I Samuel 28 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 25 versitos |
1
Los filisteos van a la guerra contra Israel.
Por aquellos días reunieron los filisteos sus tropas para ir a la guerra contra Israel; Aquis dijo a David: «Bien sabes que debes venir a la guerra conmigo, tú y tus hombres.»
2 Respondió David a Aquis: «Ahora vas a saber bien lo que va a hacer tu servidor.» Dijo Aquis a David: «Con seguridad te haré mi guardia personal para siempre.»
3
Saúl y la pitonisa de Endor.
Samuel había muerto, todo Israel le había llorado y fue sepultado en Ramá, su ciudad. Saúl había echado del país a los nigromantes y adivinos.
4 Los filisteos se reunieron, llegaron y acamparon en Sunén. Reunió Saúl a todo Israel y acampó en Gelboé.
5 Vio Saúl el campamento de los filisteos y tuvo miedo, temblando sobremanera su corazón.
6 Consultó Saúl a Yahvé, pero Yahvé no le respondió ni por sueños ni por los urim ni por los profetas.
7 Dijo Saúl a sus servidores: «Buscadme una nigromante para que vaya a consultarla.» Dijéronle sus servidores: «Aquí mismo, en Endor, hay una nigromante.»
8 Se disfrazó Saúl poniéndose otras ropas y fue con dos de sus hombres; llegó donde la mujer de noche y dijo: «Adivíname por un muerto y evócame al que yo te diga.»
9 La mujer le respondió: «Bien sabes lo que hizo Saúl, que suprimió de esta tierra a los nigromantes y adivinos.¿Por qué tiendes un lazo a mi vida para hacerme morir?»
10 Saúl juró por Yahvé diciendo: «¡Vive Yahvé! Ningún castigo te vendrá por este hecho.»
11 La mujer dijo: «¿A quién debo invocar para ti?» Respondió: «Evócame a Samuel.»
12 Vio entonces la mujer a Samuel y lanzó un gran grito. Dijo la mujer a Saúl: «¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl!»
13 El rey le dijo: «No temas, pero ¿qué has visto?» La mujer respondió a Saúl: «Veo un espectro que sube de la tierra.»
14 Saúl le preguntó: «¿Qué aspecto tiene?» Ella respondió: «Es un hombre anciano que sube envuelto en su manto.» Comprendió Saúl que era Samuel y cayendo rostro en tierra se postró.
15 Samuel dijo a Saúl: «¿Por qué me perturbas evocándome?» Respondió Saúl:
«Estoy en grande angustia; los filisteos mueven guerra contra mí, Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni en sueños. Te he llamado para que me indiques lo que debo hacer.»
16 Dijo Samuel: «¿Para qué me consultas si Yahvé se ha separado de ti y se ha convertido en tu enemigo?
17 Yahvé ha cumplido lo que dijo por mi boca: ha arrancado Yahvé el reino de tu mano y se lo ha dado a otro, a David,
18 porque no oíste la voz de Yahvé y no llevaste a cabo la indignación de su ira contra Amalec. Por eso te trata hoy Yahvé de esta manera.
19 Y contigo entregará Yahvé también a todo Israel en manos de los filisteos. Mañana tú y tus hijos estaréis conmigo. Yahvé ha entregado también el ejército de Israel en manos de los filisteos.»
20 Al instante Saúl cayó en tierra cuan largo era. Estaba aterrado por las palabras de Samuel: se hallaba, además, sin fuerzas, porque no había comido nada en todo el día y toda la noche.
21 Acercóse la mujer donde Saúl, y viendo que estaba tan conturbado, le dijo: «Tu sierva ha escuchado tu voz y he puesto mi vida en peligro por obedecer las órdenes que me diste.
22 Escucha, pues, tú también la voz de tu sierva y permíteme que te sirva un bocado de pan para que comas y tengas fuerzas para ponerte en camino.»
23 Saúl se negó diciendo: «No quiero comer.» Pero sus servidores, a una con la mujer, le insistieron hasta que accedió. Se levantó del suelo y se sentó en el diván.
24 Tenía la mujer en casa un ternero cebado y se apresuró a degollarlo. Tomó harina, la amasó y coció unos ázimos.
25 Lo sirvió a Saúl y a sus servidores. Lo comieron, se levantaron y se marcharon aquella misma noche.

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Introducción a I Samuel

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

I Samuel 28,2
NOTAS

28:2 Respuesta ambigua que Aquis toma como anuncio de proezas guerreras. David cuenta con que las circunstancias le impedirán combatir a Israel, y en efecto se lo impidieron (cap. 29).


I Samuel 28,3
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] = 1Sa_25:1

NOTAS

28:3 La nigromancia se practicaba en Israel, 2Re_21:6; Isa_8:19, aunque estaba prohibida en la Ley, Lev_19:31; Lev_20:6, Lev_20:27; Deu_18:11, y aquí mismo (1Sa_28:9). Mientras que el narrador parece compartir la creencia popular en los aparecidos, aunque considerando ilícita su evocación, los Padres y los comentaristas se han preocupado por dar una explicación del hecho: intervención divina, intervención diabólica, fraude de la mujer. Cabría admitir que la escena se preparaba como las sesiones de este género, con credulidad por parte de Saúl y fraude por parte de la mujer, pero que Dios permitió manifestarse realmente al espíritu de Samuel (de ahí el terror de la mujer) y anunciar el futuro. Ver 1Cr_10:13 (LXX) y Sir_46:20. O simplemente puede pensarse que el narrador se ha servido de esta escenificación para expresar una vez más la repulsa de Saúl y su sustitución por David, tema de todos estos lances. Comparar 1Sa_28:17 con 1Sa_15:28 y la referencia de Amalec en 1Sa_28:18, y ver también 1Sa_13:14; 1Sa_16:1; 1Sa_23:17; 1Sa_24:21 [1Sa_24:20]; 1Sa_25:30.

I Samuel 28,4
NOTAS

28:4 En la llanura de Yizreel. El monte Gelboé cierra esta llanura al sur de Sunén. Endor está al pie del monte Tabor y al norte de Sunén. Así, pues, para dirigirse a aquel lugar, Saúl deberá rodear el campamento filisteo.

I Samuel 28,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_14:41+; Éxo_33:7+

I Samuel 28,8
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_14:2

I Samuel 28,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sir_46:20

I Samuel 28,12
NOTAS

28:12 La mujer conoce las relaciones que Samuel ha tenido con Saúl. Si, con gran espanto por su parte, el difunto profeta se aparece, es que el consultante es el rey de Israel.

I Samuel 28,13
NOTAS

28:13 (a) En hebreo un elohim, un ser sobrehumano, ver Gén_3:5; Sal_8:6 [Sal_8:5]. El término sólo aquí se aplica a los muertos.

28:13 (b) Sube del Seol, la morada subterránea de los muertos, ver Núm_16:13+.

I Samuel 28,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_15:27-28

I Samuel 28,19
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_31:2-6

NOTAS

28:19 En el Seol, morada común de todos los muertos, buenos y malos, ver Núm_16:33+.