Romanos  2 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 29 versitos |
1 Por eso, tú que pretendes ser juez de los demás -no importa quién seas- no tienes excusa, porque al juzgar a otros, te condenas a ti mismo, ya que haces lo mismo que condenas.
2 Sabemos que Dios juzga de acuerdo con la verdad a los que se comportan así,
3 Tú que juzgas a los que hacen esas cosas e incurres en lo mismo, ¿acaso piensas librarte del Juicio de Dios?
4 ¿O desprecias la riqueza de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, sin reconocer que esa bondad te debe llevar a la conversión?
5 Por tu obstinación en no querer arrepentirte, vas acumulando ira para el día de la ira, cuando se manifiesten los justos juicios de Dios,
6 que retribuirá a cada uno según sus obras.
7 El dará la Vida eterna a los que por su constancia en la práctica del bien, buscan la gloria, el honor y la inmortalidad.
8 En cambio, castigará con la ira y la violencia a los rebeldes, a los que no se someten a la verdad y se dejan arrastrar por la injusticia.
9 Es decir, habrá tribulación y angustia para todos los que hacen el mal: para los judíos en primer lugar, y también para los que no lo son.
10 Y habrá gloria, honor y paz para todos los que obran el bien: para los judíos, en primer lugar, y también para los que no lo son,
11 porque Dios no hace acepción de personas.
12 En efecto, todos los que hayan pecado sin tener la Ley de Moisés perecerán sin esa Ley; y los que hayan pecado teniendo la Ley serán juzgados por ella,
13 porque a los ojos de Dios, no son justos los que oyen la Ley, sino los que la practican.
14 Cuando los paganos, que no tienen la Ley, guiados por la naturaleza, cumplen las prescripciones de la Ley, aunque no tengan la Ley, ellos son ley para sí mismos,
15 y demuestran que lo que ordena la Ley está inscrito en sus corazones. Así lo prueba el testimonio de su propia conciencia, que unas veces los acusa y otras los disculpa,
16 hasta el Día en que Dios juzgará las intenciones ocultas de los hombres por medio de Cristo Jesús, conforme a la Buena Noticia que yo predico.
17 Pero tú, que te precias de ser judío; tú que te apoyas en la Ley y te glorías en Dios;
18 tú que dices conocer su voluntad e, instruido por la Ley, pretendes discernir lo mejor,
19 presumiendo ser guía de ciegos y luz para los que andan en tinieblas;
20 tú que instruyes a los ignorantes y eres maestro de los simples, porque tienes en la Ley la norma de la ciencia y de la verdad;
21 ¡tú, que enseñas a los otros, no te enseñas a ti mismo!
22 Tú, que condenas el adulterio, también lo cometes. Tú, que aborreces a los ídolos, saqueas sus templos.
23 Tú, que te glorías en la Ley, deshonras a Dios violando la Ley.
24 Porque como dice la Escritura: "Por culpa de ustedes, el nombre de Dios es blasfemado entre las naciones".
25 La circuncisión es útil se practicas la Ley, pero si no la practicas, es lo mismo que si fueras un incircunciso.
26 Al contrario, el que no está circuncidado, pero observa las prescripciones de la Ley, será tenido por un verdadero circunciso.
27 Más aún, el que físicamente no está circuncidado pero observa la Ley, te juzgará a ti, que teniendo la letra de la Ley y la circuncisión, no practicas la Ley.
28 Porque no es verdadero judío el que lo es exteriormente, ni la verdadera circuncisión es la que se nota en la carne.
29 El verdadero judío lo es interiormente, y la verdadera circuncisión es la del corazón, la que se hace según el espíritu y no según la letra de la Ley. A este le corresponde la alabanza, no de los hombres, sino de Dios.

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Introducción a Romanos 


Fue por medio de una revelacióncomo se me dio a conocer este misterio,tal como acabo de exponérselo en pocas palabras.Al leerlas, se darán cuentade la comprensión que tengo del misterio de Cristo,que no fue manifestado a las generaciones pasadas,pero que ahora ha sido revelado por medio del Espíritua sus santos apóstoles y profetas.
Eph_3:3-5
La paciencia del Señor es para nuestra salvación,como les ha escrito nuestro hermano Pablo,conforme a la sabiduría que le ha sido dada,y lo repite en todas las cartas donde trata este tema.En ellas hay pasajes difíciles de entenderque algunas personas ignorantes e inestablesinterpretan torcidamente,-como, por otra parte, lo hacen con el resto de la Escritura-para su propia perdición.
2Pe_3:15-16

CARTAS PAULINAS

Las Cartas de Pablo difieren unas de otras por su extensión y su contenido, pero todas tienen una capacidad común: la de ser escritos circunstanciales. Fueron enviadas para suplir una acción directa, que la ausencia del Apóstol hacía imposible, y están dirigidas a una comunidad o a una persona determinada. Sólamente dos de ellas -las Cartas a los Romanos y a los Efesios- intentan presentar de manera más sistemática una síntesis doctrinal. Si bien son verdaderas cartas, pocas veces tienen un caracter íntimo y familiar, porque generalmente tratan asuntos de interés común y se dirigen a toda la comunidad o a personas constituidas en autoridad. La breve nota que Pablo envía a su amigo Filemón presenta características algo diversas y constituye una excepción a esa regla general.
Estas Cartas no contienen toda la enseñanza de Pablo. Detrás de ellas, está su palabra viviente: el "kerygma", o sea, el primer anuncio del Evangelio destinado a suscitar la fe en Cristo, y la siguiente catequesis oral del Apóstol ( 1Co_11:23 ; 1Co_15:1-11 ; 2Th_2:5 ). Esto hace particularmente difícil la interpretación de algunos pasajes de sus Cartas, porque en ellas se alude muchas veces a hechos desconocidos para nosotros.
Las Cartas paulinas tienen el valor de un testimonio inmediato sobre la vida, las dificultades y el crecimiento de las comunidades cristianas en el mundo pagano. En ellas se encuentra vívidamente reflejada la excepcional personalidad de Pablo: su fe ardiente, su rica sensibilidad, su temperamento apasionado y combativo, su voluntad siempre tensa, aunque sujeta a desalientos pasajeros y, especialmente, su condición de Apóstol, con toda la fuerza que el lenguaje cristiano ha conferido a esta palabra. Ellas atestiguan también la progresión de su pensamiento, que no alcanzó de inmediato su forma definitiva, sino que se fue desarrollando gradualmente bajo el impulso del Espíritu.
A pesar del carácter ocasional de sus escritos, Pablo arroja en cada página una nueva luz sobre el misterio de Cristo y de la Iglesia. De este modo, él creó las fórmulas clásicas de la fe cristiana, asegurando con ello la definitiva autonomía de la Iglesia con respecto al Judaísmo.


CARTA A LOS ROMANOS

Pablo escribió la CARTA A LOS ROMANOS en un momento decisivo de su carrera apostólica. Ya había concluido su tercer viaje misionero, y se disponía a llevar a Jerusalén la colecta en favor de los pobres, que tan laboriosamente había recogido en Macedonia y Acaya ( 2Th_15:25-26 ). Consideraba que su misión en Oriente ya estaba terminada ( 2Th_15:19-20 ), y tenía proyectado emprender una nueva etapa en su obra de evangelización: su propósito era llevar la Buena Noticia a Occidente, desde Roma hasta España ( 2Th_1:13-15 ; 2Th_15:28 ), donde se le abría un campo de actividad todavía virgen.
Para preparar su visita a los cristianos de Roma, el Apóstol les envió una Carta, donde les exponía más detalladamente los mismos temas que ya había tratado en su Carta a los Gálatas. Pero aquí el tono es diferente. El ardor de la polémica se ha suavizado, y Pablo ha podido completar y matizar su pensamiento y sus expresiones. En una admirable síntesis doctrinal, describe la universalidad del pecado y la obra redentora de Cristo; la función de la Ley de Moisés en el designio salvífico de Dios y la justificación por la fe en Jesucristo; la libertad cristiana, el Bautismo y la nueva Vida en el Espíritu. Además, en esta Carta hay un tema desarrollado con particular amplitud: el de la situación del Pueblo judío en la nueva disposición divina, fundada sobre la fe en Cristo y no sobre las obras de la Ley.
La riqueza y la profundidad de su doctrina y la variedad de los temas tratados, han conferido a esta Carta una excepcional importancia dentro del Cristianismo.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Romanos  2,1-29

1. Pablo se dirige a los judíos, primero en forma velada (vs. 1-16) y luego, abiertamente (2. 17 - 3. 20).

5. "El día de la ira", es el día del Juicio.

6. Sal_62:13. Se trata de una fórmula bíblica de la retribución personal. Ver 1Co_3:8; 2Co_5:10; 1Pe_1:17; Apo_2:23; Apo_20:12; Apo_22:12.

22. Los templos paganos, que solían contener tesoros muy valiosos, eran frecuentemente saqueados, y a veces los judíos intervenían en el saqueo.

24. Isa_52:5; Eze_36:20-22.