El libro de Ester , como el de Judit , refiere una liberación de la nación por medio de una mujer. Los judíos establecidos en Persia se ven amenazados de exterminio por el odio de un visir omnipotente, Amán, y se salvan gracias a la intervención de Ester, joven compatriota que ha llegado a reina, dirigida a su vez por su tío Mardoqueo. La situación se vuelve del revés: Amán es ahorcado, Mardoqueo ocupa su lugar, los judíos exterminan a sus enemigos. Se instituye la fiesta de los Purim para conmemorar esta victoria y se recomienda a los judíos que la celebren todos los años.
La narración hace ver claramente la hostilidad de que eran objeto los judíos en el mundo antiguo, a causa de la singularidad de su vida, que les ponía en conflicto con las leyes del príncipe (compárese la persecución de Antíoco Epífanes); su nacionalismo exacerbado es una reacción de defensa. Su violencia choca desagradablemente, pero no debemos perder de vista que el libro es anterior a la revelación cristiana. También se ha de tener en cuenta el elemento literario: las intrigas de harén y las degollinas sólo sirven para la presentación dramática de una tesis que es una tesis religiosa. La exaltación de Mardoqueo y de Ester y la liberación consiguiente recuerdan la historia de Daniel y, sobre todo, la de José, oprimido y luego exaltado para la salvación de su pueblo. En la narración del Génesis a propósito de José, Dios no manifiesta externamente su poder y, sin embargo, dirige los acontecimientos. Del mismo modo, la Providencia gobierna todas las peripecias del drama en el libro hebreo de Ester, que evita nombrar a Dios. Lo saben los actores y ponen toda su confianza en Dios, que llevará a cabo su plan de salvación, incluso aunque fallen los instrumentos humanos que ha escogido, ver Est_4:3-17 que da la clave del libro. Las adiciones griegas tienen un tono más religioso (son las que han proporcionado todos los pasajes de Ester utilizados por la liturgia), pero se limitan a hacer explícito lo que el autor hebreo dejaba adivinar.
La versión griega existía el 114 (ó 78) a. C., en que fue enviada a Egipto para autenticar la fiesta de los Purim, Est_10:31 . El texto hebreo es anterior; según 2Ma_15:36 , los judíos de Palestina celebraban, el 160 a. C., un «día de Mardoqueo», que supone conocida la historia de Ester, y probablemente, el mismo libro. Éste pudo haber sido compuesto en el segundo cuarto del siglo II a. C. Su relación original con la fiesta de los Purim no es segura: el pasaje de Est_9:20-32 es de estilo diferente y parece ser añadidura. Los orígenes de la fiesta son oscuros y es posible que el libro haya sido posteriormente relacionado con ella ( 2Ma_15:36 no da el nombre de «Purim» al «día de Mardoqueo») y haya servido para justificarla históricamente.
Ester 1,1
REFERENCIAS CRUZADAS
[1] 2Re_24:8; 2Re_24:15
[2] Est_8:16; Sof_2:3+
[3] Est_2:21 s; Est_6:2 s
[4] Est_6:1; Est_10:2
[5] Est_6:3
[6] Est_3:1 s
[7] Est_3:5-6
NOTAS
1 En cursiva, los pasajes que la versión griega añade al texto hebreo, adiciones que la Iglesia reconoce como inspiradas. San Jerónimo las relegó al apéndice en su versión latina, Est 10:4s. Nosotros volvemos a colocarlas conforme a la disposición del texto griego, con la numeración de la edición de los LXX de Rahlfs. Damos en el margen la numeración de estos pasajes en la Vulg.
1:1a (a) Asuero, trascripción latina y castellana de la forma hebrea del nombre persa Ksajarsa, en griego Jerjes, ver Esd_4:6. Por confusión con el nombre de sus sucesores, el griego dice Artajerjes.
1:1a (b) El texto griego, único que refiere este sueño, adelanta la trama del relato en forma enigmática y apocalíptica (la clave se dará en Est_10:3 a-k) y subraya así la intervención divina.
1:1b Ciudad situada al este de Babilonia, antigua capital de Elam y residencia de invierno de los reyes persas.
1:1c La cronología es muy libre: la genealogía de Mardoqueo no retiene más que algunos nombres para llenar cinco o seis siglos. A él mismo se le presenta como cortesano de Asuero (hacia el 480) y como deportado contemporáneo de Jeconías (hacia el 598).
1:1m Unificamos los nombres propios que tienen formas diversas según los textos.