JUDAS
Autor y destinatarios de la carta. El remitente se presenta como Judas, hermano de Santiago. No puede ser Judas Tadeo, ya que el autor se distingue de los apóstoles (17). Entre los «hermanos de Jesús» se encuentra un tal Judas ( Mar_6:3 ; Mat_13:55 ), pero tampoco ése puede ser el autor de la carta, pues ha pasado ya tiempo desde la era apostólica (3s).
La calidad del lenguaje griego, con su riqueza de vocabulario y composiciones típicamente griegas, junto a las citas de los libros apócrifos Asunción de Moisés y Enoc, hacen pensar que el autor es un judío helenístico convertido, que escribe a finales del s. I o principios del s. II a cristianos procedentes del paganismo.
En los primeros tiempos se dudó de la canonicidad de la carta; aparece citada como canónica por primera vez hacia el año 180.
Tema de la carta. La carta es un alegato contra ciertos falsos doctores, más violento en el tono que en la sustancia. Recrimina en vez de refutar con argumentos. Lanza ataques genéricos sin precisar; amenaza con ejemplos terribles. Con todo, procura temperar su rigor con la comprensión y la compasión (22s). Nos enseña que frente a ciertos errores doctrinales y morales hay que tomar posición clara y firme, sobre todo si causan división y discordia en la comunidad.
Es muy difícil completar el perfil de los falsos maestros con los rasgos de la carta. Si supiéramos de antemano que profesaban un gnosticismo incipiente, podríamos identificar detalles y rastrear indicios. De modo general, se puede decir que eran seguidores de doctrinas que separaban radicalmente lo espiritual de lo material, de tal manera que al mismo tiempo que se consideraban gente espiritual, llevaban una vida de desenfreno moral. Sus métodos parecen ser no violentos: «se han infiltrado» (4), participan en los ágapes cristianos (12), halagan (16).
Judas 1,1-2Saludo. Encabezamiento propio del género epistolar. El remitente se presenta como Judas, hermano de Santiago. Los evangelios, fuera de Judas Iscariote, mencionan a dos Judas: el hijo de Santiago, del grupo de los doce (Luc_6:16; Hch_1:13) y el hermano de Jesús (Mat_13:55; Mar_6:3). Ninguno de los anteriores es el autor de la carta, entre otras cosas, por la ausencia del título «apóstol». Estamos ante otro caso de pseudonimia. El título de «siervo de Jesucristo» lo presenta como alguien de gran autoridad en cuanto se inscribe entre los siervos y servidores de Dios en el Antiguo Testamento -Abrahán, Moisés, David, los profetas-, y de Jesús en el Nuevo Testamento -Pablo, Pedro, Santiago-. Los destinatarios nos son, como suele ser común de las cartas del Nuevo Testamento, comunidades o personas, sino los cristianos en general, elegidos y custodiados por el amor de Dios y la protección de Jesús. El saludo del versículo 2 cambia las expresiones «gracia y paz», típicas en las cartas de Pablo y Pedro, por el de «misericordia, paz y amor».