Jer 52,7-16
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se abrió una brecha en la ciudad y al verlo el rey y todos los guerreros, huyeron de la ciudad saliendo de noche, por el camino de la puerta que está entre los dos muros que dan al jardín del rey, mientras los caldeos estaban alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino de la Arabá. Las tropas caldeas persiguieron al rey Sedecías y le dieron alcance en los llanos de Jericó; entonces todo el ejército se dispersó de su lado. Capturaron al rey y lo subieron a Riblá, en la tierra de Jamat, donde el rey de Babilonia, que le sometió a juicio. Los hijos de Sedecías fueron degollados a su vista, y lo mismo a todos los jefes de Judá degolló en Riblá. A Sedecías le sacó los ojos, lo encadenó con cadenas de bronce, y el rey de Babilonia lo llevó a Babilonia, donde lo tuvo en prisión hasta el día de su muerte.
En el mes quinto, el diez del mes, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzardán, jefe de la guardia, uno de los que servían ante el rey de Babilonia, vino a Jerusalén. Incendió el templo de Yahvé y el palacio del rey y todas las casas de Jerusalén. Todas las tropas caldeas que había con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban a Jerusalén.
Cuanto (a una parte de los pobres del país) al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de los artesanos, Nabuzardán, jefe de la guardia, los deportó. Nabuzardán, el jefe de la guardia, dejó algunos de entre la gente pobre como viñadores y labradores.
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En el mes quinto, el diez del mes, en el año diecinueve de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzardán, jefe de la guardia, uno de los que servían ante el rey de Babilonia, vino a Jerusalén. Incendió el templo de Yahvé y el palacio del rey y todas las casas de Jerusalén. Todas las tropas caldeas que había con el jefe de la guardia demolieron las murallas que rodeaban a Jerusalén.
Cuanto (a una parte de los pobres del país) al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y el resto de los artesanos, Nabuzardán, jefe de la guardia, los deportó. Nabuzardán, el jefe de la guardia, dejó algunos de entre la gente pobre como viñadores y labradores.
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