II Samuel  6 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 23 versitos |
1
El arca en Jerusalén.
Reunió de nuevo David a todo lo mejor de Israel, treinta mil hombres.
2 Se levantó David y partió con todo el pueblo que estaba con él a Baalá de Judá para subir desde allí el arca de Dios sobre la que se invoca un nombre, el nombre de Yahvé Sebaot que se sienta sobre los querubines.
3 Cargaron el arca de Dios en una carreta nueva y la llevaron de la casa de Abinadab que está en la loma. Uzá y Ajió, hijos de Abinadab, conducían la carreta con el arca de Dios.
4 Uzá caminaba al lado del arca de Dios y Ajió iba delante de ella.
5 David y toda la casa de Israel bailaban delante de Yahvé con todas sus fuerzas, cantando con cítaras, arpas, adufes, sistros y cimbalillos.
6 Al llegar a la era de Nacón, extendió Uzá la mano hacia el arca de Dios y la sujetó porque los bueyes amenazaban volcarla.
7 Entonces la ira de Yahvé se encendió contra Uzá: allí mismo le hirió Dios por este atrevimiento y murió allí junto al arca de Dios.
8 David se irritó porque Yahvé había irrumpido contra Uzá y se llamó aquel lugar Peres de Uzá hasta el día de hoy.
9 Aquel día David tuvo miedo de Yahvé y dijo: «¿Cómo voy a llevar a mi casa el arca de Yahvé?»
10 Y no quiso llevar el arca de Yahvé junto a sí, a la Ciudad de David, sino que la hizo llevar a casa de Obededón, el de Gat.
11 El arca de Yahvé estuvo en casa de Obededón, el de Gat, tres meses y Yahvé bendijo a Obededón y a toda su casa.
12 Se hizo saber al rey David: «Yahvé ha bendecido la casa de Obededón y todas sus cosas a causa del arca de Dios.» Fue David e hizo subir el arca de Dios de casa de Obededón a la Ciudad de David, con gran alborozo.
13 Cada seis pasos que avanzaban los portadores del arca de Yahvé, sacrificaba un buey y un carnero cebado.
14 David danzaba girando con todas sus fuerzas delante de Yahvé, ceñido de un efod de lino.
15 David y toda la casa de Israel hacían subir el arca de Yahvé entre clamores y resonar de cuernos.
16 Cuando el arca de Yahvé entró en la Ciudad de David, Mical, hija de Saúl, que estaba mirando por la ventana, vio al rey David saltando y girando ante Yahvé y le despreció en su corazón.
17 Metieron el arca de Yahvé y la colocaron en su sitio, en medio de la tienda que David había levantado para ella, y David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión en presencia de Yahvé.
18 Cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre de Yahvé Sebaot
19 y repartió a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, una torta de pan, un pastel de dátiles y un pan de pasas a cada uno de ellos, y se fue todo el pueblo cada uno a su casa.
20 Cuando se volvía David para bendecir su casa, Mical, hija de Saúl, le salió al encuentro y le dijo: «¡Cómo se ha cubierto hoy de gloria el rey de Israel, descubriéndose hoy a la vista de las criadas de sus servidores, como se descubriría un cualquiera!»
21 Respondió David a Mical: «Delante de Yahvé, que me ha preferido a tu padre y a toda su casa para constituirme caudillo de todo el pueblo de Yahvé, de Israel, delante de Yahvé danzo yo.
22 Y me haré más vil todavía; seré vil a tus ojos, pero seré honrado ante las criadas de que hablas.»
23 Y Mical, hija de Saúl, no tuvo ya hijos hasta el día de su muerte.

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Introducción a II Samuel 

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

II Samuel  6,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |1Cr 13; Sal_132:6-10; Sal_132:13-14

NOTAS

6 Este relato reanuda la historia del arca donde se había interrumpido (1Sa_7:1), pero es de otra mano. -Jerusalén, al recibir el arca en que Yahvé se hace presente, Éxo_25:8+; Deu_4:7+, se convierte en la capital no sólo política, sino también religiosa, de Israel, es decir, en la Ciudad Santa.


II Samuel  6,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jos_15:9; Jos_15:60

[2] 1Sa_4:3-4; Éxo_25:10+

NOTAS

6:2 Antiguo nombre de Quiriat Yearín, Jos_15:9, ver Jos_15:60; Jos_18:14.

II Samuel  6,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_6:7

II Samuel  6,4
NOTAS

6:4 El hebreo repite el comienzo de 2Sa_6:3 : «una carreta nueva... loma».

II Samuel  6,5
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_150:3; Sal_150:5; Sal_68:25 s [Sal_68:24]

NOTAS

6:5 Sentido incierto. Podría también entenderse: «al son de todos los instrumentos de madera de ciprés, cítaras...».

II Samuel  6,7
NOTAS

6:7 El arca era terrible para los enemigos de Israel, 1 S 5, o para los que la despreciaban, 1Sa_6:19. Pero aquí hay algo más: la santidad del arca, sobre la que tiene su trono Yahvé, la hace intangible. Esta concepción primitiva de lo sagrado, ver Lv 17+, revela un profundo sentido de la temible majestad de Yahvé, ver Éxo_33:20+. La ley sacerdotal codifica este sentimiento: los propios levitas no pueden aproximarse al arca, sin peligro de muerte, antes de que los sacerdotes la hayan cubierto, Núm_4:5, Núm_4:15, Núm_4:20. No la tocan, sino que la transportan por medio de varales, Éxo_25:15.

II Samuel  6,8
NOTAS

6:8 Es decir, «la brecha de Uzá», ver 2Sa_5:20. Explicación popular del nombre: «Yahvé se ha lanzado (ha abierto brecha) sobre Uzá».

II Samuel  6,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |1Cr 15

II Samuel  6,14
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_18:26

[2] 1Sa_2:18+

NOTAS

6:14 David, que acaba de sacrificar y que va a bendecir, 2Sa_6:18, lleva vestidura sacerdotal, pero ver 1Sa_2:18.

II Samuel  6,17
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |1Cr_16:1-3

[2] Lev_1:1+; Lev_3:1+

II Samuel  6,19
NOTAS

6:19 Traducción conjetural.

II Samuel  6,20
NOTAS

6:20 Vestido sólo con un paño, David deja ver su desnudez, ver Éxo_20:26 y Éxo_28:42-43.

II Samuel  6,22
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa_20:3

NOTAS

6:22 Todo el relato trata de mostrar la sencillez y la profundidad de la religiosidad de David.