Malaquías 1 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 14 versitos |
1 Oráculo. Palabra del Señor a Israel por medio de Malaquías.
2 ¡Yo los he amado!, dice el Señor, y ustedes dicen: "¿En qué nos has amado?". ¿Esaú no era el hermano de Jacob? -oráculo del Señor-. Sin embargo, yo amé a Jacob
3 y aborrecí a Esaú. Yo hice de sus montañas una desolación y di su herencia a los chacales del desierto.
4 Si Edom dice: "¡Hemos sido destruidos, pero reconstruiremos nuestras ruinas!", así habla el Señor de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo demoleré, se los llamará "Territorio de maldad" y "Pueblo contra quien el Señor está enojado para siempre".
5 Ustedes lo verán con sus ojos y dirán: "¡Grande es el Señor, aún más allá del territorio de Israel!".
6 El hijo honra a su padre y el servidor teme a su señor. Pero si yo soy Padre, ¿dónde está mi honor? si soy Señor, ¿dónde está mi temor?, les dice el Señor de los ejércitos, a ustedes, sacerdotes, que desprecian mi Nombre. Y ustedes dicen: "¿En qué hemos despreciado tu Nombre?".
7 Presentando sobre mi altar un alimento manchado, Y ustedes dicen: "¿En qué te hemos manchado?". Diciendo: "La mesa del Señor es despreciable".
8 Cuando ustedes presentan un animal ciego para el sacrificio, ¿no están obrando mal? Y cuando presentan un animal rengo o enfermo, ¿no están obrando mal? Ofrécelos a tu gobernador, a ver si te recibe bien y se muestra favorable, dice el Señor de los Ejércitos.
9 Y ahora, aplaquen el rostro de Dios, para que él tenga piedad de nosotros. Todo esto viene de las manos de ustedes, ¿acaso él se les mostrará favorable?, dice el Señor de los ejércitos.
10 ¿No habrá alguien entre ustedes que cierre las puertas, para que no enciendan en vano el fuego de mi altar? Yo no me complazco en ustedes, dice el Señor de los ejércitos, y no acepto las ofrendas de sus manos.
11 Pero desde la salida del sol hasta su ocaso, mi Nombre es grande entre las naciones y en todo lugar se presenta a mi Nombre un sacrificio de incienso y una ofrenda pura; porque mi Nombre es grande entre las naciones, dice el Señor de los ejércitos.
12 Pero ustedes lo profanan cuando dicen: "La mesa del Señor está manchada, y su alimento es despreciable".
13 Ustedes dicen: "¡Qué fastidio!" y me provocan dice el Señor de los ejércitos. Cuando traen un animal robado, rengo o enfermo, cuando traen esas ofrendas, ¿puedo yo aceptarlas de sus manos?, dice el Señor.
14 ¡Maldito sea el tramposo que tiene un animal macho en su rebaño, lo ofrece en voto y después sacrifica al Señor uno mutilado! Porque yo soy un gran Rey, dice el Señor de los ejércitos, y mi Nombre es temible entre las naciones.

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Introducción a Malaquías


Malaquías

Los oráculos que cierran la colección de los escritos proféticos son la obra de un profeta cuyo verdadero nombre nos es desconocido. El nombre MALAQUÍAS -que en hebreo significa "mi mensajero"- fue tomado seguramente de 3. 1 y puesto como título en el encabezamiento del Libro. Aunque estos oráculos no traen ninguna indicación cronológica, la actividad de Malaquías suele situarse poco antes del 445 a. C., fecha en que Nehemías llegó a Jerusalén para llevar a cabo la reforma política y religiosa de la comunidad judía. Este escrito proporciona datos muy valiosos sobre las condiciones de vida del Judaísmo a mediados del siglo V a. C., corroborando y completando la información que nos dan los libros de Esdras y Nehemías.
Cuando Malaquías desarrolló su actividad profética, el Templo ya estaba reconstruido, pero el culto divino y la conducta de los sacerdotes dejaba mucho que desear (2. 1-9). A estos abusos en la práctica del culto se sumaban otros de carácter moral y social. Los ricos oprimían a los pobres (3. 5; Neh_5:1-5 ), muchos repudiaban a la esposa de su juventud para casarse con mujeres extranjeras ( Neh_2:14 ) y otros consideraban que era inútil servir al Señor, ya que a los malos les va mejor que a los buenos ( Neh_2:17 ; Neh_3:13-14 ). Todos estos pecados son condenados por Malaquías. Frente a la indiferencia y al escepticismo generalizados, él reafirma decididamente el amor de Dios hacia su Pueblo ( Neh_1:2-5 ). Con la misma energía condena los abusos cometidos en el Templo ( Neh_1:13-14 ), reprueba los matrimonios con mujeres paganas ( Neh_2:11 ) y exhorta a la fidelidad matrimonial ( Neh_2:15-16 ), que encuentra su prototipo en la fidelidad del Señor hacia Israel.
Por último, el profeta anuncia el "Día del Señor", que purificará a los sacerdotes, destruirá toda injusticia y dará el triunfo a los justos. Esta restauración del orden moral (3. 5) y del orden cultual (3. 4) culminará en el sacrificio perfecto ofrecido al Señor por todas las naciones (1. 11), que preludia el sacrificio incruento de la Nueva Alianza. En el más célebre de sus oráculos proféticos, Malaquías describe la llegada del Señor, preparada por un misterioso mensajero (3. 1), a quien el Evangelio indentifica con Juan el Bautista, el Precursor de Jesús ( Mat_11:10 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Malaquías 1,1-14

2-5. Los oráculos de Malaquías presentan por lo general un mismo esquema. A la cuestión planteada por el profeta, el pueblo replica con una pregunta en la que expresa sus objeciones y sus dudas. A partir de esta pregunta, el profeta expone su pensamiento, insistiendo sobre todo en las consecuencias prácticas. Este procedimiento literario se inspira seguramente en la práctiva judicial.

3. La tradición bíblica considera a "Esaú" como el antepasado de Edóm, el enemigo ancestral de Israel ( Gen_25:29-30; Gen_36:8-9). Ver Rom_9:13.

11. Después de señalar que el Señor reprueba los sacrificios ofrecidos en el Templo de Jerusalén, el profeta anuncia una renovación total del culto divino en los tiempos mesiánicos. Aunque Malaquías no específica de qué manera se va a producir esta renovación, él ya vislumbra el culto "en espíritu y en verdad" ( Jua_4:23) centrado en la Eucaristía.