II Samuel  2 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 32 versitos |
1
IV. David
1. DAVID REY DE JUDÁ
Consagración de David en Hebrón.
Después de esto, consultó David a Yahvé diciendo: «¿Debo subir a alguna de las ciudades de Judá?» Yahvé le respondió: «Sube.» David preguntó: «¿A cuál subiré?» Le respondió: «A Hebrón».
2 Subió allí David con sus dos mujeres, Ajinoán de Yizreel y Abigail, la mujer de Nabal de Carmelo.
3 David hizo subir a los hombres que estaban con él, cada cual con su familia, y se asentaron en las ciudades de Hebrón.
4 Llegaron los hombres de Judá, y ungieron allí a David como rey sobre la casa de Judá.
Mensaje a los habitantes de Yabés.
Comunicaron a David que los hombres de Yabés de Galaad habían sepultado a Saúl.
5 Y David envió mensajeros a los hombres de Yabés de Galaad para decirles: «Benditos seáis de Yahvé por haber hecho esta misericordia con Saúl, vuestro señor, y haberle dado sepultura.
6 Que Yahvé sea con vosotros misericordioso y fiel. También yo os trataré bien por haber hecho esto.
7 Y ahora tened fortaleza y sed valerosos, pues murió Saúl, vuestro señor, pero la casa de Judá me ha ungido a mí por rey suyo.»
8
Abner proclama a Isbaal rey de Israel.
Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, tomó a Isbaal, hijo de Saúl, y le hizo pasar a Majanáin.
9 Lo proclamó rey sobre Galaad, sobre los aseritas, sobre Yizreel, sobre Efraín y Benjamín y sobre todo Israel.
10 Cuarenta años tenía Isbaal, hijo de Saúl, cuando fue proclamado rey de Israel; reinó dos años. Solamente la casa de Judá siguió a David.
11 El número de días que estuvo David en Hebrón como rey de la casa de Judá fue de siete años y seis meses.
12
Guerra entre Judá e Israel.
Batalla de Gabaón.
Salió Abner, hijo de Ner, y los servidores de Isbaal, hijo de Saúl, de Majanáin hacia Gabaón.
13 Salieron también Joab, hijo de Sarvia, y los veteranos de David, y se encontraron cerca de la alberca de Gabaón; se detuvieron, los unos a un lado de la alberca y los otros al otro.
14 Dijo Abner a Joab: «Que se levanten los muchachos y luchen en nuestra presencia.» Dijo Joab: «Que se levanten.»
15 Se levantaron y avanzaron los designados: doce por Benjamín y por Isbaal, hijo de Saúl, y doce de los veteranos de David.
16 Cada uno agarró a su adversario por la cabeza y le hundió la espada en el costado; así cayeron todos a la vez, por lo que aquel lugar se llamó: «Campo de las Rocas»; está en Gabaón.
17 Hubo aquel día una batalla durísima, y Abner y los hombres de Israel fueron derrotados por los veteranos de David.
18 Estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, Abisay y Asael; era Asael ligero de pies como un corzo montés.
19 Asael marchó en persecución de Abner, sin desviarse en su carrera tras de Abner ni a la derecha ni a la izquierda.
20 Se volvió Abner y dijo: «¿Eres tú Asael?» Respondió: «Yo soy.»
21 Abner le dijo: «Apártate a la derecha o a la izquierda. Atrapa a uno de esos muchachos y apodérate de sus despojos.» Pero Asael no quiso apartarse.
22 Insistió de nuevo Abner diciendo a Asael: «¡Apártate de mí! ¿Por qué he de derribarte en tierra? ¿Cómo podré alzar la vista ante tu hermano Joab?»
23 Pero no quiso apartarse y Abner le hirió en el vientre con el extremo de la lanza, y la lanza le salió por detrás. Cayó y allí mismo murió. Todos cuantos llegaban al lugar donde Asael cayó y murió se detenían.
24 Joab y Abisay partieron en persecución de Abner; cuando el sol se ponía llegaron a la colina de Amá que está frente a Giaj, en el camino del desierto de Gabaón.
25 Los benjaminitas se agruparon tras de Abner en escuadrón cerrado y aguantaron a pie firme en la cumbre de una colina.
26 Abner llamó a Joab y le dijo: «¿Hasta cuándo devorará la espada? ¿No sabes que, al cabo, todo será amargura? ¿Hasta cuándo esperas a decir al pueblo que deje de perseguir a sus hermanos?»
27 Respondió Joab: «¡Vive Dios, que de no haber hablado tú, mi gente no hubiera dejado de perseguir cada uno a su hermano hasta el alba!»
28 Joab hizo sonar el cuerno: toda la tropa se detuvo y no persiguió más a Israel; así cesó el combate.
29 Abner y sus hombres marcharon toda aquella noche por la Arabá, pasaron el Jordán, recorrieron todo el Bitrón y llegaron a Majanáin.
30 Joab se volvió de la persecución de Abner y reunió todo el ejército; de los veteranos de David faltaban diecinueve hombres, además de Asael.
31 Los veteranos de David mataron de Benjamín y de los hombres de Abner trescientos sesenta hombres.
32 Se llevaron a Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre en Belén. Joab y sus hombres caminaron toda la noche y despuntaba el día cuando llegaron a Hebrón.

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Introducción a II Samuel 

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

II Samuel  2,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_2:28+

NOTAS

2:1 Hebrón era la ciudad más importante de Judá. Con ocasión de la conquista, la habían tomado y ocupado los calebitas, Jos_15:13 s; Jue_1:20, pero éstos pronto fueron incorporados a Judá.


II Samuel  2,3
NOTAS

2:3 Los pueblos dependientes de Hebrón.

II Samuel  2,4
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_31:11-13

NOTAS

2:4 David se había conquistado simpatías en Judá, 1Sa_27:10-12; 1Sa_30:26-31. Más tarde, David será ungido por los ancianos de Israel, 2Sa_5:3. Esta tradición desconoce la unción del joven David por Samuel, 1Sa_16:1-13.

II Samuel  2,7
NOTAS

2:7 David invita a los yabesitas a que le reconozcan como sucesor de Saúl. No disponemos de su respuesta, pero no podían permanecer fuera de la órbita de Israel.

II Samuel  2,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_14:49+

NOTAS

2:8 (a) A este hijo de Saúl se le llama unas veces Isbaal, o Esbaal (ver 1Cr_8:33; 1Cr_9:39), y otras Isbóset, donde el término boset «vergüenza» sustituye al de baal, pero se trata del mismo individuo.

2:8 (b) Ciudad de Transjordania, ver Gén_32:3 [Gén_32:2] y 2Sa_17:24.

II Samuel  2,9
NOTAS

2:9 Gentilicio de origen desconocido.

II Samuel  2,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] = 2Sa_5:5

II Samuel  2,13
NOTAS

2:13 Localidad situada a unos diez km. al norte de Jerusalén, ver Jer_41:12.

II Samuel  2,14
NOTAS

2:14 Abner propone resolver el asunto por medio de un combate entre varios guerreros de las dos partes, ver 1Sa_17:8-9. Mas, por haber sucumbido a la vez todos los campeones, queda el asunto sin decidir y se traba una batalla general, 2Sa_2:17.

II Samuel  2,22
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa_3:27

NOTAS

2:22 Abner no quiere atraer sobre sí la venganza de sangre. Pero ver 2Sa_3:27.

II Samuel  2,27
NOTAS

2:27 Joab acepta la tregua.

II Samuel  2,29
NOTAS

2:29 (a) El término designa aquí el valle del Jordán.

2:29 (b) Bitrón es un topónimo que puede designar el valle del Yaboc.