Oseas  9 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 17 versitos |
1
Triste destierro.
No te regocijes, Israel,
no te alegres como los pueblos,
pues te has prostituido, lejos de tu Dios,
y amas ese salario
más que las eras de trigo.
2 Ni la era ni el lagar los alimentarán,
y el mosto los dejará corridos.
3 Ya no habitarán en la tierra de Yahvé:
Efraín volverá a Egipto,
y en Asiria comerán alimentos impuros.
4 No harán a Yahvé libaciones de vino,
ni sus sacrificios le agradarán:
serán para ellos como pan de duelo,
que deja impuro a cuantos lo comen;
porque su pan es sólo para ellos,
no entrará en el templo de Yahvé.
5 ¿Qué ofreceréis el día de solemnidad,
el día de la fiesta de Yahvé?
6 Vedlos, han huido de la devastación:
Egipto los reunirá, Menfis los sepultará;
sus tesoros de plata los heredarán las ortigas,
zarzas invadirán sus tiendas.
7
El profeta perseguido por anunciar el castigo.
Han llegado los días del castigo,
han llegado los días de la retribución.
¡Que lo sepa Israel!
—«¡El profeta es un necio,
un loco el hombre del espíritu!»
—Por la magnitud de tu culpa,
por tu enorme hostilidad.
8 El vigía de Efraín es un profeta junto a mi Dios:
una trampa de cazador en todos sus caminos,
hostilidad en la Casa de su Dios.
9 Han llegado al fondo de la corrupción,
como en los días de Guibeá;
él recordará sus culpas
y visitará sus pecados.
10
Castigo del crimen de Baal Peor.
Como uvas en el desierto encontré a Israel,
como breva que despunta en la higuera, vi a vuestros padres.
Pero al llegar a Baal Peor
se consagraron a la Infamia,
y se hicieron tan abominables
como el objeto de su amor.
11 Efraín es como un pájaro, se le vuela su gloria
desde el nacimiento, desde el seno, desde la concepción.
12 Y aunque críen a sus hijos,
yo les privaré de ellos antes que se hagan hombres:
y ¡ay de ellos cuando yo los abandone!
13 Efraín, cuando veo a Tiro,
estaba plantada en la pradera,
pero Efraín tendrá que sacar sus hijos al verdugo.
14 Dales, Yahvé..., ¿qué les darás?
¡Dales un seno que aborte y pechos resecos!
15
Castigo del crimen de Guilgal.
Toda su maldad apareció en Guilgal,
sí, allí comencé a odiarlos.
Por la maldad de sus acciones,
los expulsaré de mi Casa;
ya no volveré a amarlos:
todos sus príncipes son rebeldes.
16 Efraín está herido,
su raíz seca,
ya no darán más fruto.
Aunque den a luz,
haré morir el tesoro de su seno.
17 Mi Dios los rechazará porque no le han escuchado,
y andarán errantes entre las naciones.

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Introducción a Oseas 

Los Doce Profetas.
El último libro del canon hebreo de los Profetas se denomina simplemente «los Doce». Agrupa, en efecto, doce opúsculos atribuidos a diferentes profetas. La Biblia griega lo titula el «Dodecaprofetón». La Iglesia cristiana lo considera como la colección de los doce baal, título que indica la brevedad de los libros y no un valor inferior a la de los profetas «mayores». La colección se hallaba ya formada en la época del Eclesiástico, Sir_49:10 . La Biblia hebrea, seguida por la Vulgata, coloca estos opúsculos según el orden histórico que la tradición les atribuía. La colocación es algo distinta en la Biblia griega, que además los pone delante de los Profetas Mayores.

La traducción sigue la disposición tradicional de la Vulgata (y del hebreo), pero aquí presentamos los libros según el orden histórico más probable.

Oseas.
Oriundo del reino del Norte, Oseas es contemporáneo de Amós, ya que comenzó a predicar bajo Jeroboán II; su ministerio se prolongó bajo los sucesores de aquel rey; pero no parece que haya visto la ruina de Samaría el 721. Fue un período sombrío para Israel: conquistas asirias de 734-732, revueltas interiores, cuatro reyes asesinados en quince años, corrupción religiosa y moral.

De la vida de Oseas durante este turbulento período sólo conocemos su drama personal, 1-3, que fue decisivo para su acción profética. Se discute el sentido de estos primeros capítulos. He aquí la interpretación más probable: Oseas se había casado con una mujer a la que amaba y que le abandonó, pero siguió amándola y la volvió a tomar después de ponerla a prueba. La dolorosa experiencia del profeta se convierte en símbolo de la conducta de Yahvé con su pueblo, y la conciencia de este simbolismo bien pudo modificar la presentación de los hechos. El cap. 2 hace la aplicación y da al mismo tiempo la clave de todo el libro: Israel, con quien Yahvé se ha desposado, se ha conducido como una mujer infiel, como una prostituta, y ha provocado el furor y los celos de su esposo divino. Éste sigue queriéndola y si la castiga es para traerla a sí y devolverle el gozo de su primer amor.

Con una audacia que sorprende y una pasión que impresiona, el alma tierna y violenta de Oseas expresa por vez primera las relaciones de Yahvé y de Israel con terminología de matrimonio. Todo su mensaje tiene como tema fundamental el amor de Dios despreciado por su pueblo. Salvo un corto idilio en el desierto, Israel no ha respondido a las insinuaciones de Yahvé más que con la traición. Oseas arremete sobre todo contra las clases dirigentes de la sociedad. Los reyes, elegidos contra la voluntad de Yahvé, han degradado con su política mundana al pueblo elegido hasta el rango de los demás pueblos. Los sacerdotes, ignorantes y rapaces, llevan al pueblo a su ruina. Igual que Amós, Oseas condena las injusticias y las violencias, pero insiste más que aquél en la infidelidad religiosa: en Betel, Yahvé es objeto de culto idolátrico, se le asocia a Baal y Astarté en el culto licencioso de los altos (colinas). Oseas protesta contra el título de baal, en el sentido de «Señor», que se daba a Yahvé, Ose_2:18 [ Ose_2:16 ], y reclama para el Dios de Israel la acción bienhechora que se trataba de atribuir a Baal, dios de la fertilidad, Ose_2:7 [ Ose_2:5 ], Ose_2:10 [ Ose_2:8 ]; Yahvé es un Dios celoso, que no quiere compartir con nadie el corazón de sus fieles: «Porque yo quiero amor, no sacrificio, conocimiento de Dios, más que holocaustos», Ose_6:6 . El castigo es, pues, inevitable; sin embargo, Dios no castiga más que para salvar. Israel, despojado y humillado, se acordará del tiempo en que era fiel, y Yahvé acogerá a su pueblo arrepentido, que gozará de dicha y de paz.

Tras haber querido cercenar del libro todo anuncio de felicidad y todo lo concerniente a Judá, la crítica vuelve a juicios más moderados. No hacer de Oseas más que un profeta de la desdicha sería falsear todo su mensaje, y es natural que su mirada se haya extendido al vecino reino de Judá. Se debe admitir, sin embargo, que el repertorio de los oráculos de Oseas, recogido en Israel, fue coleccionado en Judá, donde se hicieron dos o tres revisiones. Las huellas de este trabajo de edición se hallan en el título, Ose_1:1 , y en algunos pasajes, por ejemplo, Ose_1:7 ; Ose_5:5 ; Ose_6:11 ; Ose_12:3 [ Ose_12:2 ]. El versículo final, Ose_14:10 [ Ose_14:9 ], es la reflexión de un sabio de la época exílica o postexílica sobre la enseñanza principal del libro y sobre su profundidad. Crece para nosotros la dificultad de su interpretación a causa del estado deplorable del texto hebreo, que es uno de los más corrompidos del Antiguo Testamento.

El libro de Oseas tuvo profundas resonancias en el Antiguo Testamento, y encontramos su eco en los profetas siguientes, cuando exhortan a una religión del corazón, inspirada por el amor de Dios. Jeremías recibió de él una profunda influencia. No tiene por qué extrañarnos que el Nuevo Testamento cite a Oseas o se inspire en él con cierta frecuencia. La imagen matrimonial de las relaciones entre Yahvé y su pueblo la han repetido Jeremías, Ezequiel y la segunda parte de Isaías. El Nuevo Testamento y la comunidad nacida de él la han aplicado a las relaciones entre Jesús y su Iglesia. Los místicos cristianos la han extendido a todas las almas fieles.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Oseas  9,1
NOTAS

9 Oráculo pronunciado tal vez con ocasión de alguna fiesta agrícola.

9:1 (a) «no te alegres» griego; «hacia la alegría» hebr.

9:1 (b) Se considera a los bienes de la tierra como el salario de las prostituciones de Israel, porque el pueblo ve en ellos el resultado del culto que da a los Baales con sus prácticas inmorales, ver Ose_2:7 [Ose_2:5].


Oseas  9,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Ose_2:11 [Ose_2:9]

NOTAS

9:2 Los vv. siguientes explican por qué: ya no estarán en su tierra para disfrutar de ellos, porque serán deportados, y los comerán otros, Ose_8:7. -«los dejará corridos» griego, sir., Vulg., Targ.; «le dejará corrido» hebr.

Oseas  9,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Ose_8:13+

NOTAS

9:3 Todo país extranjero es impuro, dado que está manchado por la presencia de los ídolos, ver Amó_7:17; 1Sa_26:19. Y en el destierro no será posible abstenerse de alimentos impuros.

Oseas  9,4
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_26:14

NOTAS

9:4 (a) La presencia de un cadáver hacía impuros los alimentos preparados en la casa mortuoria.

9:4 (b) El destierro hará imposible la ofrenda de las primicias en el templo, Deu_26:2.

Oseas  9,5
NOTAS

9:5 Se trata probablemente de la fiesta de las Tiendas, que no se puede celebrar en el destierro, ya que es necesario presentarse ante Yahvé, Éxo_23:16 s.

Oseas  9,7
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_3:2+

[2] Jua_10:20

Oseas  9,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_7:10-17; Jer_20:1-6

NOTAS

9:8 Texto muy oscuro, probablemente corrompido, pero las diversas correcciones propuestas no son satisfactorias.

Oseas  9,9
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jue 19

[2] |Ose_8:13

Oseas  9,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Ose_2:16+ [Ose_2:14]; Deu_32:10

[2] Núm_25:1-5

[3] Jer_2:5+

NOTAS

9:10 (a) El episodio, narrado en Nm 25, se sitúa en la llanura al este del Jordán, ver Núm_25:1; Jos_2:1+. La infidelidad de Israel se manifestó ya, por tanto, a las puertas de la Tierra Prometida y pesó sobre toda su historia.

9:10 (b) Hebr. boset, designación despectiva de los Baales, ver 2Sa_4:4+.

Oseas  9,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_28:18

Oseas  9,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_32:25

Oseas  9,13
NOTAS

9:13 V. muy difícil, probablemente corrompido; lit.: «Efraín, como yo veo para Tiro, plantada en una pradera». El profeta quiere tal vez comparar el esplendor de Efraín con el de Tiro, ver Isa_23:7 s; Ez 27, pero la palabra es dudosa. El griego ha leído saîd, «caza», en lugar de sôr, «Tiro».

Oseas  9,14
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Luc_23:29

Oseas  9,15
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Ose_4:15

[2] Ose_8:1+

[3] Ose_1:6

NOTAS

9:15 Se trata probablemente de las desobediencias de Saúl en Guilgal, 1Sa_13:7-14; 1Sa_15:12-13, continuadas actualmente por la rebelión de los dirigentes (final del v.).

Oseas  9,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Amó_2:9; Mat_21:19 p

[2] Ose_9:12

Oseas  9,17
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_28:64-65

[2] Gén_4:14