Daniel  11 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 45 versitos |
1 En cuanto a mí, en el año primero de Dario el medo estuve a su lado para sostenerlo y ayudarlo.
2 Y ahora voy a revelarte la verdad.
Primeras guerras entre Seléucidas y Lágidas.
«Mira, en Persia habrá todavía tres reyes; el cuarto será mucho más rico que todos ellos, y cuando aumente su poder gracias a sus riquezas, incitará a todos contra los reinos de Grecia.
3 Entonces surgirá un rey belicoso que extenderá sus dominios y actuará a su antojo.
4 Pero apenas consolidado, su reino será dividido y repartido entre los cuatros puntos cardinales; aunque no entre sus descendientes, ni con el poderío que él había ejercido, pues su reino se desmoronará y pasará a manos ajenas.
5 «El rey del sur se hará fuerte; pero uno de sus generales lo derrotará y ensanchará sus dominios.
6 Al cabo de unos años concertarán una alianza, y la hija del rey del sur acudirá al rey del norte para hacer las paces. Pero no conservará su poder, ni subsistirá su dinastía, pues ella será entregada junto con su cortejo, su hijo y su protector.
7 Entonces se alzará en su lugar un retoño de sus raíces, que atacará al ejército y entrará en la fortaleza del rey del norte, comportándose como vencedor.
8 Y se llevará como botín a Egipto incluso sus dioses, sus estatuas y sus vasos preciosos de plata y oro; y durante algunos años dejará en paz al rey del norte.
9 Éste invadirá el reino del rey del sur, pero regresará a su territorio.
10 Sus hijos romperán las hostilidades y reunirán ejércitos numerosos; y uno de ellos vendrá y pasará como una inundación, luego regresará y reanudará los combates hasta la fortaleza.
11 Entonces el rey del sur, enfurecido, saldrá a combatir contra el rey del norte, que movilizará un gran ejército; pero éste caerá en sus manos.
12 Tras la derrota del ejército se llenará de soberbia y aniquilará a miles de hombres, pero no llegará a imponerse.
13 El rey del norte volverá a movilizar una multitud mayor que la primera y, al cabo de unos años, atacará con un ejército numeroso y bien pertrechado.
14 Entonces muchos se levantarán contra el rey del sur y los hombres violentos de tu pueblo se rebelarán para que se cumpla la visión, pero fracasarán.
15 Después vendrá el rey del norte, levantará un terraplén y tomará una ciudad fortificada. Las tropas del rey del sur no podrán resistir; ni siquiera lo mejor del pueblo tendrá fuerzas para resistir.
16 El invasor lo tratará a su antojo, sin que nadie pueda resistirle; se establecerá en la Tierra del Esplendor, sembrando a su paso la destrucción.
17 Proyectará someter todo su reino; luego hará las paces con él y le dará una de sus hijas como esposa para perderlo, pero fracasará y no resultará.
18 Luego se dirigirá hacia las islas y conquistará muchas; pero un general pondrá fin a su afrenta, sin que él pueda devolverla.
19 «Entonces regresará hacia las fortalezas de su país, pero tropezará y caerá sin dejar rastro.
20 En su lugar surgirá otro rey, que enviará un emisario a por el tesoro del reino, pero en poco tiempo perecerá sin arrebatos ni luchas.
21
Antíoco Epífanes.
«Le sucederá un miserable, sin prerrogativas reales: llegará por sorpresa y se apoderará del reino a base de intrigas.
22 Los ejércitos invasores se desmoronarán ante él y serán aniquilados, así como el príncipe de la alianza.
23 Actuará a traición por medio de sus cómplices y acrecentará su poder con pocos efectivos.
24 Invadirá a placer los territorios fértiles de la provincia y hará lo que no habían hecho ni sus padres ni sus abuelos: distribuirá entre ellos el botín, los despojos y las riquezas, y hará proyectos contra las fortalezas, aunque por poco tiempo.
25 «Concentrará todas sus energías en atacar al rey del sur con un gran ejército. El rey del sur saldrá a la guerra con un ejército muy grande y poderoso, pero no podrá resistir, pues sufrirá conspiraciones:
26 sus mismos comensales lo arruinarán; su ejército se verá desbordado y sufrirá numerosas bajas.
27 «Ambos reyes, ocultando sus malas intenciones, se sentarán a la misma mesa para decirse mentiras; pero no tendrán éxito, porque todavía no será el momento.
28 El rey del norte regresará a su país con muchas riquezas y urdiendo planes contra la alianza santa, que llevará a cabo al volver a su país.
29 Llegado el momento, volverá a invadir el sur, pero esta vez no será como la anterior.
30 Lo atacarán las naves de los queteos y se retirará acobardado, descargando su rabia contra la alianza santa, aunque volverá a tener consideración con los desertores de la alianza.
31 «Enviará fuerzas que profanarán el santuario y la ciudadela, suprimirán el sacrificio permanente e instalarán el ídolo maldito.
32 Corromperá con halagos a los renegados de la alianza, pero la gente del pueblo que reconoce a su Dios se mantendrá firme y pasará a la acción.
33 Los maestros del pueblo instruirán a muchos; pero durante un tiempo habrán de sufrir asesinatos, torturas, prisiones y saqueos.
34 Mientras van cayendo, recibirán poca ayuda; y muchos se les unirán con alevosía.
35 Algunos de los maestros sucumbirán, pero servirán para probar, purificar y lavar a otros hasta el momento del fin, que aún estará por llegar.
36 «El rey actuará a su antojo; se envalentonará elevándose sobre todos los dioses y dirá cosas increíbles contra el Dios de los dioses. Cosechará éxitos hasta que se haya colmado la cólera, —porque lo que está decidido se cumplirá.
37 No tendrá en cuenta a los dioses de sus padres, ni al favorito de las mujeres, ni a ningún otro dios, pues se creerá superior a todos.
38 En su lugar glorificará al dios de las fortalezas; con oro, plata, piedras preciosas y joyas glorificará a un dios a quien sus padres no conocieron.
39 Actuará contra las ciudadelas fortificadas con la ayuda de un dios extranjero y colmará de honores a quienes lo reconozcan, otorgándoles poder sobre multitudes y repartiéndoles tierras en recompensa.
40
EL TIEMPO DEL FIN
Fin del perseguidor.
«En el momento final lo atacará el rey del sur. El rey del norte se lanzará contra él con carros, jinetes y numerosas naves; invadirá sus tierras y pasará como una inundación.
41 Después vendrá a la Tierra del Esplendor, donde perecerán muchos, pero de su poder se librarán Edom, Moab y la mayor parte de los amonitas.
42 «Extenderá su poder sobre otros países y ni siquiera Egipto podrá librarse.
43 Se apoderará de los tesoros de oro y plata y de todos los objetos preciosos de Egipto, y libios y nubios seguirán sus pasos.
44 Pero del este y del norte le llegarán noticias alarmantes y partirá enfurecido, con ánimo de destruir y exterminar multitudes.
45 Levantará el campamento real entre el mar y el santo monte del Esplendor. Pero entonces le sobrevendrá el fin y nadie lo ayudará.

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Introducción a Daniel 

Daniel.
Por su contenido, el libro de Daniel se divide en dos partes. Los caps. 1-6 son narrativos: Daniel y sus tres compañeros al servicio de Nabucodonosor, 1; el sueño de Nabucodonosor: la estatua compuesta de materiales diversos, 2; la adoración de la estatua de oro y los tres compañeros de Daniel en el horno, 3; la locura de Nabucodonosor, 4; el festín de Baltasar, 5; Daniel en la fosa de los leones, 6. En todos estos casos, Daniel o sus compañeros salen triunfantes de una prueba de la que depende su vida, o al menos su reputación, y los paganos glorifican a Dios que los ha salvado. Las escenas suceden en Babilonia, en los reinados de Nabucodonosor, de su «hijo» Baltasar y del sucesor de éste, «Darío el Medo». Las visiones de los caps. 7-12 tienen como beneficiario a Daniel: las Cuatro Bestias, 7; el Macho Cabrío y el Carnero, 8; las setenta Semanas, 9; la gran visión del Tiempo de la Cólera y del Tiempo del Fin, 10-12. Llevan la fecha de los reinados de Baltasar, de Darío el Medo y de Ciro, rey de Persia, y están localizadas en Babilonia.

De esta división se ha deducido alguna vez la existencia de dos escritos de épocas diferentes combinados por un editor. Pero otros indicios contradicen esta distinción. Los relatos están en tercera persona y Daniel mismo refiere las visiones, pero la primera visión, 7, está encuadrada entre una introducción y una conclusión en tercera persona. El comienzo del libro está en hebreo, pero en Dan_2:4 se pasa bruscamente al arameo, que prosigue hasta el fin de 7, invadiendo así la parte de las visiones; los últimos capítulos están otra vez en hebreo. Se han propuesto diversas explicaciones para esta dualidad de lengua, aunque ninguna resulta convincente. Por ejemplo, la división según el estilo (1ª o 3ª persona) y la división según la lengua (hebreo o arameo) no corresponden a la que se deduce del contenido (relatos o visiones). Por otra parte, el cap. 7 es comentado por el 8, pero es paralelo del cap. 2; su arameo es el mismo que el de los caps. 2-4, pero rasgos de su estilo reaparecen en los caps. 8-12, aunque están escritos en hebreo. Este cap. 7 forma, pues, un nexo entre las dos partes del libro y asegura su unidad. Además Baltasar y Darío el Medo aparecen en las dos partes del libro, originando las mismas dificultades para los historiadores. En fin, los procedimientos literarios y la línea del pensamiento son idénticos de un cabo al otro del libro, y esta igualdad es el argumento más fuerte en favor de la unidad de su composición.

La fecha de ésta queda fijada por el claro testimonio que da el cap. 11. Las guerras entre Seléucidas y Lágidas y una parte del reinado de Antíoco Epífanes se narran en él con gran lujo de detalles insignificantes para el propósito del autor. Este relato no se parece a ninguna profecía del Antiguo Testamento y, a pesar de su estilo profético, refiere sucesos ya ocurridos. Pero a partir de Dan_11:40 cambia el tono; se anuncia el «Tiempo del Fin» de una manera que recuerda a los otros profetas. El libro, pues, habría sido compuesto durante la persecución de Antíoco Epífanes y antes de la muerte de éste, incluso antes de la victoria de la insurrección macabea, es decir, entre el 167 y el 164.

Nada hay en el resto del libro que se oponga a esta fecha. Los relatos de la primera parte se sitúan en la época caldea, pero algunos indicios muestran que el autor está bastante lejos de los acontecimientos. Baltasar es hijo de Nabonid, y no de Nabucodonosor como dice el texto, y jamás ha tenido el título de rey. Darío el Medo es desconocido para los historiadores y no hay lugar para él entre el último rey caldeo y Ciro el persa, que había ya vencido a los Medos. El ambiente neobabilonio se describe con palabras de origen persa; incluso instrumentos de la orquesta de Nabucodonosor llevan nombres transcritos del griego. Las fechas que se dan en el libro no concuerdan entre sí ni con la historia, tal como la conocemos, y parecen puestas al frente de los capítulos sin mucha preocupación por la cronología. El autor se ha valido de tradiciones, orales o escritas, que circulaban en su época. Los manuscritos del mar Muerto contienen fragmentos de un ciclo de Daniel que está emparentado con el libro canónico, en especial una oración de Nabonid que recuerda Dan 3:31—4:34, donde el nombre de Nabucodonosor sustituye al de Nabonid. El autor, o sus fuentes, nombra como héroe de sus historias piadosas a un Daniel o Dan'el al que Eze_14:14-20 ; Eze_28:3 cita como a un justo o sabio de los tiempos antiguos y al que también conocían los poemas de Râs Samrâ en el siglo XIV antes de nuestra era.

Siendo el libro tan reciente, se explica su lugar en la Biblia hebrea. Ha sido admitido en ella después de la fijación del canon de los Profetas, y se le ha colocado entre Ester y Esdras, en el grupo heterogéneo de los «otros escritos» que forman la última parte del canon hebreo. Las Biblias griega y latina vuelven a colocarlo entre los profetas y le añaden algunas partes deuterocanónicas: el Salmo de Azarías y el Cántico de los tres jóvenes, Dan_3:24-90 , la historia de Susana, donde brilla el candor clarividente del joven Daniel, 13, las historias de Bel y de la serpiente sagrada que son sátiras de la idolatría, 14. La traducción griega de los Setenta (LXX) difiere grandemente de la de Teodoción (Teod.), que es muy afín al texto masorético.

La finalidad del libro es sostener la fe y la esperanza de los judíos perseguidos por Antíoco Epífanes. Daniel y sus compañeros se han visto sometidos a las mismas pruebas: abandono de las prescripciones de la Ley, 1, tentaciones de idolatría, 3 y 6; pero han salido victoriosos, y los antiguos perseguidores han tenido que reconocer el poder del verdadero Dios. Al perseguidor moderno se le pinta con rasgos más negros, pero cuando la Cólera de Dios quede satisfecha, Dan_8:19 ; Dan_11:36 , vendrá el Tiempo del Fin, Dan_8:17 ; Dan_11:40 , en que el perseguidor será abatido, Dan_8:25 ; Dan_11:45 . Entonces se acabarán las desdichas y el pecado, y tendrá lugar el advenimiento del Reino de los Santos, gobernado por un «Hijo de hombre», cuyo imperio jamás pasará, 7.

Esta espera del Fin, esta esperanza del Reino está presente a lo largo de todo el libro, Dan_2:44 ; Dan_3:33 (100) [ Dan_4:3 ]; Dan_4:31 [ Dan_4:34 ]; Dan_7:14 . Dios se ocupará de que llegue en el plazo que él ha fijado, pero que a la vez abarca toda la duración de la humanidad. Los momentos de la historia del mundo se convierten en momentos del plan divino en un plano eterno. El pasado, el presente, el futuro, todo se hace profecía, porque todo ello se ve a la luz de Dios «que hace alternar estaciones y tiempos», Dan_2:21 . Con esta visión, a la vez temporal e intemporal, el autor revela el sentido profético de la historia. Este secreto de Dios, Dan_2:18 , etc.; Dan_4:6 [ Dan_4:9 ], es descubierto por mediación de seres misteriosos, que son los mensajeros y agentes del Altísimo; la doctrina de los ángeles cobra fuerza en el libro de Daniel, como también en el de Ezequiel y sobre todo en el de Tobías. La revelación versa sobre el designio escondido de Dios para con su pueblo y todos los pueblos. Afecta tanto a las naciones como a los individuos. Un texto importante sobre la resurrección anuncia el despertar de los muertos a una vida o a un oprobio eternos, Dan_12:2 . El Reino que se espera se extenderá a todos los pueblos, Dan_7:14 , no tendrá fin, será el Reino de los Santos, Dan_7:18 , el Reino de Dios, Dan_3:33 (100); Dan_4:31 [ Dan_4:34 ], el Reino del Hijo de hombre, a quien se dio todo poder, Dan_7:13-14 .

Este misterioso Hijo de hombre, al que Dan_7:18 y 21-27 identifica con la comunidad de los Santos, es también su cabeza, el jefe del reino escatológico, pero no es el Mesías davídico. Esta interpretación individual se hizo corriente en el Judaísmo y la reiteró Jesús, que se aplicó el título de Hijo del hombre para recalcar el carácter trascendente y espiritual de su mesianismo, Mat_8:20 .

El libro de Daniel ya no representa a la verdadera corriente profética. No contiene la predicación de un profeta enviado por Dios con misión ante sus contemporáneos, fue compuesto e inmediatamente escrito por un autor que se oculta detrás de un seudónimo, como ocurre ya con el librito de Jonás. Las historias edificantes de la primera parte tienen parecido con una clase de escritos de sabiduría de las que tenemos un ejemplo antiguo en la historia de José del Génesis, y otro ejemplo reciente en el libro de Tobías, escrito poco antes que Daniel. Las visiones de la segunda parte ofrecen la revelación de un secreto divino, explicado por los ángeles, para los tiempos futuros, en un estilo intencionadamente enigmático; este «libro sellado», Dan_12:4 , inaugura plenamente el género apocalíptico, que había sido preparado por Ezequiel y que florecerá en la literatura judía. El Apocalipsis de San Juan es su equivalente en el Nuevo Testamento, pero aquí se rompen los sellos del libro cerrado, Ap 5-6, las palabras ya no se conservan en secreto, porque «el Tiempo está cerca», Apo_22:10 , y se espera la venida del Señor, Apo_22:20 ; 1Co_16:22 .

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Daniel  11,2
NOTAS

11:2 Sin duda tres reyes persas. «Darío el Medo» queda excluido. El «cuarto» no es el último Aqueménida, Darío III Codomano (336-331), vencido por Alejandro, sino más bien Jerjes el Grande (486-465), que emprendió la expedición de Grecia el 480.


Daniel  11,4
NOTAS

11:4 El imperio de Alejandro, a su muerte, fue dividido no entre sus hijos, sino entre sus generales, los diadocos («sucesores»), ver Dan_2:40 s; Dan_7:7; Dan_8:8.

Daniel  11,5
NOTAS

11:5 El «rey del sur» es Tolomeo I Sóter (306-285), el primer soberano de la dinastía helenística de Egipto. El «general» es Seleuco I Nicátor (301-281), que primero se unió a Tolomeo I para vencer a Antígono (batalla de Gaza el 312, que señala el comienzo de la era de los Seléucidas), y forjarse luego en Asia un inmenso imperio.

Daniel  11,6
NOTAS

11:6 (a) Hacia el 252, Antíoco II Teo (261-246), después de haber concluido una alianza con Tolomeo II Filadelfo (285-247), se casó con su hija Berenice; su primera mujer (y hermanastra), Laodicea, comenzó por retirarse; luego, habiéndola vuelto a tomar su marido, le hizo envenenar, así como a Berenice, al hijo que ésta había tenido de Tolomeo y a las personas de su corte. El hijo de Laodicea, Seleuco II Calínico (246-226), fue muy pronto atacado por Tolomeo III Evergetes (247-221), que se llevó a Egipto un botín considerable, pero no explotó hasta el fin su brillante victoria. Dan_11:9 alude a una contraofensiva de Seleuco, no bien atestiguada por los historiadores.

11:6 (b) «su dinastía» Teod., Símaco, Vulg.; «su brazo» hebr. -«su hijo» hayyaledah conj.; «su progenitor» hayyoledah hebr.; «sus hijos» sir. y Vulg.

11:6 (c) Su marido.

Daniel  11,7
NOTAS

11:7 Lit. «y obrará con ellos y prevalecerá».

Daniel  11,8
NOTAS

11:8 Primera mención explícita en el hebr. de lo que se ha designado hasta aquí por «el sur». Los LXX sustituyen siempre «el sur» por «Egipto».

Daniel  11,10
NOTAS

11:10 (a) Seleuco III Cerauno (227-223) y Antíoco III el Grande (223-187).

11:10 (b) Los vv. que siguen refieren los éxitos de Antíoco el Grande, el «rey del Norte». Desde el 220 emprendió la conquista de Palestina; Tolomeo IV Filopátor (221-203) alistó inmediatamente tropas de mercenarios y de egipcios y, avanzando hacia la frontera, infligió a Antíoco pérdidas enormes (batalla de Rafia, Dan_11:11); victoria sin conseocuencias, Dan_11:12 : Antíoco combatió durante ocho años sin cesar para reconquistar su imperio asiático. Cuando Tolomeo V Epífanes (205-181) subió al trono, volvió con más fuerzas, Dan_11:13, apoyado por la alianza de Filipo V de Macedonia y ayudado por las revueltas intestinas que habían estallado en Egipto. Dan_11:15 alude al largo asedio de Gaza. Una contraofensiva egipcia en Judea apenas si retrasó la entrada de Antíoco en Jerusalén, Dan_11:15-16.

Daniel  11,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_8:9+

Daniel  11,17
NOTAS

11:17 (a) «hará las paces con él» conj.; hebr. corrompido. -Presintiendo una intervención romana, Antíoco resolvió entenderse con el Tolomeo dándole en matrimonio su hija Cleopatra; el matrimonio tuvo lugar en Rafia el 194.

11:17 (b) La parte final de este v. oscuro parece aludir a la reanudación de las hostilidades debida a la justa desconfianza de los egipcios.

Daniel  11,18
NOTAS

11:18 Las ciudades marítimas: Antíoco, aprovechándose de la tregua con Egipto, se volvió contra Asia Menor y se apoderó de ciudades griegas y egipcias con desprecio de las advertencias de los romanos, hasta el día en que, el 190, fue derrotado en Magnesia de Sípilo, sin posibilidades de desquite, por el cónsul Lucio Cornelio Escipión (aquí: el «general»).

Daniel  11,19
NOTAS

11:19 Antíoco, gravado con una enorme deuda de guerra, emprendió el saqueo del tesoro de un templo de Bel en Elimaida: en esta expedición encontró la muerte (187).

Daniel  11,20
NOTAS

11:20 (a) Se trata de Seleuco IV Filopátor (187-175), hijo de Antíoco el Grande, que ordenó a su ministro Heliodoro apoderarse del tesoro del Templo de Jerusalén, cosa que le impidió una aparición sobrenatural, ver 2 M 3.

11:20 (b) Frase difícil y traducción conjetural.

11:20 (c) Murió asesinado por instigación de Heliodoro.

Daniel  11,21
NOTAS

11:21 Antíoco IV Epífanes (175-165), que se apoderó del trono, suplantando al joven Demetrio, hijo de su hermano Seleuco IV.

Daniel  11,22
NOTAS

11:22 Quizá el sumo sacerdote Onías III, ver Dan_9:26+.

Daniel  11,24
NOTAS

11:24 Sin duda los amigos de Antíoco, beneficiarios de su codicia.

Daniel  11,25
NOTAS

11:25 Se trata de la primera campaña de Antíoco contra Filométor de Egipto (hijo de su hermana Cleopatra), quien, mal aconsejado, cayó en manos de su agresor: éste le trató con fingida amistad y entregó Egipto al pillaje. Fue a su regreso cuando se ensañó con los judíos, Dan_11:28.

Daniel  11,29
NOTAS

11:29 La segunda campaña de Egipto iba a concluir con un fracaso humillante. Viniendo al encuentro de Antíoco en los alrededores de Alejandría, el cónsul Gayo Popilio Lenas le notificó de parte del Senado romano que tenía que retirarse.

Daniel  11,30
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Ma_5:11

NOTAS

11:30 (a) La Vulg. traduce la palabra por «romanos». Originariamente designaba a Chipre, pero, en la Biblia, también las regiones marítimas, especialmente de Occidente. Ver Gén_10:4; Núm_24:24; Isa_23:1, Isa_23:10; Eze_27:6 (Vulg.: «Italia»). Aquí ciertamente se trata de los romanos.

11:30 (b) Los judíos infieles a sus prácticas religiosas y conquistados por los atractivos de la vida helenística; ver 1Ma_1:11-15, 1Ma_1:43, 1Ma_1:52.

Daniel  11,31
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_8:11

[2] Dan_9:27+

NOTAS

11:31 Ver la «ciudadelas del Templo» en Neh_2:8, y véase el plano al fin del volumen. Ver 1Ma_1:31, 1Ma_1:33.

Daniel  11,32
NOTAS

11:32 Lit. «hará hipócritas».

Daniel  11,33
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_12:3

Daniel  11,34
NOTAS

11:34 Posible alusión a los primeros éxitos de Judas Macabeo, que reunía en torno a sí elementos de la resistencia.

Daniel  11,35
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_12:10

Daniel  11,36
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Ts_2:4; Dan_2:47

[2] Apo_13:5

[3] Dan_8:19

NOTAS

11:36 Como Alejandro en Dan_8:4 y Dan_11:3, y Antíoco el Grande en Dan_11:16, pero al revés que los Aqueménidas, que en sus inscripciones atribuyen constantemente su fortuna a la voluntad de Ahura Mazdah. En su vejez, Antíoco se hizo representar en sus monedas con los rasgos de Zeus Olímpico.

Daniel  11,37
NOTAS

11:37 Los sucesores de Seleuco I honraban sobre todo a Apolo; Antíoco Epífanes fue más bien devoto de Zeus Olímpico, ver Dan_11:36, identificado con Júpiter Capitolino, Dan_11:38. El «favorito de las mujeres» es Adonis-Tamuz, ver Eze_8:14.

Daniel  11,39
NOTAS

11:39 (a) Alusión a la guarnición de sirios y judíos renegados que el rey había establecido en la nueva ciudadela o Acra, ver 1Ma_1:33-34.

11:39 (b) Lit. «por un precio»; se puede pensar en una institución del régimen agrario y fiscal impuesto por los Seléucidas en los territorios conquistados.

Daniel  11,41
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Dan_8:9+

Daniel  11,43
NOTAS

11:43 Los pueblos situados al oeste y al sur de Egipto. Dan_11:45 La muerte de Antíoco. Ver Dan_8:25.

Daniel  11,45
NOTAS

11:45 La muerte de Antíoco. Ver Dan_8:25.