I Macabeos 7,33

Después de estos sucesos, Nicanor subió al monte Sión. Algunos sacerdotes y ancianos del pueblo salieron del templo para saludarle amistosamente y mostrarle el holocausto que se ofrecía por el rey.

34 Pero él los despreció, se burló de ellos, los escupió, profiriendo insolencias,

35 y juró encolerizado:
– Si no me entregan ahora mismo a Judas y a su ejército, cuando yo vuelva victorioso incendiaré este templo.
Y salió enfurecido.

36 Los sacerdotes entraron, y de pie frente al altar y el santuario dijeron entre lágrimas:

37– Tú elegiste este templo dedicado a tu Nombre para que sirviera a tu pueblo de casa de oración y súplica.

38 Castiga a ese hombre y a su ejército. ¡Que caiga a filo de espada! Recuerda sus blasfemias, no les des reposo.

39 Nicanor salió de Jerusalén y acampó en Bet-Jorón; allí se le añadió un ejército sirio.

40 Judas acampó en Adasa con tres mil hombres, y rezó así:

41– Cuando los embajadores del rey blasfemaron, salió tu ángel y les mató a ciento ochenta y cinco mil.

42 Aplasta hoy igualmente a este ejército ante nuestros ojos, para que sepan todos que blasfemó contra tu templo. ¡Júzgalo como merece su maldad!

43 Los ejércitos entraron en combate el trece de marzo. El ejército de Nicanor fue derrotado; el primero en caer fue el mismo Nicanor,

44 y sus soldados, al ver que había caído, arrojaron las armas y huyeron.

45 Los judíos los persiguieron una jornada, desde Adasa hasta Guézer, tocando las trompetas detrás de ellos.

46 De todos los poblados judíos a la redonda salió gente para cercar a los que huían, que se volvían unos contra otros; todos cayeron a espada, no quedó ni uno.

47 Luego agarraron el botín y los despojos. A Nicanor le cortaron la cabeza y la mano derecha, que había extendido insolentemente, y las llevaron para colgarlas frente a Jerusalén.

48 El pueblo se alegró muchísimo, y festejaron aquel día como si fuera una gran fiesta.

49 Determinaron celebrar anualmente aquella fecha, trece de marzo.

50 Judá tuvo paz por algún tiempo.

Patrocinio