II Macabeos 6 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 31 versitos |
1
Establecimiento de cultos paganos.
Poco tiempo después, el rey envió al ateniense Geronta para obligar a los judíos a que desertaran de las leyes de sus padres y a que dejaran de vivir según las leyes de su Dios;
2 y además para contaminar el templo de Jerusalén, dedicándolo a Zeus Olímpico, y el de Garizín, a Zeus Hospitalario, como lo habían pedido los habitantes del lugar.
3 Este recrudecimiento del mal era para todos penoso e insoportable.
4 El templo estaba lleno de desórdenes y orgías por parte de los paganos, que holgaban con meretrices y que en los atrios sagrados andaban con mujeres, y hasta introducían allí cosas prohibidas.
5 El altar estaba repleto de víctimas ilícitas, prohibidas por las leyes.
6 No se podía ni celebrar el sábado, ni guardar las fiestas patrias, ni siquiera confesarse judío;
7 antes bien eran obligados con amarga violencia a la celebración mensual del nacimiento del rey con un banquete sacrificial y, cuando llegaba la fiesta de Dióniso, eran forzados a formar parte de su cortejo, coronados de hiedra.
8 Por instigación de los habitantes de Tolemaida salió un decreto para las vecinas ciudades griegas, obligándolas a que procedieran de la misma forma contra los judíos y a que les hicieran participar en los banquetes sacrificiales,
9 con orden de degollar a los que no adoptaran el cambio a las costumbres griegas. Podíase ya entrever la calamidad inminente.
10 Dos mujeres fueron delatadas por haber circuncidado a sus hijos; las hicieron recorrer públicamente la ciudad con los niños colgados del pecho, y las precipitaron desde la muralla.
11 Otros, que se habían reunido en cuevas próximas para celebrar a escondidas el día séptimo, fueron denunciados a Filipo y quemados juntos, sin que quisieran hacer nada en su defensa, por respeto a la santidad del día.
12
Sentido providencial de la persecución.
Ruego a los lectores de este libro que no se desconcierten por estas desgracias; piensen antes bien que estos castigos buscan no la destrucción, sino la educación de nuestra raza;
13 pues el no tolerar por mucho tiempo a los impíos, de modo que pronto caigan en castigos, es señal de gran benevolencia.
14 Pues con las demás naciones el Soberano, para castigarlas, aguarda pacientemente a que lleguen a colmar la medida de sus pecados; pero con nosotros ha decidido no proceder así,
15 para que no tenga luego que castigarnos, al llegar nuestros pecados a la medida colmada.
16 Por eso mismo nunca retira de nosotros su misericordia: cuando corrige con la desgracia, no está abandonando a su propio pueblo.
17 Quede esto dicho a modo de recuerdo. Después de estas pocas palabras, prosigamos la narración.
18
Martirio de Eleazar.
A Eleazar, uno de los principales escribas, varón de ya avanzada edad y de muy noble aspecto, le forzaban a abrir la boca y a comer carne de puerco.
19 Pero él, prefiriendo una muerte honrosa a una vida infame, marchaba voluntariamente al suplicio del apaleamiento,
20 después de escupir todo, que es como deben proceder los que tienen valentía para rechazar los alimentos que no es lícito probar ni por amor a la vida.
21 Los que estaban encargados del banquete sacrificial contrario a la Ley, tomándolo aparte en razón del conocimiento que de antiguo tenían con este hombre, le invitaban a traer carne preparada por él mismo, y que le fuera lícita; a simular como si comiera la mandada por el rey, tomada del sacrificio,
22 para que, obrando así, se librara de la muerte, y por su antigua amistad hacia ellos alcanzara benevolencia.
23 Pero él, tomando una noble resolución digna de su edad, de la prestancia de su ancianidad, de sus experimentadas y ejemplares canas, de su inmejorable proceder desde niño y, sobre todo, de la legislación santa dada por Dios, se mostró consecuente consigo diciendo que se le mandara pronto al Hades.
24 «Porque a nuestra edad no es digno fingir, no sea que muchos jóvenes, creyendo que Eleazar, a sus noventa años, se ha pasado a las costumbres paganas,
25 también ellos por mi simulación y por mi apego a este breve resto de vida, se desvíen por mi culpa y yo atraiga mancha y deshonra a mi vejez.
26 Pues aunque me libre al presente del castigo de los hombres, sin embargo ni vivo ni muerto podré escapar de las manos del Todopoderoso.
27 Por eso, al abandonar ahora valientemente la vida, me mostraré digno de mi ancianidad,
28 dejando a los jóvenes un ejemplo noble al morir generosamente con ánimo y nobleza por las leyes venerables y santas.»
Habiendo dicho esto, se fue en seguida al suplicio del apaleamiento.
29 Los que lo conducían cambiaron su suavidad de poco antes en dureza, después de oír las referidas palabras que ellos consideraban una locura;
30 él, por su parte, a punto ya de morir por los golpes, dijo entre suspiros: «El Señor, que posee la ciencia santa, sabe bien que, pudiendo librarme de la muerte, soporto flagelado en mi cuerpo recios dolores, pero en mi alma los sufro con gusto por temor de él.»
31 De este modo llegó a su tránsito. (No sólo a los jóvenes, sino también a la gran mayoría de la nación, Eleazar dejó su muerte como ejemplo de nobleza y recuerdo de virtud.)

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Introducción a II Macabeos

El Segundo libro de los Macabeos no es continuación del primero. Es, en parte, paralelo a él, y toma los acontecimientos de un poco más atrás, desde el fin del reinado de Seleuco IV, predecesor de Antíoco Epífanes, pero sólo los sigue hasta la derrota de Nicanor, antes de la muerte de Judas Macabeo. Todo ello comprende sólo una quincena de años y corresponde únicamente a los caps. 1-7 del Primer libro.

El género es muy distinto. El libro, escrito originariamente en griego, se presenta como el compendio de la obra de un tal Jasón de Cirene, 2Ma_2:19-32 , y lo encabezan dos cartas de los judíos de Jerusalén, 1:1-2:18. El estilo, que es el de los escritores helenísticos, pero no de los mejores, resulta a veces ampuloso. Es más el de un predicador que el de un historiador, aunque ciertamente el conocimiento de las instituciones griegas y de los personajes de la época de que hace gala nuestro autor es muy superior al que demuestra el autor de 1 M.

En realidad, su objetivo es agradar y edificar, 2Ma_2:25 ; 2Ma_15:39 , narrando la guerra de liberación dirigida por Judas Macabeo, sostenida por apariciones celestes y ganada gracias a la intervención divina, 2Ma_2:19-22 ; la persecución misma era efecto de la misericordia de Dios, que corregía a su pueblo antes de que la medida del pecado quedara colmada, 2Ma_6:12-17 . Escribe para los judíos de Alejandría y su intención es despertar el sentimiento de que formaban una comunidad con sus hermanos de Palestina. En especial, quiere interesarles por la suerte del Templo, centro de la vida religiosa según la Ley, blanco del odio de los gentiles. Esta preocupación imprime su sello al plan del libro: tras el episodio de Heliodoro, 2Ma_3:1-40 , que subraya la santidad inviolable del santuario, la primera parte, 4:1-10:8, concluye con la muerte del perseguidor, Antíoco Epífanes, que ha profanado el Templo, y con la institución de la fiesta de la Dedicación; la segunda parte, 10:9-15:36, concluye asimismo con la muerte de un perseguidor, Nicanor, que había amenazado al Templo, y con la institución de una fiesta conmemorativa. Las dos cartas, puestas al comienzo de libro, 1:1-2:18, responden al mismo objetivo: son invitaciones dirigidas por los judíos de Jerusalén a sus hermanos de Egipto para celebrar con ellos la fiesta de la purificación del Templo, la Dedicación.

Como el último acontecimiento referido es la muerte de Nicanor, la obra de Jasón de Cirene pudo haberse compuesto poco después del 160 a. C. Si es el autor mismo del compendio —aunque esto se discute— el que ha colocado en cabeza las dos cartas de 1-2 para acompañar el envío de su compendio, la fecha de éste nos la daría la indicación de 2Ma_1:10 a, que corresponde al año 124 a. C. No debe menospreciarse el valor histórico del libro. Es cierto que el compendiador (¿o un redactor?) ha aceptado los relatos apócrifos contenidos en la carta de 1:10b-2:18, y que reproduce las conmovedoras historias de Heliodoro, 3 , del martirio de Eleazar, 2Ma_6:18-31 , y el de los siete hermanos, 7 , que halló en Jasón y que ilustraban muy bien sus tesis religiosas. Pero la concordancia general con 1 M garantiza la historicidad de los acontecimientos que las dos fuentes independientes refieren. En un punto importante en que 2 M disiente del 1 M, debe aquél ser preferido: 1Ma_6:1-13 sitúa la purificación del Templo antes de la muerte de Antíoco Epífanes, al tiempo que 2Ma_9:1-29 la sitúa después; una tableta cronológica babilónica, recientemente publicada, da la razón a 2 M. Antíoco murió en octubre-noviembre del 164, antes de la nueva dedicación del Templo a finales de diciembre del mismo año. En las secciones que pertenecen a 2 M, no hay razón para recelar de las informaciones que se dan en el cap. 4 acerca de los años que precedieron al saqueo del Templo por Antíoco. Sin embargo, el compendiador, más bien que Jasón, es responsable de una grave confusión: disponiendo de una carta de Antíoco V, 2Ma_11:22-26 , ha añadido en 11-12 9 otras cartas y el relato de acontecimientos que datan del final del reinado de Antíoco IV y que debieron hallar su sitio entre los caps. 8 y 9 .

El libro tiene importancia por las afirmaciones que contiene sobre la resurrección de los muertos, ver la nota a 2Ma_7:9 ; 2Ma_14:46 , las sanciones de ultratumba, 2Ma_6:26 , la oración por los difuntos, 2Ma_12:41-46 y nota, el mérito de los mártires, 6:18-7:41, la intercesión de los santos, 2Ma_15:12-16 y nota. Estas enseñanzas, que tienen por objeto puntos que los demás escritos del Antiguo Testamento no aclaraban, justifican la autoridad que la Iglesia le ha reconocido.

Conocemos mejor el sistema cronológico seguido por cada uno de los dos libros desde el descubrimiento de una tableta cuneiforme, que es un fragmento de cronología de los reyes seléucidas. Ésta ha permitido fijar la fecha de la muerte de Antíoco Epífanes. Se comprueba que 1 M sigue el cómputo macedónico, que comienza en octubre del 312 a. C., mientras que 2 M sigue el cómputo judío, análogo al cómputo babilónico, que comienza en nisán (3 de abril) del 311. Pero todo esto con una doble excepción: en 1 M, los acontecimientos relativos al templo y a la historia judía se fechan según este calendario judeo-babilónico ( 1Ma_1:54 ; 1Ma_2:70 ; 1Ma_4:52 ; 1Ma_9:3 , 1Ma_9:54 ; 1Ma_10:21 ; 1Ma_13:41 , 1Ma_13:51 ; 1Ma_14:27 ; 1Ma_16:14 ), mientras que las cartas citadas por 2 M 11 se fechaban según el cómputo macedónico, lo cual es perfectamente normal.

El texto nos ha sido transmitido por tres unciales, el Sinaítico, el Alejandrino y el Véneto, y por una treintena de minúsculos, pero por desgracia, la parte correspondiente al 2 M se ha perdido en el Sinaítico (nuestro mejor testigo). Los minúsculos, que son testigos de la recensión del sacerdote Luciano (300 d. C.), conservan a veces un texto más antiguo que el de otros manuscritos griegos, texto que vuelve a encontrarse en las Antigüedades Judías del historiador Flavio Josefo que, en general, sigue a 1 M e ignora a 2 M. La Vetus Latina traduce, por su parte, un texto griego perdido y a menudo mejor que el de los manuscritos que conocemos. La traducción de la Vulgata no es obra de San Jerónimo, para quien los Macabeos no eran canónicos, y sólo representa una recensión secundaria.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

II Macabeos 6,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |1Ma_1:45-51


II Macabeos 6,2
NOTAS

6:2 «(como lo) habían pedido los habitantes» enetygjanon conj. según Josefo (Ant. Jud.); «(como) sucedía que eran (los habitantes)» etygjanon griego, lat.; esto quería decir que los samaritanos escogen este epiteto por ser ellos mismos hospitalarios. Pero en griego la construcción de la frase resultaría laboriosísima. -Los samaritanos, que no quieren ser tratados como los judíos, se anticipan a los deseos del soberano.

II Macabeos 6,4
NOTAS

6:4 En la época grecorromana, los atrios de los templos incluían pórticos y salas de banquete para las comidas rituales, que fácilmente degeneraban en orgías. Además, aún seguía practicándose la prostitución sagrada en los templos de Siria.

II Macabeos 6,8
NOTAS

6:8 «los habitantes de Tolemaida» conj.; «de los Tolomeos» o «de Tolomeo» griego y lat. -La ciudad griega de Tolemaida, la antigua Aco (San Juan de Acre), era hostil a los judíos, ver 2Ma_13:25; 1Ma_5:15; 1Ma_12:48.

II Macabeos 6,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |1Ma_1:60-61

[2] |1Ma_2:32-38

II Macabeos 6,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Ma_5:17-20; 2Ma_7:16-19; 2Ma_7:32

II Macabeos 6,13
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sab_11:9-10; Sab_12:2; Sab_12:22; 1Ts_2:16

II Macabeos 6,15
NOTAS

6:15 El autor de la Sabiduría desarrollará este doble aspecto de la justicia divina, pero enseñará que Dios es indulgente aun para los paganos, Sab_11:10; Sab_12:20-22. En cuanto a la medida colmada de los pecados, ver Dan_8:23; Dan_9:24; 1Te_2:16. La expresión es antigua, ver ya Gén_15:16.

II Macabeos 6,18
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lev_11:7-8

NOTAS

6:18 Los Padres de la Iglesia han celebrado en Eleazar a un mártir de antes de Cristo.

II Macabeos 6,19
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Heb_11:35

II Macabeos 6,28
NOTAS

6:28 La expresión procede del campo jurídico helénico, pero para el autor «las leyes» son esencialmente la Ley, 2Ma_7:30; 2Ma_10:26; 2Ma_12:40; 2Ma_15:9, que se identifica con la Alianza, ver 1Ma_2:20, y es prenda de la benevolencia divina, ver 2Ma_7:36; 2Ma_8:15.