I Samuel 21 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 16 versitos |
1 Se levantó David y se fue, y Jonatán volvió a la ciudad.
2
Parada en Nob.
Llegó David a Nob, donde el sacerdote Ajimélec; vino Ajimélec temblando al encuentro de David y le preguntó: «¿Por qué vienes solo y no hay nadie contigo?»
3 Respondió David al sacerdote Ajimélec: «El rey me ha dado una orden y me ha dicho: “Que nadie sepa el asunto que te mando y que te ordeno.” A los muchachos los he citado en tal lugar.
4 Así, pues, ¿qué tienes a mano? Dame cinco panes o lo que haya.»
5 Respondió el sacerdote a David: «No tengo a mano pan profano, pero hay pan consagrado, si es que los muchachos se han abstenido al menos del trato con mujeres.»
6 Respondió David al sacerdote: «Ciertamente que la mujer nos está prohibida, como siempre que salgo a campaña, y los cuerpos de los muchachos están puros; aunque es un viaje profano, cierto que hoy sus cuerpos están puros.»
7 El sacerdote le dio entonces pan consagrado, porque no había allí otro pan sino el pan de la presencia, el retirado de delante de Yahvé para colocar pan reciente el día que tocaba retirarlo.
8 Estaba allí aquel día uno de los servidores de Saúl, detenido ante Yahvé; se llamaba Doeg, edomita, mayoral de los pastores de Saúl.
9 Dijo David a Ajimélec: «¿No tienes aquí a mano una lanza o una espada? Porque ni siquiera he cogido mi espada y mis armas, pues urgía la orden del rey.»
10 Respondió el sacerdote: «Ahí está la espada de Goliat el filisteo que mataste en el valle del Terebinto, envuelta en un paño detrás del efod; si la quieres, tómala; fuera de ésta, no hay otra.» Dijo David: «Ninguna mejor. Dámela.»
11
David en Gat.
David huyó aquel día de Saúl y se refugió donde Aquis, rey de Gat.
12 Los servidores de Aquis le dijeron: «¿No es éste David, rey de la tierra? ¿No es éste a quien cantaban en coro:
Saúl mató sus millares
y David sus miriadas?»
13 Meditó David estas palabras y temió mucho a Aquis, rey de Gat.
14 Y se fingió demente ante sus ojos, haciéndose el loco en medio de ellos; tamborileaba sobre el batiente de la puerta y dejaba caer la saliva sobre su barba.
15 Dijo, pues, Aquis a sus servidores: «Mirad, este hombre está loco. ¿Para qué me lo habéis traído?
16 ¿Es que me hacen falta locos, que me habéis traído a éste para que haga el loco a mi costa? ¿Va a entrar éste en mi casa?»

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Introducción a I Samuel

Los libros de Samuel formaban una sola obra en la Biblia hebrea. La división en dos libros se remonta a la traducción griega que ha unido asimismo Samuel y Reyes bajo un mismo título: los cuatro libros de los Reinos; la Vulgata los llama los cuatro libros de los Reyes. El Samuel hebreo corresponde a los dos primeros. Este título proviene de la tradición que atribuía al profeta Samuel la composición de este escrito.

El texto es uno de los peor conservados del AT. La traducción griega de los Setenta da un texto bastante diferente, que se remonta a un prototipo del que las cuevas de Qumrán han proporcionado importantes fragmentos. Existían, pues, varias recensiones hebraicas de los libros de Samuel.

Se distinguen en él cinco partes:
a) Samuel, 1 S 1-7;
b) Samuel y Saúl, 1 S 8-15;
c) Saúl y David, 1 S 16 a 2 S 1;
d) David, 2 S 2-20;
e) suplementos, 2 S 21-24.

La obra combina o yuxtapone diversas fuentes y tradiciones sobre los comienzos del período monárquico. Hay una historia del arca y de su cautiverio entre los filisteos, 1 S 4-6, en la que no aparece Samuel y que proseguirá en 2 S 6. Está enmarcada por un relato de la infancia de Samuel, 1 S 1-3, y por otro relato que presenta a Samuel como el último de los Jueces y anticipa la liberación del yugo filisteo, 7. Samuel desempeña un papel esencial en la historia de la institución de la realeza, 1 S 8-12, donde se han distinguido desde hace tiempo dos grupos de tradiciones: 9; 1Sa_10:1-16 ; 11, por una parte, y 8; 1Sa_10:17-24 ; 12, por otra. Al primer grupo se le ha denominado versión monárquica del acontecimiento, y al segundo, versión antimonárquica; esta última sería posterior. En realidad ambas tradiciones son antiguas y solamente representan tendencias diferentes; además, la segunda corriente no es tan antimonárquica como se afirma, sino que solamente se opone a una realeza que no respetaría los derechos de Dios. Las guerras de Saúl contra los filisteos son narradas en 13-14, con una primera versión del rechazo de Saúl, 1Sa_13:7 a; una segunda versión de este rechazo se da en 15, en conexión con una guerra contra los amalecitas. Este rechazo prepara la unción de David por Samuel, 1Sa_16:1-13 . Sobre los comienzos de David y sus desavenencias con Saúl, se han recogido tradiciones paralelas y, al parecer, de igual antigüedad en 1Sa 16:14 - 2 S 1, donde los duplicados son frecuentes. El final de esta historia se encuentra en 2 S 2-5: el reinado de David en Hebrón, la guerra filistea y la toma de Jerusalén aseguran la confirmación de David como rey sobre todo Israel, 2Sa_5:12 . El cap. 6 prosigue la historia del arca; la profecía de Natán, 7, es antigua, pero ha sido retocada; el cap. 8 es un resumen redaccional. En 2 S 9 se inicia una larga narración que no concluirá hasta el comienzo de Reyes, 1R 1-2. Es la historia de la familia de David y de las luchas en torno a la sucesión al trono, escrita por un testigo ocular, en la primera mitad del reinado de Salomón. Queda interrumpida por 2 S 21-24, que agrupa trozos de origen diverso sobre el reinado de David.

Es posible que desde los primeros siglos de la monarquía hayan tomado cuerpo, además de la gran historia de 2 S 9-20, otras agrupaciones literarias: un primer ciclo de Samuel, dos historias de Saúl y David. Es posible, asimismo, que estos conjuntos hayan sido combinados en torno al año 700, pero los libros no recibieron su forma definitiva hasta que fueron incorporados a la gran historia deuteronomista. Sin embargo, la influencia del Deuteronomio resulta aquí menos visible que en Jueces y Reyes. Se la descubre particularmente en los primeros capítulos de la obra, especialmente en 1Sa_2:22-36 ; 7 y 12, quizá en una modificación de la profecía de Natán, 2 S 7; pero el relato de 2 S 9-20 se ha conservado casi sin retoque.

Los libros de Samuel abarcan el período que va de los orígenes de la monarquía israelita al final del reinado de David. La expansión de los filisteos (la batalla de Afec, 1 S 4, se sitúa hacia el 1050) ponía en peligro la existencia misma de Israel e impuso la monarquía. Saúl, hacia el 1030, es, en un principio, como un continuador de los Jueces, pero su reconocimiento por todas las tribus le confiere una autoridad universal y permanente: ha nacido la realeza. Comienza la guerra de liberación y los filisteos son arrojados hasta su territorio, 1 S 14; los encuentros ulteriores tienen lugar en los confines del territorio israelita, 1 S 17 (valle del Terebinto), 28 y 31 (Gelboé). Este último combate acaba en desastre y en él muere Saúl, hacia el 1010. La unidad nacional se ve de nuevo comprometida, David es consagrado rey en Hebrón por los de Judá, y las tribus del Norte le oponen a Isbaal, descendiente de Saúl, refugiado en Transjordania. Sin embargo, el asesinato de Isbaal hace posible la unión, y David es reconocido rey por Israel.

El segundo libro de Samuel no da más que un resumen de los resultados políticos del reinado de David: fueron, sin embargo, considerables. Los filisteos fueron definitivamente rechazados, la unificación del territorio concluye con la absorción de los enclaves cananeos, y en primer lugar Jerusalén, que se convirtió en la capital política y religiosa del reino. Fue sometida Transjordania, y David extendió su dominio sobre los arameos de Siria meridional. Con todo, cuando murió David, hacia el 970, la unidad nacional no estaba verdaderamente consolidada; David era rey de Israel y de Judá y estas dos fracciones se oponían a menudo: la rebelión de Absalón fue sostenida por las gentes del Norte, el benjaminita Seba quiso sublevar al pueblo al grito de «A tus tiendas, Israel». Se presiente ya el cisma.

Estos libros traen un mensaje religioso; exponen las condiciones y las dificultades de un reino de Dios sobre la tierra. El ideal sólo se ha conseguido bajo David; este logro ha sido precedido por el fracaso de Saúl y será seguido por todas las infidelidades de la monarquía, que atraerán la condenación de Dios y provocarán la ruina de la nación. A partir de la profecía de Natán, la esperanza mesiánica se ha alimentado de las promesas hechas a la casa de David. El NT se refiere a ellas tres veces, Hch_2:30 , 2Co_6:18 , Heb_1:5 . Jesús es descendiente de David, y el nombre de hijo de David que le da el pueblo es el reconocimiento de sus títulos mesiánicos. Los Padres han establecido un paralelo entre la vida de David y la de Jesús, el Cristo, el Ungido, elegido para salvación de todos, rey del pueblo espiritual de Dios y, sin embargo, perseguido por los suyos.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

I Samuel 21,1
NOTAS

21:2 (a) En la ladera oriental del monte Scopus, al este de Jerusalén, que todavía se hallaba en poder de los cananeos y que había que rodear para ir de Benjamín a Judá. El episodio prepara 1Sa_22:9-23.

21:2 (b) Hijo de Ajitub, 1Sa_22:9, y descendiente del sacerdote Elí de Silo, 1Sa_14:3; no hay que confundirlo con Ajías, 1Sa_14:3, que es, sin duda, hermano suyo. Los sacerdotes de Silo se habían refugiado en Nob después del desastre del cap. 4.


I Samuel 21,4
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_25:30; Lev_24:5-9; Mat_12:3-4 p

NOTAS

21:5 Los panes de la presencia. Estaban reservados para los sacerdotes, Lev_24:5-9. En tiempo de David era posible una derogación de esta ley, pero había que estar ritualmente puro.

I Samuel 21,5
NOTAS

21:6 V. difícil, que entendemos así: aunque se trata de un viaje profano, los hombres se han conducido como en una expedición militar, en la que la continencia era una norma religiosa; «sus cuerpos» puede ser un eufemismo por el miembro viril.

I Samuel 21,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lev_24:8

I Samuel 21,7
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_22:9 s

NOTAS

21:8 Esto prepara 1Sa_22:9-10 y 1Sa_22:18.

I Samuel 21,9
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_17:51; 1Sa_17:54

NOTAS

21:10 Este efod de Nob reaparecerá en 1Sa_23:6, 1Sa_23:9, y ya se supone en 1Sa_23:10, 1Sa_23:13, 1Sa_23:15. Sigue siendo el efod adivinatorio, ver 1Sa_2:28+, que ciertamente era un objeto bastante voluminoso, ver Jue_8:26. La espada de Goliat está guardada detrás del efod, como un trofeo, ver 1Sa_31:10.

I Samuel 21,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa 27

NOTAS

21:11 Tradición independiente sobre la fuga de David, que anticipa el relato del cap. 27 y subraya con un rasgo humorístico la habilidad de David.

I Samuel 21,11
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Sa_18:7; 1Sa_29:5

I Samuel 21,13
NOTAS

21:14 «tamborileaba» versiones; «hacía señales» hebr.