Proverbios 31 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 31 versitos |
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SÉPTIMA COLECCIÓN

Máximas de Lemuel, rey de Masá, que le enseñó su madre.
2 ¿Qué es eso, hijo mío?
¿Qué es eso, hijo de mis entrañas?
¿Qué es eso, hijo de mis promesas?
3 No gastes tu fuerza con mujeres
ni tu vigor con las que corrompen a reyes.
4 No es de reyes, Lemuel,
no es de reyes darse al vino
ni de gobernantes darse al licor,
5 porque beben y olvidan la ley
y violan el derecho de los más humildes.
6 Deja el licor al vagabundo
y el vino al que está triste:
7 que beba y olvide su miseria,
que no se acuerde de sus penas.
8 Abre tu boca a favor del mudo,
habla en defensa del indefenso;
9 abre tu boca y da sentencia justa
defendiendo al pobre y al desgraciado.
10 Una mujer hacendosa, ¿quién la encontrará?
Vale mucho más que las perlas.
11 Su marido confía en ella
y no le falta nunca nada.
12 Le trae ganancias y no pérdidas
todos los días de su vida.
13 Adquiere lana y lino,
sus manos trabajan a gusto.
14 Es como nave mercante
que importa el grano de lejos.
15 Todavía de noche se levanta
para dar la ración a sus criados
y la porción a sus criadas.
16 Examina un terreno y lo compra,
con lo que ganan sus manos planta una viña.
17 Se ciñe la cintura con firmeza
y despliega la fuerza de sus brazos.
18 Cuida de que su negocio marche bien
y aun de noche no se apaga su lámpara.
19 Extiende la mano para hilar
y con sus dedos fabrica el tejido.
20 Abre sus palmas al necesitado
y extiende sus manos al pobre.
21 Si nieva no teme por los empleados,
porque todos llevan trajes forrados.
22 Confecciona mantas para su uso,
se viste de lino y púrpura.
23 En la plaza su marido es respetado
cuando se sienta entre los ancianos del pueblo.
24 Teje sábanas y las vende,
provee de cinturones a los comerciantes.
25 Está vestida de fuerza y dignidad,
sonríe ante el día de mañana.
26 Abre la boca juiciosamente
y su lengua enseña con bondad.
27 Vigila lo que hacen sus empleados,
no come lo que no ha ganado.
28 Sus hijos se levantan para felicitarla,
su marido proclama su alabanza:
29 Muchas mujeres han dado prueba de lo que valen,
pero tú las superas a todas.
30 Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura,
la mujer que respeta al Señor merece alabanza.
31 Felicítenla por el éxito de su trabajo,
que sus obras la alaben en la plaza.

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Introducción a Proverbios

Sapienciales

Los libros sapienciales forman uno de los grupos de libros bíblicos con perfil propio, netamente distinto de la literatura profética, de los cuerpos legales y de las obras narrativas. Cinco libros forman esta pentápolis de claras fronteras, esta especie de «pentateuco» sapiencial: Proverbios, Job, Eclesiastés (Qohelet), Eclesiástico (Ben Sirá) y Sabiduría. Como el Pentateuco invoca como autor o patrono a Moisés, así tres de estos libros invocan a Salomón como autor.
Un cierto parentesco liga a Job con el Eclesiastés como testigos y actores de una patética controversia sobre el sentido de la vida; por otro lado caminan Proverbios y Eclesiástico, mientras que Sabiduría es un enclave tardío en territorio griego.
El cuerpo sapiencial tiene indudable afinidad con nuestros refranes populares, aforismos cultos y textos didácticos. El propósito de la tarea sapiencial no es la enseñanza intelectual, ni el proponer una especie de catecismo ético, ni indagar el puesto de la vida humana en el orden cósmico. Más bien sería como una «oferta de sensatez», que no una imposición, como guía para todo ser humano.




Proverbios

Forma del libro. Es la obra más típica del cuerpo sapiencial. Bajo el nombre genérico de «meshalim» -proverbios- acoge un conjunto de colecciones de enigmas, sentencias, aforismos, refranes, adagios e instrucciones de carácter ético y moralizante a través de los cuales se transmite una sabiduría popular acumulada durante siglos. Su presentación estimula el esfuerzo de comprensión del oyente o del lector: brevedad, carácter incisivo o enigmático y forma rítmica, al mismo tiempo que facilidad de retención en la memoria.
Las doctrinas o enseñanzas de esta antología tienen dos ejes principales, cada uno con dos polos opuestos: «sensato-necio» y «honrado-malvado». Los términos no son precisos: en el primero pueden entrar dotes naturales de inteligencia y perspicacia, conocimientos adquiridos o destreza en el obrar. Lo mismo podemos decir del segundo eje, que puede referirse a la integridad, la justicia o la inocencia. Estos dos ejes se cruzan, porque la sensatez tiene algo de ético, mientras que la maldad se considera insensata.

Época de composición y autoría del libro. Por su carácter anónimo y el tamaño minúsculo de sus unidades es imposible datar los proverbios. Su composición puede abarcar varios siglos. El prólogo y el epílogo serían obra del recopilador final y, por tanto, posteriores a las otras colecciones. Que Salomón diera impulso a esta corriente de proverbios puede ser realidad o pura leyenda. En realidad, el libro salta las fronteras y las épocas.

Mensaje de los Proverbios. La sensatez es una actividad artesana, atribuida al Dios creador y ofrecida al ser humano para que sea el artífice de su existencia, para que aprenda el sentido de la vida y dé sentido a su propia vida. Para ello, el joven inexperto necesita el apoyo de la experiencia ajena, plural y compartida, que cuaja en refranes, máximas y aforismos; algunos son propios de escuelas de maestros, otros, entregados a la libre circulación ciudadana. Dios está presente en este mundo sapiencial y ético de los Proverbios: posee la sabiduría y concede la sensatez al ser humano; con su aprobación y reprobación consolida el mundo ético.
De una «sabiduría a ras de tierra», el libro va ganando en altura hasta colocar en 8,22-31 a la Sabiduría personificada en la esfera celeste de sus orígenes. Aunque no es Dios ni una divinidad, procede de Dios y precede al mundo; posterior a Dios y anterior al universo, inferior a Dios y superior al mundo. El poeta la presenta como personaje que nace, aprende, actúa.
No se sigue que el poeta se refiera a un ser personal existente fuera del poema, pero con el correr del tiempo esa «sabiduría» tendrá un nombre, Jesucristo, «Sabiduría de Dios», como lo llama San Pablo ( 1Co_1:24 ).

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Proverbios 31,1-9Séptima colección. Mediante figuras ficticias o tal vez reales, una madre enseña sabiduría a su hijo. No se trata de dos personajes comunes y corrientes, sino de una madre que enseña sabiamente a su hijo rey. Esta madre, que podría ser la Sabiduría personificada por el autor, da a su hijo unas instrucciones que corresponden más a un rey ideal que real.
¡No hay que tomar muy en serio el consejo que aprueba la bebida y el licor para los pobres y oprimidos, con el fin de que olviden sus penas y sufrimientos! (6s) Sin conocer el consejo de esta madre, en muchos lugares patrones y caciques políticos suelen emborrachar a los pobres para que «olviden sus penas» y no causen problemas; ¿estará de acuerdo Dios con eso? Todo lo contrario: necesitamos mostrar una conciencia lúcida que nos permita llenarnos más y más de la palabra de Dios, que es ante todo justicia, y en solidaridad con nuestros semejantes nos unamos en la lucha por reclamar nuestros derechos.


Proverbios 31,10-31Termina el libro con un poema acróstico dedicado a la mujer hacendosa o a la verdadera mujer, tal como era concebida por la sociedad oriental y judía de la época: dedicada completamente al hogar, a su administración y manejo. No se concebía que una mujer desempeñara trabajo o actividad alguna fuera de casa, porque eso sería una deshonra par su marido. ¿Qué pensar de la mujer moderna? ¿Cómo ayudarle a combinar su papel de madre y ama de casa con su necesaria presencia en el ámbito laboral?