Exodo  9 Biblia de Jerusalen (Desclee, 2009) | 35 versitos |
1 Yahvé dijo a Moisés: «Preséntate al faraón y dile: Esto dice Yahvé, el Dios de los hebreos: ‘Deja salir a mi pueblo para que me dé culto.’
2 Si te niegas a dejarlo salir y lo sigues reteniendo,
3 la mano de Yahvé caerá sobre tus ganados del campo, los caballos, los asnos, los camellos, las vacas y las ovejas; será una peste espantosa.
4 Pero Yahvé distinguirá entre el ganado de Israel y el ganado de Egipto; no perecerá nada de cuanto pertenece a Israel.»
5 Yahvé fijó un plazo en los siguientes términos: «Mañana hará esto Yahvé en el país.»
6 Al día siguiente cumplió Yahvé su palabra y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los israelitas no murió ni una res.
7 El faraón mandó averiguar y, efectivamente, del ganado de Israel no había muerto ni una res. Sin embargo, el faraón se obstinó y no dejó salir al pueblo.
8 Yahvé dijo a Moisés y a Aarón: «Tomad dos buenos puñados de hollín de horno. Moisés lo echará al aire, en presencia del faraón,
9 y se convertirá en polvo fino, que caerá sobre todo el país de Egipto, originando, en hombres y ganados, úlceras pustulentas por todo el país de Egipto.»
10 Tomaron, pues, hollín de horno y se presentaron ante el faraón. Moisés lo echó al aire, y produjo en hombres y animales úlceras pustulentas.
11 Ni siquiera los magos pudieron permanecer ante Moisés a causa de las úlceras, pues habían afectado a los magos como al resto de los egipcios.
12 Pero Yahvé hizo que el faraón se obstinase y no les hiciera caso, tal como Yahvé había dicho a Moisés.
13 Yahvé dijo a Moisés: «Levántate mañana temprano, preséntate al faraón y dile: Esto dice Yahvé, el Dios de los hebreos: ‘Deja salir a mi pueblo para que me dé culto.’
14 Pues esta vez voy a mandar todas mis plagas contra ti*, tus cortesanos y tu pueblo, para que sepas que no hay como yo en toda la tierra.
15 Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido con peste a ti y a tu pueblo, ahora ya habrías desaparecido de la tierra;
16 pero te he preservado para mostrarte mi poder y para que se proclame mi nombre por toda la tierra.
17 Puesto que aún te resistes a dejar partir a mi pueblo,
18 mañana, a esta hora, haré caer una granizada tan fuerte como no la ha habido en Egipto desde su fundación hasta hoy.
19 Ahora, pues, manda recoger tu ganado y cuanto tienes en el campo. Sobre todos los hombres y animales que se hallen en el campo y no sean recogidos en casa, caerá el granizo y los matará.»
20 Los siervos del faraón que temieron la palabra de Yahvé recogieron en casa a sus esclavos y ganados,
21 mas los que no hicieron caso de la palabra de Yahvé, dejaron en el campo a sus esclavos y ganados.
22 Yahvé dijo a Moisés: «Extiende tu mano hacia el cielo, y caerá granizo en todo el país de Egipto, sobre los hombres, los ganados y sobre toda la hierba del campo de Egipto.»
23 Moisés extendió su cayado hacia el cielo, y Yahvé lanzó truenos* , granizo y rayos sobre la tierra. Yahvé desencadenó una granizada sobre el país de Egipto.
24 El granizo y los rayos mezclados* con el granizo fueron tan fuertes que nunca se había visto una cosa semejante en el país de Egipto desde que comenzó a ser nación.
25 El granizo devastó cuanto había en el campo —hombres y animales— en todo el país de Egipto. El granizo machacó también toda la hierba del campo y tronchó todos los árboles del campo.
26 Tan sólo en la región de Gosen, donde habitaban los israelitas, no hubo granizo.
27 El faraón hizo llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: «Esta vez he pecado; Yahvé es justo, y mi pueblo y yo somos culpables.
28 Rogad a Yahvé. Basta ya de truenos y granizo. Yo os dejaré salir y no tendréis que quedaros más tiempo aquí.»
29 Moisés le respondió: «Cuando salga de la ciudad extenderé mis manos hacia Yahvé, cesarán los truenos y no caerá más granizo, para que sepas que la tierra entera es de Yahvé.
30 Pero sé que tú y tus cortesanos aún no teméis a Yahvé, Dios.»
31 (Se estropearon el lino y la cebada, pues la cebada estaba ya en espiga, y el lino en flor.
32 El trigo y la espelta no se estropearon por ser tardíos.)
33 Moisés salió de la presencia del faraón y de la ciudad, extendió las manos hacia Yahvé y cesaron los truenos y el granizo, y no cayó más lluvia sobre la tierra.
34 Cuando el faraón vio que había cesado la lluvia, el granizo y los truenos, él y sus cortesanos se obstinaron de nuevo.
35 Se obstinó, pues, el faraón y no dejó salir a los israelitas, como Yahvé había dicho por boca de Moisés.

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Introducción a Exodo 

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Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)

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Notas

Exodo  9,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_78:48


Exodo  9,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Apo_16:2

Exodo  9,14
NOTAS

9:14 Lit. «sobre tu corazón».

Exodo  9,15
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Rom_9:17

Exodo  9,23
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_78:47 s; Sal_105:32; Apo_16:21; Apo_8:7

NOTAS

9:23 Lit. «dio voces». La «voz de Yahvé» es el trueno, ver Éxo_9:29; Éxo_19:19; Sal_18:14 [Sal_18:13]; Sal_29:3-9; Job_37:2.

Exodo  9,24
NOTAS

9:24 Traducción dudosa; lit. «granizo y fuego en medio del granizo». Ver Eze_1:4.

Exodo  9,26
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_47:1 s

Exodo  9,29
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_10:14; Sal_24:1