Gritos se oyen en Jorondyim (v.5), en la costa sudeste del mar Muerto 12. En aquella zona estaba también Segor o Soar, una de las ciudades de la Pentápolis bíblica, la única salvada del cataclismo narrado por Gen_19:20. Pero más tarde, como consecuencia de un terremoto, fue anegada por las aguas13. La consternación ha llegado, pues, hasta los confines meridionales de Moab. Lujit (v.6) parece ser la actual Djebel el-Witat, correspondiente al Lejitu de la inscripción nabatea de Mádaba14.
La situación es tan desesperada que se invita a la precipitada huida: salvaos, sed como el onagro en el desierto (v.6). El asno salvaje, u onagro, era famoso por sus ansias de libertad y por su facilidad en huir de los cazadores. La imagen, pues, es muy apropiada para representar a los moabitas, sueltos por las estepas de Moab, aturdidos ante las noticias del ataque enemigo 15. La razón del castigo enviado por Yahvé radica en su orgullo y su autosuficiencia, pues se creían seguros en sus obras 3; tesoros (v.7). Tenía una posición estratégica buena para la defensa. Pero de nada le servirán sus muchas fortalezas, pues hasta su dios nacional, Gamos, saldrá para el destierro, y con él las fuerzas vivas de la nación, los sacerdotes y los magnates. La frase tiene un sentido irónico. Los moabitas, confiados en el poder de su dios y en sus recursos, se creían a salvo de todo peligro; pero Gamos, como los dioses de otras naciones, será llevado como trofeo de victoria por los vencedores en trágico cortejo con sus adoradores. La devastación será completa (v.8). Tanto su valle o depresión del Jordán, al norte del mar Muerto, como su llano, o altiplanicie, serán arrasados 16, y todo como consecuencia de un decreto del Dios de Judá: Yahvé lo ha dicho (v.8b). El Dios de los judíos ejercía un poder omnímodo aun sobre los otros pueblos, y en este sentido dirige la historia de todos los reinos del universo 17. De nuevo el profeta hace una invitación a la rápida huida: dad alas a Moab para que emprenda el vuelo (v.9). La suerte está echada y no hay otra solución que la desbandada general.
El v.10, por su forma prosaica, parece una glosa posterior 18. La guerra contra Moab es considerada como una guerra santa, y, por tanto, el ejército invasor es un instrumento de la ira divina. No cumplir sus designios es oponerse al mismo Dios; por eso el hagió-grafo dice con todo vigor: ¡Maldito el que ejecute negligentemente la obra de Yahvé y maldito el que retraiga la espada de la sangre! (v.10). Es Yahvé el que le ha escogido y le ha dado las armas, y no puede retraerse 19. En Jue_5:23 se dice que sea maldito quien no participe en la guerra santa de liberación contra los enemigos de Israel. Es necesario tener en cuenta la concepción teocrática y la propensión a las frases radicales de los orientales para comprender estas expresiones, que a nuestra sensibilidad cristiana nos resultan demasiado feroces. No debemos olvidar que el hagiógrafo pertenece a un estadio de la revelación aún muy rudimentario, en el que la caridad de Cristo todavía estaba muy lejos de ser el centro de la misma verdad religiosa.

Contraste entre el pacífico pasado de Moab y su trágico futuro (11-16).
11 Tranquilo estuvo Moab desde su adolescencia, reposado sobre sus heces; no había sido trasegado de tinaja en tinaja, llevado al destierro. Por eso conservó su gusto y no se disipó su aroma. 12 Por eso ahora vienen días, dice Yahvé, en que yo le mandaré trasegadores que le trasegarán, que vaciarán sus tinajas y las romperán. 13 Y se avergonzará Moab de Gamos como la casa de Israel se avergonzó de Betel, su confianza. 14 ¿Cómo decíais: Somos valientes, hombres fuertes para la lucha? 15 El devastador de Moab sube contra tus ciudades, la flor de su juventud baja para la matanza. Oráculo del Rey, Yahvé de los ejércitos es su nombre. 16 Ya se acerca la ruina de Moab, y su mal corre velozmente.

El profeta contrapone dos situaciones de Moab: hasta ahora las altiplanicies moabíticas se creían resguardadas en su aislada posición geográfica y en sus fortalezas; por eso Moab estuvo tranquilo desde su adolescencia (v.11). La tragedia de Judá e Israel fue estar en una gran encrucijada de caminos, lugar de choque entre los colosos imperiales que durante siglos se disputaron la hegemonía del Próximo Oriente. Moab, en cambio, se hallaba lejos de las ambiciones territoriales de los grandes imperios, aunque había tenido que someterse a Teglatfalasar III y a Senaquerib en el siglo VIII. Pero la dominación asiría fue mucho más débil que en la zona de la costa siro-fenicia-palestina. Esto hizo que pudiera gozar de una paz y prosperidad desconocidas para los pueblos de la costa. El profeta refleja este estado de opulencia con imágenes apropiadas a la principal riqueza del país, sus excelentes viñedos 20. Como el vino dejado en reposo sin trasegar conservaba toda su fuerza, así Moab estuvo reposado sobre sus heces (v.11). Moab no había sido agitado ni llevado al exilio. Por eso pudo desarrollarse prósperamente hasta ser envidiada por las otras naciones: conservó su gusto y no disipó su aroma (v.11b). Pero su feliz pasado ha terminado, ya que Yahvé la va a agitar como a Israel, enviándole trasegadores. que vaciarán sus tinajas y las romperán (v.12). Los devastadores acabarán con la próspera nación. Y entonces comprenderá el error de haber confiado en su dios nacional, el impotente Gamos, el cual, al dejarlos marchar derrotados al exilio, los cubrirá de vergüenza, como se avergonzó Israel de Betel (v.13), en el que había puesto su confianza. El culto cismático del reino del norte, Israel, en Betel, fue una de las causas de la ruina del mismo y de su deportación 21. La experiencia se repetirá en Moab. Sólo quien confía en Yahvé puede subsistir. Por eso la seguridad y autosuficiencia de los moabitas ha sido la causa del castigo: ¿Cómo decíais: Somos valientes.? (v.14). Yahvé les dará el merecido a su insolencia, enviándoles el devastador. que sube contra sus ciudades, en la altiplanicie, mientras que la flor de su juventud baja para la matanza 22.
La frase Oráculo del Rey. falta en el texto griego, y es quizá una glosa. Con todo, designa la certeza del cumplimiento de la profecía, ya que proviene del Rey, que tiene por nombre Yahvé de los ejércitos, es decir, señor de las batallas y de toda la creación. Nadie puede resistirse a su palabra decisiva.
El profeta presenta como inminente la ruina de Moab. En su visión profética, los años corren velozmente. Flavio Josefo nos dice que Moab fue sometida por Nabucodonosor cinco años después de la toma de Jerusalén (587). Desde luego no es difícil que las tropas babilonias hicieran incursiones por aquella zona una vez sometida totalmente Judá. Sus viñedos y su tráfico comercial eran un buen cebo para los conquistadores caldeos.

Elegía sobre las ruinas de Moab (17-27).
17 Lloradle todos sus vecinos; todos los que por la fama le conocéis, decid: ¿Cómo ha sido roto el cetro poderoso, el báculo glorioso? 18 Desciende de tu magnificencia y siéntate en el cieno, moradora hija de Dibón, que ya sube contra ti el devastador de Moab, que arrasará tus fortalezas. 19 ¡Sal al camino y atalaya, habitante de Aroer! pregunta a los huidos, a los que se han salvado; diles: ¿Qué pasó? 20Avergonzado está Moab, ha sido derrotado. Clamad, gritad. Anunciadlo en el Arnón: ¡Moab está devastado! 21Ha venido el juicio sobre el país de la meseta, sobre Jolón, sobre Yahasa, y sobre Mefaat, 22y sobre Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-Diblataim, 23sobre Quiriat-Yearim, sobre Bat-Gamul, sobre Bet-Mehón, 24 sobre Queriot y sobre Bosra, y sobre todas las ciudades de la tierra de Moab, cercanas y lejanas. 25 El cuerno de Moab ha sido abatido, roto ha sido su brazo, oráculo de Yahvé. 26 Emborrachadle, pues se alzó contra Yahvé. Y Moab se revolcará en su vómito, convirtiéndose en objeto de burla. 27¿No te burlabas de Israel? ¿Ha sido acaso sorprendido entre ladrones para que al hablar de él muevas la cabeza ?

La tragedia de Moab es tan grande, que el profeta invita a las naciones circunvecinas a que hagan duelo sobre él 23. Ha caído toda su fortaleza (v.17). Se creía invencible, pero ya ha sido roto el cetro, su independencia y señorío han desaparecido. Moab debe abandonar su magnificencia y sentarse en el cieno (v.18); la contraposición es irónica y sangrante. De reina, la moradora hija de Dibón (sinónima de Moab) se ha convertido en esclava 24, porque ha llegado la hora de la cuenta bajo la implacable invasión del devastador. El profeta invita a los habitantes del sur, de Aroer 25, a que contemplen el triste espectáculo de las caravanas de huidos que bajan de la parte septentrional: sal al camino y atalaya (v.19). La invasión ha venido del norte, y las primeras nuevas del desastre las dan los fugitivos que en trágica desbandada corren hacia el sur buscando refugio. Ellos dirán lo que pasó. La devastación ha sido total 26. Todo el poderío de Moab ha sido abatido.
Y todo ha ocurrido como efecto del castigo divino, que les ha hecho beber la copa de su ira. Por eso el profeta dramatiza la situación presentando a Moab como un ebrio de la cólera divina: emborrachadle., se revolcara en su vómito (v.26). Su castigo le ha venido por su insolencia contra Yahvé al creerse seguro en sus riquezas y aislamiento: pues se alzó contra Yahvé. Siempre los profetas ven en los aconteceres históricos una dimensión teológica, expresión de los designios divinos. Moab, revolcándose en su vómito como un ebrio, por efecto de la ira divina, será objeto de burla de todos, como lo es el que embriagado se halla tendido en el suelo sin sentido 27. En otras ocasiones, al ver castigado a Israel, se burlaba de él, considerándole como un malhechor herido por la mano de su Dios: ¿No te burlabas de Israel? ¿Ha sido acaso sorprendido entre ladrones para que al hablar de él muevas la cabeza? (v.27). El escándalo fingido de Moab ante las supuestas maldades de Israel resultaba hipócrita, ya que era más culpable que éste en muchas cosas. En todo caso, ya le ha tocado la hora de probar el cáliz de la cólera de Yahvé.

Duelo general en las tierras de Moab (28-39).
28 Abandonad las ciudades y habitad en las rocas, habitantes de Moab, y sed como la paloma que anida al borde de los precipicios28. 29Hemos oído de la soberbia de Moab, jactanciosa sobremanera de su orgullo, su altanería, su arrogancia, de la altivez de su corazón. 30Yo conozco su jactancia oráculo de Yahvé , sus vanas bravatas, sus fútiles obras. 31Por eso me lamento por Moab, y clamo por Moab todo, y gimo por las gentes de Quir-Jeres; 32 más que por Yaser, lloro por ti, viña de Sibma. Tus sarmientos atravesaron el mar y se extendían hasta Yaser29. Sobre tu cosecha y tu vendimia ha caído el devastador. 33Huyeron el regocijo y la alegría de los vergeles y campiña de Moab. Yo he vaciado el vino de tus tinajas; no pisará ya más el lagarero. La canción ya no es canción30. 34 Los alaridos de Hesebón llegan hasta Elalé, hasta Yahsa lanzan su voz, desde Soar hasta Joronáyim, hasta Eglat-Selisiya, pues también las aguas de Nimrim se convierten en desolación. 35Yo haré desaparecer de Moab oráculo deYahvé al que sube al lugar alto31 a ofrecer incienso a sus dioses. 36 Por eso mi corazón suspira como una flauta por Moab, por las gentes de Quir-Jeres, por la pérdida de cuantos bienes habían adquirido. 37 Toda cabeza ha sido rapada, toda barba rasurada; sobre todas las manos hay incisiones, y sobre los lomos sacos. 38Sobre todos los terrados de Moab y en sus plazas no hay más que llantos, porque he roto a Moab como se rompe un cacharro enojoso, oráculo de Yahvé. 39¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Lamentaos! ¡Cómo volvió Moab las espaldas vergonzosamente! Se convertirá en objeto de burla y de espanto para cuantos le rodean.

La situación es tan desesperada para los habitantes de Moab, que el profeta les invita a esconderse en lugares inaccesibles, como la paloma. al borde de los precipicios (v.28).
Los V.29-39 están tomados de Isa_16:6-12 y adaptados libremente por un redactor posterior al mismo Jeremías. En todo caso es de destacar la ruina de Moab como castigo divino por su orgullo y altivez. Las acusaciones contra ella se ponen en boca de los habitantes de Judá: Hemos oído de la soberbia de Moab. (v.29), que se consideraba autosuficiente y segura en su riqueza material y en su aislamiento geográfico. Después Yahvé mismo toma la palabra (v.30), y confirma esta altanería tradicional de los moabitas, y por ello se ve precisado a castigarlos. Y el profeta, en nombre de Yahvé, se lamenta por la tragedia de Moab (v.31). En Isa_16:7 son los mismos moabitas los que se lamentan por la ruina de su nación. El redactor posterior ha tenido un criterio de adaptación muy libre. Cambia constantemente de interlocutor para expresar las ideas. De todos modos es interesante ver cómo aquí el profeta revela profundos sentimientos de compasión ante la catástrofe de los enemigos tradicionales del pueblo judío, los moabitas. Por un lado celebra la manifestación de la justicia divina, y por otro se siente asociado al duelo de una población arruinada. Su grandeza de alma le hacía pesar las tragedias íntimas de sus enemigos políticos. Aquí el profeta se lamenta sinceramente por la ruina material del pueblo moabita, simbolizado en las gentes de Quir-Jeres (v.31), la capital de Moab, la actual fortaleza de Kerak al sudoeste de Moab, en un promontorio sobre el mar Muerto 32. El profeta llora por la ruina material de la viña de Sibma, símbolo de la riqueza característica de la campiña moabita, sus viñedos. Su pérdida supone mucho más que la destrucción de la ciudad de Yaser 33. Era el centro del cultivo del viñedo, famoso aun en las regiones apartadas: tus sarmientos atravesaron el mar hasta Yaser (v.32b). Las cepas de Sibma, buscadas por su calidad, habían sido plantadas desde más allá del mar Muerto hasta Yaser por el oriente. Pero ha caído el devastador., huyeron el regocijo y la alegría. de la campiña de Moab (v.33). Los alegres cánticos tradicionales de los que pisaban en los lagares desaparecieron, porque han sido arruinados los viñedos, y todo como castigo divino: yo he vaciado el vino de tus tinajas.
El v.34 es una repetición de Isa_15:4-6 34; por lo que parece ser inserción de un redactor posterior. El v.35 repite libremente Isa_16:12. Se trata de la destrucción de los lugares de culto en Moab como consecuencia de la devastación general que llevará consigo la despoblación del país.
El v.36 está integrado por reminiscencias de Isa_16:11 e Isa_15:7· El profeta siente en su persona el duelo general, se siente conmovido: mi corazón suspira como una flauta. (el instrumento típico de las honras fúnebres 35), por las gentes de Quir-Jeres, sinónimo del país moabítico. El duelo es general en el país: Toda cabeza ha sido rapada, toda barba rasurada. (v-37). El rasurarse la cabeza y la barba, hacerse incisiones y vestirse de sacos eran las tradicionales señales de duelo36. Insensiblemente deja de hablar el profeta, asociado a la tragedia de la población moabítica, y de nuevo toma la palabra Yahvé para recalcar que la catástrofe la ha enviado El, ya que los invasores no son sino instrumentos de su justicia: He roto a Moab como se rompe un cacharro enojoso (v.38).

Ruina y restauración de Moab (40-47).
40 Pues así habla Yahvé: He aquí que viene volando como el águila y extiende sobre Moab sus alas. 41 Las ciudades han sido tornadas, asaltadas sus fortalezas, y entonces el corazón de los guerreros de Moab será aquel día como el corazón de mujer en parto. 42 Y dejará Moab de ser una nación por haberse alzado contra Yahvé. 43 Terror, hoya y red contra ti, moradora de Moab, oráculo de Yahvé. 44 El que escape al terror, caerá en la hoya; el que se libre de la hoya, será cogido en la red. Yo haré venir todo esto contra Moab el año de su castigo, oráculo de Yahvé. 45 Se detienen a la sombra de Jesebón, extenuados por la fuga; pues fuego sale de Jesebón, y llamas de en medio de Sijón, y devora las sienes de Moab, la coronilla de los tumultuosos. 46 ¡Ay de ti, Moab! Perdido estás, pueblo de Gamos. Tus hijos han sido tomados cautivos, y tus hijas en cautiverio. 47 Pero al fin de los días yo haré volver a los cautivos de Moab, oráculo de Yahvé. Hasta aquí el juicio de Moab.

En los V.40-44 se resume la profecía sobre la devastación de Moab 3?
Se presenta al invasor como un águila que extiende sus alas sobre Moab (v.40). Tal es la celeridad del impetuoso avance. No especifica al invasor, que suele identificarse con Nabucodonosor38. A su paso han caído las fortalezas, y entonces el pavor invadió a sus defensores corno mujer en parto (v.41). La catástrofe ha venido enviada por el mismo Yahvé, contra quien se había alzado orgullosámente Moab. Ha sido un delito contra su omnímoda majestad, que no puede quedar impune. Por eso humilla a Moab para que reconozca su debilidad y dependencia de Yahvé, que dirige la historia de las naciones.
Todo se ha conjurado contra la orgullosa Moab. Los enemigos han puesto todos los medios para tomarla en sus manos: terror, hoya, red (v.43). La imagen está tomada de la caza. Los cazadores asustan la presa para que, precipitada, caiga en la hoya y la red preparadas de antemano. Quien se salve de una caerá en otra (v.44b). Es el mismo Yahvé quien ha dispuesto todo esto, ya que los invasores son meros instrumentos suyos (v.44c).
Los v.45-40 faltan en el texto griego, y reproducen Num_21:28-29 y 24:17. En ellos se canta la victoria del rey amorreo Seón sobre Moab al tomarles la ciudad de Jesebón. De esta ciudad conquistada por Seón salía la espada como un fuego devorador sobre todo el país. La otra frase, devora las sienes de Moab y la coronilla de los tumultuosos (v.45c), está tomada de la profecía de Balaam, en la que se predice la humillación de Moab por los israelitas. Podemos suponer, pues, que un redactor posterior al mismo Jeremías adaptó estos versos al contexto de la profecía contra Moab. Así, la escena es la siguiente: llegada la invasión, los pobres fugitivos de la campiña moabítica se refugian en la fortaleza de Jesebón (v.45). Pero de nada les ha servido esto, pues el enemigo ha tomado en seguida Jesebón, de la que salen, como fuego devastador, a conquistar todo el país39. A los moabitas se les llama despectivamente tumultuosos (v.45c), lit. hijos del estrépito, por su carácter altanero, con complejo de autosuficiencia 40. La frase sienes y coronilla de Moab puede significar los puntos más culminantes de la nación.
La catástrofe nacional ha sido completa, ya que la población en masa ha sido llevada en cautividad (v.46). La expresión pueblo de Caraos es irónica y despectiva, ya que el dios nacional no ha podido salvar a su pueblo. Pero, en cambio, será Yahvé el que rehabilitará a Moab de nuevo como nación (v.47). Jeremías en 602 predijo que los pueblos vecinos de Judá, después de ser castigados convenientemente, serían restablecidos en sus tierras41. Y en uno de sus oráculos los admite a formar parte del futuro reino mesiánico de Israel 42. La expresión al fin de los días es clásica para designar la inauguración de los tiempos mesiánicos. En la mente de los profetas, todos los aconteceres históricos de los pueblos tienen un sentido en la mente divina, y así Dios unas veces los castiga y otras veces les permite llegar a un estado de prosperidad; pero todos están subordinados a la futura manifestación mesiánica en el pueblo elegido.

1 Cf. Gén_19:30-38. 2 Núm c.21. 3 El texto griego lee, en vez de cindadela, Amaz y Agaz, como si fueran dos localidades. 4 El TM: sus pequeños en vez de Segor. 5 Así según los LXX. El TM como Aroer. 6 Los LXX leen dad a Moab una tumba o cenotafio, como signo de su desaparición. La versión que hemos elegido, siguiendo a muchos autores, es problemática, pero hace perfecto sentido. 7 Cf. Abel, Géog. de la Palestine II p.397. 8 Cf. id., o.c., p.419. 9 Eran famosas sus piscinas. Cf. Can_7:4; Jos_21:39; Num_21:25. En el hebreo hay un juego de palabras como en el siguiente nombre Madmen. 10 Cf. Isa_15:9; Isa_10:31; Jos_15:31. 11 Cf. Abel, o.c., II sub verbo. 12 Cf. Isa_15:15. Aparece en la estela de Mesa, y es citado por fl. Josefo, Ant. Jud. XIV 1:4. 13 Cf. Gen_19:203. Véase Fl. Josefo, Bel. Jud. IV 8:3, y San Jerónimo Quaest. in Gen. 14:3; cf. Abel, Géog. de la Pal. II p.466. 14 Cf. Abel, o.c., II p.3?o. 15 Los que no siguen la lectura griega, sino la hebrea, con algún cambio, creen ver una alusión a un arbusto propio del desierto. En ese caso se compararía a la población salvada de la catástrofe con ese arbusto en medio de la desolación de la estepa. 16 Cf. Deu_3:10; Deu_4:43; Jos_13:9. 17 Cf. Am 1. 18 Así opina, entre otros, Gondamin. 19 Cf. Jer_50:25. 20 Cf. Jer 32s; Isa_16:8.10. 21 Cf. 1Re_12:29. 22 Cf. Isa_34:7. 23 Cf. Isa_14:4. 24 Cf. Isa_47:15s. 25 Aroer se hallaba en la orilla septentrional del Arnón. Cf. Abel, o.c., II p.250. 26 La enumeración de las localidades es prolija, y la mayor parte de ellas puede identificarse. Muchos autores traducen la palabra hebrea que hemos vertido por meseta por un lugar geográfico llamado Mishor, según suena el vocablo original hebreo. Cf. abel, o.c., I P.429-30. Jolón nos es desconocido. Abel supone que estaba junto a Mádaba. Yahasa: según el Onomasticom de Eusebio, estaba entre Mádaba y Dibón. Mefaat parece ser el actual Ne-faa, al NE. de Hesbán. Bet-Diblataim serían las ruinas de Releilat, al NE. de Libb, entre Mádaba y Dibón. Cf. Abel, o.c., II p.242-26g. Qw'rtaíazm, el actual el-Qareiyat, a 21 kilómetros al SE. de Mádaba. Bet-Gamul, el actual el-Gameil, entre el Arnón y Umm er-Rasas. Bet-Maón, Main, al SO. de Mádaba. Queriot: quizá el actual Salive. Bosra: según Abel, es Umm el-Amad, al N. de Mádaba. 27 Cf. Jer c.25. 28 Algunos autores toman la palabra heb. Pipahat, que hemos traducido por precipicios, por una localidad geográfica. 29 El TM dice Mar de Yaser. Pero la palabra mar falta en algunos manuscritos y en el lugar paralelo de Isa_16:8. Por otra parte, en Yaser no había ningún mar. 30 Lit. Hedad, hedad no es hedad. Hedad parece ser el grito alegre del lagarero. Otros traducen: ni se oye el hedad (Cant.). Bib. de Jérus.: no resuena el grito de alegría. 31 Otros traducen: sacrificios sobre los lugares altos (Cant.). 32 Cf. Abel, o.c., II p.i4& 33 Cf. Isa_16:8-9. 34 Sobre la identificación de Hesebón véase com. al v.2. Elale es el-Al, al NE. de Hesebón: Hesbán. Sobre Yahsa véase com. al v.21. Sobre Soar véase com. al í.3· Õ sobre Joronáyim véase también com. al v.3. Las aguas de Nimrim aparecen en Isa_15:6. Seguramente es wadl Nimrim, al norte de Moab. Cf. Num_32:32-36; Jos_13:29. 35 Cf. Mat_9:23. 36 Cf. Isa_15:2-3; Jer_7:29; Jer_16:6; Jer_41:5; 47:5; 49,3- 37 Parte de los v.40-41 aparece en el oráculo contra Edom (49:22). Los v.43-44 están calcados en Isa_24:17-18. 38 La figura del águila aplicada al invasor aparece en Isa_46:11; Eze_17:3; cf. Deu_28:49. 39 Sijón, o Sehón, es sinónimo aquí de Jesebón, ya que el rey Sehón había tomado esta ciudad. 40 Quizá la frase coronilla y sienes tenga el sentido de denominación étnica, aplicada a los árabes y beduinos. Cf. Herodoto, III 8, donde se dice que los árabes se cortaban los cabellos en forma circular. En Flavio Josefo se llama a los árabes los rasurados en círculo (Contra Apión 22). 41 Cf. 2Re_24:2. 42 Jer 12:15-16.