1Re 18,19-40

Pero ahora, haz un llamamiento y reúne en torno a mí a todo Israel en el monte Carmelo, y especialmente a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal que comen a la mesa de Jezabel.»

El sacrificio del Carmelo.
Ajab hizo un llamamiento entre todos los israelitas y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Elías se acercó a todo el pueblo y dijo: «¿Hasta cuándo vais a estar cojeando sobre dos muletas? Si Yahvé es el Dios, seguidlo; si Baal lo es, seguid a Baal.» El pueblo no respondió palabra. Elías les dijo: «Quedo yo solo como profeta de Yahvé, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos; que ellos elijan uno, lo despedacen y lo acomoden sobre la leña, pero sin prenderle fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, y tampoco prenderé fuego. Clamaréis invocando el nombre de vuestro dios; yo clamaré invocando el nombre de Yahvé. Y el dios que responda por el fuego, ése es el Dios.» Todo el pueblo respondió: «¡Está bien lo que propones!» Elías dijo a los profetas de Baal: «Elegid un novillo y preparadlo vosotros primero, pues sois más numerosos. Clamad invocando el nombre de vuestro dios, pero no pongáis fuego.» Tomaron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron invocando el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: «¡Baal, respóndenos!» Pero no hubo voz ni respuesta. Danzaban cojeando en torno al altar que habían hecho. Al mediodía, Elías se puso a burlarse de ellos y decía: «¡Gritad con voz más fuerte, porque él es dios, pero tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo, estará de camino; tal vez esté dormido y despertará!» Gritaron con voz más fuerte, haciendose incisiones, según su costumbre, con cuchillos y lancetas hasta chorrear la sangre por sus cuerpos. Pasado el mediodía, se pusieron a hacer el profeta hasta la hora de la presentación de la ofrenda, pero no hubo voz, no hubo quien escuchara ni quien respondiera.
Entonces Elías dijo a todo el pueblo: «Acercaos a mí.» Todo el pueblo se acercó a él. Entonces él restauró el altar de Yahvé que estaba demolido. Elías tomó doce piedras (según el número de tribus de los hijos de Jacob, sobre el que viniera la palabra de Yahvé: «Tu nombre será Israel.») Erigió con las piedras un altar (al nombre de Yahvé), e hizo alrededor una zanja de la capacidad de un par de arrobas de sembrado. Dispuso la leña, descuartizó el novillo y lo puso sobre la leña. Dijo luego: «Llenad de agua cuatro tinajas y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña.» Así lo hicieron. Dijo: «Hacedlo segunda vez», y segunda vez lo hicieron. Dijo: «Hacedlo tercera vez», y tercera vez lo hicieron. El agua corrió alrededor del altar, e incluso la zanja se llenó de agua. A la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y dijo: «Yahvé, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, que se reconozca hoy que tú eres Dios en Israel y que yo soy tu servidor y que por orden tuya he obrado todas estas cosas. Respóndeme, Yahvé, respóndeme, para que todo este pueblo sepa que tú, Yahvé, eres Dios y que tú has convertido sus corazones.» Cayó el fuego de Yahvé, que devoró el holocausto y la leña, y lamió el agua de las zanjas. Todo el pueblo lo vió, cayeron rostro en tierra y exclamaron: «¡Yahvé, él es Dios; Yahvé, él es Dios!» Elías les dijo: «Echad mano a los profetas de Baal, que no escape ni uno de ellos». Les echaron mano y Elías los hizo bajar al torrente de Quisón, y allí los degolló.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


NOTAS

18:19 Una glosa añade: «y a los cuatrocientos profetas de Aserá», de los que no se volverá a hablar. -Había extáticos entre los pueblos vecinos de Israel, Jer_27:9 s, y formaban colegios numerosos, como los profetas de Yahvé, 1Re_18:4. Aquí se trata de los devotos de Baal de Tiro, llamados a Israel por Jezabel, que los mantenía.
I Reyes 18, 19

NOTAS

18:21 El sentido de la última palabra no es seguro, pero la traducción (ver griego) se acopla a la mímica de 1Re_18:26; los israelitas danzan a la vez para Yahvé y para Baal.
I Reyes 18, 21

NOTAS

18:24 No sólo se trata de decidir cuál de los dos, Yahvé o Baal, es el señor del monte o el más poderoso, sino absolutamente, cuál de ellos es Dios: las palabras de Elías, su oración, 1Re_18:37, la aclamación del pueblo, 1Re_18:39, no dejan lugar a duda: lo que se dirime en esta competición es la fe monoteísta.
I Reyes 18, 24

NOTAS

18:27 Las burlas de Elías se inspiran en la leyenda y en el culto al Baal de Tiro, mercader y viajero, como sus fieles, y cuyo «despertar» se celebraba según un texto griego.
I Reyes 18, 27

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] 1Re_18:36; 2Re_3:20; Dan_9:21

NOTAS

18:29 La mención del sacrificio de la tarde, Éxo_29:39; Núm_28:4; 2Re_16:15, es aquí una simple indicación de la hora.
I Reyes 18, 29

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_32:29 [Gén_32:28]

NOTAS

18:31 1Re_18:31 parece ser una glosa.
I Reyes 18, 31

NOTAS

18:34 «Así lo hicieron» griego, omitido por hebr.
I Reyes 18, 34

NOTAS

18:35 Elías no practicaba un rito mágico para atraer la lluvia; quiere hacer más deslumbrante el milagro del fuego.
I Reyes 18, 35

NOTAS

18:37 El milagro demostrará: 1º, a los profetas de Baal y al séquito extranjero de Jezabel («que se reconozca», 1Re_18:36), que nada tienen que hacer en Israel, donde el Dios es Yahvé; 2º, a los israelitas («este pueblo», 1Re_18:37), que Yahvé es el único Dios que convierte a él los corazones.
I Reyes 18, 37

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_11:1; Núm_16:35; Lev_9:24; Jue_6:21

NOTAS

18:38 El texto añade: «las piedras y la tierra», glosa.
I Reyes 18, 38

NOTAS

18:40 En la guerra entre Yahvé y Baal, los servidores de Baal sufren la suerte que entonces corrían los vencidos.
I Reyes 18, 40

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