Isaías 28 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 29 versitos |
1

ORÁCULOS VARIOS
Contra el reino del Norte

¡Ay de la corona esplendorosa
de los ebrios de Efraín
y de la flor marchita,
joya de su atavío,
que está en la cabeza
de los hartos de vino!
2 Miren: Viene uno fuerte y robusto,
de parte del Señor,
como tormenta de granizo,
tormenta asoladora,
como tormenta de aguas
impetuosas y desbordadas,
con la mano derriba todo al suelo
3 y con los pies pisotea
la corona fastuosa
de los ebrios de Efraín
4 y la flor marchita, joya de su atavío,
que está en lo alto
del valle fértil.
Será como breva temprana,
que el primero que la ve,
apenas la agarra, se la traga.
5 Aquel día será
el Señor Todopoderoso
corona enjoyada, diadema espléndida
para el resto de su pueblo:
6 sentido de justicia
para los que se sientan a juzgar,
valor para los que rechazan
el asalto a las puertas.
7

Contra los que se burlan del profeta
Ez 12,21-28

También éstos
se tambalean por el vino
y dan traspiés por el licor;
sacerdotes y profetas
se tambalean por el licor,
los aturde el vino,
dan traspiés por el licor,
se tambalean con la visión,
tartamudean al dar sentencias;
8 todas las mesas están llenas
de vómitos y suciedad,
y no queda espacio libre.
9 –¿A quién viene a adoctrinar,
a quién a enseñar la lección?,
¿a recién destetados,
apartados del pecho?
10 Dice: ce con ce, ce con ce,
pe con pe, pe con pe,
chico aquí, chico allí.
11 – Ahora bien
con lengua balbuciente,
en lenguaje extraño
el Señor hablará a este pueblo,
12 el que les había dicho:
En esto está el reposo,
den reposo al cansado,
en esto está el descanso,
pero no quisieron obedecer.
13 Entonces el mensaje del Señor
les sonará así:
ce con ce, ce con ce,
pe con pe, pe con pe,
chico aquí, chico allí,
para que vayan y caigan de espaldas
y se destrocen y se enreden
y queden atrapados.
14

Pacto con la muerte y verdadero cimiento
Sab 1,16

Escuchen la Palabra del Señor,
gente burlona,
que gobiernan
a ese pueblo de Jerusalén:
15 ustedes decían:
Hemos firmado
un pacto con la muerte,
una alianza con el abismo:
cuando pase el azote arrollador,
no nos alcanzará,
porque tenemos
la mentira por refugio
y el engaño por escondrijo.
16 El Señor dice así:
Miren, yo coloco en Sión una piedra
probada, angular,
preciosa, de cimiento:
quien se apoya no vacila.
17 Usaré como plomada la justicia,
como nivel el derecho;
el granizo arrasará
el falso refugio de ustedes
y el agua arrollará
su escondrijo.
18 Su pacto con la muerte
se romperá,
su alianza con el abismo
será anulada;
y cuando pase el azote arrollador
los pisoteará,
19 cada vez que pase, los arrebatará,
y ha de pasar mañana tras mañana,
de día y de noche;
entonces bastará el terror
para aprender la lección.
20

Contra los cínicos

Será corta la cama para estirarse
y estrecha la manta para arroparse.
21 Como en el monte Perasim
se alzará el Señor,
como en el valle de Gabaón
se desperezará,
para ejecutar su obra, obra extraña,
para cumplir su tarea, tarea inaudita.
22 Por tanto, no se burlen,
no sea que se aprieten sus cadenas,
que me he enterado
de la destrucción decretada
por el Señor Todopoderoso
contra todo el país.
23

Instrucción agrícola

Escuchen, presten oído a mi voz,
atención, escuchen mi discurso:
24 El que ara,
¿se pasa los días arando,
abriendo surcos,
desterronando, para sembrar?
25 Cuando ha igualado la superficie,
siembra hinojo y esparce comino,
echa trigo y cebada,
y en los bordes escanda y mijo;
26 su Dios lo instruye,
le enseña las reglas.
27 Porque el hinojo no se trilla con el trillo ni las ruedas del carro se pasan sobre el comino: el hinojo se trilla con varas y el comino con látigo;
28 el grano no se tritura hasta lo último, sino que se trilla arreando el rodillo del carro, que lo rompe sin triturarlo.
29 También esto es disposición del Señor Todopoderoso: su plan es admirable y es grande su destreza.

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Introducción a Isaías

PROFETAS

Libros proféticos. El apelativo de profeta se ha aplicado en la Biblia a los grandes amigos de Dios que han desarrollado un papel decisivo en la historia del pueblo de Israel, ya sea como líderes carismáticos (Abrahán, Moisés, etc.) o como autores inspirados que escribieron esa historia a la luz de la inspiración divina (de Josué a los libros de los Reyes). La Biblia hebrea los denominó con el término genérico de «profetas anteriores», para distinguirlos de los profetas propiamente dichos, los cuales, a su vez, fueron catalogados como «profetas mayores», Isaías, Jeremías y Ezequiel, y los 12 «profetas menores».
«Elección, vocación y misión» podrían resumir la experiencia excepcional de Dios que lanzaron a estos hombres a enfrentarse con el pueblo en momentos decisivos de su historia, para denunciar el pecado, llamar a la conversión, avivar la fe, abrir un horizonte trascendente de esperanza e interpretar los signos de los tiempos a la luz de la revelación divina.

ISAÍAS

La profecía de Isaías. Isaías es el primero de los grandes profetas, cuya personalidad e impacto de su mensaje hizo que bajo su nombre y autoridad se reuniera una colección de escritos proféticos posteriores a su muerte y a su época, formando una obra de conjunto que nos ha sido transmitida como la «profecía de Isaías».
Durante siglos todo el escrito se atribuyó a un solo autor, a Isaías -que en hebreo significa «El Señor salva»-. Hoy día la obra aparece claramente dividida en tres partes: los capítulos 1-39 serían del profeta Isaías propiamente dicho; los capítulos 40-55, de un profeta anónimo que ejerció su ministerio, dos siglos más tarde, entre los desterrados de Babilonia, durante el ascenso de Ciro (553-539 a.C.), y al que conocemos como Isaías II o Deuteroisaías; finalmente, los capítulos 56-66 formarían una colección de oráculos heterogéneos perteneciente a la época del retorno del destierro y de la reconstrucción del templo, a la que se le ha dado el título de Isaías III o Tritoisaías.
A pesar de las diferencias entre sí y del largo período histórico que abarcan las tres partes de la obra (tres siglos), el conjunto del escrito aparece como un todo unitario, portador de un mismo espíritu profético y de una misma visión trascendente de la historia.

Isaías el profeta.
De la persona de Isaías sólo sabemos lo que él mismo dice en su libro y lo que nos deja leer entre líneas: un hombre exquisitamente culto, de buena posición social, quien siguiendo quizás una tradición familiar ocupó un puesto importante en la corte real de Jerusalén. Hijo de un tal Amós, sintió la vocación profética en el año 742 a.C. «el año de la muerte del rey Ozías» (6,1).
Ya metido en su ministerio profético, se casó con una mujer designada como «profetisa» (8,3), de la que tuvo dos hijos, cuyos nombres simbólicos (7,3 y 8,3) se convierten en oráculo vivo sobre la suerte del pueblo. Toda su actividad profética se desarrolló en Jerusalén, durante los reinados de Ozías (Azarías), Yotán (739-734 a.C.), Acaz (734-727 a.C.) y Ezequías (727-698 a.C.).

Su época
. En el terreno de la política internacional, el libro de Isaías nos trasmite los ecos de un período de angustia que discurre bajo la sombra amenazadora del expansionismo del imperio asirio. El año 745 a.C. sube al trono Tiglat Piléser III, consumado y creativo militar. Con un ejército incontrastable va sometiendo naciones con la táctica del vasallaje forzado, los impuestos crecientes, la represión despiadada. Sus sucesores, Salmanazar V (727-722 a.C.) y Senaquerib (704-681 a.C.), siguen la misma política de conquistas. Cae pueblo tras pueblo, entre ellos Israel, el reino del norte, cuya capital, Samaría, es conquistada (722 a.C.), a lo que seguiría, poco después, una gran deportación de israelitas y la instalación de colonos extranjeros en el territorio ocupado.
Mientras tanto, el reino de Judá que ha mantenido un equilibrio inestable ante la amenaza Asiria, se suma, en coalición con otras naciones y contra los consejos de Isaías, a un intento de rebelión, y provoca la intervención armada del emperador que pone cerco a Jerusalén. La capital se libra de modo inesperado: el invasor levanta el cerco, pero impone un fuerte tributo ( 2Re_18:14 ).

Mensaje religioso. Como escritor, Isaías es el gran poeta clásico, dueño de singular maestría estilística; amante de la brevedad, la concisión y las frases lapidarias. En su predicación al pueblo sabe ser incisivo, con imágenes originales y escuetas, que sacuden con su inmediatez.
La visión de la santidad y del poder universal de Dios que ha tenido en su llamada profética dominará toda su predicación. Verá la injusticia contra el pobre y el oprimido como una ofensa contra «el Santo de Israel», su nombre favorito para designar a Dios. Desde esa santidad, tratará de avivar la vacilante fe del pueblo.
A la soberanía de Dios se opone el orgullo de las naciones poderosas, orgullo que será castigado pues el destino de todas las naciones está en sus manos. Es justamente este orgullo -antítesis de la fe, de labrarse su propio destino a través de alianzas con potencias vecinas- el pecado de Judá que más denunciará y fustigará el profeta. Pero a pesar de las infidelidades del pueblo y sus dirigentes, Isaías abrirá un horizonte mesiánico de esperanza: Dios se reservará un «resto» fiel de elegidos, hará que perdure la dinastía de David y convertirá a Jerusalén en el centro donde se cumplirán sus promesas.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Isaías 28,1-6Oráculos varios (Cap. 28-33). Los capítulos 28-33 se refieren esencialmente a los acontecimientos provocados por los asirios entre el 701 y el 691 a.C. Algunos proponen como hilo conductor de los mensajes contenidos en esta sección, el «ay» que encabeza cada uno de los seis mensajes: 28,1; 29,1.15; 30,1; 31,1; 33,1.

28:1-6 Contra el reino del Norte. El primer «ay» de amenaza va dirigido contra Samaría. Isaías, profeta del Sur, anuncia el desastre de sus hermanos del Norte. No hay noticias de viaje alguno del profeta a la capital norteña, pero tiene conocimiento del desenfreno y excesos de las gentes de aquel territorio, quizás como consecuencia de la prosperidad económica que estaban viviendo (cfr. Ose_7:5-7; Amó_3:9-15). En medio de todo encontramos esta promesa para el resto del pueblo (5). Este resto fiel contrasta con los borrachos de Israel (1) y de Judá (7s).


Isaías 28,7-13Contra los que se burlan del profeta. ¿Conflictos entre profetas y sacerdotes? Sí; y no hay que maravillarse, pues la cosa no era tan inusual (cfr. Jer_26:8-19; Ose_4:4-8; Amó_7:10-17; Miq_3:5-11). El motivo fundamental era la verdadera y la falsa profecía entremezcladas con el verdadero y el vano culto. En 1,1 indicamos el perfil del verdadero profeta que poco a poco va surgiendo en Israel. La verdadera profecía se va distanciando cada vez más de las frecuentes prácticas adivinatorias, de la utilización de bebidas embriagantes, de las danzas frenéticas, etc., utilizadas como medios de adivinación. El verdadero profeta no «adivina», es alguien que con sus cinco sentidos despejados mide el pulso a cada situación, hace su lectura a la luz del criterio máximo que es la justicia, y proclama un mensaje que, aunque es claro, no siempre es comprendido por su generación. Ése es el tipo de generación de la que se lamentará Jesús: «mirando no ven y escuchando no entienden» (cfr. Luc_8:17; Mat_3:13).
Isaías 28,14-19Pacto con la muerte y verdadero cimiento. Los malos consejeros no hacen otra cosa que desviar a sus aconsejados. Esta expresión hace referencia al pacto que hizo el rey Ezequías con Egipto para defenderse de Asiria. En la mentalidad del profeta, este pacto no puede traer más que muerte (18).
La verdadera roca o piedra que sirve de fundamento (16) a toda sociedad es precisamente la equidad y la justicia. He ahí por qué es tan fácil identificar a los verdaderos y a los falsos profetas: mientras que éstos últimos sólo piensan en halagar a sus señores, los primeros sólo buscan poner en primer plano el querer firme y decisivo de Dios que es la justicia.
Isaías 28,20-22Contra los cínicos. Probablemente se trata de un refrán popular. El sentido aquí es que los oyentes de Isaías se encuentran impotentes para cambiar la situación (cfr. Jer_13:23; Jer_17:1).
Isaías 28,23-29Instrucción agrícola. El plan o designio de Dios no tiene nada de complicado ni de espectacular. El profeta compara la manera de actuar de Dios con la del campesino que sabiamente va ejerciendo su oficio de agricultor. Lo mismo hace Dios: con sabiduría va dirigiendo la historia de su pueblo. Esto confirma que no hay que complicar el mensaje. Mírese la contraposición que hay entre este pasaje y 28,9s.