Eclesiástico 2 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 18 versitos |
1 Hijo, si te decides a servir al Señor, prepara tu alma para la prueba.
2 Endereza tu corazón, sé firme, y no te inquietes en el momento de la desgracia.
3 Únete al Señor y no se separes, para que al final de tus días seas enaltecido.
4 Acepta de buen grado todo lo que te suceda, y sé paciente en las vicisitudes de tu humillación.
5 Porque el oro se purifica en el fuego, y los que agradan a Dios, en el crisol de la humillación.
6 Confía en él, y él vendrá en tu ayuda, endereza tus caminos y espera en él.
7 Los que temen al Señor, esperen su misericordia, y no se desvíen, para no caer.
8 Los que temen al Señor, tengan confianza en él, y no les faltará su recompensa.
9 Los que temen al Señor, esperen sus beneficios, el gozo duradero y la misericordia.
10 Fíjense en las generaciones pasadas y vean: ¿Quién confió en el Señor y quedó confundido? ¿Quién perseveró en su temor y fue abandonado? ¿Quién lo invocó y no fue tenido en cuenta?
11 Porque el Señor es misericordioso y compasivo, perdona los pecados y salva en el momento de la aflicción.
12 ¡Ay de los corazones cobardes y de las manos que desfallecen, y del pecador que va por dos caminos!
13 ¡Ay del corazón que desfallece, porque no tiene confianza! A causa de eso no será protegido.
14 ¡Ay de ustedes, los que perdieron la constancia! ¿Qué van a hacer cuando el Señor los visite?
15 Los que temen al Señor no desobedecen sus palabras y los que lo aman siguen fielmente sus caminos.
16 Los que temen al Señor tratan de complacerlo y los que lo aman se sacian de su Ley.
17 Los que temen al Señor tienen el corazón bien dispuesto y se humillan delante de él:
18 "Abandonémonos en las manos del Señor y no en las manos de los hombres, porque así como es su grandeza es también su misericordia".

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Introducción a Eclesiástico


Segundo Libro de los Macabeos

El segundo libro de los MACABEOS no es la continuación del primero, sino en parte paralelo a él, ya que se refiere a los mismos acontecimientos del período comprendido entre el 175 y el 160 a. C., tomados de un poco más atrás y relatados en un estilo diferente. Como lo señala su autor (2. 23), él se limitó a resumir una obra mucho más extensa, redactada en cinco volúmenes por Jasón de Cirene, un ferviente judío de sólida formación helenista. Todo parece indicar que este resumen se llevó a cabo en Alejandría, poco después del 124 a. C.
Este Libro pertenece a un género literario muy difundido en aquella época, denominado "historia dramática" o "patética", en el cual la narración de los hechos históricos se convierte en un medio para conmover, entusiasmar o edificar al lector. Eso explica el empleo de ciertos recursos "efectistas", destinados a suscitar la adhesión o la repulsa, como son el lenguaje declamatorio y ampuloso, los epítetos hirientes, el tono mordaz con que se trata a los adversarios y la acentuada predilección por los elementos maravillosos.
A lo largo de toda su obra, que es una especie de "panegírico religioso", el autor trata de inculcar el amor y la devoción hacia el Templo de Jerusalén, centro de la vida del Pueblo judío. Esta idea ya está presente en las "Cartas" que figuran al comienzo del Libro e imprime su sello al plan que ha guiado la composición del mismo. De hecho, la historia relatada en él se desarrolla en cinco actos centrados alrededor del Templo, y al final del Libro se deja clara constancia de que para Judas y sus hombres "lo primero y principal era el Templo consagrado" (15. 18).
La forma explícita con que este Libro afirma la resurrección de los muertos y la claridad con que destaca el valor de la oración por los difuntos y de la intercesión de los mártires, le han merecido una especial acogida por parte de la Iglesia.



CARTAS A LOS JUDÍOS DE EGIPTOY PRÓLOGO DEL AUTOR

Al comienzo del Libro, el autor transcribe dos cartas escritas por los judíos de Jerusalén. En la primera, estos exhortan a sus hermanos de Egipto a celebrar en unión con ellos la fiesta de la Dedicación del Templo. Dicha carta está fechada en el 124 a. C., es decir, en el cuadragésimo aniversario de la Purificación del Santuario realizada por Judas Macabeo (164 a. C.).
La segunda es anterior y bastante más extensa. Aunque no lleva fecha, parece que fue escrita pocos días antes de la Dedicación del Templo en el 164 a. C., con el fin de poner de relieve la importancia de la Fiesta que se iba a celebrar dentro de poco (1. 18). Después de un breve relato sobre la muerte de Antíoco IV Epífanes, en esta carta se evocan los hechos portentosos que acompañaron a la restauración del Templo en la época de Nehemías. La mayor parte de los datos están tomados de escritos apócrifos o de tradiciones populares, que no pueden ser considerados como documentos históricos. Las dos cartas van seguidas de un Prólogo, donde el autor explica sus intenciones y su método de trabajo.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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