Levítico 11 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 47 versitos |
1 El Señor dijo a Moisés y a Aarón:
2 Hablen en estos términos a los israelitas: Ustedes podrán comer cualquier animal terrestre
3 que tenga las pezuñas partidas -es decir, divididas en dos mitades- y que sea rumiante.
4 Pero se abstendrán de comer los siguientes animales, a pesar de que tienen la pezuña partida o son rumiantes: el camello,
5 el damán
6 y la liebre, porque son rumiantes, pero no tienen las pezuñas partidas;
7 y también el cerdo, porque tiene las pezuñas partidas, pero no es rumiante: a este deberán considerarlo impuro.
8 Ustedes no comerán la carne de estos animales ni tocarán sus cadáveres, sino que deberán considerarlos impuros.
9 Entre los animales que viven en el agua, ya sea en el mar o en los ríos, ustedes podrán comer aquellos que tienen aletas y escamas.
10 Pero deberán tener por una cosa inmunda a cualquier animal que carezca de aletas y escamas, entre los seres que se mueven por las aguas y entre los vivientes que están en las aguas, ya sea en el mar o en los ríos.
11 No comerán su carne y sentirán repulsión por sus cadáveres.
12 Todo lo que vive en el agua y no tiene aletas ni escamas, será para ustedes una cosa inmunda.
13 También deberán considerar inmundas -y por lo tanto, no las podrán comer- a las siguientes aves: el águila, el quebrantahuesos, el águila marina,
14 el milano, las diversas especies de halcón,
15 todas las variedades de cuervos,
16 el avestruz, la golondrina, la gaviota,
17 la lechuza, el corvejón, el búho,
18 el ibis, el pelícano, el buitre,
19 la cigüeña, las diversas especies de garza, la abubilla y el murciélago.
20 Además, ustedes deberán considerar inmundos a todos los insectos con alas que andan sobre cuatro patas.
21 Pero podrán comer, entre los animales de esta clase, todos aquellos que tienen más largas las patas de atrás, y por eso pueden saltar sobre el suelo,
22 o sea, todas las variedades de langostas y grillos.
23 Cualquier otro insecto alado que tenga cuatro patas, será para ustedes una cosa inmunda.
24 A causa de estos animales, ustedes podrán incurrir en impureza. El que toque sus cadáveres, será impuro hasta la tarde.
25 El que levante el cadáver de alguno de ellos, tendrá que lavar su ropa y será impuro hasta la tarde.
26 Asimismo, todos los animales que no tengan las pezuñas partidas y que no sean rumiantes, serán impuros para ustedes. El que los toque será impuro.
27 Todos los cuadrúpedos que para caminar se apoyan sobre la planta de los pies, serán impuros para ustedes. El que toque sus cadáveres, será impuro hasta la tarde,
28 y el que levante el cadáver de alguno de ellos, tendrá que lavar su ropa y será impuro hasta la tarde. Ustedes deberán considerarlos impuros.
29 Entre los animales pequeños que caminan arrastrándose por el suelo, serán impuros para ustedes los siguientes: el topo, el ratón y las diversas especies de lagartos;
30 las diferentes clases de lagartijas, la salamandra y el camaleón.
31 Ustedes deberán considerar impuros a todos estos animales pequeños. El que toque sus cadáveres, será impuro hasta la tarde.
32 También será impuro el objeto sobre el que caiga el cadáver de alguno de ellos, sea que se trate de un objeto de madera, de una prenda de vestir, de un cuero, de una bolsa, o de cualquier otra cosa que preste alguna utilidad. Estos objetos deberán ser sumergidos en el agua y serán impuros hasta la tarde; después serán puros.
33 Si uno de estos cadáveres cae en una vasija de barro, todo lo que haya dentro de ella será impuro y la vasija se deberá romper.
34 Cualquier comestible que entre en contacto con el agua contenida en esa vasija, será impuro, y cualquier bebida se volverá impura a causa de esa vasija.
35 El objeto sobre el que caiga alguno de esos cadáveres, será impuro. Si se trata de un horno o de un fogón, tendrán que ser derribados: son impuros, y ustedes tendrán que considerarlos como tales.
36 Sin embargo, la fuente o la cisterna donde se recoge el agua, permanecer[a pura, pero el que toque uno de esos cadáveres será impuro.
37 Y si un cadáver cae sobre la semilla que a ser sembrada, esta será pura.
38 En cambio, si se arroja agua sobre la semilla y algo de esos cadáveres cae sobre ella, ustedes deberán tenerla por impura.
39 Si muere un animal que ustedes pueden comer, el que toque el cadáver será impuro hasta la tarde.
40 El que coma carne de ese cadáver deberá lavar su ropa y será impuro hasta la tarde; y el que levante el cadáver deberá lavar su ropa y será impuro hasta la tarde.
41 Todos los animales que se arrastran por el suelo son una cosa inmunda: no está permitido comerlos.
42 Por lo tanto, ustedes no comerán ningún reptil que se arrastra sobre su vientre, ningún insecto que camina sobre cuatro patas o que tiene muchas patas, y ningún otro animal que arrastra el suelo, porque son algo inmundo.
43 No se contaminen ustedes mismos a causa de esos animales. No incurran en impureza a causa de ellos, para no quedar contaminados.
44 Porque yo soy el Señor, su Dios, y ustedes tienen que santificarse y ser santos, porque yo soy santo. No incurran en impureza a causa de esos animales que se arrastran por el suelo.
45 Porque yo soy el Señor, el que los hice subir del país de Egipto para ser su Dios. Ustedes serán santos, porque yo soy santo.
46 Estas son las instrucciones acerca de los animales, de las aves, de todos los seres vivientes que se mueven en las aguas, y de todos los demás animales que se arrastran por el suelo.
47 Así se establecerá una distinción entre lo puro y lo impuro, y entre los seres vivientes que está permitido comer y los que no pueden ser comidos.

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Introducción a Levítico


Levítico


Los judíos de habla griega llamaron LEVÍTICO al tercer libro del Pentateuco. Este nombre da una idea bastante adecuada de su contenido, porque el mismo consta casi exclusivamente de las prescripciones rituales que debían poner en práctica los sacerdotes de la tribu de Leví.
La primera parte del Levítico está dedicada al ritual de los sacrificios (caps. 1-7). Luego vienen el ceremonial para la investidura de los sacerdotes (caps. 8-10), y la ley sobre lo puro y lo impuro (caps. 11-15), que concluye con el ritual para el gran Día de la Expiación (cap. 16). Los caps. 17-26 contienen la así llamada "Ley de Santidad", que se cierra con una serie de bendiciones y maldiciones. A modo de Apéndice, el cap. 27 determina las condiciones para el rescate de las personas, los animales y los bienes consagrados al Señor.
El Levítico pertenece en su totalidad a la tradición "sacerdotal". De allí su estilo minucioso y preciso, sobrecargado de términos técnicos y de repeticiones. Esta es una característica de todas las legislaciones cultuales, que se extienden hasta los más mínimos detalles para asegurar la eficacia de los ritos.
Aunque el Libro recibió su forma definitiva en la comunidad postexílica, algunos de los elementos que lo integran tienen un origen muy antiguo. Las prohibiciones alimenticias (cap. 11) y las reglas relativas a la pureza (caps. 13-15) conservan vestigios de una edad primitiva, cargada de tabúes y concepciones mágicas. El ceremonial del gran Día de la Expiación (cap. 16) yuxtapone a un rito arcaico un concepto muy elevado del pecado.
Como en el resto del Pentateuco, las leyes están encuadradas en un marco narrativo. Pero en el Levítico ese marco es muy simple, y se reduce casi siempre a una fórmula convencional, que hace depender todo el culto israelita de una orden dada por Dios a Moisés en el Sinaí. Así se pone de relieve la relación del culto con la Alianza.
La lectura del Levítico deja casi inevitablemente la impresión de que su contenido pertenece a una cultura lejana y extraña al hombre moderno. Esto es verdad, pero visto en su contexto histórico, el Libro atestigua un sentido muy profundo de la trascendencia divina y de la preocupación por formar un Pueblo santo, consagrado al culto del verdadero Dios en medio de las naciones paganas.
La antigua Ley no era más que "la sombra de los bienes futuros" ( Heb_10:1 ), y el único Sacrificio de Cristo hizo caducar todo el ceremonial del antiguo Templo. Pero las exigencias de santidad y de pureza en el servicio de Dios siguen siendo siempre válidas, y la referencia al Levítico es indispensable para entender muchos pasajes del Nuevo Testamento, que nos hablan de Cristo y de su Sacrificio redentor.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Levítico 11,1-47

4. "Se abstendrán de comer": los israelitas tenían prohibido comer y ofrecer a Dios como víctimas o primicias ciertos animales considerados impuros. No se puede determinar exactamente los motivos que llevaron a calificar de impuros a esos animales. En algunos casos, la impureza parece provenir del carácter nocivo o repugnante de los mismos; en otros, de su vinculación con prácticas paganas. El cerdo, por ejemplo, era considerado animal sagrado en los cultos sirofenicios.