Rom 4,2-8

Si Abrahán obtuvo la justicia por las obras, tiene de qué gloriarse, mas no delante de Dios. En efecto, ¿qué dice la Escritura? Creyó Abrahán en Dios y le fue reputado como justicia. Al que trabaja no se le cuenta el salario como favor sino como deuda; en cambio, al que, sin trabajar, cree en aquel que justifica al impío, su fe se le reputa como justicia. Así también David proclama bienaventurado al hombre a quien Dios imputa la justicia independientemente de las obras: Bienaventurados aquellos cuyas maldades fueron perdonadas,
y cubiertos sus pecados.
Dichoso el hombre a quien el Señor no imputa el pecado.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Rom_3:27+

NOTAS

4:2 Algunos escritos judíos del tiempo de Pablo presentan a Abrahán como observante de la ley mosaica, y por eso, reconocido justo ante Dios. Según Pablo, Abrahán no fue reconocido justo a causa de la observancia fiel de la Ley, sino por haber creído a la promesa divina, pues entonces todavía era un incircunciso y, por tanto, un «sin Ley», un impío (ver el v. Rom_4:5).
Romanos  4, 2

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_15:6; Gál_3:6; Stg_2:23

NOTAS

4:3 Gramaticalmente son posibles diversas interpretaciones: en virtud de la fe, Dios considera justo a Abrahán, sin que lo sea realmente; o bien: en virtud de esta misma fe, Dios confiere gratuitamente a Abrahán una justicia que éste no tenía cuando creía; o, finalmente: a los ojos de Dios, y por lo tanto, verdaderamente, la fe se confunde con la justicia. Pero el conjunto de la doctrina paulina excluye la primera interpretación; parece excluir también la segunda, y concuerda perfectamente con la tercera.
Romanos  4, 3

REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_32:1-2
Romanos  4, 7

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