I Samuel 14 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 52 versitos |
1
Jonatán ataca el puesto.
Un día, Jonatán, hijo de Saúl, dijo a su escudero: «Ven, vamos a cruzar hasta la avanzadilla de los filisteos que está al otro lado», pero no dijo nada a su padre.
2 Saúl estaba situado en el límite de Guibeá, bajo el granado que está cerca de Migrón, y la gente que estaba con él sumaban unos seiscientos hombres.
3 Ajías, hijo de Ajitub, hermano de Icabod, hijo de Pinjás, hijo de Elí, sacerdote de Yahvé en Siló, llevaba el efod. La tropa no advirtió que Jonatán se había marchado.
4 Entre los pasos que Jonatán intentaba franquear para llegar a la avanzadilla de los filisteos, uno de ellos tenía a ambos lados sendos picachos. Uno se llama Boses y el otro Sené;
5 el primer picacho está al norte, frente a Micmás, el segundo al sur, frente a Gueba.
6 Jonatán dijo a su escudero: «Ven, crucemos hasta la avanzadilla de esos incircuncisos. Acaso Yahvé haga algo por nosotros, porque nada impide a Yahvé dar la victoria con pocos o con muchos.»
7 Su escudero respondió: «Haz lo que te parezca razonable. Yo estoy contigo, a tu servicio.»
8 Jonatán dijo: «Vamos a pasar hacia esos hombres y dejaremos que nos vean.
9 Si nos dicen: “¡Quedaos ahí! hasta que lleguemos a vosotros”, nos quedaremos en el sitio y no subiremos a ellos.
10 Pero si nos dicen: “Subid hacia nosotros,” subiremos, porque Yahvé los ha entregado en nuestras manos; esto nos servirá de señal.»
11 Se dejaron ver de la avanzadilla de los filisteos, que dijeron: «Mirad, los hebreos salen de los escondrijos donde se habían metido.»
12 Los hombres de la avanzadilla, dirigiéndose a Jonatán y a su escudero, dijeron: «Subid hacia nosotros, que os vamos a enseñar algo.» Entonces Jonatán dijo a su escudero: «Sube detrás de mí, pues Yahvé los ha entregado en manos de Israel.»
13 Subió Jonatán ayudándose de pies y manos, y su escudero le seguía. Caían los filisteos ante Jonatán y detrás de él su escudero los iba rematando.
14 Este primer estrago de Jonatán y de su escudero alcanzó a unos veinte hombres, como en medio surco de tierra.
15
Batalla general.
Cundió el terror en el campo y en el campamento y en la gente toda; la avanzadilla y los cuerpos de descubierta fueron presa del espanto, la tierra tembló y hubo un terror de Dios.
16 Los escuchas de Saúl que estaban en Guibeá de Benjamín vieron que la multitud se agitaba de un lado para otro,
17 y dijo Saúl a las tropas que estaban con él: «Pasad revista y ved quién se ha marchado de los nuestros.» Se pasó revista y vieron que faltaban Jonatán y su escudero.
18 Entonces Saúl dijo a Ajías: «Trae el arca de Dios», porque aquel día el arca de Dios estaba con los israelitas.
19 Pero mientras Saúl hablaba al sacerdote, el tumulto del campamento filisteo iba creciendo y Saúl dijo al sacerdote: «Retira tu mano.»
20 Saúl y toda la tropa que estaba con él se reunieron y llegaron al campo de batalla, y he aquí que la espada de cada uno se volvía contra el otro. La confusión era enorme.
21 Los hebreos que de antes estaban al servicio de los filisteos y que habían subido con ellos al campamento, también se pusieron de parte de los israelitas que estaban con Saúl y Jonatán.
22 Todos los israelitas que se habían escondido en la montaña de Efraín, al saber que los filisteos huían, los persiguieron hostigándolos.
23 Aquel día Yahvé dio la victoria a Israel.
Una prohibición de Saúl violada por Jonatán.
El combate se extendió más allá de Bet Jorón.
24 Los hombres de Israel estaban en gran apuro aquel día y Saúl pronunció una imprecación sobre el pueblo: «Maldito el hombre que coma algo antes del anochecer, antes que me haya vengado de mis enemigos.» Y nadie del pueblo probó bocado.
25 Toda la gente entró en el bosque. Había miel por el suelo.
26 Entró el pueblo en el bosque y el panal destilaba miel, pero nadie se llevó la mano a su boca, porque el pueblo temía la imprecación.
27 Jonatán no había oído la imprecación que su padre había pronunciado sobre el pueblo y alargó la punta de la vara que tenía en la mano, la metió en el panal y después llevó la mano a su boca y le brillaron los ojos.
28 Uno del pueblo le habló diciendo: «Tu padre ha pronunciado solemnemente esta imprecación sobre el pueblo; ha dicho “Maldito el hombre que coma hoy algo”». Y el pueblo está extenuado.
29 Jonatán respondió: «Mi padre ha causado un trastorno al país. Ved cómo me brillan los ojos por haber tomado este poco de miel.
30 Pues si la tropa hubiese comido hoy del botín tomado al enemigo, ¿no hubiera sido mayor el estrago de los filisteos?»
31
Pecado ritual del pueblo.
Aquel día fueron batidos los filisteos desde Micmás hasta Ayalón y la gente quedó extenuada.
32 La tropa se arrojó sobre el botín y, tomando ganado menor, bueyes y terneros, los immoló sobre el suelo y lo comió con la sangre.
33 Avisaron a Saúl: «El pueblo está pecando contra Yahvé comiendo la sangre.» Él entonces dijo: «Habéis sido infieles. Rodadme ahora mismo una piedra grande.»
34 Luego dijo: «Repartíos entre el pueblo y decidles: que cada uno traiga su buey o su carnero; los immolaréis aquí y comeréis, sin pecar contra Yahvé por comerlo con sangre.» Todos los hombres llevaron cada cual el buey que tenía aquella noche y lo immolaron allí.
35 Alzó Saúl un altar a Yahvé; éste fue el primer altar que edificó.
36
Jonatán reconocido culpable es salvado por el pueblo.
Saúl dijo: «Bajemos durante la noche en persecución de los filisteos y saqueémoslos hasta el amanecer; no dejaremos ni un solo hombre.» Le respondieron: «Haz lo que mejor te parezca.» Pero el sacerdote dijo: «Acerquémonos aquí a Dios.»
37 Consultó Saúl a Dios: «¿Bajaré en persecución de los filisteos? ¿Los entregarás en manos de Israel?» Pero no respondió en aquella ocasión.
38 Entonces dijo Saúl: «Acercaos aquí todos los principales del pueblo. Investigad y ved en qué ha consistido el pecado de hoy.
39 ¡Vive Yahvé que ha salvado a Israel!, que el que ha pecado, aunque se trate de mi hijo Jonatán, morirá sin remisión.» Nadie del pueblo se atrevió a responderle.
40 Dijo a todo Israel: «Poneos a un lado, y yo y mi hijo Jonatán nos pondremos al otro», y el pueblo respondió a Saúl: «Haz lo que mejor te parezca.»
41 Dijo entonces Saúl: «Yahvé Dios de Israel, ¿por qué no respondes hoy a tu siervo? Si el pecado es mío o de mi hijo Jonatán, Yahvé Dios de Israel, da urim; si el pecado es de tu pueblo Israel, da tumim .» Fueron señalados Saúl y Jonatán, quedando libre el pueblo.
42 Saúl dijo: «Sortead entre mi hijo Jonatán y yo»; y fue señalado Jonatán.
43 Dijo entonces Saúl a Jonatán: «Cuéntame lo que has hecho.» Jonatán se lo contó. Y dijo: «No he hecho más que probar un poco de miel con la punta de la vara que tenía en la mano. Estoy dispuesto a morir.»
44 Saúl replicó: «Que Dios me haga esto y me añada esto otro si no mueres, Jonatán.»
45 Pero el pueblo dijo a Saúl: «¿Es que va a morir Jonatán siendo él quien ha conseguido esta gran victoria en Israel? ¡Dios nos libre! ¡Vive Yahvé! que no caerá en tierra ni un cabello de su cabeza, porque con ayuda de Dios lo hizo.» Así salvó el pueblo a Jonatán y no murió.
46 Regresó Saúl de la persecución de los filisteos y los filisteos alcanzaron su país.
47
Resumen del reinado de Saúl.
Cuando Saúl se constituyó rey sobre Israel guerreó por todas partes contra todos sus enemigos: contra Moab, los amonitas, Edom, el rey de Sobá y los filisteos; doquiera se dirigía llevaba la salvación.
48 Hizo proezas de valor, batió a los amalecitas y libró a Israel del poder de los que le saqueaban.
49 Los hijos de Saúl fueron: Jonatán, Isyó y Malquisúa. Los nombres de sus dos hijas eran: Merab la mayor y Mical la más pequeña.
50 La mujer de Saúl se llamaba Ajinoán, hija de Ajimás. El jefe de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl;
51 Quis, padre de Saúl, y Ner, padre de Abner, eran hijos de Abiel.
52 Hubo una guerra encarnizada contra los filisteos toda la vida de Saúl. En cuanto Saúl veía un hombre fuerte y valeroso, se lo incorporaba.

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Introducción a I Samuel

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

I Samuel 14,1
NOTAS

14:1 Lit. «el mozo que llevaba sus armas», ver 1Sa_14:6, 1Sa_14:7, 1Sa_14:12.


I Samuel 14,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_4:21

NOTAS

14:2 Localidad benjaminita, ver Isa_10:28.

I Samuel 14,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_2:28+; 1Sa_14:18

I Samuel 14,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_17:47; Jue_7:4-7

I Samuel 14,10
NOTAS

14:10 Jonatán se dispone a hacer una especie de consulta divina, ya que solicita un presagio para conocer la voluntad de Yahvé, el único que puede dar la victoria, ver Jue_7:9-15. Por lo demás, el relato muestra la desproporción entre la acción humana y su resultado.

I Samuel 14,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_13:6

I Samuel 14,14
NOTAS

14:14 La traducción del final de este versículo es difícil.

I Samuel 14,15
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_13:16

[2] 1Sa_13:23

[3] 1Sa_13:17

[4] 1Sa_11:7

I Samuel 14,18
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_2:28+

NOTAS

14:18 El arca de Dios que tiene en las manos el sacerdote Ajías es aquí una caja que contiene los dados adivinatorios. Un redactor tardío la ha confundido con el arca tomada por los filisteos (1 S 5-6), de ahí el inciso explicando la orden de Saúl.

I Samuel 14,19
NOTAS

14:19 El sacerdote va a echar las suertes; Saúl le detiene y, sin más consulta, se lanza al combate.

I Samuel 14,23
NOTAS

14:23 (a) En este pasaje han sido mezcladas dos tradiciones: 1ª) Saúl ha ordenado un ayuno hasta el anochecer, 1Sa_14:24, el pueblo lo guarda y luego se lanza sobre el botín sin cumplir las prescripciones rituales, 1Sa_14:31-35. 1ª) Saúl ha ordenado un ayuno, 1Sa_14:24; Jonatán, que ignora la orden, lo quebranta, 1Sa_14:25-30, y es señalado como culpable por la suerte, 1Sa_14:36-46.

14:23 (b) El hebr. dice «Bet Avén», ver 1Sa_13:5; las versiones, «Bet Jorón».

I Samuel 14,24
NOTAS

14:24 Este ayuno de circunstancias es un medio de obtener la victoria, que es concedida por Dios.

I Samuel 14,25
NOTAS

14:25 Este v. es un duplicado del v. siguiente, señal probable de la dualidad de tradiciones.

I Samuel 14,27
NOTAS

14:27 El brillo de los ojos no se refiere a la recuperación de la visión, debilitada a causa del hambre. La fórmula (y otras análogas) indica más bien que la persona en cuestión es objeto de la benevolencia divina.

I Samuel 14,31
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jos_10:10-12

NOTAS

14:31 Los filisteos son rechazados en su propia ruta ordinaria de invasión. Verdaderamente es una gran victoria: la montaña, corazón del reino, queda liberada.

I Samuel 14,32
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lev_1:5+

NOTAS

14:32 La práctica de comer la carne con la sangre es objeto de una prohibición antigua, ver Lev_19:26; estaba relacionada con la adivinación y la comunicación con el mundo infernal.

I Samuel 14,33
NOTAS

14:33 Esta piedra va a servir de altar, ver 1Sa_6:14; Jue_6:20; Jue_13:19, para que la matanza se convierta en inmolación ritual, ver Lv 17+.

I Samuel 14,35
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jue_6:24

I Samuel 14,36
NOTAS

14:36 El sacerdote invita a consultar a Dios según la técnica sugerida en 1Sa_14:18. Parece que la respuesta fue negativa.

I Samuel 14,37
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_28:6

I Samuel 14,41
NOTAS

14:41 Hemos restituido casi totalmente a partir del griego la interpelación de Saúl a Dios, porque el hebreo se ha saltado del primer «Israel» al tercero. El texto muestra cómo se consultaba a Dios por medio de dos dados contenidos en una caja o efod; se llamaban urim y tumim (el valor de las palabras es dudoso) y se les daba un significado convencional. Era, pues, una respuesta por medio de un sí o de un no, ver 1Sa_23:10-12, y la consulta era a veces larga. El manejo de las suertes estaba reservado a los sacerdotes levitas, Núm_27:21; Deu_33:8. Su empleo cayó en desuso después del reinado de David y no se restableció, ver Esd_2:62; Neh_7:65. Pero el nombre quedó asociado a un detalle de la vestidura del sumo sacerdote, ver Éxo_28:30; Lev_8:8 y Éxo_28:6+.

I Samuel 14,44
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Rut_1:17+

I Samuel 14,47
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa_8:2 s; 2Sa_10:6 s

NOTAS

14:47 (a) Resumen análogo en 1Sa_7:13-15 (Samuel) y 2 S 8 (David). Ver también 2Sa_3:2-5; 2Sa_5:13-16; 2Sa_20:23-26.

14:47 (b) Hebr. y versiones han rebajado el hecho de que Saúl fuera designado como «salvador», cosa que el cap. 15 desmentía.

I Samuel 14,48
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa 15

I Samuel 14,49
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_18:17 s; 1Sa_18:20

NOTAS

14:49 (a) Lista de los hijos de Saúl, que hay que comparar con 1Sa_31:2.

14:49 (b) Es decir, «el hombre de Yahvé». Al parecer, se trata del mismo personaje a quien se llama Isbaal, «el hombre de Baal», en 1Cr_8:33, e Isbóset, «el hombre de vergüenza», en el hebreo de 2Sa_2:8, etc., donde boset (vergüenza) sustituye a «Baal», nombre del dios cananeo.

I Samuel 14,50
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_9:1

I Samuel 14,52
NOTAS

14:52 Comienzo de formación de un ejército profesional, diferente del reclutamiento o leva del pueblo en masa.