Nahúm  2 Libro del Pueblo de Dios (Levoratti y Trusso, 1990) | 14 versitos |
1 Miren sobre las montañas los pasos del que trae la buena noticia, del que proclama la paz. Celebra tus fiestas, Judá, cumple tus votos, porque el hombre siniestro no pasará más por ti: ha sido exterminado por completo.
2 ¡Un destructor te ataca de frente! ¡Monta guardia en la fortaleza, vigila los accesos, cíñete el cinturón, concentra todas tus fuerzas!
3 Sí, el Señor ha restaurado la viña de Jacob y la viña de Israel. Los salteadores las habían saqueado y habían destruido sus sarmientos.
4 El escudo de sus valientes está enrojecido, sus guerreros visten de púrpura; los carros relucen con el fuego de los aceros mientras se los dispone para el combate; y los conductores se enardecen.
5 Los carros avanzan con furia en campo abierto y se precipitan sobre las plazas; su aspecto es como de antorchas, corren de aquí para allá como relámpagos.
6 ¡Se convoca a las tropas escogidas, tropiezan en su carrera! Se abalanzan sobre la muralla y se coloca el parapeto.
7 Se abren las puertas que dan a los ríos y se derrumba el palacio.
8 La Estatua es retirada y llevada al exilio; sus servidoras gimen como palomas y se golpean el pecho.
9 Nínive es como un estanque, cuyas aguas se escurren. "¡Deténganse! ¡Deténganse!". Pero nadie se vuelve.
10 "¡Arrasen con la plata, arrase con el oro!" ¡Es una reserva inagotable, hay montones de objetos preciosos!
11 ¡Devastación, depredación, desolación! El corazón desfallece, se aflojan las rodillas, tiembla todo su cuerpo, se crispan todos los rostros.
12 ¿Dónde está la guarida de los leones, la cueva de los cachorros, donde el león iba a llevar su cría, sin que nadie lo espantara?
13 El león despedazaba para cebar a sus crías y estrangulaba para sus leonas; llenaba de presas su escondrijo y sus guaridas de rapiñas.
14 ¡Aquí estoy contra ti! -oráculo del Señor de los ejércitos- Levantaré una humareda con tus carros y la espada devorará tus cachorros; suprimiré de la tierra tus rapiñas y ya no se oirá la voz de tus mensajeros.

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Introducción a Nahúm 


Nahúm

La vida de NAHÚM nos es completamente desconocida, como también la ubicación de Elcós, su ciudad de origen. Con una fuerza lírica que no tiene parangón en la Biblia, este profeta describe y celebra la caída de Nínive, capital del Imperio asirio, ocurrida en el 612 a. C. Durante mucho tiempo, Asiria había sido sinónimo de crueldad y de terror entre los países del cercano Oriente. Es natural, entonces, que todos los pueblos se alegraran por su caída, y es como el portavoz de esa alegría desbordante.
Pero su canto de júbilo encierra, a la vez, un himno de alabanza a Dios, el Señor de la historia, que desbarata todas las pretensiones humanas y libera a su Pueblo. Los ejércitos que derrotaron a Nínive, el prototipo del imperialismo opresor y el enemigo tradicional de Israel, eran el instrumento del juicio de Dios, que tarde o temprano castiga a los culpables.
El triunfo definitivo del Señor sobre todas las fuerzas del mal, prefigurado en la ruina de Nínive, y el gozo de los elegidos en la Jerusalén celestial, encontraron su expresión cristiana más elocuente en el libro del Apocalipsis.

Fuente: Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)

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Notas

Nahúm  2,1-13

1. Ver Isa_52:7.

8. "La Estatua": probablemente, se trata de la imagen de la diosa Istar, protectora de la ciudad de Nínive. Ver nota Ose_10:6.

12. El "león" es el rey de Asiria, y Nínive, su "guarida".