Judith 6 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 21 versitos |
1
Ajior es entregado a los israelitas.
Calmado el tumulto provocado por los hombres que estaban en torno al Consejo, Holofernes, jefe supremo del ejército de Asiria, dijo a Ajior delante de todos los pueblos extranjeros y de los moabitas:
2 «¿Quién eres tú, Ajior, y quiénes los mercenarios de Amón, que te permites hoy lanzar profecías entre nosotros y nos aconsejas que no luchemos contra esta ralea de Israel, porque su Dios los protegerá con su escudo? ¿Qué otro dios hay fuera de Nabucodonosor? Éste enviará su fuerza y los extirpará de la superficie de la tierra, sin que su Dios pueda librarlos.
3 Nosotros, sus siervos, los batiremos como si fueran sólo un hombre,
4 y no podrán resistir el empuje de nuestros caballos. Los pasaremos a fuego sin distinción. Sus montes se embriagarán de su sangre y sus llanuras se colmarán con sus cadáveres. No podrán mantenerse a pie firme ante nosotros y serán totalmente destruidos, dice el rey Nabucodonosor, Señor de toda la tierra. Porque lo ha dicho y no quedarán sin cumplimiento sus palabras.
5 En cuanto a ti, Ajior, mercenario amonita, que has pronunciado este discurso el día de tu perdición, a partir de ahora no verás ya mi rostro hasta el día en que tome venganza de esa ralea venida de Egipto.
6 Entonces, el hierro de mis soldados y la lanza de mis servidores te atravesará los costados y caerás junto a sus heridos, cuando yo me revuelva contra ellos.
7 Mis servidores te van a llevar a la montaña y te van a dejar en una de las ciudades que están en las subidas.
8 Morirás cuando seas aniquilado junto con ellos.
9 Y no muestres un rostro tan abatido, pues seguro que esperas en tu corazón que no sean conquistados. Así lo digo, y no dejará de cumplirse ni una sola de mis palabras.»
10 Holofernes ordenó a los servidores que estaban al servicio de su tienda que tomasen a Ajior, lo llevasen a Betulia y lo entregasen en manos de los israelitas.
11 Los servidores lo agarraron y lo condujeron fuera del campamento, a la llanura; y de la llanura abierta pasaron a la región montañosa, alcanzando las fuentes que había al pie de Betulia.
12 Cuando los hombres de la ciudad los divisaron desde la cumbre del monte, corrieron a las armas y salieron fuera de la ciudad, a la cumbre del monte, mientras los honderos dominaban la subida y disparaban sus piedras contra ellos.
13 Entonces los asirios se deslizaron al pie del monte, ataron a Ajior, lo dejaron tendido en la falda y se volvieron donde su señor.
14 Los israelitas bajaron de su ciudad, se acercaron y, tras desatarle, lo llevaron a Betulia y lo presentaron a los jefes de la ciudad,
15 que en aquel tiempo eran Ozías, hijo de Miqueas, de la tribu de Simeón, Jabrís, hijo de Gotoniel, y Jarmís, hijo de Melquiel.
16 Éstos mandaron convocar a todos los ancianos de la ciudad. Se unieron también a la asamblea todos los jóvenes y las mujeres; pusieron a Ajior en medio de todo el pueblo y Ozías le interrogó acerca de lo sucedido.
17 Ajior respondió narrándoles las deliberaciones habidas en el Consejo de Holofernes, todas las cosas que él mismo había dicho ante todos los jefes de los asirios y las bravatas que Holofernes había proferido contra la casa de Israel.
18 Entonces el pueblo se postró, adoró a Dios y clamó:
19 «Señor, Dios del cielo, mira su soberbia, compadécete de la humillación de nuestra raza y mira con piedad el rostro de los que te están consagrados.»
20 Después dieron ánimos a Ajior y le felicitaron calurosamente,
21 y a la salida de la asamblea, Ozías lo condujo a su propia casa y ofreció un banquete a los ancianos. Y estuvieron invocando la ayuda del Dios de Israel durante toda la noche.

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Introducción a Judith

El libro de Judit es la historia de una victoria del pueblo elegido contra sus enemigos, merced a la intervención de una mujer. La pequeña nación judía se enfrenta con el imponente ejército de Holofernes, que quiere someter el mundo al rey Nabucodonosor y destruir todo culto que no sea el de Nabucodonosor endiosado. Los judíos son sitiados en Betulia. Privados de agua, están a punto de rendirse. Aparece entonces Judit, viuda joven, hermosa, prudente, piadosa y decidida que triunfará sobre la apatía de sus compatriotas y luego sobre el ejército asirio. Echa en cara a los jefes de la ciudad su falta de confianza en Dios. Después ora, se acicala, sale de Betulia y se hace presentar a Holofernes. Echa mano contra él de la seducción y de la astucia y, una vez a solas con aquel militarote ebrio, le corta la cabeza. Los asirios huyen presa del pánico y su campamento es entregado al saqueo. El pueblo ensalza a Judit y se dirige a Jerusalén para una solemne acción de gracias.

Parece como si el autor hubiese multiplicado adrede los dislates de la historia para distraer la atención de cualquier contexto histórico concreto y llevarla por entero al drama religioso y a su desenlace. Es una narración hábilmente compuesta, que guarda estrecho parentesco con los apocalipsis. Holofernes, servidor de Nabucodonosor, es una síntesis de las potencias del mal; Judit, cuyo nombre significa «la Judía», representa la causa de Dios, identificada con la de la nación. Esta causa parece condenada al exterminio, pero Dios cuida de su triunfo por medio de las débiles manos de una mujer, y el pueblo santo sube a Jerusalén. El libro tiene contactos ciertos con Daniel, Ezequiel y Joel: la escena tiene lugar en la llanura de Esdrelón, cerca de la llanura de Harmaguedón, donde San Juan situará la batalla escatológica de Apo_16:16 ; la victoria de Judit es el premio de su oración, de su observancia escrupulosa de las normas de pureza legal, y, sin embargo, la perspectiva del libro es universalista: la salvación de Jerusalén queda asegurada en Betulia, en aquella Samaría odiosa para los «ortodoxos» del Judaísmo rígido; Ajior es quien da con el sentido religioso del conflicto, y Ajior es un amonita, Jdt_5:5-21 , que se convierte al Dios verdadero, Jdt_14:5-10 .

El libro fue escrito en Palestina, hacia mediados del siglo II antes de nuestra era, en una atmósfera de fervor nacional y religioso que la sublevación de los Macabeos había creado.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Judith 6,1
NOTAS

6:1 «moabitas» texto recibido; «amonitas» griego luc. -En el v. siguiente «Amón» con Vet. Lat. y sir.; «Efraín» texto recibido.


Judith 6,2
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jdt_3:8; Dan_3:14-18

[2] Isa_36:18-20; Isa_37:4; Isa_37:16-20

Judith 6,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jdt_5:12; Jdt_16:12

NOTAS

6:6 «lanza» Vet. Lat. y sir.; «muchedumbre» griego.

Judith 6,15
NOTAS

6:15 El autor del libro parece haberse interesado especialmente por la tribu de Simeón, totalmente eclipsada, sin embargo, en la historia de Israel. El nombre de Ozías recuerda el de Uziel, 1Cr_4:42. En Jdt_9:2-4 Judit rehabilita al Patriarca, censurado en Gén_34:20 y Gén_49:5-7.

Judith 6,19
NOTAS

6:19 Así era la situación del conjunto de Israel, a consecuencia de la alianza.