Salmos 89 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 52 versitos |
1

44; 74; 2 Sm 7

Cantaré eternamente el amor del Señor,
anunciaré su fidelidad por generaciones.
Con mi boca
2 afirmo claramente:
Oh Eterno, tu amor edificó los cielos,
más estable que ellos es tu fidelidad.
3 – Pacté una alianza con mi elegido,
jurando a David mi siervo:
4 Afianzaré tu linaje para siempre
y consolidaré tu trono por generaciones.
5 Celébrense tus maravillas en los cielos, Señor,
y tu fidelidad en la asamblea de los Santos;
6 pues, ¿quién sobre las nubes
es comparable al Señor?
¿quién se asemeja al Señor entre los dioses?
7 Dios es temible en el consejo de los santos,
es grande y terrible para toda su corte.
8 Señor Dios del universo, ¿quién como tú?
Eres poderoso, Señor, y tus fieles te rodean.
9 Tú doblegas la soberbia del mar
y acallas su oleaje embravecido.
10 Tú trituraste a Rahab como a un cadáver
con brazo potente dispersaste al enemigo.
11 Tuyos son los cielos, tuya es la tierra;
tú cimentaste el mundo y cuanto contiene.
12 Tú creaste el Norte y el Sur,
el Tabor y el Hermón
saltan de gozo en tu presencia.
13 Tienes un brazo poderoso;
triunfante es tu izquierda,
sublime tu derecha.
14 Justicia y Derecho sostienen tu trono,
Bondad y Fidelidad marchan ante ti.
15 Dichoso el pueblo que sabe aclamarte,
que camina a la luz de tu rostro, Señor.
16 Tu Nombre será su gozo constante,
y por tu justicia se alegrará.
17 Sí, tú eres nuestra fortaleza gloriosa
y con tu favor nos das la victoria.
18 En verdad el Señor es nuestro Escudo,
el Santo de Israel nuestro rey.
19 Un día hablaste en visión
declarando a tus amigos:
He elegido a un muchacho y no a un guerrero,
he encumbrado a un soldado de la tropa.
20 Encontré a David, mi siervo,
y lo ungí con óleo sagrado.
21 Porque mi mano le dará firmeza,
y mi brazo lo fortalecerá;
22 no lo engañará el enemigo
ni los criminales lo humillarán.
23 Trituraré ante él a sus adversarios,
y heriré a los que lo odian.
24 Mi fidelidad y amor lo acompañarán,
y por mi Nombre triunfará.
25 Extenderé su izquierda hasta el Mar
y su derecha hasta el Río.
26 Él me invocará: Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.
27 Y yo lo nombraré mi primogénito,
excelso entre los reyes de la tierra.
28 Le guardaré mi amor eterno
y mi alianza con él será estable.
29 Le daré un linaje perpetuo
y un trono duradero como el cielo.
30 Si sus hijos abandonan mi ley
y no siguen mis mandamientos,
31 si violan mis preceptos
y no guardan mis mandatos,
32 castigaré a palos sus delitos
y a latigazos sus culpas.
33 Pero no les retiraré mi lealtad
ni desmentiré mi fidelidad;
34 no violaré mi alianza,
ni cambiaré mis promesas.
35 Una vez juré por mi santidad
no faltar a mi palabra con David.
36 Su linaje será perpetuo
y su trono como el sol ante mí;
37 se mantendrá siempre como la luna,
testigo fidedigno en las nubes.
38 Pero tú, enojado con tu Ungido,
lo rechazaste y despreciaste;
39 anulaste la alianza con tu siervo,
profanaste por tierra su diadema.
40 Destruiste todas sus murallas
y derrocaste sus fortalezas;
41 lo saquearon todos los viandantes,
fue la irrisión de sus vecinos.
42 Enalteciste la diestra de sus adversarios,
y ensalzaste las manos de sus enemigos.
43 En tu ira, embotaste el filo de su espada,
y no lo sostuviste en el combate.
44 Le quitaste su espléndido cetro,
y su trono por tierra derribaste.
45 Acortaste los días de su juventud
y lo cubriste de ignominia.
46 ¿Hasta cuándo, Señor,
te ocultarás siempre?
¿Hasta cuándo arderá como fuego tu enojo?
47 Recuerda, Señor, que mi vida es corta,
¿creaste para nada a los mortales?
48 ¿Quién vivirá sin ver la muerte?,
¿quién escapará de las garras del Abismo?
49 ¿Dónde está, Dueño mío, tu amor de antaño,
el amor fiel que juraste a David?
50 Recuerda, Señor, el ultraje de tus siervos,
cómo aguanta mi pecho
las saetas de los pueblos:
51 Así como mis enemigos me insultan, Señor,
también insultan alevosamente a tu Ungido.
52 ¡Bendito el Señor por siempre!
Amén, amén.

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Introducción a Salmos

LOS SALMOS

Los salmos son la oración de Israel. Son la expresión de la experiencia humana vuelta hacia Dios. Son expresión de la vida de un pueblo seducido por Dios. La tradición atribuye muchos de ellos al rey David, y algunos a Córaj y a Asaf; pero esto es sólo una cuestión convencional. Una cadena anónima de poetas, a lo largo de siglos, es la imagen más realista sobre los autores de estas piezas.
Como son variadas las circunstancias de la vida y lo fueron las de la historia, así surgieron, se repitieron y se afianzaron algunos tipos de salmos. Por eso resulta preferible una clasificación tipológica atendiendo al tema, los motivos, la composición y el estilo.
Los himnos cantan la alabanza y suelen ser comunitarios: su tema son las acciones de Dios en la creación y la historia. Muy cerca están las acciones de gracias por beneficios personales o colectivos: la salud recobrada, la inocencia reivindicada, una victoria conseguida, las cosechas del campo. De la necesidad brota la súplica, que es tan variada de temas como lo son las necesidades del individuo o la sociedad; el orante motiva su petición, como para convencer o mover a Dios. De la súplica se desprende a veces el acto de confianza, basado en experiencias pasadas o en la simple promesa de Dios.
Los salmos reales se ocupan de diversos aspectos, que llegan a componer una imagen diferenciada del rey: batallas, administración de la justicia, boda, coronación, elección de la dinastía, y hay un momento en que estos salmos empiezan a cargarse de expectación mesiánica. Otro grupo canta y aclama el reinado del Señor, para una justicia universal.
El pecador confiesa su pecado y pide perdón en salmos penitenciales, o bien el grupo celebra una liturgia penitencial. Hay salmos para diversas ocasiones litúrgicas, peregrinaciones y otras fiestas. Otros se pueden llamar meditaciones, que versan sobre la vida humana o sobre la historia de Israel. Y los hay que no se dejan clasificar o que rompen el molde riguroso de la convención.
Los salmos se compusieron para su uso repetido: no los agota el primer individuo que los compone o encarga, ni la primera experiencia histórica del pueblo. Como realidades literarias, quedan disponibles para nuevas significaciones, con los símbolos capaces de desplegarse en nuevas circunstancias. A veces un retoque, una adición los adapta al nuevo momento; en otros casos basta cambiar la clave.
Por esta razón los salmos se conservaron y coleccionaron. Sabemos que surgieron agrupaciones menores y que después se coleccionaron en cinco partes (como un pentateuco de oración): 2-41; 42-72; 73-89; 90-106; 107-150. En el proceso de coleccionar, la división y numeración sufrió menoscabo: algunos salmos están arbitrariamente cortados en dos (9-10; 42-43); otros aparecen duplicados, al menos en parte (70 y 40; 53 y 14). Se explica que en la tradición griega se haya impuesto otra numeración. Aquí daremos la numeración Hebrea, añadiendo entre paréntesis la grecolatina.
En general, el estilo de los salmos se distingue por su realismo e inmediatez, no disminuido por la riqueza de imágenes y símbolos elementales; sólo algunos fragmentos con símbolos de ascendencia mítica se salen del cuadro general. Es intensa la expresión sin caer jamás en sentimentalismo. El lirismo es más compartido que personal; en muchos casos podríamos hablar de planteamientos y desarrollos dramáticos. La sonoridad y el ritmo son factores importantes del estilo. No sabemos cómo se ejecutaban: muchos se cantaban, probablemente con solistas y coro unísono; algunos quizá se danzaban, otros se recitaban en marchas o procesiones; otros acompañarían ritos específicos. Algunas de las notas añadidas por los transmisores parecen referirse a la ejecución. Estas notas, que asignan una situación histórica o dan una instrucción litúrgica, no son originales, por eso han sido omitidas en el texto, aunque entren en la numeración admitida.
Los salmos son también oración privilegiada de la comunidad cristiana y del individuo aislado. Muchos fueron rezados por nuesto Señor Jesucristo, quien les dio la plenitud de sentido que podían transportar. La experiencia de Israel y del hombre pasan por Cristo y debe encontrar de nuevo expresión en estas oraciones; su lenguaje puede llegar a ser lenguaje del rezo cristiano. El libro de los salmos es un repertorio que suministra textos para diversas ocasiones y a diversos niveles; su lectura puede interesar, pero sólo rezados serán realmente comprendidos.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Salmos 89,1-52Por la primera palabra del salmo sabemos que estamos ante un himno, que es cósmico (6-19) e histórico (20-38), precedido de su introducción (2-5). En el versículo 39 registramos un giro lingüístico («pero tú...») y temático: a partir de este verso el salmo se torna súplica que continúa hasta el final (39-52). El versículo 53 es añadido, una doxología con la que se cierra el tercer libro del salterio. Puede ser que el momento presente, que es trágico para el rey y para la dinastía, motive la composición del himno. Es decir, aunque sea un mentís a la lealtad de Dios, yo canto y cantaré «por generaciones» el amor de Dios y su fidelidad (2). En claro contraste con el presente, el pasado motiva la presente súplica. Este salmo es, por tanto, un himno al amor fiel de Dios, pese a todo. El lector puede comprobar las veces que se repiten las palabras «amor» y «fidelidad». Forman paralelismo en los versículos 2.3.15.25. 29.34.50. La «fidelidad» se repite tres veces más ( 6b.9b.38b). Han de relacionarse con la fidelidad: la alianza (4.29. 35.40) y el contenido de esa alianza, que es el trono dinástico (5.15.30.37.45); más concretamente aún, el vasallo beneficiario de esa alianza (4.29.35.40), que es David (4.21.36.50). También la estabilidad (3.5.22.28) y la perpetuidad (2.3.5. 29.37.38) han de interpretarse desde la fidelidad. El Dios fiel nunca engaña (36.50). El ser humano, aunque sea rey, puede ser infiel (31s). En este caso la reacción de Dios es terrible (39-46): en vez de la elección, el rechazo; frente al amor, la cólera; la alianza anulada; la diadema profanada; en vez de honor, ultraje; Dios exaltó antes a un muchacho, ahora enaltece la diestra del enemigo... Basándose en el pasado, sin embargo, el poeta suplica: la situación actual está prolongándose demasiado (47), el ser humano es caduco (48s), el amor de Dios es eterno y su fidelidad dura por siempre (50), los siervos de Dios son ultrajados (51) y los enemigos ultrajan al Ungido de Dios (52). Son los argumentos alegados para que Dios muestre también ahora su amor fiel. Parte del versículo 21 se cita en Hch_13:22; el versículo 28b en Apo_1:5. El título de «Mesías» lo escuchamos en labios de Pedro (cfr. Mat_16:16). El título de Elegido suena en la transfiguración (Luc_9:35); el título de Siervo en Mat_12:18-21, y se hace común en Hechos (cfr. 3,13.26; 4,27.30). He aquí un buen salmo para orar en tiempos de conflictos nacionales o internacionales. Si el ser humano es ultrajado, Dios es ultrajado. El amor de Dios es fiel. Pese a todo, el amor de Dios no tiene vuelta atrás.