Deu 25,5-10


La ley del levirato.
Si unos hermanos viven juntos y uno de ellos muere sin tener hijos, la mujer del difunto no se casará fuera con un hombre de familia extraña. Su cuñado se llegará a ella y la tomará por esposa y cumplirá con ella como cuñado, y el primogénito que ella dé a luz perpetuará el nombre de su hermano difunto; así su nombre no se borrará de Israel. Pero si el hombre no quiere tomar a su cuñada por mujer, subirá su cuñada a la puerta donde los ancianos y dirá: «Mi cuñado se niega a perpetuar el nombre de su hermano en Israel, no quiere cumplir conmigo como cuñado.» Los ancianos de su ciudad lo llamarán y le hablarán. Si al comparecer dice: «No quiero tomarla por mujer», su cuñada se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia de su pie, le escupirá a la cara y pronunciará estas palabras: «Así se hace con el hombre que no edifica la casa de su hermano»; y se le llamará en Israel «Casa del descalzado».

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén 38; Rut 4; Mat_22:24 p

NOTAS

25:5 Del latín levir «cuñado», que traduce el hebreo yâbâm (cuñado en sentido amplio): la viuda sin hijo varón es desposada por su cuñado; el primer hijo se considera como si fuera del difunto y recibe su parte de herencia. Esta institución, que también existía entre los asirios y los hititas, tenía por objeto perpetuar la descendencia y garantizar la estabilidad de los bienes familiares. El primer aspecto se subraya en la historia de Tamar, Gn 38; el segundo se destaca en la historia de Rut, Rt 4, donde los derechos y deberes del levir se extienden al «vengador», ver Núm_35:19+. La ley del Dt limita esta obligación al caso en que los hermanos vivan juntos y permite sustraerse a ella. La institución se mantuvo en el Judaísmo posterior, a pesar de la oposición de ciertos grupos. De esta ley tomaron los saduceos argumento contra la doctrina de la resurrección, ver Mat_22:23 s.
Deuteronomio  25, 5

NOTAS

25:10 El rito de expropiación, el quitar la sandalia, va acompañado de un gesto de desprecio y de una frase infamante. No se ve con claridad cuáles fueran las consecuencias jurídicas; es probable, sin embargo, que en este caso la mujer continuara en posesión de los bienes de su marido. El rito no tiene exactamente el mismo sentido en Rut_4:8.
Deuteronomio  25, 10

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