I Samuel 20 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 42 versitos |
1
Jonatán favorece la huida de David.
Huyó David de las celdas de Ramá y se fue a decir a Jonatán: «¿Qué he hecho, cuál es mi falta y en qué he pecado contra tu padre para que busque mi muerte?»
2 Jonatán le dijo: «De ninguna manera, no morirás. Mi padre no hace ninguna cosa, grande o pequeña, sin descubrírmela; ¿por qué me había de ocultar mi padre este asunto? ¡No puede ser!»
3 Pero David volvió a jurar: «Sabe muy bien tu padre que me tienes mucho afecto y se ha dicho: “Que no lo sepa Jonatán para que no se apene.” Y, con todo, por vida de Yahvé y por tu vida, que no hay más que un paso entre yo y la muerte.»
4 Dijo Jonatán a David: «Dime lo que deseas y te lo haré.»
5 Dijo David a Jonatán: «Mira, mañana es el novilunio; yo tendría que sentarme con el rey a comer, pero tú me dejarás marchar y me esconderé en el campo hasta la noche.
6 Si tu padre nota mi ausencia, dirás: “David me ha pedido con insistencia que le deje hacer una escapada a Belén, su ciudad, porque se celebra allí el sacrificio anual de toda la familia.”
7 Si tu padre dice: “Está bien,” es que me encuentro a salvo; pero si se enfurece, sabrás que ha decidido mi ruina.
8 Haz este favor a tu siervo, ya que hiciste que tu siervo estableciera contigo alianza de Yahvé; si en algo he fallado, dame tú mismo la muerte; ¿para qué llevarme hasta tu padre?»
9 Respondió Jonatán: «¡Lejos de ti! Si yo supiera con certeza que por parte de mi padre está decretado que venga la ruina sobre ti, ¿no te lo avisaría?»
10 Respondió David a Jonatán: «¿Quién me avisará si tu padre te responde con aspereza?»
11 Respondió Jonatán a David: «Ven, salgamos al campo.» Y salieron ambos al campo.
12 Dijo Jonatán a David: «Por Yahvé, Dios de Israel, te juro que mañana a esta misma hora sondearé a mi padre; si la cosa se pone bien para David y no envío un mensaje y quien te lo haga saber,
13 que Yahvé me pida cuentas de lo que he hecho. Si mi padre decide hacerte mal, te lo haré saber para que te pongas a salvo y vayas en paz. Y que Yahvé sea contigo como lo fue con mi padre.
14 Si para entonces estoy vivo todavía, usa conmigo la bondad de Yahvé y, si muerto,
15 nunca apartes tu misericordia de mi casa. Y cuando Yahvé haya exterminado a los enemigos de David de la faz de la tierra,
16 que no sea exterminado Jonatán con la casa de Saúl; de lo contrario, que Yahvé pida cuentas a David.» Jonatán concluyó un pacto con la casa de David: Yahvé pedirá cuentas a la casa de David.
17 Jonatán hizo jurar a David por el amor que le tenía, pues le amaba como a sí mismo.
18 Jonatán le dijo: «Mañana es novilunio y se notará tu ausencia, porque mirarán tu asiento.
19 Pasado mañana se notará más. Tú te vas al sitio en que te escondiste el día del suceso aquel y te pones junto a aquella piedra.
20 Ese mismo día, yo tiraré flechas por esa parte, como para tirar al blanco.
21 Mandaré al muchacho: “Anda, busca la flecha.” Si digo al muchacho: “La flecha está más acá de ti, tómala,” vienes, porque todo va bien para ti y no hay nada, por vida de Yahvé.
22 Pero si digo al muchacho: “La flecha está más allá de ti,” vete, porque Yahvé quiere que te vayas.
23 Cuanto a la palabra que tú y yo tenemos hablada, mira, Yahvé está entre los dos para siempre.»
24 David se escondió en el campo. Llegado el novilunio, el rey se puso a la mesa para comer.
25 Se sentó el rey en su asiento, como de costumbre, en el asiento de la pared; Jonatán se sentó enfrente y Abner al lado de Saúl; el asiento de David quedó vacío.
26 Saúl no dijo nada aquel día, porque pensó: «Será un accidente, no estará puro porque no se ha purificado.»
27 Al día siguiente del novilunio, el segundo día, se fijaron en el asiento de David, y Saúl dijo a su hijo Jonatán: «¿Por qué no ha venido a comer ni ayer ni hoy el hijo de Jesé?»
28 Jonatán respondió a Saúl: «David me pidió con insistencia poder ir a Belén.
29 Me dijo: “Déjame ir, por favor, porque es nuestro sacrificio de familia en la ciudad y mis hermanos me han reclamado. Así que, si he hallado gracia a tus ojos, déjame hacer una escapada para ver a mis hermanos.” Por esto no ha venido a la mesa del rey.»
30 Se encendió la cólera de Saúl contra Jonatán y le dijo: «¡Hijo de una perdida! ¿Acaso no sé yo que prefieres al hijo de Jesé para vergüenza tuya y vergüenza de la desnudez de tu madre?
31 Pues mientras viva sobre el suelo el hijo de Jesé, no estarás a salvo ni tú ni tu reino; así que manda a buscarlo y tráemelo, porque es reo de muerte.»
32 Respondió Jonatán a su padre Saúl y le dijo: «¿Por qué ha de morir? ¿Qué ha hecho?»
33 Blandió Saúl su lanza contra él para herirle y comprendió Jonatán que por parte de su padre la muerte de David era cosa decidida.
34 Se levantó Jonatán de la mesa ardiendo en ira y no comió el segundo día del novilunio, pues estaba afligido por David y porque su padre le había injuriado.
35 A la mañana siguiente salió Jonatán con un muchacho al campo, a la hora acordada con David.
36 Dijo al muchacho: «Corre a buscar las flechas que voy a tirar.» Corrió el muchacho, y entonces Jonatán lanzó las flechas más allá de él.
37 Cuando el muchacho llegaba al lugar donde había lanzado la flecha Jonatán, éste gritó detrás de él: «¿Acaso no está la flecha más allá de ti?»,
38 y siguió gritando detrás del muchacho: «Pronto, date prisa, no te detengas.» Tomó el muchacho de Jonatán la flecha y volvió donde su señor.
39 El muchacho no se enteró de nada. Solamente lo entendían Jonatán y David.
40 Dio Jonatán sus armas al muchacho que estaba con él y le dijo: «Anda, llévalas a la ciudad.»
41 Se marchó el muchacho y David se levantó de junto a la loma. Y, cayendo sobre su rostro en tierra, se postró tres veces. Se abrazaron los dos y lloraron copiosamente.
42 Dijo Jonatán a David: «Vete en paz, ya que nos hemos jurado en nombre de Yahvé: “Que Yahvé esté entre tú y yo, entre mi descendencia y la tuya para siempre.”»

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Introducción a I Samuel

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

I Samuel 20,1
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_19:1-7; 1Sa_19:11

NOTAS

20 Relato de una tradición diferente de 1Sa_19:1-7 y paralela a 1Sa_19:11-17. En un caso la hija del rey y en otro el hijo, salvan a David.

20:1 Nexo redaccional: según el relato que sigue, David no se ha separado aún de Saúl.


I Samuel 20,5
NOTAS

20:5 (a) Señalado por una fiesta religiosa, Isa_1:13-14; Ose_2:13 [Ose_2:11]; Amó_8:5; ver 2Re_4:23, que incluía sacrificios, Núm_10:10; Núm_28:11 s.

20:5 (b) Con el griego omitimos «tercera» después de «la noche».

I Samuel 20,10
NOTAS

20:10 La pregunta supone que para los dos amigos es peligroso reunirse. La respuesta vendrá en 1Sa_20:18. Los vv. 1Sa_20:11-17 son una adición que tiene ya presente una transferencia de poderes de Saúl a David.

I Samuel 20,13
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Rut_1:17+

I Samuel 20,15
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 2Sa 9; 2Sa_21:7

I Samuel 20,16
NOTAS

20:16 El pacto alcanza a la descendencia de Jonatán y supone la realeza de David. La segunda parte del v. es una fórmula de amenaza en caso de violación del pacto. El hebr. dice «a los enemigos de David», una manera de suavizar la gravedad de la amenaza, pero el pacto concierne sólo a David.

I Samuel 20,17
NOTAS

20:17 El v. insiste en el juramento hecho por David invocando su amor a Jonatán. La expresión, sin ser idéntica, recuerda la de 1Sa_18:3.

I Samuel 20,19
NOTAS

20:19 Recuerdo de un episodio que no se nos ha conservado, o influencia redaccional de 1Sa_19:1-7.

I Samuel 20,25
NOTAS

20:25 «se sentó enfrente» griego; «se levantó» hebr.

I Samuel 20,26
NOTAS

20:26 Un «accidente», una polución involuntaria, hace impuro hasta la noche, según Lev_15:16; Deu_23:11 [Deu_23:10].

I Samuel 20,34
NOTAS

20:34 El primer motivo está inspirado por 1Sa_20:3 y pudo haber sido introducido tardíamente en el texto; el segundo se refiere a 1Sa_20:30.

I Samuel 20,37
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_20:22

I Samuel 20,41
NOTAS

20:41 (a) Designación del mismo lugar que en 1Sa_20:19, pero de otra forma. La traducción del final del v. es dudosa.

20:41 (b) «tierra» (regueb) conj.; «sur» (negueb) hebr. -«copiosamente» griego; hebr. corrompido.

I Samuel 20,42
NOTAS

20:42 Los vv. 1Sa_20:40-42 son una adición, pues la estratagema de las flechas sólo tiene razón de ser si David y Jonatán no pueden comunicarse directamente; suponen los vv. 1Sa_20:11-17.