Zacarías 2 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 17 versitos |
1 Yo levanté los ojos, y tuve una visión: Había cuatro cuernos.
2 Entonces pregunté al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué son estos cuernos?". El me respondió: "Son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén".
3 Después el Señor me mostró cuatro herreros.
4 Yo pregunté: "¿Qué vienen a hacer estos?". El me respondió: "Aquellos son los cuernos que dispersaron a Judá, a tal punto que nadie podía levantar la cabeza; pero estos han venido para aterrarlos, para derribar los cuernos de las naciones que atacaron al país de Judá, a fin de dispersarlo".
5 Yo levanté los ojos, y tuve una visión: Había un hombre que tenía en la mano una cuerda de medir.
6 Entonces le pregunté: "¿A dónde vas?". El me respondió: "Voy a medir Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y cuánto de largo".
7 Mientras el ángel que hablaba conmigo estaba allí, otro ángel le salió a su encuentro
8 y le dijo: "Corre, habla a ese joven y dile: "Jerusalén será una ciudad abierta por la gran cantidad de hombres y animales que habrá en ella.
9 Yo seré para ella -oráculo del Señor- una muralla de fuego a su alrededor, y seré su Gloria en medio de ella"".
10 ¡Vamos! Huyan del país del Norte -oráculo del Señor- porque yo los dispersé a los cuatro vientos del cielo -oráculo del Señor-
11 ¡Vamos! ¡Sálvate, Sión, tú, que habitas en Babilonia!
12 Porque así habla el Señor de los ejércitos a las naciones que los despojaron -ya que el que los toca a ustedes, toca la pupila de mis ojos-:
13 ¡Sí, yo levanto mi mano contra ellos, y serán despojados por sus mis mismos esclavos! ¡Así ustedes sabrán que me ha enviado el Señor de los ejércitos!
14 Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor-.
15 Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti. ¡Así sabrás que me ha enviado a ti el Señor de los ejércitos!
16 El Señor tendrá a Judá como herencia, como su parte en la Tierra santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
17 ¡Que callen todos los hombres delante del Señor, porque él surge de su santa Morada!

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Introducción a Zacarías


Zacarías

Este libro consta de dos partes bastante diversas. La primera (caps. 1-8) es la obra del profeta ZACARÍAS, que ejerció su actividad en Jerusalén desde noviembre del 520 a. C. -un mes antes que la concluyera Ageo hasta diciembre del 518. La segunda es más de un siglo posterior y proviene de uno o varios autores, designados habitualmente con el nombre de Segundo o Déutero Zacarías.
Bajo este aspecto, el libro de Zacarías se asemeja al de Isaías, que se divide en tres partes, de autores y épocas diferentes, agrupadas bajo el nombre del gran profeta del siglo VIII.


Primera Parte del Libro de Zacarías

Zacarías era de familia sacerdotal y pertenecía probablemente al grupo de profetas dedicados al servicio del Santuario. Esto explica la importancia que atribuye al Templo, al sacerdocio y a todas las cuestiones relacionadas con el culto. Su obra es "muy oscura", como ya lo señalaba san Jerónimo. En ella se entremezclan fragmentos de una autobiografía, visiones simbólicas que preludian los "apocalipsis" posteriores y una serie de oráculos mesiánicos.
Zacarías insiste en la necesidad de reconstruir el Templo (1. 16; 4. 9; 6. 15). Pero, más allá de esta finalidad inmediata, desarrolla el mesianismo esbozado por Ageo en torno a la persona de Zorobabel y va marcando las etapas que llevarán a la instauración de la era mesiánica. El Señor va a entrar en acción (1. 7-15). Las naciones enemigas serán derrotadas (2. 1-4) y Jerusalén será reconstruida en una zona sin fronteras, porque el mismo Señor será su muralla (2. 5-9). Josué y Zorobabel -representantes de los poderes religioso y civil- ejercerán en perfecta armonía el gobierno de la comunidad (3. 1 - 4. 14). El país será purificado de toda maldad (5. 1-11) y Babilonia, "el país del Norte", recibirá su castigo (6. 1-8). Una acción simbólica presenta a Zorobabel como rey davídico (6. 9-15) y una cuestión sobre el ayuno ofrece al profeta la ocasión de hacer un llamado a la conversión, mediante la práctica de la justicia, de la fidelidad y la misericordia (7. 8-14). Por último, el profeta amplía su perspectiva en sentido universalista, siguiendo la línea del Segundo Isaías.
Zacarías hace revivir el antiguo mesianismo real, vinculado a la descendencia de David. Pero su estrecha relación con los medios sacerdotales le hace asociar al príncipe davídico un jefe religioso, el Sumo Sacerdote Josué. Esta doble corriente -real y sacerdotal- del mesianismo del Antiguo Testamento encontrará su plena realización en Jesucristo, "nacido de la estirpe de David según la carne" ( Rom_1:3 ) y constituido a la vez "Sumo Sacerdote de los bienes futuros" ( Heb_9:11 ).

Segunda Parte del Libro de Zacarías

Los seis capítulos siguientes del libro de Zacarías difieren considerablemente de los ocho primeros. Mientras que las visiones y los oráculos de la primera parte están fechados y son expresamente atribuidos a Zacarías, de ahora en adelante no se menciona más a este profeta y faltan por completo las indicaciones cronológicas. También el trasfondo histórico se ha modificado. Ya no se habla para nada de la reconstrucción del Templo, y la esperanza mesiánica -que antes estaba centrada en la persona de Zorobabel, como símbolo de la restauración nacional- ahora se desplaza hacia otras figuras de perfil menos definido: el Rey Mesías pobre y pacífico ( Heb_9:9-10 ), el Buen Pastor despreciado y rechazado ( Heb_11:4-14 ) y el misterioso "Traspasado" ( Heb_12:10 ). Con toda probabilidad, esta segunda parte fue compuesta entre los años 330 y 300 a. C., cuando los Seléucidas y los Lágidas se repartieron el poder y la herencia de Alejandro Magno ( 1Ma_1:1-9 ). Así se explica la mención de los griegos como una fuerza hostil al Pueblo de Dios ( 1Ma_9:13 ).
Estos capítulos son una recopilación de oráculos, cuyo tema común es la decisión del Señor de establecer su reinado definitivo sobre toda la tierra ( 1Ma_14:9 ). Con estos elementos de origen y estilo diversos, el redactor final parece haber construido una especie de díptico, compuesto de dos partes simétricas, que describen la instauración de la era mesiánica siguiendo un doble movimiento: después de una primera intervención de Dios, que culmina en un aparente fracaso ( 1Ma_11:15-17 ), la nueva Jerusalén, liberada de sus enemigos y purificada de sus pecados, se convierte en el polo de atracción de todos los pueblos ( 1Ma_14:16 ).
A pesar de ser uno de los escritos más desconcertantes del Antiguo Testamento, la obra del Segundo Zacarías tiene el gran valor de haber conservado los últimos restos del profetismo bíblico. Sus oráculos atestiguan la persistencia de la esperanza mesiánica durante la dominación griega. Además, se debe destacar que este es uno de los Libros más citados en los Evangelios: tres veces en el de Mateo ( 1Ma_21:5 ; 1Ma_26:31 ; 1Ma_27:9-10 ), una en el de Marcos ( 1Ma_14:27 ) y una en el de Juan ( 1Ma_19:37 ).

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Zacarías 2,1-13

1. En el Antiguo Oriente, el cuerno era símbolo de poderío. Aquí los "cuernos" representan a las naciones enemigas de Judá. El número "cuatro" está relacionado con los cuatro puntos cardinales ( Isa_11:12) y es símbolo de universalidad.

3. El profeta anuncia que los enemigos de Israel serán destruidos por el poder divino, simbolizado en la imagen de los "herreros", que descornaban a los toros para hacerlos menos peligrosos.

5. La medición del terreno se hace con vistas a la reconstrucción de la ciudad ( Jer_31:38-39; Ez. 40, 2-3; Jer_41:13).

8. La visión desborda ahora el horizonte histórico inmediato -limitado a la reconstrucción de la ciudad material- y anuncia la instauración de la Jerusalén mesiánica.

9. En la nueva Jerusalén, se renovarán de manera permanente los prodigios del Éxodo. La "muralla de fuego" recuerda la "columna de nube y fuego" que protegió a los israelitas a su salida de Egipto ( Exo_13:21-22; Exo_14:24). La "Gloria", manifestación luminosa de la santidad y el poder de Dios, estará siempre presente en medio de la ciudad, así como en los tiempos del Éxodo había llenado la Carpa del Encuentro ( Exo_40:36-38). Ver Isa_60:1-2; Eze_43:2-6; Apo_21:23; Apo_22:5.

10. Ver Isa_48:20; Jer_50:8; Jer_51:6.

16. Esta es la primera vez que aparece en la Biblia la expresión "Tierra santa". Ver 2Ma_1:7; Sab_12:3.

17. Ver Sof_1:7; Hab_2:20; Apo_8:1.