SEGUNDA CARTA DE SAN JUAN
La SEGUNDA CARTA DE SAN JUAN está dirigida a una comunidad cristiana de Asia Menor. La fe de esa comunidad se ve amenazada por la presencia de falsos maestros, que se aventuran "más allá de la doctrina de Cristo" (v. 9) y "no confiesan a Jesucristo manifestado en la carne" (v. 7), es decir, niegan el misterio de la Encarnación. Juan quiere alertar a los creyentes contra esas enseñanzas. Por eso les recuerda que ellos poseen el conocimiento de la verdad, y que deben vivir en la verdad, amándose los unos a los otros, según el mandamiento recibido del Padre y transmitido por la Iglesia desde el comienzo (vs. 4-6).
II Juan 1,1-13
1. "El Presbítero": en la época apostólica se daba este título a los jefes de las comunidades cristianas (ver nota Hec_11:30). Pero aquí se trata de alguien que por su gran autoridad era llamado "el" Presbítero por excelencia, ya que este título basta al autor de la Carta para identificarse ante sus lectores. Testimonios muy antiguos permiten establecer que este Presbítero es el Apóstol Juan, jefe principal de las Iglesias de Asia Menor.
5. Ver nota 1Jn_2:7-8.
7. Ver nota 1Jn_2:18-19.
9. Ver 1Jn_2:23.
10-11. El "saludo", tal como lo practican los orientales aún ahora, es mucho más que un simple gesto de buena educación. Además de incluir una fórmula de bendición, comprende gestos muy variados, que según las circunstancias expresan respeto, amistad, veneración o solidaridad. En este contexto, resulta claro que si alguien "saluda" a un maestro del error "se hace cómplice de sus malas obras".