Tobías 5 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 38 versitos |
1 Entonces Tobías respondió a su padre Tobit: "Yo haré, padre, todo lo que me has ordenado.
1 Al tercer día, una vez que terminó de orar, Ester se quitó su ropa de penitente y se atavió con todo lujo. Después de Ester 4:17
2 Pero ¿cómo podré recuperar ese dinero que tiene Gabael? El no me conoce a mí, ni yo a él. ¿Qué señal le daré para que me reconozca, me crea y me entregue el dinero? Además, no sé qué camino hay que tomar para ir a Media".
2 Así, deslumbrante de hermosura, invocó a Dios que vela por todos y los salva. Luego tomó consigo a las dos damas de compañía
3 Tobit le dijo: "El me dio un recibo y yo le di otro; lo dividí en dos partes, cada uno tomó la suya y yo puse mi parte con el dinero. Ya hace veinte años que deposité esa suma. Ahora, hijo mío, busca una persona de confianza para que te acompañe; le pagaremos un sueldo hasta que vuelvas. Ve entonces a recuperar ese dinero".
3 y se apoyó delicadamente sobre una de ellas,
4 Tobías salió a buscar un buen guía, que conociera el camino para ir con él a Media. Afuera encontró al ángel Rafael, que estaba de pie frente a él y, sin sospechar que era un ángel de Dios,
4 mientras la otra la seguía sosteniendo el ruedo de su vestido.
5 le preguntó: "¿De dónde eres, amigo?". El ángel le respondió: "Soy uno de tus hermanos israelitas, y he venido a buscar trabajo aquí". Tobías le dijo: "¿Conoces el camino para ir a Media?".
5 Ella iba radiante, en el apogeo de su belleza, con el rostro sonriente como una enamorada, aunque su corazón estaba oprimido por el temor.
6 "¡Por su puesto!, le respondió el ángel. He estado allí muchas veces y conozco todos los caminos de memoria. He ido frecuentemente a Media y me he alojado en casa de Gabael, uno de nuestros hermanos, que vive en Ragués de Media. Hay dos días de camino desde Ecbátana hasta Ragués, porque Ragués está situada en la montaña y Ecbátana en medio de la llanura".
6 Después de franquear todas las puertas, se detuvo delante del rey. El estaba sentado en su trono real, revestido con todos los atuendos de sus apariciones solemnes, cubierto de oro y piedras preciosas, e inspiraba un gran terror.
7 Tobías le dijo: "Espérame, amigo, mientras voy a avisar a mi padre, porque necesito que vengas conmigo. Yo te pagaré tu sueldo".
7 Entonces alzó su rostro encendido de majestad y, en un arrebato de ira, lanzó una mirada fulminante. La reina se sintió desvanecer: débil como estaba, cambió de color y reclinó su cabeza sobre la dama de honor que la precedía.
8 El ángel le respondió: "Te espero aquí, pero no tardes".
8 Pero Dios cambió el espíritu del rey y lo movió a la mansedumbre. Lleno de inquietud, se precipitó de su trono y la tomó entre sus brazos, mientras ella volvía en sí. La reconfortó con palabras tranquilizadoras, diciéndole:
9 ¿Qué pasa, Ester? Yo soy tu hermano, ten confianza.
9 Tobías entró a avisar a su padre que había encontrado a uno de sus hermanos israelitas. Y Tobit le dijo: Preséntamelo, para que yo sepa a qué familia y a qué tribu pertenece. Quiero saber si se puede confiar en él para que te acompañe". Tobías salió a llamarlo y le dijo: "Amigo, mi padre te llama".
10 No vas a morir, nuestro decreto vale solamente para la gente común.
10 El ángel entró en la casa, Tobit lo saludó primero y aquel le respondió: "Mis parabienes, hermano". Pero Tobit le dijo: "¿Qué alegría puedo tener? Estoy ciego, no veo más la luz del sol y me encuentro sumergido en la oscuridad, como los muertos que ya no contemplan la luz. Estoy enterrado en vida; oigo la voz de los hombres, pero no los veo". El ángel le dijo: "¡Animo! Dios te curará pronto". Tobit añadió: "Mi hijo Tobías desea ir a Media. ¿Podrías tú acompañarlo como guía? Yo te pagaré un sueldo, hermano". El ángel le respondió: "Estoy dispuesto a acompañarlo. Conozco todos los caminos; he ido varias veces a Media , he atravesado todas sus llanuras y conozco muy bien los senderos de sus montañas".
11 Tobit le preguntó: "¿Quieres decirme, hermano, de qué familia y de qué tribu eres?".
11 ¡Acércate!"
12 "¿Qué importa mi tribu?", le dijo el ángel. Tobit insistió: "Quiero saber con seguridad de quién eres hijo y cómo te llamas".
12 Luego alzó el cetro de oro y lo puso sobre el cuello de Ester, la besó y le dijo: "Háblame".
13 El ángel le respondió: "Yo soy Azarías, hijo de Ananías el Grande, uno de tus hermanos".
13 Ella le respondió: "Yo te vi, señor, como a un ángel de Dios, y mi corazón se estremeció de temor ante tu majestad.
14 Tobit le dijo: "¡Bienvenido, hermano , y Salud! No tomes a mal que haya querido conocer la verdad acerca de tu familia, Por lo visto, eres un hermano de respetable y noble origen. Conozco a Ananías y a Natán, los dos hijos de Semeías el Grande. Ellos me acompañaban a Jerusalén; allí adoraban junto conmigo, y nunca se apartaron del buen camino. Tus hermanos son hombres de bien y tú eres de buena estirpe. ¡Sé bienvenido!".
14 Porque tú eres admirable, señor, y tu rostro está lleno de fascinación".
15 Luego siguió diciendo: "Te pagaré como sueldo una dracma diaria, y tendrás todo lo que necesite, lo mismo que mi hijo.
15 Pero mientras ella hablaba, se desvaneció a causa de su debilidad.
16 Acompáñalo, y yo te daré un sobresueldo". El ángel respondió: "Sí, iré con él, no tengas miedo. Volveremos tan bien como hemos salido, porque el camino es seguro".
16 El rey estaba desconcertado y todo su séquito trataba de reanimarla.
17 Tobit exclamó: "¡Bendito seas, hermano!". Después llamó a su hijo y le dijo: "Hijo mío, prepara lo necesario para el viaje y parte con tu hermano. El Dios que está en el cielo los proteja y los haga volver a mi lado sanos y salvos. ¡Que su ángel los acompañe con su protección, hijo mío!". Tobías salió para ponerse en camino, y abrazó a su padre y a su madre. Tobit le dijo: "¡Buen viaje!".
18 Su madre se puso a llorar y dijo a Tobit: "¿Por qué has hecho partir a mi hijo? ¿Acaso no es el bastón de nuestra mano, el que guía nuestros pasos?
19 ¿Para qué acumular más dinero? No importa nada comparado con nuestro hijo.
20 Con lo que el Señor nos daba para vivir ya teníamos bastante".
21 Tobit le respondió: "¡No pienses eso! Nuestro hijo se va muy bien y volverá junto a nosotros con toda felicidad; tus propios ojos verán el día en que regresará sano y salvo. No te preocupes ni temas por ellos, hermana.
22 Un ángel bueno lo acompañará, él hará un buen viaje y volverá sano". Y ella dejó de llorar.

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Introducción a Tobías


Tobías

El libro de TOBÍAS fue escrito hacia el año 200 a. C. y sólo se ha conservado en varias versiones griegas y latinas, bastante diversas unas de otras. Como los libros de Ester y de Judit, pertenece al género de los relatos "edificantes" o narraciones elaboradas con el fin de transmitir una enseñanza de carácter moral y religioso.
Los protagonistas del relato son los miembros de una familia de la tribu de Neftalí, deportada a Nínive cuando los asirios invadieron y conquistaron el territorio de Galilea ( 2Ki_15:29 ). Esta ambientación fuera de Palestina es un elemento esencial de la narración, ya que la enseñanza contenida en el Libro está destinada principalmente a sostener la fe de los judíos dispersos en un ambiente pagano y casi siempre hostil. Para animarlos a mantenerse fieles al Señor, aun en medio de las pruebas, el autor les propone un modelo ejemplar en la figura de Tobit, el padre del joven Tobías. Lo que más se destaca a través del relato es la acción providencial de Dios. Los hechos que a primera vista parecen casuales responden en realidad a un designio divino -un "secreto"- que sólo al final se pone de manifiesto ( 2Ki_12:11 ). Y por eso, la verdadera sabiduría consiste en mantener la confianza en el Señor, incluso en las situaciones más desesperadas.
En el libro de Tobías, el ejecutor de este designio divino es un "ángel" llamado Rafael, que significa "Dios sana". Mientras que en los textos bíblicos más antiguos el Señor se acerca personalmente a los hombres y habla con ellos, en esta etapa de la Revelación se acentúa el sentido de la trascendencia divina. Una distancia infinita separa a los hombres de Dios, pero esa distancia es salvada por la intervención de los ángeles, cuya función consiste en ser los "mensajeros" de las bendiciones y de los castigos divinos, y en presentar al Señor las súplicas y necesidades de los hombres ( 2Ki_12:12-15 ).
Junto con la invitación a confiar en la Providencia divina, la historia de Tobías destaca otros valores de profundo contenido evangélico: la santidad del matrimonio, el respeto filial, la misericordia hacia los pobres, la práctica de la limosna, la aceptación humilde de las pruebas y la eficacia de la oración.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Tobías 5,1-28

15. En la época griega, la "dragma" era el pago corriente de una jornada de trabajo, como en la época romana iba a ser el denario ( Mat_20:2).